El Teatro Municipal Quijano acogió
el viernes la obra musical “La Pasión según Andalucía”, un
concierto y un homenaje al sentir de una tierra. El grupo sevillano Cantores de
Híspalis realizó un ejercicio de fusión de géneros por medio de la música, la
poesía, el audiovisual y el flamenco por medio del espectáculo 'La Pasión según Andalucía'.
En el apartado musical, las voces
de Cantores de Híspalis, una formación musical acompañante y una banda de
música, en este caso la de Ciudad Real, fueron los ingredientes que utilizo Pascual
González, que es lo mismo que decir Cantores de Híspalis, con su repertorio de
música sacra, «adaptada y cantable», de la que se sirve este grupo andaluz para
contar la Pasión
de Cristo, “en su versión más andaluza”, para introducirnos en la celebración
de la Pasión
andaluza.
La propuesta de Pascual González
estuvo llena de intensidad, desde el primer compás que esta vez correspondió a
la banda de la
Agrupación Musical de Ciudad Real, quien brindó una primera
composición formada por fragmentos de varias marchas
La salida de los cuatro
intérpretes sevillanos aún se demoró para dar tiempo a sus propios
músicos a mostrar su habilidad en especial con una familia de instrumentos
crucial para el espíritu de Semana Santa, la percusión.
Después Pascual González hizo de
la prosa la más sutil de las poesías, y cada palabra fue un canto a Andalucía,
de la que siente profundamente enamorado: "Si en la Gloria vive Dios, Dios vive
en Andalucía". Una Andalucía que recorre cual costalero debajo de su
trabajadera, desde Almería hasta Huelva, desde Jaén hasta Algeciras.
Mezclaron temas de su nuevo disco
con sus éxitos de siempre: Yo quiero ser costalero, La Saeta , Silencio..., y el
silencio se hizo en medio la portentosa intervención d unl saetero con su magnífica saeta por seguiriyas.
En definitiva un extraordinario
espectáculo en el que Cantores de Híspalis recorrieron Andalucía a través de
sus cofradías, haciendo una parada especial en nuestra Semana Santa, a la que
el propio Pascual González ensalzó, dedicando su particular pregón a las
Hermandades ciudadrealeñas. Bohemio y soñador, en una de sus intervenciones
afirmó que "es el momento de soñar que en al vida haya más vida y que en la Tierra haya más paz".
Así sea.
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