El estudio de los tres grandes templos
medievales en Ciudad Real nos lleva a reflexionar sobre el origen de la ciudad.
Cuando hemos cruzado frente a la Iglesia de San Pedro o por su fachada de la
umbría nos hemos llevado esa sensación de iglesia fuerte y robusta, evocando su
precedente románica, la "fortis salmantina", cuando un fervor
cristiano llevaba a la erección de estos magnos templos para la Cristiandad.
Santa María del Prado ha tenido para nosotros el paisaje verde del prado y el
celaje azul del milagro de la Virgen. La Iglesia de Santiago ha sido la
fortaleza pura que se levanta en la piedra rubia de su fábrica bien lograda y
en la torre magnífica que recoge todos los vientos.
Consultamos el volumen: "Ciudad
Real y su Provincia", III El Arte. Editorial Gever, Sevilla, 428 páginas.
Nuestra información se centra en el tema I "El Arte Medieval", de
Elena Sainz Magaña, páginas 1 a 75. Concretamente consultamos los epígrafes:
"La fundación de Villa Real. El triunfo del gótico". "Iglesias
medievales de Ciudad Real", y "La Iglesia de Santiago".
Sobre la fundación de Villa Real, una "feliz
idea", han insistido varios historiadores. Así vuelve a insistir Elena Sainz
Magaña: "Era evidente la necesidad de un enclave de la corona en un territorio
mayoritariamente dominado por las Ordenes militares; los fallidos resultados
que habían tenido los intentos repobladores en Alarcos llevaron a la fundación
de Villa Real en la antigua aldea de Pozuelo de don Gil a cargo de Alfonso X en
el año de 1255". Nos habla también de que el alfoz era más bien pequeño,
limitándose a las aldeas de Ciruela, Villar del Pozo, Higueruela, Poblete y
Albalá, y después se incorporó Alarcos. La fundación de carácter jurídico quedó
plasmada en la Carta Puebla. Después se desarrolló la agricultura y la
ganadería, así como la industria pañera. Su ubicación en el llano, las
actividades económicas y las rutas de los ganados, determinaron en Ciudad Real
un sistema radial.
Un plano de Ciudad Real ofrece: "Recinto
amurallado, puertas y collaciones". De la Puerta de Alarcos a la Puerta de
Calatrava, con las puertas de la Mata, Granada y Ciruela, está delimitada la
collación de San Pedro. De la Puerta de Alarcos a la Puerta de Toledo, con la
de Santa María en el centro, está delimitada la collación de Santa María. De la
Puerta de Calatrava a la Puerta de Toledo, como una cuña, se introduce la
collación de Santiago.
En el epígrafe "Iglesias medievales
de Ciudad Real" nos dice Elena Sainz Magaña: "Las tres iglesias
erigidas en la época de los orígenes de Villa Real responden a una serie de
premisas que nos permiten incluirlas estilísticamente dentro del arte Gótico,
aunque cada una de ellas tiene su propia personalidad". Y agrega: "es
evidente que en Ciudad Real no trabajaron maestros cortesanos, si bien el
proyecto era de maestros, la ejecución corrió a cargo de alarifes de la
zona". Y lo que es más importante para entender el artesonado de la
Iglesia de Santiago: "Debemos resaltar la presencia de una gran población morisca
y la existencia de una tradición constructiva dentro de las técnicas
mudéjares".
El lunes, 27 de agosto de 2007, aparecía
un reportaje en el diario Lanza que nos anunciaba en grandes titulares: "Arranca
la segunda gran restauración de la Iglesia de Santiago". Y a continuación
agrega en otro titular: "Tres restauradores y un carpintero trabajarán nueve
meses en el artesonado mudéjar, una joya del siglo XIV que estuvo oculta más de
doscientos años".
De la Iglesia de Santiago nos dice Elena
Sainz Magaña lo siguiente: "Se construyó, tal vez, sobre el lugar de una
antigua ermita... Está ubicada en la collación de Santiago, en la parte Noreste
de la ciudad donde se había situado el barrio de la Judería". Después, con
el crecimiento de la población fue ocupado este barrio por población cristiana.
También nos dice la autora que en este lugar es posible que hubiera un torreón de
avanzada para guardar el lugar de Pozuelo Seco de don Gil. Esta tesis ha sido
defendida por la mayoría de los historiadores de prestigio, como Ramírez de
Arellano y Sánchez Lillo. Alegan todos que la torre maciza y robusta de
Santiago no podía corresponderse en otra época con la iglesia, que debió de ser
en un principio de dimensiones reducidas y no formar el conjunto de armonía con
la hermosa correspondencia de volúmenes de ahora.
Elena Sainz Magaña nos habla de los añadidos
que recibió la Iglesia de Santiago en el tiempo y las restauraciones de 1986-89
y 1991-92, que la han remozado con su sencillo perfil recobrando toda su
belleza al ser eliminados los añadidos, el cobertizo de ladrillo que tapaba la
puerta sur y una capilla lateral de principios del siglo XX. Pero la reforma no
sólo ha consistido en eliminar añadidos sino especialmente en consolidar lo más
hermoso que atesora la Iglesia de Santiago: consolidación de la estructura de
la torre, así como de las bóvedas, pilares y otros elementos arquitectónicos y
decorativos. Una cuestión muy importante es que se sacaran a la luz las
techumbres y las pinturas que decoraban las paredes y las bóvedas.
