viernes, 30 de junio de 2023

EL PROBLEMA DE COMUNICACIÓN DEL BARRIO DEL LARACHE CON EL CENTRO DE LA CIUDAD

 

Vista de la actual Carretera de Fuensanta en los años noventa del pasado siglo


El barrio del Larache nació a unos doscientos metros de la desaparecida estación de Renfe situada en la ronda de Ciruela. Uno de los problemas principales de la barriada desde su fundación, en los años veinte del pasado siglo, fue el problema de comunicación de esta con el centro de la ciudad. No existía paso a nivel que facilitara la circulación de automóviles entre la ronda de Ciruela y la barriada, por lo que obligaba a los vecinos hacerlo a través de la carretera de Fuensanta, un recorrido próximo a los 6 kilómetros. Los vecinos que optaban a realizarlo a pie, lo realizaban cruzando las vías de tren. Este problema se resolvería en 1985, con la inauguración de un paso subterráneo que desde la calle Pozo Dulce, atravesaba la ronda de Ciruela y las vías férreas. Con la desaparición de la vieja estación de Renfe y la urbanización de los terrenos, desaparecería este subterráneo y la barriada del Larache quedó plenamente integrada en la ciudad.


Vecinos de la barriada cruzando las vías del tren


jueves, 29 de junio de 2023

EL BARRIO DEL GENERAL AGUILERA HOY LARACHE

 

Vista de la barriada en 1928



Ciudad Real tuvo un gran problema de vivienda en las primeras décadas del siglo XX, debido al auge demográfico experimentado en esas décadas y dado que en el centro no se edificaba, a pesar de existir gran cantidad de espacios libres, la población obrera llegada a la ciudad, en su mayor parte ferroviarios y agricultores, empezaron a instalarse al sur de la vía del tren, en unos terrenos propiedad del General Aguilera, surgiendo así en la segunda década del siglo XX, el “Barrio del General Aguilera”, llamado después de “Larache”, para conmemorar las victorias de este prohombre natural de la capital.


Una de las pocas edificaciones de la época de la construcción del barrio que aún permanece



En un reportaje que publicó sobre esta barriada, el desaparecido periódico “Vida Manchega” el 3 de mayo de 1928, sabemos que en aquellos años “…de calles limpias y achatadas de reciente construcción, cuyas viviendas, en casi su totalidad son ocupadas por familias de ferroviarios, que son al mismo tiempo sus propietarios, y no es dudar que por el sitio estratégico que ocupa, a unos doscientos metros de la Estación, sea este barrio desconocido para la mayoría de las gentes”. En aquellos años vivían en las barriadas unas doscientas cincuenta personas, según el reportaje, y la barriada carecía de alumbrado público, calles en mal estado, no tenían nombre ni número, y los vecinos se surtían en su mayoría de agua de pozo, ya que la fuente más cercana estaba en la puerta de Ciruela.


Vista de la calle Ceuta en la actualidad y rotulada con el nombre de Sixto Marín durante la segunda república



No fue hasta la llegada de la segunda república, cuando las calles que existían entonces, solo tres, recibieron nombre, rotulándose con los nombres de Gomáriz, Francisco Vázquez y Sixto Marín. Terminada la Guerra Civil Española en 1939, la barrida paso a conocerse oficialmente como “Barrida Sus", aunque popularmente seguía llamándose Larache, y sus calles pasaron a rotularse con las letras: A, B, C, D, E y F. Estos fue debido al importante número de vecinos que establecieron su residencia en esta barriada, debido entre otras cosas al aumento de la población en Ciudad Real que paso de 17.155 habitantes en 1900 a 34.874 en 1940. Por acuerdo del Ayuntamiento del pleno celebrado el 11 de agosto de 1955, las calles pasaron a denominarse Ceuta, Melilla, Nador, Tetuan y Xauen, cuyo nombre aún mantienen.

 

Otra vieja edificación en la carretera de Fuensanta


miércoles, 28 de junio de 2023

CIUDADRALEANDO

 

Foto Herrera Piña


El otro día estuve en Ciudad Real. Tan desconocida me va resultando mi «capitaleja,», que hubo calles de la que no fui capaz ensamblar mentalmente lo viejo con lo nuevo. Con estas intrascendentes o perogrullescas líneas pretendo comparar lo que han cambiado las cosas del Ciudad Real de mi niñez con el Ciudad Real de hoy.

A los que me lean que apostaría que serán los de mi edad, debo decir, por si no me conocen, que me crie en el 6 de la calle del General Aguilera. Párvulo en la escuela de don Ángel Rojas de bendita memoria y que, como ahora me ha dado por los nombres de calles, no sé cómo todavía no tiene su nombre una calle de Ciudad Real.

La primera etapa, como se dice ahora de mi escolaridad la hice en la Academia General de Enseñanza, cuando las barras plateadas que tenía la gorra, decían el curso de bachillerato en que andabas.

Fueron maestros de mis primeras letras don Amadeo Poissat, don Telesforo Torija y don Luis Relimpio. Al comprar mis padres la casa número 32 de la calle de la Mata y recién venidos los Marianistas al Instituto Popular de la Concepción, terminé con éstos la enseñanza primaria.

Aquel director que fue don Carlos Eraña con su simpatía arrolladora y su garra de catequizador nos llevó -¿verdad Manolo Espadas?- .¿Verdad, Carmelo Abad?-, al noviciado que esta compañía religiosa tenía en Escoriaza, provincia de Guipúzcoa. No cuajó mi vocación para que saliera con la levita y e1 bombín y elegí magisterio, entonces carrera de los humildes.

Pero no es cosa de espetarles mi «curriculum vite», pretendía demostrar mi ciudarrealísmo y hacer ver la pátina de mis recuerdos, porque alguien dijo que recordar es volver a vivir, pero liberados del tiempo».




