martes, 20 de noviembre de 2012

LA CRUZ A LOS CAÍDOS DE CIUDAD REAL


La Cruz a los Caídos presidió los jardines del Prado desde 1947 hasta 1986

Concluida la Guerra Civil Española (1936-39), broto en  España la Cruz de los Caídos por pueblos y ciudades. Las cruces hablaban de los “asesinatos rojos” y eran el símbolo del renacer del estado confesionalmente católico; y si por esto fuera poco, un mandato expreso de José Antonio determinaba el levantar cruces a los caídos por la Causa en toda la geografía nacional. Por tanto, no podía haber mejor motivo para levantar el Monumento a la Cruzada que la “exaltación de la Santa Cruz” como triple expresión de elevación de la piedad popular, de una tesis del Poder expresada en un cuerpo orgánico de piedra cuya grandeza emulara la de los antiguos monumentos y que aspirara a desafiar el tiempo y el olvido, y de una estructura colosal y ciclópea referida a la capacidad artística y arquitectónica del Nuevo Régimen. Esta comunidad de intereses estatales quedaba recogida en el decreto publicado con fecha 2 de abril de 1940 en el Boletín Oficial del Estado, donde se daba luz verde al levantamiento del Valle de los Caídos.

A partir de entonces, el afán por erigir un monumento dedicado a los “Caídos por Dios y por la Patria” se extendió por toda España y nuestra provincia. En Ciudad Real en el atrio de Catedral de la puerta del mediodía, es decir la que da al Prado, en su parte izquierda y sobre su muro se grabo en su parte superior, el nombre de José Antonio que permaneció hasta finales de los años noventa del pasado siglo XX. En este lugar llegado el 20 de Noviembre, se ofrecía una corona, acto al que asistían todas las autoridades religiosas, civiles y militares de la ciudad, se decía la oración de José Antonio, se rezaba un responso y terminaban los actos cantando el cara al sol.

La Cruz a los Caídos cobraba protagonismo cada 20 de Noviembre, con motivo de los actos por la muerte del fundador de la Falange, José Antonio Primo de Rivera.

Con más de tres años de retraso con respecto a la proliferación en la inmediata postguerra de los proyectos de numerosísimas “Cruces de los Caídos” de todos los tamaños y en todos los emplazamientos en ciudades pueblos y campos abiertos, destinadas a la conmemoración de los “Caídos por Dios y por la Patria”; la Jefatura Provincial del Movimiento en Ciudad Real en noviembre de 1943, toma la iniciativa de levantar un Monumento a los Caídos en Ciudad Real capital. Por este motivo la Secretaria Local de la Falange constituye una comisión para este fin en la que participarían entre otros los representados del Ayuntamiento, Manuel Tolsada y José Luis Barreda.

Una de las primeras medidas de la Comisión Pro-monumento Cruz a los Caídos, fue abrir una suscripción popular, para que todos los ciudadrealeños pudieran colaborar en esta iniciativa. También se solicitaron varios proyectos y presupuestos para la construcción  de este monumento, optándose al final que fuera la empresa “Casa Molinero”, fundada en 1880 que tenía su sede en la Plaza de Tirso de Molina, 10 de Madrid y que se dedicaba a la construcción en piedra y mármoles del país y extranjero, que había construido ya numerosas cruces a los caídos por España, la que realizara la Cruz a los Caídos en Ciudad Real con un presupuesto de 130.000 pesetas. También se determinó que fuera en los jardines del Prado donde se levantara este monumento.

Pero los años fueron pasando y la suscripción popular no dio los frutos que se esperaba de ella, ya que solo se llegaron a recaudar 30.000 pesetas, por lo que al final la Cruz de los Caídos ciudadrealeña se terminó con la ayuda del entonces Gobernador Civil de Ciudad Real, Jacobo Roldan Losada, que aporto las 100.000 pesetas que faltaban para su terminación.

Los actos incluían ofrenda de coronas, responso y el canto del cara sol. En la fotografía los actos con motivo del 20 N del año 1963.

El Diario Lanza en su portada del viernes 21 de marzo de 1947 (Año V. Nº 1214), publicaba una nota y fotografía que llevaban el titulo “Ya tiene Cruz de los Caídos nuestra capital”, en la cual daba cuenta de la terminación de los trabajos de instalación de la Cruz de los Caídos en los jardines del Prado “La terminación de este monumento, que hace tiempo debiera haber tenido Ciudad Real” y anunciaba que en breve se bendeciría e inauguraría. La Cruz se situaba como elemento más revelante del monumento sobre una escalinata de tipo clasicista, que ofrece una imagen austera, y sencilla del conjunto. Constaba de un altar coronado por  el escudo del régimen, estando todo el conjunto protegido por unas cadenas que enlazaban unos pibotes, rodeando la escalinata de la base.

