jueves, 23 de agosto de 2012

SOLEMNE FUNCIÓN DE LA OCTAVA EN HONOR DE LA VIRGEN DEL PRADO



Ayer 22 de Agosto, la Iglesia celebraba la fiesta litúrgica de María Reina que fue establecida por el Siervo de Dios Pío XII el 1 de Noviembre de 1954, que señaló su celebración el 31 de Mayo. El año 1969, la Iglesia reforma el calendario romano y traslada dicha fiesta a la octava de la Asunción “Para que aparezca mas clara la conexión entre la Realeza de la Madre de Dios y su Asunción”.

En Ciudad Real, la Ilustre Hermandad de Nuestra Señora la Virgen del Prado y su Corte de Honor, ofrecieron  la Solemne Función en honor a su titular, coincidiendo con la Octava de le festividad de la Asunción.

Representación de las Juntas Directivas de la Ilustre Hermandad y Corte de Honor, organizadoras de la Función de ayer día 22.
Representación del Equipo de Gobierno en la Función de ayer, encabezado por la Alcaldesa.

La Presidenta de la Corte de Honor, Pilar Cid Gómez, fue la encargada de realizar la monición de entrada.

La Función fue concelebrada por miembros del Excmo. Cabildo Catedral y sacerdotes de la ciudad.

El Hermano Mayor, Ricardo Chamorro, fue el encargado de leer la primera lectura.

El M. I. Sr. D.  Jesús Abad Ramos, Consiliario de la Ilustre Hermandad y Corte de Honor, fue el encargado del canto durante la celebración litúrgica.

El M. I. Sr. D.  Miguel Esparza Fernández, Presidente del Cabildo Catedral, fue el encargado de proclamar el evangelio.

El Rvdo. Sr. D. Jesús Donaire Domínguez, sacerdote de la Diócesis de Sevilla, ciudadrealeño y hermano de la Virgen del Prado, fue el encargado de oficiar  la Función de la Octava de la Virgen del Prado .

La Corte de Honor fue también la encargada  de realizar la Oración de los Fieles.

El momento en el que el Rvdo. Sr. D. Jesús Donaire Domínguez, inciensa a la Virgen del Prado.

El M. I. Sr. D. José Valiente Lendrino en el momento de incensar al pueblo.

Sin duda la homilía de ayer de Jesús, ha sido una de las mejores de las que hemos oído estos días en el templo Catedralicio.

A los pies del Altar Mayor, un ramo de rosas rojas nos recordaba que hacia setenta y seis años que fueron asesinados los Beatos D. Narciso y D. Julio, cuyos restos reposan justo debajo del altar.

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