Y así cuando deambulaba solitario viendo caras y más caras desconocidas, más tomaban cuerpo los fantasmas de personajes que fueron populares en el Ciudad Real de antaño.

¿Quién de estas caras, -me decía-, conoció al ciego del Villar, con su violín destemplado, las cuencas de sus ojos seca y el sonsonete de sus coplas?

¿Quién recuerda de Tomás, el peregrino de Camón, con su pelambrera, sus barbas y sayal? De él se decía que en las noches de invierno dormía en un nicho del cementerio de su pueblo, lo que aumentaba mi susto y miedo a su visión, buscando refugio entre las faldas de mi madre.

¿Quién y para qué recordará de Canuto el corsario del Pozuelo, vendiendo encajes con nombres non santos, y muy verdes entonces?

¿Y de Jesús Malagón con su beodez y sus discursos? ¿Y de Camarena el jefe de los «guindillas» con su sable y su asma? ¿Y de Hilario el barquillero y el Carrato, y el Tremendo?

¿Y el Ciudad Real de los aguadores con su carga asnal o de cubas con agua del Arzollar? ¿Y las pedreas entre los chicos de los distintos barrios, sañudas y atroces como combates en el Vietnam?

Todo esto y muchos más recuerdos a modo de cine fueron pasando por mi imaginación hasta que llegué a la plaza donde la contemplación del edificio del nuevo Ayuntamiento me distrajo y mis pensamientos tomaron otro rumbo.




Si he dicho que me crie en la calle del General Aguilera, viendo a todas horas la Casa Consistorial antigua forzosamente me ha de chocar la traza, el corte o estilo del edificio destinado al Ayuntamiento de Ciudad Real.

Tuve que vencer mi imaginación obstinada en ver vivencias de hace medio siglo como presencial la figura menuda e inquieta de don José Ruiz de León o la de un don 'Francisco Herencia con vara y fajín como alcaldes de Ciudad Real, cuando parece que el nuevo edificio es más a propósito  para un burgomaestre protestante.

También llamó mi atención -las fachadas con tantos ventanales calados, ángulos y tantos ringo rangos que barrunto van a dar buena cosecha de telarañas, amén de las monteras de cristal como gorritos de hermanos de Pulgarcito y el reloj de estación de término.

Hará falta que vaya con frecuencia a Ciudad Real para borrar la estampa del caserón viejo para adaptarme a la escandinava del modernísimo Ayuntamiento.

¡Ay!, los años se escurren rápidos, y es que los que hace cuarenta años éramos hombres jóvenes, vehementes, y soñadores, hoy somos unos señores calvos, con prótesis en la boca y en e1 alma más recuerdos como estos que proyecto.

Al fin y al cabo «mutatis muntandis».

 

Cruz de los Casados. Diario “lanza”, martes 4 de noviembre de 1975




martes, 27 de junio de 2023

UNA REPRODUCCIÓN DE LA VIRGEN DE LOS MÁRTIRES EN EL MONASTERIO DE LAS CALATRAVAS DE MORALZARZAL DE MADRID

 



Como publique ayer, en el año 1973 la Dirección General de Bellas Artes, y más concretamente los Cruz Solís que trabajaban en la misma, realizaron la reconstrucción de la Virgen de los Mártires, teniendo en cuenta para ello la reproducción de una fotografía antigua de la imagen antes de su destrucción, así como los fragmentos del original que fueron entregados. 

De esta imagen, Fernando Cruz Solís realizó una reproducción que preside la Iglesia del Monasterio Cisterciense de Calatrava en Moralzarzal de Madrid (https://monasteriocisterciensedecalatrava.wordpress.com/), que es idéntica a la que actualmente se conserva en la Iglesia Parroquial de Carrión de Calatrava.

 



lunes, 26 de junio de 2023

RESTAURACIÓN DE LA VIRGEN DE LOS MÁRTIRES

 



En la localidad de Carrión, provincia de Ciudad Real, existe el castillo llamado de Calatrava la Vieja, que conserva abundantes vestigios romanos y árabes, en el cual fue fundada en el siglo XII la Orden Militar de Calatrava por San Raimundo de Fitero.

En dicho monumento, hoy en ruinas, se puede apreciar perfectamente el emplazamiento de la capilla en donde fue venerada la imagen de la Virgen de los Mártires, imagen que presidió el lugar de enterramiento de los caballeros de Calatrava muertos en la batalla de las Navas de Tolosa, por lo que recibió dicho nombre. Con la ruina de dicho monumento, la imagen fue trasladada a distintos lugares, y en la guerra civil fue bárbaramente destrozada, salvándose algunos fragmentos, que fueron entregados al Instituto de Conservación y restauración de obras de arte de la Dirección General de Bellas Artes para su posible restauración.

Dicha labor ha sido culminada y se ha podido, gracias a los trabajos realizados, lograr la reconstrucción total de dicha venerada imagen, teniendo en cuenta para ello la reproducción de una fotografía antigua de la imagen antes de su destrucción, así como los fragmentos del original que fueron entregados. Los trabajos de restauración se realizaron con estos elementos de alabastro, y la policromía se ha realizado basándose en los datos que contenían los restos recuperados y en otras imágenes semejantes de la misma época.

Gracias a la obra realizada se ha podido salvar una joya de arte romano tan entrañable unida a la historia patria y a la vida de la Orden de Calatrava.

