martes, 3 de junio de 2014

VISITAS DEL REY JUAN CARLOS I A CIUDAD REAL


La primera vez que visitó Don Juan Carlos Ciudad Real, fue siendo Príncipe de España el 13 de diciembre de 1971

Ayer nos sorprendía a todos los españoles, la abdicación de su Majestad el Rey de España, D. Juan Carlos I de Borbón y Borbón-Dos Sicilias. Un Rey cercano que de manera oficial ha visitado dos veces Ciudad Real capital, una como Príncipe de España y otra como Rey de España.

La visita como Príncipe de España la efectuó el lunes 13 de diciembre de 1971, llegando a nuestra ciudad a las cuatro de la tarde y entrando a la misma por la calle Toledo, dirigiéndose hacia la entonces Plaza del Generalísimo y siendo recibido en el Ayuntamiento por el entonces Ministro de Hacienda, señor Monreal Luque, varias autoridades nacionales y todas las autoridades provinciales y locales. En la  Plaza del Generalísimo tras escuchar el himno de España, paso revista a una batería del Regimiento de Artillería de Información y Localización que entonces tenía su sede en nuestra ciudad.

El entonces Príncipe de España firmando en el libro de honor del ayuntamiento

Posteriormente acompañado del entonces Alcalde de Ciudad Real, D. Eloy Sancho García, se dirigió al balcón del ayuntamiento donde fue aclamado por los ciudadrealeños que llenaban la Plaza del Generalísimo y donde el alcalde pronunció unas palabras en las que le dió la bienvenida a la capital de la Mancha. El entonces Príncipe respondió al Alcalde con las siguientes palabras: “Gracias, alcalde por vuestras palabras y gracias, Ciudad Real, por vuestro recibimiento. Espero volver pronto para conoceros mejor, estar entre vosotros y saber directamente de vuestras preocupaciones y vuestras realidades. Espero poder volver con la princesa para que la conozcáis. No tengo más que una palabra que deciros: Hasta pronto”.

Seguidamente don Juan Carlos, y las autoridades pasaron al despacho de la Alcaldía donde el Príncipe firmó en el libro de honor del Ayuntamiento, haciéndole entrega la primera autoridad local, de una copia en pergamino de la Carta Puebla, de la ciudad, así como del acta en que el Pleno de la Corporación por unanimidad, acordó dar el nombre de S. A. R. al complejo deportivo que posteriormente se inauguraría con el nombre de Príncipe Juan Carlos. Una vez concluida la visita en la Casa Consistorial, el entonces Príncipe se dirigió hacia Almadén.

El No-Do se hizo eco de la visita de los Reyes a Ciudad Real en noviembre de 1978

Una vez proclamado Rey Don Juan Carlos, visitó de nuevo Ciudad Real, esta vez acompañado de su majestad la Reina Dª. Sofía, el miércoles 8 de noviembre de 1978. Llegaron a nuestra ciudad en helicóptero a las cinco y media de la tarde, aterrizando este en el polideportivo “Príncipe Juan Carlos”. Desde este lugar en automóvil se dirigieron  a la actual calle Alarcos, entonces Avenida de los Mártires, pasando por las calles Mata, General Rey, Plaza del Pilar, Avenidas del Rey Santo, Almirante Carrero Blanco y de los Mártires. Una vez en la calle de los Mártires se interpretó el himno nacional por la banda de música del Regimiento de Inmemorial del Rey, rindiendo honores una batería del desaparecido Regimiento de Artillería de Información y Localización.

Una vez recibido honores militares, se dirigió a pie hacia el ayuntamiento, siendo recibido a la altura del Pasaje Gutiérrez Ortega  por el entonces alcalde de Ciudad Real, D. José Ruiz Lorente, haciéndole entrega del bastón de mando de alcalde. Una vez en el ayuntamiento se le hizo entrega a la reina de un ramo de flores y de una medalla de la Virgen del Prado, descubriéndose después una lápida como recuerdo de la visita en el vestíbulo de la casa consistorial. Una vez en el balcón del ayuntamiento, el Alcalde pronunció unas palabras dándole la bienvenida, siendo contestado por el Rey con el siguiente discurso:

El entonces Alcalde de Ciudad Real, D.  José Ruiz Lorente, haciéndole entrega del bastón de mando de alcalde al Rey en la calle Alarcos 

Varios son los motivos por los que la palabra “gracias” ha de salir de mis labios en esta querida ciudad. La reina y yo, os damos gracias por el recibimiento tan cariñoso, tan sincero, tan noble, que nos habéis ofrecido.

Gracias también porque al citar aquí los conceptos de juventud y sencillez referidos a nuestras personas, vuestro alcalde no ha hecho más que exaltar tres condiciones que distinguen a Ciudad Real y a su provincia toda: juventud, sencillez y grandeza.

Esta ciudad y estas tierras han sabido extraer de su gloriosa antigüedad un verdadero secreto de pujanza juvenil. Ciudad real, como la Mancha y sus otras comarcas vecinas, son hoy  jóvenes porque son emprendedoras y vitales; los son porque saben laborar con alegría, ilusión y empeño.

