Hoy 6 de Noviembre es la
festividad litúrgica de los Beatos Narciso de Estenága y Echevarría, séptimo
Obispo-Prior, y de Julio Melgar Salgado, fiel capellán del Obispo. Ambos fueron
asesinados el 22 de Agosto de 1936.
Hace unos días me llego un enlace
de un artículo publicado en “blogs.larioja.com”, sobre la vida de Monseñor
Narciso Estenága, que me parece interesante y que a continuación reproduzco en el día que la iglesia diocesana recuerda su memoria.
"El 29 de octubre se cumplen
130 años del nacimiento de Narciso de Estenága y Echevarría, un riojano ilustre
que llegó a ser obispo, confesor del rey Alfonso XIII y declarado por la Iglesia Católica
como beato y mártir, tras ser asesinado en 1936, durante los primeros compases
de la Guerra Civil
española.
Nacido en Logroño el 29 de
octubre de 1882, Narciso de Estenága y Echevarría era hijo de un jornalero y de
una lavandera. Bautizado en la parroquia de Santa María de Palacio -vivía en la
calle del Coso, según confirma el historiador arnedano Felipe Abad León- , años
más tarde fue confirmado por el obispo de la Diócesis de Calahorra,
Antonio Cascajares, antiguo obispo prior de Ciudad Real, curiosamente un
antecesor suyo. Según su biógrafo José López de la Franca , Estenága es el
primer obispo proveniente de una familia humilde.
Huérfano desde niño
Siendo todavía un niño fallece su
padre, Nicanor de Estenága y Lizarralde, por lo que la familia -de origen
alavés- se traslada a Vitoria y al poco tiempo, cuando apena tiene 11 años,
también muere su madre, Eugenia Echevarría y Del Campo. «Huérfano a muy corta
edad -explica el historiador De la
Franca-, ingresa en el Seminario de Aguirre para niños pobres
de Vitoria, bajo la tutela de la Madre Corazón , Santa María Josefa -la primera
santa vasca-, fundadora de las Siervas de Jesús. Esta mujer acoge a este chico,
le paga la carrera y le envía al Seminario de Toledo». Es por ello que este
riojano ilustre siempre se declaró deudor de las Siervas de Jesús. «Yo que tuve
la mala suerte de perder a mis padres de niño, me acogí al patrocinio de la Virgen María », Había
afirmado más de una vez el propio Estenága.
Antes de ordenarse sacerdote en
Toledo se presenta a las oposiciones de canónigo y las aprueba, aunque no le
dan el cargo porque aún no había concluido los estudios. Sería poco después
cuando accedería a la canongía, hasta llegar a ser deán de la catedral primada,
con el encargo de catalogar todas las obras allí reunidas. Es entonces cuando comienza
a escribir la historia y el catálogo de la Catedral de Toledo, con más de cien mil fichas
completadas, magna obra que no llegó a concluir porque en ese empeño le
sorprendió la muerte.
Confesor del rey
Alfonso XIII
Decisiva en su vida fue la amistad que mantuvo con el rey
Alfonso XIII, quien piensa en él para regentar la diócesis que más quiere. Como
el monarca era gran maestre de las Órdenes Militares, por autoridad apostólica
nombra al obispo de Ciudad Real, que también es prior de las Órdenes
Militares. Así, promueve a Estenága para el cargo, que ya era su gran amigo y
su confesor, en el que toma posesión en julio 1923. Un mes antes fue investido
caballero de la Orden
de Santiago, apadrinado por el propio Rey, que le regala el pectoral de obispo
y el hábito de gran maestre.
Además de Alfonso XIII, Estenága
tuvo más amigos ilustres. Los reyes belgas le concedieron la condecoración de
Caballero de la Orden
de la Corona y
fue premiado por el presidente de Polonia. «Era un hombre excepcional en casi
todo -explica López de la
Franca-, pero sobresalía por ser un orador fuera de lo común.
Antes de su muerte recibió el reconocimiento incluso de presidentes
republicanos, como Indalecio Prieto o Niceto Alcalá Zamora, que le encargó, en
abril del 36, el Elogio fúnebre de Lope de Vega, con motivo del tercer
centenario del “Fénix de los Ingenios”. Hombre de gran cultura, dominador de
varios idioma, autor de obras de perfil cultural y religioso -entre ellas una
historia de la catedral de Toledo que no llegó a culminar- y orador insigne, el
historiador y biógrafo José López de la Franca ha trabajado durante veinte años en su
figura, tanto desde el punto de vista humano como religioso.
El 22 de agosto de 1936, un grupo
de milicianos se lleva a la fuerza al obispo de Ciudad Real y a su
capellán a los alrededores de Peralvillo del Monte, donde son asesinados a
tiros después de ser torturados y ultrajados. Enterrado en el cementerio de la
ciudad, sus restos fueron traslados a la catedral el 10 de mayo de 1940.
Narciso de Estenaga fue
beatificado por el Papa Benedicto XVI hace un lustro -el 28 de octubre del
2007-, junto varias decenas de sacerdotes más asesinados en la Guerra Civil. La
festividad litúrgica del beato Narciso y compañeros mártires del siglo XX en
España se celebra el día 6 de noviembre."
Beato Julio Melgar Salgado, cuyos restos
reposan junto a los del Obispo-Prior Narciso de Estenága en el altar mayor de
la Catedral ciudadrealeña.
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