 

Bellas Artes Año IV Número 24 junio 1973

 



domingo, 25 de junio de 2023

SANTA MARÍA DE LOS MÁRTIRES

 

Actual imagen de la Virgen de los Mártires. Archivo José Liberto López de la Franca

 

Con gran alborozo, con inusitado júbilo, ya que el caso lo merece por ser motivo trascendental en el diario acontecer de un pueblo, Carrión de Calatrava se dispuso a recibir, como valioso legado histórico, a la antigua y venerada imagen de Santa María de los Mártires, que, después de restaurada por habilísimos artífices, vuelve a su lugar de origen tras una serie de vicisitudes, prosperas unas y adversas otras, pero culminadas éstas con el milagro, diríamos, de haber podido rehacer la imagen de esta Virgen e incorporarla a la vida espiritual y religiosa de este pueblo. Vuelve al solar calatravo de este término municipal que Ella presidiera luengos años y siglos desde su santuario, junto al campo de los mártires inmolados en las aledañas tierras del castillo de Calatrava la Vieja.

Ahora, por motivos especiales y por concesión del obispo prior de las Ordenes Militares, la citada imagen ocupará un lugar preferente en la iglesia parroquial de Santiago Apóstol de esta villa. Para ello se ha aderezado una muy principal capilla cercana al presbiterio, a la que se ha tratado de darle un aspecto sencillo sin adornos ostentosos, cualidades éstas que han de resaltar el valor artístico de tan bella talla, y el encanto, casi embeleso que se advierte en una prolongada contemplación.

Y puesto que pisamos tierras de señorío y abolengo, bueno será que intentemos hacer una breve reseña histórica de Santa María de los Mártires al instituirse su culto en estos lugares. Será preciso citar también el castillo de Calatrava porque una y otro tienen vínculos indelebles en las heredades de la poderosa Orden de Calatrava.

 

 
Imagen de la Virgen de los Mártires destruida en 1936. Archivo José Liberto López de la Franca


Cronológicamente hay que remontarse hasta principios del siglo XII con los que la historia señala como interesantes, en lo que fue escenario de contiendas bélicas, en los años de la reconquista contra los musulmanes. En tierras de Carrión radican las ruinas de una antigua fortaleza conocida por Calatrava la Vieja, y en tiempo más remoto se le denominaba "Turres" encontrándose esta mansión en el camino de Mérida a Zaragoza por Almadén. Este viejo castillo, que debió ser grandioso en cuanto a su extensión y situación estratégica, se hallaba en la cima de un alcor, en la margen izquierda del río Guadiana cuyas aguas inundaban su foso a su paso por las tierras manchegas. Los árabes llamaron a esta plaza de armas KALAAT RAAAWAK, que se interpreta como "Castigo de las ganancias". Después de conquistada esta plaza en 1147 por Alfonso VII, fue consagrada la Mezquita Mayor de Calatrava en honor de la Virgen Santa María, en la que pusieron diez clérigos, concediendo al superior jurisdicción eclesiástica y titulo de arcediano de Calatrava. El emperador hizo donación de ella, en 1150, a los Templarios, milicia religiosa establecida en castilla desde el 1128, quienes la mantuvieron durante ocho años. En sus inmediaciones parece que existió la villa de Calatrava, población que tuvo destacada importancia en aquellas centurias. Su nombre, de gran preponderancia en la historia, lo tomó para sí la Orden de Calatrava que aquí fue creada en el siglo XII. Esta dicha Orden, fundada por el abad cisterciense Raimundo de Fítero, sirvió, con la eficaz ayuda de fray Diego de Velázquez, para impedir el paso de las huestes musulmanas hacia el norte.

 

La Virgen de los Mártires junto a las reliquias de San Raimundo de Fitero en la Catedral de Ciudad Real, con motivo del primer centenario del Obispado Priorato de las Órdenes Militares

 

Si monumento artístico puede ser una obra escultórica o arquitectónica conmemorativa por tal monumento puede considerarse el santuario de Santa María de los Mártires, levantado por disposición del VII Maestre de la Orden de Calatrava, don Rodrigo Garcés, en memoria de los que aquí sucumbieron cuando la derrota de Alarcos y Calatrava la Vieja el 17 de julio de 1195. Tiempo después de reconquistada Calatrava la Vieja en 30 de junio de 1212 por Alfonso VIII se hizo esta suntuosa iglesia, para la que tomaron el nombre de los mártires aquí enterrados. Y así surge la imagen de Santa María de los Mártires, que es una preciosa y antiquísima talla de mármol. Se halla sentada, con manto y túnica a la romana, y sobre su cabeza ostenta una corona mural. Tiene en los brazos al niño Dios, y la Virgen huella con su planta un caimán, símbolo del pecado. Posee la imagen todos los rasgos propios de la iconografía mariana de aquella época medieval.

Al trasladar el Maestre don Martin Fernández de Quintana la citada Orden a Calatrava la Nueva llevó consigo la imagen hasta su nueva residencia. Pasaron varios siglos hasta que la Orden de Calatrava fue trasladada otra vez de residencia, pasando en esta ocasión a Almagro en el 1804, y nuevamente la Virgen de los Mártires es llevada también a esta ciudad, recibiendo fervoroso culto en el suntuoso convento de religiosas de la Asunción, donde se albergó el convento y casa mayor de la Orden de Calatrava, pudiendo decirse que ésta fue la tercera morada que ocupó esta Virgen andariega. Por diversos motivos que concurrieron en aquel tiempo, la citada imagen, quizás sin el amparo de la Orden, fue encontrada entre ruinas, y los vecinos de Carrión, amantes de su pasado, la reclamaron para llevarla a su primitivo templo, cercano a Calatrava la Vieja.

