La
Plaza del Pilar a principios del siglo XX
Así
parecen indicarlo documentos de alrededor del año 1550
El
rey Carlos V no quiso que se explotara para “evitar detrimento” a las minas de
Almadén
La investigación histórica nos guarda a
veces sorpresas que pueden dar origen a materiales yacimientos de riquezas
insospechadas.
Esto tan solo sería más que suficiente
para respetar las fuentes históricas que no solo son “papeles viejos” o
edificios “ruinosos” por lo cual y en reciente visita que efectuamos a la
dirección general de Bellas Artes, dimos en la Subcomisaria del Patrimonio Artístico
Nacional, una buena relación de lugares y sitios pintorescos, de Almadén y su
comarca, que merecen protección y respeto, por lo que fueron y significan.
Sabido es que el origen del
emplazamiento de la actual Ciudad Real, era una aldea de la villa de Alarcos,,
con el nombre “Puebla del Pozuelo” y que más tarde se denominó “Pozuelo Seco de
Don Gil”. El que “pozuelo” sea
diminutivo de pozo y que por añadidura se le agregue después “seco”, hace
pensar que el tal “Pozuelo” no fuese abierto para obtener agua, pero que sin
embargo lo hace singular y perecedero hasta que el Rey sabio en 1262 marca con
su espada los cimientos de la muralla de la que sería su bona e querida Villa a la que D. Juan II, en 1420 le da los
títulos de muy noble y muy leal ciudad
de Ciudad Real.
Aquí queda cegado el tal “pozuelo” y
olvidado en la Historia su significativo nombre que sin duda debió tener la
importancia de algún glorioso pasado o investigación científica de otras
generaciones.
La provincia es toda rica en yacimientos
minerales, y de una antigüedad sus explotaciones que, cual nuestras minas de
Almadén, se remontan a cientos de años anteriores a la Era Cristiana. ¿No pudo
ser este “pozuelo seco” , una explotación minera a cielo descubierto? La
interrogante, tal vez la podamos tener al estudiar un hecho ocurrido en las
minas de Almadén, con motivo del hundimiento que en ellas hubo, exactamente el
22 de mayo de 1543.
No por interesante, sino que el hecho en
sí de la catástrofe tuvo como consecuencia el investigar en otros yacimientos
ya conocidos o por conocer, de cinabrio, rústica piedra mineral de la que se
obtiene el bermellón y el azogue.
“Tanta ha sido la pujanza de esta mina
de España, que ha hecho desamparar otra en Alemania y así se cree que está
nuestra sea al presente única en el mundo”. Así se manifestaron por entonces lo
célebres banqueros del Emperador, los Fúcares, que en más de un siglo vinieron
explotando los yacimientos mercuriales de Almadén, con los cereales del Campo
de Calatrava, conjuntamente.
Un
grabado de las minas de Almadén del siglo XVIII
En Chillón se había hallado otro
yacimiento de cinabrio, pero S. M. no consintió que se explotará, precisamente,
“para evitar detrimento” a las minas de Almadén; y se agrega que por igual
motivo, tampoco se ha permitido abrir otro pozo en Ciudad Real del que se
sospecha sería muy rico, dada las señales que presenta.
¿Qué “pozo” de cinabrio es este que
aparece enclavado en el antiguo “Pozuelo Seco de Don Gil”? En este caso, la
interrogante, bien merece la pena hallarle contestación, mediante un científico
sondeo con moderna técnica que hiciese convertir el despreciativo nombre de “pozuelo”,
por un “pozo sin fondo” de insospechadas riquezas mineras, que convirtiese a la
capital de la Mancha en un “Nuevo Almadén”.
EN
TIRTEFUERA OTRA RICA MINA DE PLATA
Cervantes, que hizo de Tirteafuera lugar
conocido en el mundo entero, al descubrirle como patria chica del medicó de las
Minas de Almadén, y por tanto de su gobernador y superintendente; se halla
enclavado en una rica zona de minas de oro y plata, pues Felipe II en 1599
concede facultad a Miguel Ruiz de Espinosa para beneficiar las minas de oro y
plata enclavadas en la jurisdicción de Almodóvar del Campo.
Más tarde Carlos II, en 1677, hizo
reconocer otra mina de plata en Tirtefuera, de la que se dá una regular
descripción “y de la cual se hallan muchos papeles antiguos que aseguran ser
muy rica”.
VIA
DEL CALATRAVEÑO
Con el arreglo y asfaltado de la
carretera de Tirteafuera, que por otra parte acorta la distancia en 20
kilometros entre los núcleos mineros de Almadén y Puertollano, queda en
circulación una interesante ruta turística y literaria; la “Vía del Calatraveño”
de Córdoba a Toledo por Almadén, por la cual queda marcada en la Mancha la más
completa ruta cervantina y quijotesca, al atravesar lugares todos mencionados
en el “Quijote”: La Ínsula Barataría (Almadén), la cueva del licenciado don
Fernando Montesinos (Almadenejos), Tirtefuera, Almodóvar del Campo,
Argamasilla, Caracuel, Ciudad Real, Peralvillo, y por el puerto de los molinos
de viento de Yébenes, llegar a la Imperial Ciudad.
Solo falta en Tirteafuera, la
instalación del proyectado teléfono en su teleclub: “Dr. Pedro Recio”, y la inauguración
del Museo clásico de la Medicina.
LCA
(Diario Lanza, sábado 27 de septiembre de 1969, página 2 y 3)
Cinabrio
convertido en mercurio
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