Nosotros consideramos de mucho interés, para
poder escribir, la hemerografía que no está al día. Este reportaje del diario
Lanza, del verano pasado, que redactó la corresponsal de Lanza, Belén
Rodríguez, nos viene como anillo al dedo para escribir este artículo, sobre una
iglesia, que es una joya del siglo XIV, y que forma parte del legado histórico,
cultural, artístico y social de Ciudad Real. Nuestra ordenada hemeroteca particular
nos ha permitido rescatar este reportaje donde se nos muestran esas fotografías
tan bien logradas. La editorial nos anuncia de forma inmediata: "La
empresa cántabra "Arte Vecchio" comienza a instalar a partir de hoy
el andamiaje". Y otro titular nos indica: "Una rehabilitación que
invita a mirar al cielo". Con el andamio se consigue mirar y tocar el
techo para que nosotros podamos "mirar el cielo". Este techo del
artesonado mudéjar nos sitúa en el siglo XIV, agitado y convulso, que estuvo
jalonado por una serie de guerras intestinas para cerrarse en 1369 con una
guerra fratricida y un regicidio en Montiel, cuando Pedo I el Justiciero o El
Cruel, según quién lo juzgara, cayó ante el puñal fratricida. Pedro I fue un
rey mudéjar, tal como el arte que predominó en Toledo, en Sevilla, en
Guadalupe... y en esta Iglesia de Santiago de Ciudad Real, que fue una flor de
la llanura o una rosa de los vientos, como la de radios rojos que adornan su
bóveda medieval.
Nos informa el diario Lanza que los andamios
vuelven a la Iglesia de Santiago, para recuperar la obra que allí se realizó
durante los siglos XIII, XIV y XV, una obra de estilo gótico y de artesonado
mudéjar. La corresponsal Belén Rodríguez nos indica la importancia del mudéjar:
"El estilo arquitectónico mudéjar floreció en España desde el siglo XIII
hasta el XVI, caracterizado por la conservación de elementos del arte cristiano
y el empleo de la ornamentación árabe". Y a continuación nos dice que el
artesonado de la Iglesia de Santiago llama la atención por su sencillez, pues
hasta la restauración de los años ochenta del siglo XX permaneció más de
doscientos años oculto, dado que estaba escondido por una bóveda de cañón
construida en el siglo XVIII. Agrega nuestra corresponsal: "Se trata de un
artesonado mudéjar de tradición almohade, decorado con lazos que forman estrellas
y polígonos de ocho puntas con los escudos de la familia de don Pedro Muñiz de
Godoy, los Coello de Portugal y la Orden de Calatrava". Elena Sainz Magaña
nos habla de la Iglesia de Santiago como de "una sencilla fábrica de
mampostería reforzada con sillería en los puntos más débiles, como son puertas,
ventanas, pilares y cadenas".
Cuando hemos contemplado la Iglesia de Santiago
por fuera, hemos quedado maravillados de su sencillez por su: a) Juego de
armonía de volúmenes entre la torre robusta y la firmeza de las naves, que se
corresponden entre sí. b) Las techumbres apoyan sobre un alero sustentado por
canecillos, lo que sugiere reminiscencias islámicas. c) Las dos portadas, al
Norte y al Sur, son de arco apuntado trasdosado de puntas de diamante. d) A los
pies se alza una maciza torre de planta cuadrada y de dos cuerpos. En el
interior de la Iglesia de Santiago la cabecera es tripartita, con tres ábsides
escalonados poligonales. Los tres ábsides van precedidos por tres tramos cuadrados,
a modo de pseudocrucero, que está cubierto de bóveda de crucería de nervios
baquetonados. La comunicación entre estos tres tramos se realiza por medio de
arcos apuntados que arrancan desde el pavimento. Elena Sainz nos habla de la
iluminación del templo: "La iluminación de la cabecera se soluciona
mediante ventanas lancetadas de doble vano y óculo tetrafolio en el ábside
central, mientras que en los laterales se conservan únicamente fragmentos de
saeteras, ya que a finales del siglo XV o principios del XVI se abrieron sendas
capillas contiguas a los mismos".
Por el plano que se nos presenta de la planta
de la Iglesia de Santiago, así como por las preciosas fotografías del interior,
podemos comprobar cómo el templo es de tres naves -más ancha y alta la
central-, separadas por cuatro arcos formeros ojivales apoyados en pilares ochavados
con capiteles decorados con motivos vegetales y en airosas ménsulas en el
hastial de los pies. Elena Sainz Magaña incide en el descubrimiento del techo
mudéjar: "las cubiertas de las naves están compuestas por magníficas
armaduras de madera que fueron sacadas a la luz y restauradas en las últimas
campañas, dado que hasta este momento estaban ocultas por bóvedas barrocas de
yeso y cañas". Y nosotros nos quedamos con esta Iglesia de Santiago en el
rincón de la collación de su nombre, en un rincón de nuestro corazón, tal vez
por la eterna maravilla de su piedra rubia de mampostería y de sillar, por esa
torre maciza que parece que va a girar para marcarnos la rosa de los vientos,
esa que guarda policromada en su bóveda, y en ese bello artesonado de lazo y de
la heráldica de aquel siglo XIV, que se marchó cuando Ciudad Real era un emporio
agrícola, ganadero y comercial, con la pañería que hizo famosa a Villa Real y
después a Ciudad Real.
Lucio
López Ramírez. Diario “Lanza”, lunes 18 de agosto de 2008