 

La Virgen de los Mártires fue entregada al pueblo de Carrión de Calatrava en 1976

 

Tras esta prolongada ausencia, de la que hemos hecho mención, hay que señalar que en su antiguo santuario se veneraba a Nuestra Señora de la Encamación, patrona de Carrión de Calatrava, por lo que se le dio a aquél este nuevo nombre. Por tanto, al retornar la imagen a este lugar, es muy posible que ocupara desde entonces el llamado "Cuarto de los Mártires", donde recibía piadosas visitas. Tan reducida ermita, con una construcción muy particular, pudiera haber pertenecido antes a Santa Catalina, puesto que en 1721 aún existía en estas proximidades; sin que dicha opinión pueda considerarse como cierta.

Completando las advocaciones marianas. que han concurrido en esta parcela privilegiada del Campo de Calatrava hay que recordar que en 1212 se habilitó la iglesia de Calatrava, la que se dedicó a Santa María de la Blanca, permaneciendo en ella hasta el último tercio del siglo XVIII, que la trasladaron a la iglesia de Santiago de Ciudad Real.

Todo cuanto atañe al tema principal de este trabajo sobre tiempo más reciente, no se hace mención de ello por ser suficientemente conocido.

Y aquí queda expuesto, a grandes rasgos, un compendio de datos, hechos y fechas concernientes a Santa María de los Mártires y de lo que en torno suyo tuvo evidente identidad. Algo que une el pasado con el presente, un pasado que se inició hace siglos y ha llegado con el curso de la Historia, hasta nuestros días. El recuerdo de todo cuanto fue se acrece en este día porque nos lo trae de la mano Santa María de los Mártires, esa augusta imagen que nuestros ojos, reverentes, contemplan. ¡Que Ella nos proteja!

 

Julián Ruiz Peco. Diario “Lanza”, martes 28 de septiembre de 1976

 

Cerámica con la imagen de la  Virgen de los Mártires en la Iglesia Parroquial de Carrión de Calatrava

 

sábado, 24 de junio de 2023

MAÑANA SE ABRE LA PISCINA DE EDUCACIÓN Y DESCANSO

 

Legado Salas. Centro de Estudios de Castilla-La Mancha

 


Mañana quedará abierta al público, la piscina de la Obra Sindical Educación y Descanso, con el siguiente horario:

Mañana de 10 a 2’30.

Tardes de 5 a 9’30,

Funcionarán igualmente todos los servicios de bar, cabinas individuales, juegos infantiles, duchas, piscina infantil y todo lo que dispone la instalación.

 

Diario “Lanza”, miércoles 31 de julio de 1957



viernes, 23 de junio de 2023

CIUDAD REAL EN EL ANUARIO DE ESPAÑA EN LA MANO DE 1926

 



Al reseñar los pueblos enclavados en esta provincia (la de más extensión superficial de España, pues tiene 19.741,15 kilómetros cuadrados), a nuestra memoria acuden los pasajes cervantinos tan admirablemente descritos en el Quijote y la ruta seguida por este hidalgo, reverdecen los episodios relatados de manera que ninguna otra pluma logrará igualar. Y el ambiente que flota en los capítulos del inmortal libro del caballeroso manchego lo sentimos a recorrer estas villas, ciudades y pueblos, cuyas costumbres, hábitos y caracteres no osaremos indicar, por considerar una profanación el imitar lo que Insuperablemente relató Miguel de Cervantes.

Población agrícola e industrial, es importante en la actualidad por sus ricos vinos, por las abundantes cosechas de azafrán, por las blondas y encajes, que gozan de reputación universal, y por sus ricas minas de azogue, las más importantes de España en este aspecto.

Visitaremos la población de CIUDAD REAL, debida a Alfonso X, que la mandó construir para que sirviera de guía y custodia a los caminantes que de Toledo se encaminaban a Andalucía y que eran asaltados por los bandidos y ladrones que merodeaban por aquellos lugares. Primeramente se llamó Villa Real, y Juan II la. designó ciudad, siendo colmada de regalías y prebendas por los dos citados monarcas y por los Reyes Católicos, los que escogieron a cien ciudadrealengos para guardia y escolta.




Está situada en una gran llanura a cinco kilómetros del río Guadiana, el que a veces a inundado la ciudad, a pesar de las murallas que la circundan y que le dan un aspecto interesante, pues a pesar de estar viejas y ruinosas, sus sillares de piedra y su obra de ladrillería son interesantes, al igual que los torreones almenados, que aún se yerguen, haciendo ostentación de su pasado poderío. Para ingresar en la ciudad hay siete puertas, conocidas con los nombres de Ciruela, Alarcos, Carmen, Granada, Santa María, Mata y Toledo, siendo muy notable esta última por sus esbeltos arcos, las torres que le flanquean y la gran ojiva de depurado gusto.

El interior de la población presenta calles amplias y rectas y plazas hermosas, siendo la principal la de la Constitución, en cuyo centro se levanta la estatua del preclaro hijo de esta ciudad Hernán Pérez del Pulgar, que tantas proezas llevó a cabo en la conquista de Granada. El Ayuntamiento, de estilo grecorromano, es suntuoso y presenta unas notables esculturas en su fachada, varios escudos y armas v la torre central, con artísticos remates.

Entre las de mérito antiguas de la ciudad sobresale la iglesia de Santa María, bajo la advocación de la Virgen del Prado, abierta al culto y oficiando de Catedral, siendo su Obispado Priorato de las Ordenes Militares. El edificio es de estilo gótico, levantado en el siglo XVI, con una sola nave y con retablos, esculturas y joyas de gran valor y mérito y con la interesante colección de estandartes, que se utilizan en las proclamaciones de los reyes españoles.




Otras iglesias notables son la de San Pedro Apóstol, de estilo churrigueresco, y la de Santiago, aunque esta última ha sido restaurada deplorablemente.

Entre los paseos modernos el más hermoso es el de la Libertad, que se extiende frente a la destruida Puerta de Calatrava y en el lugar en que antes hubo una serie de lagunas.