Y todo esto, además lo hacen con sencillez y grandeza, con esa grandeza y sencillez, tan proverbiales vuestras, como lo son asimismo la hospitalidad y la lealtad.

Ello explica aún mejor nuestro vivo deseo de venir a Ciudad Real, de encontrarnos entre vosotros, de hablaros y veros en vuestra propia casa. Esta aspiración se cumple ahora con creces.

Los Reyes saludando desde el balcón de nuestro ayuntamiento   

Gracias, en fin, porque habéis sabido hablarme con claridad. Precisamente nuestro viaje a Ciudad Real responde al propósito de conoceros más de cerca, y a la vez estar presente en vuestros anhelos, necesidades y proyectos.

El Rey está y estará siempre a vuestro lado, con Ciudad Real y su pueblo, según corresponde a la propia naturaleza de la Institución monárquica que se encarna en mi persona.

Sentido especial tiene aquí esta afirmación, porque, como habéis subrayado, vuestra ciudad fue real desde su fundación, por Alfonso el Sabio en 1255, quien la llamó con el bello y expresivo nombre de Villarreal.

Antes y después, estas anchas tierras fueron escenario de hechos memorables, y cuna de ilustres personalidades. Desde un García Jofre de Loaysa, descubridor por tierras de Oceanía, un Hernán Pérez del Pulgar, el de las “Hazañas”, un Diego de Almagro, conquistador y adelantado, hasta un Bernardo de Balbuena, el poeta épico del “Bernardo del Carpio”.

Aquí nacieron varones como Santo Tomás de Villanueva, que vio la luz en Fuenllana, y fue predicador de Carlos V y arzobispo de Valencia, o Juan Bautista de la Concepción, de Almodóvar del Campo, reformador de la Orden Trinitaria, o, figura grandiosa, la de San Juan de Ávila, maestro espiritual de los santos españoles, en el siglo XVI. Y tantos otros personajes ilustres.

La Plaza Mayor, entonces llamada Plaza del Generalísimo, se encontraba repleta de público  

Santa Teresa de Ávila, otro modelo de grandeza, y sencillez anduvo por aquí fundando sus “palomaricos” carmelitanos. (Malagón, Daimiel, Almodóvar) Y, en orden a la cultura, es admirable ese “Corral de Comedias” de Almagro ejemplar único, entre los de su género, durante el Siglo de Oro.

Hoy día en el trabajo del espíritu como en el esfuerzo de los brazos, seguís dando a la Patria hombres y mujeres que son ejemplo de un presente activo y creador y de un futuro más pleno en dicha y bienestar.

Es cierto, muy cierto que en largos periodos de la historia, pasó sobre vuestros llanos y montes el fantasma trágico de la escasez material. Pero es también verdad que os levantasteis, y habéis de seguir levantando, mediante el razonable tránsito a la industrialización, sin abandonar la tradicional actividad agrícola y ganadera, no desmayando en las iniciativas y prosperando siempre en la solidaridad.

Gran empresa, en especial, para la juventud, esperanza máxima de nuestros afanes.

Todo lo necesitan, y lo merecen Ciudad Real y sus tierras.

Antaño fueron las calzadas romanas que aún nos marcan el sentido de la comunicación: las cañadas, ventas y molinos que encendieron la fantasía de Cervantes. Hoy el progreso nos abre nuevas vías, y por ellas caminaremos. “Desfaciendo”, de paso, cuantos entuertos se nos quieran oponer.

Don Juan Carlos dirigiéndose a los ciudadrealeños desde el balcón del ayuntamiento

Porque Don Quijote no morirá jamás. Gracias a su figura, que es a la vez de alma y de carne y hueso, la seca Mancha de los siglos pasados resumió ante el mundo la imagen de todos los heroísmos.

Ciudad Real, gentil, hospitalaria y trabajadora, tiene un puesto de honor en los derroteros españoles. Vuestra excelsa patrona la Virgen del Prado, nos guie por ellos.

Dejadme ahora que os repita las gracias y os dejo aquí nuestro mejor saludo”.

Las palabras del Rey fueron acogidas con una gran ovación, pasando posteriormente al salón de sesiones, donde firmó en el libro de honor, desplazándose a continuación al recién construido Hospital Provincial.

Los Reyes se hospedaron en el desaparecido Hotel Castillos, donde después de cenar en privado, se reunieron con las autoridades y parlamentarios de la provincia. Al día siguiente visitaron varios pueblos de la provincia, regresando a las 17:15 horas en helicóptero a Madrid.

El No-Do realizó un reportaje de la visita, cuyas imágenes se pueden ver pinchando el siguiente enlace: http://www.rtve.es/filmoteca/no-do/not-1869/1465503/

Sus Majestades los Reyes de España en el Hospital Provincial  

La tercera y última vez que han estado los Reyes en nuestra ciudad, fue el 4 de octubre de 2005, para presidir el acto de apertura del curso universitario 2005-2006 en el Paraninfo de la Universidad de Castilla-La Mancha.

Su Majestad el Rey firma, el 4 de octubre de 2005, en el libro de honor de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad de Castilla-La Mancha en Ciudad Real tras presidir el acto de apertura del curso universitario 2005-2006

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