La pasada semana saltaba a los
medios de comunicación el nombramiento de Maruja Vilches, como nueva Hermana Mayor
de la Cofradía
de los Javieres, persona a la que conozco personalmente desde el Encuentro
Nacional de Cofradías de Barbastro del año 2010; convirtiéndose así en la
primera mujer que asume el máximo cargo en una hermandad de penitencia de la capital
hispalense.
Aunque es cierto que ya hay
mujeres como Hermanas Mayores de Cofradías de Gloria en Sevilla, Maruja Vilches
es la primera mujer en la historia de la Semana Santa sevillana que
llega al cargo de Hermana Mayor, causando una gran expectación y revuelo en el
mundo cofrade sevillano.
Ella misma en la entrevista
publicada en el diario “La Razón ”
del pasado viernes 13 de enero, y que hoy traigo a mi blog, manifestaba que “estaba
muy sorprendida por la repercusión que está teniendo esto”, terminando así con
el veto a la mujer en la Semana Santa
sevillana y que el Arzobispo, Juan José Asenjo, realizo cuando el pasado año decreto
la plena igualdad entre hombres y mujeres en el seno de las hermandades.
Aquí en Ciudad Real hasta los
años setenta del pasado siglo XX, las mujeres no podían vestir la tunica de
ninguna cofradía de Semana Santa, si alguna era descubierta era expulsada del
cortejo procesional. No seria hasta 1975 cuando la Hermandad de la Oración en el Huerto
reunida en Junta General el 10 de marzo, aprobó la incorporación de la mujer
con los mismos derechos y obligaciones que los hombres. Decisión que marco un
hito histórico en la Semana Santa
ciudadrealeña y que fue seguida paulatinamente por las distintas cofradías de
nuestra ciudad.
Un año después, también la Hermandad de la Oración en el Huerto aprobó
en su Junta General del 24 de marzo de 1976, incluir en su junta directiva por
primera vez a tres mujeres, siendo las primeras que formaron parte de una junta
directiva en la Semana Santa
de Ciudad Real, con los mismos derechos y obligaciones que los hombres, las
hermanas Ángela García-Minguillán Talavera, María de los Ángeles Vera del Real
y María del Carmen del Hoyo.
El 1 de diciembre de 1988, fallecía
el Hermano Mayor de la
Dolorosa de la
Catedral “Ave-María”, Hilario Richard Rodríguez, que había
permanecido en el cargo cerca de cuarenta años. Siendo sustituido por su hija
Adela Richard Tolsada, convirtiéndose así en la primera mujer que asumía la máxima responsabilidad en una cofradía en la Semana Santa
de Ciudad Real, procesionando como Hermana Mayor por primera vez el 24 de marzo
de 1989.
Adela Richard Tolsada, la primera mujer
Hermana Mayor en la Semana Santa
Ciudadrealeña
Cuando en el Palacio de
Exposiciones y Congresos de Sevilla se celebro La 5ª Muestra Nacional de Artesanía
Cofrade (MUNARCO) dedicada a Ciudad Real, un grupo de hermanos mayores de la Semana Santa ciudadrealeña se
desplazo al acto inaugural, entre ellos Adela Richard. Esta inauguración fue
realizada por el Cardenal Arzobispo de Sevilla Emérito, Carlos Amigo vallejo,
con quien nos reunimos los hermanos mayores junto con miembros del Consejo
General de Cofradías de Sevilla. Cuando le presente al señor Cardenal los
hermanos mayores de la Semana Santa
ciudadrealeña y llegue a Adela, este me interrumpió y me dijo, una Hermana
Mayor, y dirigiéndose al Presidente del Consejo le dijo: “a ver cuando aprendéis
aquí en Sevilla”.
Parece que veintitrés años después
que en Ciudad Real, Sevilla ha aprendido que el hombre y la mujer deben tener
los mismos derechos y obligaciones dentro de cualquier hermandad de penitencia.
Los tiempos van cambiando y evolucionando. Hace muy poco nadie se planteaba siquiera estas opciones, y hoy gracias a Dios es una realidad. La mujer ha demostrado de sobra que puede ocupar CUALQUIER puesto dentro de nuestra semana santa con la misma valía que el hombre.
ResponderEliminarHola, aunque hasta este momento no se conociera una Hermana Mayor en la capital sevillana, ya desde varias décadas existían Hermanas Mayores en la provincia de Sevilla.
ResponderEliminarEn muchos casos las Hermanas Mayores obtienen mayor frutos que los Hermanos Mayores no por su fuerza sino por la delicadez y esmero que como buena mujer puede gobernar y llevar hacia el futuro una organización como estas.
Enhorabuena a las Hermanas que deciden presentarse a Hermanos Mayores.
Lo importante no es el género. Si no que quién esté en el cargo. Sea Hermana o Hermano Mayor valga.
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