En las inmediaciones de Ciudad Real hay dos lugares célebres por los recuerdos históricos que evocan: el despoblado denominado Peralvillo, sitio donde la Santa Hermandad ejecutaba los reos, dejando insepultos los cadáveres, y el Santuario de Alarcos, erigido en el siglo XIII en conmemoración de la batalla de este nombre. con anchas ojivas, bajos pilares y motivos ornamentales de gran interés artístico.

En aguas minero-medicinales es muy rica la provincia, contando con los balnearios de Hervideros de Fuensanta y Navalpino, de aguas ferruginosas bicarbonatadas.

Ciudades esencialmente agrícolas se extienden por la dilatada llanura de la provincia. siendo célebre por sus vinos tintos, Valdepeñas, que es el centro más poblado de esta estepa castellana y en donde son dignas de visitarse sus magníficas bodegas.

 



A 23 kilómetros se halla la ciudad de Infantes, que, en la ermita del Calvario, en las afueras de la población, guarda los restos de Don Francisco de Quevedo y Villegas, recientemente trasladados desde Madrid. Otro lindo pueblo es Santa Cruz de Mudela, en donde la llanura abandona su línea tersa y comienza a subir entre viñedos por las estribaciones de Sierra Morena y desfiladero de Despeñaperros. En este término hay minas de antimonio. Manzanares es otra ciudad alegre, con edificios blanqueados y un buen templo parroquial. El cultivo del azafrán alcanza proporciones enormes, evaluándose su producción anual en 3.000 kilos, y es además centro vitícola de importancia, con espléndidas bodegas y destilerías a vapor para la fabricación de aguardiente. En los contornos de la ciudad aparece el campo de Montiel y la Cueva de Montesinos, de recuerdos cervantinos, y las célebres Lagunas de Ruidera, donde nace el Guadiana Alto, para desaparecer subterráneamente y resurgir de nuevo en los llamados Ojos del Guadiana.

Alcázar de San Juan. punto de unión de la línea ferroviaria de Andalucía con la de Alicante, es centro comercial de vinos andaluces, extremeños y alicantinos.




Almadén, célebre por sus minas de azogue, montadas con los últimos adelantos de la ingeniería moderna y en las que están ocupados más de 4.000 obreros, produciendo al año 50.000 frascos de azogue, de 34 kilos y medio cada uno, que dejan al Estado un beneficio líquido de 10 millones de pesetas.

Y antes de cerrar estas cortas líneas, dedicadas a los ciudarrealeños, tenemos que hacer mención de Almagro, ciudad en la que se confeccionan las blondas y encajes más finos, de mejor perfección y de gusto más exquisito de toda la península y que han alcanzado un justo renombre mundial.

Al dejar estas llanuras inmensas y estos pueblos de acogedora hospitalidad, llevaréis como recuerdo impreso en vuestra memoria la hidalguía de los hijos de esta tierra, que, descendientes espirituales de aquel Caballero de las andanzas, saben poner en sus actos un timbre de rancio linaje no exento de un noble orgullo.

 

España en la mano. Anuario ilustrado de la Riqueza Industrial y Artística de la Nación, Publicado por B. Álvarez y Álvarez 1926




jueves, 22 de junio de 2023

EL COLEGIO PÚBLICO PIO XII CIERRA SUS PUERTAS CINCUENTA Y SEIS AÑOS DESPUÉS DE SU INAUGURACIÓN

 



Cincuenta y seis años después de su inauguración, realizada en enero de 1967, la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha anuncia el cierre del colegio Público de Pio XII por falta de matriculas.

Sería el tercer centro educativo que cierra en la capital en los últimos años, tras los casos de los CEIP Juan Alcaide y Ciudad Jardín. El histórico colegio Pío XII, ubicado en el popular barrio homónimo de la capital no impartirá docencia en el próximo curso académico por falta de alumnos.

 


miércoles, 21 de junio de 2023

ALGUNOS BARRIOS NO PUEDEN SEGUIR EL MISMO RITMO DE DESARROLLO

 



El desarrollo que Ciudad Real ha experimentado en los últimos años la ha convertido casi de la noche a la mañana en una ciudad moderna y cómoda que empieza a ser reclamada en jornadas y revistas europeas y nacionales, sorprendidas por la espectacular evolución de la que ha sido objeto. Los más mayores apenas pueden dar crédito al cambio de fisonomía de una ciudad en la que hasta hace mu y poco tiempo casi todo el mundo vivía en casas bajas y paseaba tranquilamente por calles estrechas. Dar imagen de capital de provincia fue todo un reto durante años que al fin parece poder ser una realidad.

En Ciudad Real, sin embargo, hay quien habla de una evolución a dos velocidades. De una ciudad que está creciendo mucho, pero a ritmos diferentes y en la que se corre el grave riesgo de acumular pequeñas bolsas de marginación o áreas al más puro estilo rural, in capaces de adaptarse al enorme cambio que la población más acomodada puede seguir sin mayor problema. Y así entre el centro y las nuevas barriadas residenciales que se están construyendo tras las rondas entorno a todo el casco urbano, con chalets adosados y zonas ajardinadas, han quedado áreas importantes un tanto rezagadas e impasibles ante tanto cambio.




LA OTRA CIUDAD REAL

En Larache, en algunas zonas de Pio XII, en el barrio de Santiago (el Perchel para casi todos sus vecinos), el barrio del Pilar y el del Padre Ayala (Vista Alegre) las cosas no han cambiado tanto y se sigue viviendo, con mejores servicios, eso sí, como antes. A muy pocos metros del bullicio del centro, las calles embaldosadas y un intenso tráfico, se apiñan decenas de casitas pequeñas, con persianas de colores y cuerdas en las fachadas para tender la ropa. Son la imagen de un pasado cercano y del otro Ciudad Real, de los barrios tradicionales para los que todo ha ido demasiado deprisa.

