lunes, 25 de julio de 2011

LA EXTINGUIDA HERMANDAD DE HIJOSDALGO DEL SEÑOR SANTIAGO



En la Parroquia de Santiago de Ciudad Real siempre se celebro la festividad del Santo Apóstol, patrón de España, con gran solemnidad y en ella se fundo una Hermandad en el siglo XIV para dar culto al titular de la Parroquia.

Joseph Diaz Jurado, cura propio de la Parroquia de San Pedro, en su manuscrito titulado “Singular Idea del Sabio Rey Don Alonso, Dibujada en la Fundación de Ciudad Real”(1), nos dice que entre las Cofradías y Hermandades que existían en la Parroquia de Santiago “la mas memorable la que asiste a la celebridad del señor Santiago, su titular. Fundóla el año de mil trescientos treinta y nueve, para que fuese depósito del honor y la piedad, Velasco Pérez de Chinchilla y Doña Buena, su mujer, con el título de Santiago y riguroso estatuto de nobleza. Se observa tan inviolablemente que, siendo todos cuantos en ella se alistan nobles caballeros hijosdalgos, es acto positivo y distintivo para superiores honrosos ascensos" (2).


Actual imagen que procesiona el día de Santiago, de los años cuarenta del pasado siglo XX

Otro sacerdote, Luis Delgado Merchán Arcipreste de la Santa Iglesia Prioral, edito en 1907 “Historia documentada de Ciudad Real”, publicando en su Apéndice trece, el Titulo V de las Ordenanzas de la “Hermandad de Caballeros Hijos-dalgo del Señor Santiago” del año 1450 y que se conservaban en el archivo personal de José Medrano. Dice así este titulo V: “Ordenamos y tenemos por bien que el dia del señor Santiago luego por la mañana, que se junten todos los cofrades caballeros y escuderos, todos los que tienen caballos y vayan todos a casa de ntro Priostre y él con ellos que salgan cabalgando lo mas rica y polidamente que pudieren tomando mucho gozo e faciendo muy mucha alegria los gentiles hijos dalgo corriendo sus caballos fuera de la ciudad en aquellos logares honestos que lo han acostumbrado e ansy todos ayuntados fuera de la ciudad que el Priostre y los abenidores con otros tres o cuatro caballeros o escuderos mas antiguos y con el estado tomen y elijan su priostre para de dos en dos años según que lo avemos acostumbrado y cualquier cofrade que para ello fuere tomado y elegido e lo non quisiere tomar y acebtar poniendo a ello algunas escusas que le non sean oidas nin recibidas salbo que todavía tome y acebte el dicho cofrade el priostazgo y lo sirva el debido tiempo sopena de cinco maravedis para pro del Cabildo. Y mandamos que cualquier cofrade que caballo e mula tubiere y ansy non lo ficiere e cumpliere como dcho, es que peche al Cabildo en pena cinco mrs. y mandamos a todos los otros cofrades ansy antiguos que non pueden cabalgar como los que non tienen de presente caballos ni mulas que vayan a casa de ntro. Piostre e se detengan ende y guarden tiempo fasta que los Caballeros vengan y todos unidamente ordenen y libren la facienda del Cabildo y dende vayan hordenadamente a la misa a la dcha. Iglesia de Santiago como dicho es so la dcha. Pena de los cinco mrs. a cualquier cofrade por quien fincare de lo ansy facer e cumplir salbo si non diere razon legitima por que non pudo venir e mandamos que aquel dia sea leyda esta carta por que sepan las ordenanzas Della e las guarden so las penas en ellas contenidas”.

Junto a la publicación de este Titulo V de las ordenanzas, existe una relación de caballeros Hijos dalgo de Ciudad Real en la mitad del siglo XVI, desde 1549, hasta 1787 que es cuando termina el libro.

Pero como celebraba esta hermandad la festividad y vísperas del santo. Julián Alonso Rodríguez, cronista que fue de Ciudad Real no lo cuenta en un artículo publicado en el diario Lanza en 1949 bajo el titulo “Los Caballeros del Señor Santiago”. Dice Julián Alonso que: “ A la cuatro de la tarde del veinticuatro de julio, se reunía tan ilustre corporación en casa del señor Prioste. Cada caballo era llevado del diestro por un paje volante ricamente vestido. Una vez reunidos los hermanos, tomaba el señor Prioste el pendón encarnado con la Cruz de Santiago bordada en oro; salían montados en sus bien aderezadas cabalgaduras, ordenados en dos filas, guardando el orden de antigüedad en la Hermandad; paseándose por las principales calles y se dirigían “a la plazoleta del Apóstol San Tiago el Mayor Cebedeo”. En llegando entregaban los caballos a sus volantes para dirigirse, los jinetes a los asientos en medio de la Iglesia dispuestos. Antes de entrar al templo los caballeros, un paje sacaba de una bolsa de seda, una pililla de plata; se adelantaba, con mucho respeto y diligencia; la llenaba de agua bendita en la pila de la Iglesia; volvía a la puerta y, semejantes demostraciones y discreción que entrara, la ofrecía a los caballeros. Al comenzar las vísperas, cada paje entregaba a su señor un hacha de cuatro pabilos para alumbrar todo el tiempo de duración de los rezos.

En la mañana siguiente, día del Apóstol, se repetía el desfile para asistir a la Misa. Desde el principio ardían las hachas en los hacheros. Al concluir el sermón, antes de alzar el Sacramento, se las daban los pajes a sus señores que en las manos las tenían encendidas hasta la comunión de oficiante, para volver a los hacheros y seguir ardiendo en ellos mientras terminaba el Oficio Divino. Finado este, el señor Prioste, con un paje mandaba recado al Párroco de cómo en nombre de la corporación en pleno, le rogaba se sirviese la Iglesia con la cera sobrante, “con lo cual la Parroquia quedaba bien prevenida de ella para la mayor parte del año
”.

Los Hermanos tomaban luego, sus cabalgaduras en la plazoleta y, en igual forma, pompa y aparato que llegaron por la carrera elegida por el señor Prioste, retornaban a la casa de él donde se servía un festín al que, según costumbre, asistía el Clero Parroquial”.



Imagen de Santiago que preside el altar mayor, obra de Faustino Sanz Herranz de 1989
Esta cofradía formada por los nobles de la ciudad gastaba en las vísperas y el día de Santiago la cantidad de 500 reales, y sus ordenanzas estaban remitidas a la Chancillería de Granada en 1770.

No sabemos cuando desapareció esta Hermandad, pero todo hace apuntar que seria terminando el siglo XVIII y principios del XIX. Sin hermandad que rindiera culto a la imagen del Santo que presidía el altar mayor, la festividad de Santiago se vino celebrando en la Parroquia por el clero parroquial con vísperas y el día de su festividad cuya función pagaba el ayuntamiento al tener Voto al Apóstol, con asistencia de toda la corporación bajo mazas. Hay que tener en cuenta que hasta hace no muchos años, la festividad de Santiago era fiesta nacional al ser patrón de España.

Hoy en día Santiago se celebra en nuestra ciudad con unas fiestas en su honor organizadas por la Asociación de Vecinos del Barrio de Santiago “El Perchel” y una procesión en su honor que se viene celebrando desde el año 2000.

(1) Este manuscrito escrito entre 1681 y 1751, fue publicado por el fondo editorial del Ayuntamiento de Ciudad Real en 1986.
(2) Ibídem, pagina 123.

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