Pero esta bendición e inauguración se retrasaron hasta el miércoles 29 de octubre de 1947 “Día de los Caídos”, fecha que la Falange conmemoraba su fundación y el Frente de Juventudes calificaba como “Día de la Fe”. El Diario Lanza en su portada del martes 28 de octubre (Año V. Nº 1.401), mostraba su satisfacción por la construcción de este monumento con las siguientes palabras: “desde hace tiempo Ciudad Real sentía necesidad de poseer una cruz, un monumento que perpetuase la memoria de aquellos que cayeron por Dios y por la Patria y que son el mejor ejemplo para los que continuamos viviendo.

Los actos para la inauguración de la Cruz a los Caídos, comenzaron a las once y media de la mañana de un día lluvioso, al que asistieron formadas centurias de flechas y cadetes de la Falange y miembros de la Sección Femenina. En lugares preferentes se situaron las autoridades provinciales y locales, presididas por el Gobernador Civil y Jefe Provincial del Movimiento, Jacobo Roldan Losada, e inmediatamente ocupaban sitio los familiares de los Caídos previamente invitados por la Jefatura de la Falange, siendo arropados por una gran cantidad de público que llenaban los paseos del Prado.

Proyecto del arquitecto Diego Peris en 1986, para el traslado de la Cruz a los Caídos en la zona ajardinada del cementerio.
  
El acto comenzó con la bendición del monumento a cargo del Excmo. Rvdmo. Sr. D. Emeterio Echeverría y Barrena, seguido de unas palabras del Padre Avila, S. J., que según el Diario Lanza en su portada del  miércoles 29 de octubre (Año V. Nº 1402), “pronunció a los asistentes al acto religioso, llenas de unción patriótica y de encendido falangismo, poniendo de relieve el martirio de los Caídos en sacrificio de España”.

A continuación el Gobernador Civil y Jefe Provincial del Movimiento, leyó la Oración de los Caídos, de Sánchez Mazas, después hubo una ofrenda de coronas de flores, terminando el acto la banda de música municipal interpretando el himno nacional y el del Movimiento. Como colofón de todo este acto, a las doce de la mañana y ante el monumento se celebró una Misa de Requiem, oficiada por el Canónigo Isaac Zudaire Arraiza y después el señor Obispo ofició un responso.

Como curiosidad y tal y como informa el Diario Lanza, durante los actos celebrados, el comercio de la ciudad cerro sus puertas, el vecindario engalano sus balcones con colgaduras enlutadas, tal y como había pedido la alcaldía, y en los centros oficiales ondeaba la bandera de España con crespones negros.

Una vez inaugurado el monumento a los caídos de nuestra ciudad, este recobraba protagonismo cada 20 de Noviembre, día que se conmemoraba la muerte de José Antonio Primo de Rivera, fundador de la Falange. Durante este día había ofrenda de coronas, y  lectura de la Oración de los Caídos, actos que promovían y  asistían las autoridades locales y  provinciales hasta 1976. A partir de 1977 los actos ante la Cruz a los Caídos fueron organizados por la Falange y Fuerza Nueva.

Tal y como quedo la Cruz en su nueva ubicación, con la zona ajardinada que se le realizo ambos lados.

Con la promulgación de la Constitución Española en 1978, los actos en memoria de José Antonio y Franco delante de la Cruz de los Caídos, fueron perdiendo el respaldo de la población ciudadrealeña, hasta llegar a desaparecer.

Ocupando la alcaldía de Ciudad Real, Lorenzo Sélas Céspedes, en el mes de agosto de 1986, la Comisión de Gobierno acordó trasladar la Cruz de los Caídos al cementerio y levantar un templete para la música en su lugar. El proyecto de la nueva ubicación, fue redactado por el arquitecto Diego Peris, que contemplaba la instalación de la cruz delante de la verja  derecha entrando al cementerio, con la creación de una zona ajardinada junto a ella.

El proyecto del traslado de la Cruz a los Caídos al cementerio, fue realizada por la empresa León Triviño con un presupuesto de 7.400.000 pesetas y para la conmemoración de la fiesta de Todos los Santos del 1 de noviembre de 1986, la cruz ya se encontraba en su nuevo emplazamiento, lugar que ocupa desde entonces.

Altar que cuenta la cruz y en cuya parte superior tuvo el escudo del régimen del General Franco, ahora desaparecido.

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