El barrio del Pilar, situado al este, sigue siendo uno de los más humildes de la ciudad, pero sus vecinos, la mayoría ya de avanzada edad están encantados con el aspecto que ha conservado su barrio y la tranquilidad que les ofrece y que sólo se ve sobresaltada algún que otro día por incidentes que provocan nuevos vecinos instalados al final de la barriada, en una zona que ellos conocen como de la Esperanza. «Aquí estamos como en el campo», llega a decir Matilde Bravo, una anciana que pasa la mañana sentada junto a su marido en el umbral de la puerta y contemplando las muchas flores que ha sembrado alrededor.




COMO UNA PIÑA

Sus vecinos tampoco tienen mayores preocupaciones. En el barrio de Pilar todavía se tiende la ropa en plena calle y se barren y se limpian las aceras con cubos de agua (el servicio municipal de limpieza también frecuenta la barriada).

También en la zona de Santa María, en el barrio de Pío XII, junto al hospital de Alarcos, los vecinos pueden pasar las tardes reunidos en la calle. «Aquí podemos tomar el fresco en verano, algo que no se puede hacer en el centro ni en otros muchos barrios. Ese es un valor que ojalá no perdamos», dice el presidente de la asociación de vecinos, José Mayor. En este barrio también presumen de tranquilidad y de poder permitir que los niños se diviertan en la calle con sus bicicletas y sus amigos. Dicen que disfrutan de buenos servicios y no envidian para nada el desarrollo y el cambio de otras áreas de la ciudad, temen que el hospital termine por desaparecer del barrio si se lleva por fin a cabo el proyecto de construir un nuevo complejo, a un que comentan haber sufrido «una pesadilla» con el horno crematorio del centro sanitario, situado a pocos metros de las viviendas y que según les han asegurado van a clausurar de inmediato.




MALVIVIR EN EL PADRE AYALA

Aunque en Pío XII también hay viviendas algo deterioradas, sin duda el problema no es tan alarmante como el que sufren las 200 familias que «malvivimos» en la barriada del Padre Ayala. Pisos de apenas 35 metros cuadrados, envueltos en una espantosa humedad y que comparten familias numerosas son el mal común de todos los vecinos, que se muestran ya cansados de las promesas del Ayuntamiento, y es que pese a que el gobierno municipal ha prometido prioridad para que estos ciudadrealeños puedan acceder a las viviendas que la Junta de Comunidades está construyendo en la Granja y Pío XII, negocian estos días con la asociación de vecinos el modo en que pueden efectuarse los realojos, aún no hay fechas definitivas para ellos y muchos temen no contar con el suficiente dinero para afrontar un cambio de casa, aunque sea a más bajo precio.

Los vecinos de esta barriada tuvieron que soportar hace algunos meses una plaga de avispas que requirió la intervención urgente del Ayuntamiento y se muestran además muy preocupados por los graves incidentes que continuamente sufren. Las calles están llenas de jeringuillas y nos da miedo que los niños se bajen de los pisos a jugar porque están viendo cosas que no deben», dice una de las vecinas. Y es que en el barrio, sobre todo en las madrugadas, se organizan continuas peleas entre vecinos y personas llegadas de otra zona de la ciudad por ajustes de cuentas relacionados con la droga. 




CASAS RUINOSAS EN El PERCHEL

En el barrio de Santiago, más conocido como el Perchel, no suele haber broncas callejeras, pero los percheleros están más que hartos de los continuos robos de que son objeto y que achacan a dos o tres familias que residen en el mismo área. Félix Barrera, el presidente de la asociación de vecinos, un hombre que ha movido Roma con Santiago para conseguir mejoras para su barrio, el más numeroso y el que cuenta con zonas más marginales de la ciudad, pide una y otra vez que se constituya (como ya se ha hecho en Puertollano) la policía de barrio que se encargue de vigilar mejor la zona y de mantener el orden.

Para el presidente las cuestiones urbanísticas también son una de sus principales preocupaciones. «Hay muchas viviendas que están en ruina y que son un peligro para los peatones. Hemos pedido al concejal de urbanismo que visite el barrio para que lo compruebe él mismo, pero todavía no ha venido», dice Félix Barrera. La cosa se complica en esta barriada de la antigua judería en la que aún se conservan calles muy estrechas y pequeñas casas bajas pintadas de blanco y a punto de desplomarse.

En el barrio de Santiago aún no cuentan con un centro de salud, y disponen de un colegio muy viejo, dice Barrera, incapaz de atender las demandas de los niños de la zona. Carecen de zonas verdes y los vecinos opinan, como Pepi Coto, que se hace más caso a los que viven en el centro que a ellos. La mayoría de los percheleros (sobre todo la gente mayor) prefiere seguir comprando en las tradicionales y ya casi desaparecidas tiendas de comestibles y, aunque parezca increíble, algunos aún no han visitado las grandes superficies comerciales de la ciudad. Eso sí, en la tienda de Carmen Zapata se quejan por ejemplo de seguir contando con clientes que se permiten el lujo de «dejar a deber» facturas. «Algo que desde luego en otras zonas se ha olvidado por completo.»

Tampoco el barrio de Larache ha podido seguir el mismo ritmo de desarrollo que el centro o los nuevos barrios, y al otro lado de la vieja estación, ya mejor comunicada por el paso que sustituyó a peligroso puente, se alzan calles ente ras de viviendas al más puro estilo rural, donde todos los vecinos se conocen y comparten atardeceres de calor. Los vecinos esperan con cierta ilusión la urbanización de los antiguos terrenos de Renfe, que ahora les separan a modo de un gigantesco descampado con vías abandonadas, del centro de la ciudad.

Aunque la concejala de participación ciudadana, Bienvenida Pérez, cree que aún no se puede hablar de grandes diferencias en los modos de vida de estos barrios tradicionales con respecto a otras zonas más desarrolladas de la ciudad, lo cierto es que no todo ha cambiado al mismo ritmo.

 

Revista Bisagra Nº 280 dl 6 al 12 de junio de 1993

 



martes, 20 de junio de 2023

VIAJE A CIUDAD REAL EN EL SIGLO XIX (II)

 



Otras dos parroquias a más de la de Santa María del Prado, existen en Ciudad-Real. Tiene la de San Pedro Apóstol y la de Santiago; esta última, la más antigua de todas, pero también la más maltratada por impericia de los restauradores y revocadores. Aquella techumbre, que priva al templo de su primitivo carácter, no está en armonía con el resto del templo, con las tres naves, con las anchas ojivas y con el retablo que adorna la Casa de Dios.

La iglesia parroquial de San Pedro Apóstol, es antigua: ofrece a la vista tres naves espaciosas, un coro, obra del siglo XVI; un altar dedicado a la virgen de la Guía, modelo de estilo churrigueresco; grandes columnas; hermosísimas gradas para llegar al presbiterio, y un retablo de escayola, tanto más notable, cuanto que fue hecho por un hijo de la ciudad, por el Sr. López Donaire, nada menos que en 1863, es decir, hace pocos años.

Tres puertas dan ingreso al templo, las tres de construcción antigua y distintas en el orden arquitectónico.

Las murallas y las puertas revelan el espíritu guerrero de pasadas edades; los conventos y las iglesias, la piedad de nuestros mayores.

Ya hemos dicho el estado de las primeras, ya hemos indicado los templos; solo falta recordar los conventos, el de Carmelitas y el de Dominicas, que cuentan por centenares los años de existencia. Y de esta suerte completamos todo lo antiguo, todo lo que legaron nuestros ascendientes en fuerza de sacrificios por la religión y por la patria.

En contraposición a las obras antiguas, ofrece el sistema constitucional las obras modernas. Aquellas se destinaban a la oración, a la caridad y al recogimiento; estas se aplican a las artes, a la enseñanza, a la ciencia, a la industria y al dolor. Templos, hospitales y monasterios constituían las primeras; fábricas, talleres, escuelas, institutos, hospicios, casas de socorro, constituyen las segundas.

 



Entre las construcciones recientes figura la Casa Consistorial, terminada en 1869. El edificio es suntuoso por fuera y admirablemente distribuido por dentro. Una esbelta y graciosa escalera, adornada con estatuas, convida el ingreso al palacio popular.

El salón de sesiones puede enorgullecer a una capital de tercer orden, y aun de segundo y de primero: 43 metros de largo por 6 de ancho, a más de las pilastras, capiteles, balaustrada y trabajo artístico, base de la ornamentación: he aquí lo que ofrece la sala destinada a las conferencias de los concejales de Ciudad-Real.

La parte exterior, reúne a la sencillez la elegancia. El frente a la plaza es un trabajo digno de examen minucioso, descollando las armas de la ciudad, las de Castilla, la lápida de la Constitución, las estatuas representativas de la Justicia y la Prudencia, la Industria y la Agricultura, las ventanas centrales y la torre, y sobresaliendo entre la parte constructora de la obra la tan conocida y apreciada piedra de Novelda.

La Plaza Mayor, o sea de la Constitución, es de forma irregular. Viene ya de tiempo de Fernando VI, de aquel diligente monarca que fomentó la marina, construyó el Jardín Botánico de Madrid, estableció el Observatorio astronómico, protegió a los hombres de saber, auxilió a la industria y al comercio, creó la Academia de Bellas Artes, y firmó un tratado de paz, el de Aquisgran, en 1748. La plaza es un trapecio de 4.000 metros cuadrados, y fue objeto de reparaciones importantísimas en 1860, sin detrimento del arte y en honor de la belleza.

El género que domina en las construcciones particulares, es el greco-romano, destacándose el piso principal por sus adornos, por sus ventanas, por sus pilastras y por sus capiteles.

En el centro de la plaza se levanta una fuente erigida a la memoria de Hernán Pérez del Pulgar el de las Hazañas, hijo de Ciudad-Real, que debe servir de base a la estatua de tan insigne guerrero. Allí, en el propio pedestal y mirando al Ayuntamiento, aparece en letras de oro y en elegante lápida de mármol, la siguiente inscripción:




HERNAN PEREZ DEL PULGAR

EL DE LAS HAZAÑAS

NACIÓ EN CIUDAD-REAL EN 1451

Y MURIÓ EN GRANADA EN 1531.

LA CIUDAD NATAL CONSAGRA

ESTA MEMORIA AL SEÑOR DE LOS

MOLINOS DE TREMECEN.

AL HÉROE DE ALHAMA, DEL SALAR,

DE GUADIX DE SOLOBREÑA,

DE GRANADA Y DE MONDEJAR.

Los pueblos que recuerdan las, virtudes, la inteligencia o el valor de sus hijos predilectos, merecen el aplauso de la historia y los plácemes de las generaciones contemporáneas. Honrar la memoria de los grandes hombres es honrarse a sí mismo la patria, es honrarse a sí mismo el pueblo que les vio nacer.

Ciudad-Real se enorgullece con Alfonso de Soto, jurisconsulto; Juan de Molina, historiador; Alonso de Céspedes, guerrero; Fernán Gómez, médico y literato, hijos todos de esta población.

Continuando las obras y restauraciones modernas, ya públicas, ya particulares, debemos mencionar el cuartel de caballería, fundado a fines del siglo anterior para casa de misericordia por el cardenal arzobispo de Toledo, señor Lorenzana, y convertido más tarde en alojamiento de la fuerza armada. El edificio es cómodo, espacioso, bien situado, perfectamente restaurado y propio para tres o cuatro regimientos.

El Hospicio provincial, reformado en tollas sus partes, ofrece grandes departamentos; el Instituto, tiene aulas y colegio de internos con absoluta separación, y el Hospital civil, extramuros de la ciudad, ostenta salas ventiladas é higiénicas.

Como edificios particulares sobresalen los palacios de Barrenengoa y Almagro, y como paseos, el de la Libertad, inmediato a la puerta de Calatrava, que fue un tiempo interminable serie de lagunas, causa permanente y ocasional de enfermedades para el barrio de Santiago, y hoy es una planicie agradable y una larga extensión de terreno bien dispuesto para la gente de a pie.

El tiempo era limitado, pero suficiente a recorrer todas las calles y visitar todos los edificios públicos. El aspecto que presenta esta capital revela grandes mejoras realizadas en los últimos años, y un deseo vehemente de llegar en breve término a la altura de otras ciudades, superiores en importancia política, aunque no en riqueza y recuerdos históricos.

 

Portugal contemporáneo de Madrid a Oporto pasando por Lisboa: diario de un caminante / por Modesto Fernández y González. Madrid 1874




lunes, 19 de junio de 2023

VIAJE A CIUDAD REAL EN EL SIGLO XIX (I)

 



Llegamos ya a Ciudad-Real. Comparado el pueblo de ahora con el de antes se observa una trasformación beneficiosa. El camino de hierro avivó el deseo de reformas.

Al penetrar en Ciudad-Real, se ofrece a la vista un espectáculo agradable. Las murallas, las almenas, las casas, simétricamente colocadas y de trecho en trecho recogidas al abrigo de los templos católicos, llaman la atención del espectador y del viajero. Sobre todo, las antiguas defensas de la plaza, que eran las murallas, en gran parte destruidas hoy, y las torres, en su mayoría echadas por el suelo, reconcentran el entendimiento en el esplendor de antes y en el abatimiento de ahora.

Para ingresar en la ciudad, tenemos a nuestra disposición siete puertas, que se conocen con otros tantos nombres propios, Ciruela, Alarcos, Carmen, Granada, Santa María, Mata y Toledo, pues la de Calatrava pertenece ya a la historia. Algunas de estas entradas conservan todavía, a pesar de tantos vandalismos artísticos y de tantas profanaciones históricas, la fisonomía de tiempos pasados, y recuerdan el nombre inmortal de Carlos I; la de Toledo, notable para el anticuario por sus esbeltos arcos, por su delicada fábrica, por las torres que le sirven de vigilantes, por su grande ojiva y sobre todo por el gusto arquitectónico que revela, permanece en pie para examen de los inteligentes; y la de Ciruela, que se haya inmediata a la estación del ferrocarril y acaba de ser restaurada a conciencia por la generación contemporánea, tiene el privilegio de reflejar en ella todas las miradas.

Fijémonos en esta última puerta. Existía al Sur de la ciudad un arco de medio punto, carcomido por el tiempo e inaccesible al paso de las gentes, que la línea férrea hizo necesario su habilitación para llegar directamente, y sin inútiles rodeos, al centro de la misma.

 



Es preciso confesar que la restauración fue hecha con inteligencia y sin mengua del arte. Un arquitecto peritísimo, D. Cirilo y Vara, propuso que se colocasen dos torreones, unidos por un lienzo de pared, y en el que se ostentasen gallardas almenas. En el centro debía figurar un arco de gusto gótico. En efecto, la obra se llevó a feliz término por iniciativa del entonces gobernador civil Sr. Cisneros, y el viajero puede contemplar una fortificación guerrera de agradable aspecto y de general conveniencia.

Ahora que la reforma está hecha; ahora que las gentes transitan sin dificultad; ahora que los vehículos entran y salen según el antojo de sus conductores, parece el trabajo sencillo y la obra producto de escasos esfuerzos. Ha costado, por el contrario, no pocas vigilias y grandes sacrificios.

El proyecto llegó a su término, y la Puerta de Ciruela, que ofrece un ancho de 40 metros por 44 de altura, que su ornamentación corresponde al género arquitectónico, que hasta el más insignificante detalle, fue previsto y realizado, es el adorno más completo que podía ofrecer la ciudad favorita de Alfonso el Sabio a los viajeros, ya por la proximidad al desembarque del ferrocarril, ya por el sitio en que está colocada.

Ciudad-Real es un conjunto desordenado de obras antiguas y de obras modernas, de recuerdos históricos y de trabajos presentes.

Como obra de otras generaciones, sobresale el templo de Nuestra Señora del Prado. Admira ver aquella sola nave, tan alta, tan esbelta, tan espaciosa, que rivaliza en magnificencia con los demás templos de España. Es posible que no haya otro que le exceda; pues cuenta 50 metros de longitud y 17 de latitud. Las dos bóvedas interiores, que recuerdan los primeros años del siglo XVI, el retablo, las esculturas de los apóstoles, la torre elevadísima, todo está primorosamente hecho y con arte dirigido. Domina en la construcción el gusto gótico.

Allí se encuentran dentro del templo los estandartes que sirven para las proclamaciones de los Reyes, del mismo modo que en la Basílica de Atocha, custodiada por los inválidos del ejército, ondean para perpetuo recuerdo y para eterna enseñanza los trofeos y las banderas ganadas por los españoles en los campos de batalla o en los combates navales.


Portugal contemporáneo de Madrid a Oporto pasando por Lisboa: diario de un caminante / por Modesto Fernández y González. Madrid 1874