viernes, 24 de julio de 2015

EL TIEMPO PASADO SIEMPRE MERECE RECORDARSE


“La Puerta de Toledo es de muy buena construcción”

Mi cigarro y yo, paseábamos por la carretera de la ronda, una buena tarde, no ha muchos días. Las campanas de Santa María del Prado, desgranaban el Ángelus. Incensado por el polvo de un torbellino lejano, el sol rendíase en la llanura y su último rayo de luz roja y espesa, cayó ahí: en ese reseco y maltrecho torreón, cercano a la Puerta de Toledo, y en ese hombre maltrecho y reseco –ruina entre ruinas-, para que los dos fulguraran un instante. Hasta la ruina, la miseria y el color tornanse bellos cuando el sol lo quiere.

Pregunte al hombre su ayer y su silencio, arisco, con noble arrogancia castellana. Pregunté al Torreón el pasado de la ciudad y unos curiosos papeles me respondieron por él, lo que transcribo respetando, de alguno las manuscritas ortografía y redacción, centenarias, encantadoras de donaire y gracia.

La Muy Noble y Muy Leal Ciudad Real “está cercada de Murallas muy fuertes para aquel tiempo y en ellas sobresalen Ciento Treinta Torres, la Mayor parte destruidas; y seis Puertas para su tráfico la de Toledo es Muy buena construcción y Muy fuerte, en seguida se halla la Puerta de Santa María, después a la de Alarcos acompañando a todas la Puertas Ermitas; en la de Toledo Santa Brígida, en la de Santa María San Sebastián, en la de Alarcos Nra. Sra. de Gracia, Sn Lázaro y Sn Lino en la de Granada el S. S. Christo del Muro; sigue después a la de la Mata  Sn Miguel, se sigue a la de Calatrava Sn Juan Evangelista y Sta. Catalina; las ermitas no les aquedado mas del nombre, y el sitio donde existieron; hay dos Portillos  el uno la Puerta del Carmen, donde se halla el Convento de su orden y en el otro, la de Ciruela”.

La puerta nueva o de Ciruela, que ilustra estas líneas -¿contemporánea del arco del Carmen?- fue demolida, sin causa conocida, a principios del siglo actual. Se la llamaba “de Ciruela” por partir de ella el camino que iba al Castillo de Ciruela cuyas ruinas aun existen. El nombre de “Nueva”, ¿alude a su posible construcción en el siglo XIV?

El arco del Carmen lo demolieron bien entrada la actual centuria. En el último tercio del siglo XIX habían fenecido –salvo la de Toledo- las demás puertas.

La de Toledo es la única que aún persiste. Digo aun porque es verdadero milagro de supervivencia a prueba de malos tratos: le arrancaron, a girones, los lienzos de muralla laterales, le afeitaron los restos de almenas que tenía, convirtiéndola en un cubo sin gallardía; quedó abierta la puertecilla de subida y, en consecuencia, la escalerilla y terraza de las bóvedas, son evacuatorio de golfetes y mareantes… ¿Viven la solemne, doctoral y pomposa, Comisión de Monumentos y otras instituciones? Vigilar y reparar y evitar más males históricos artísticos es necesario.

Ese maltrecho torreón y ese hombre maltrecho (F. Alonso)

La ciudad por los tiempos de 1790, “tiene con los anejos dos mil ciento setenta y siete vecinos” (ocho mil setecientos habitantes); “dentro del recinto de Murallas se le cuentan Mil nuebecientos y tantos vecinos: ha quedado enteramente asolada de lo hopulenta que fue: en el terreno desierto dentro de Murallas, se siembra Mucha Cebada y Panizos, con alguna ortaliza: la casa que se cae o demuelen para aprovecharse de sus despojos, no la buelven a levantar: Se dice en los padrones antiguos se halla haver tenido diez y ocho mil Vecinos. Es una locura creerlo, el tereno que hay dentro de Murallas no es suficiente para colocar tan Crecido vecindario y por precisión tenían que haver instalado Mayor número de Parroquias; las casas las mas son de Terraza con un Alto; su construcción no permite mas, si fuesen casas fuertes con tres o cuatro Altos es decir que en corto terreno se pueden colocar muchas jentes, esta Ciud. carece de esa disposición, estas razones me parece hacen fuerza para crear el que no ha tenido Vecindario tan Crecido, como el de diez y ocho mil; para colocarlos se necesita un tereno mucho Mayor”.

Tenía razón. Eran muchos setenta y dos mil habitantes para tal espacio y semejantes viviendas aunque lo afirme, en el reinado de Carlos II, nuestro vecino Miguel de Salazar en su curiosa “Syiva” escrita sobre el tema “Lamentación a las ruinas de Ciudad Real, ocasionada de la expulsión de los moriscos, y ahora por la falta de los Garañones” dado, entre otros por la “Academia que se celebró en la ciudad de Ciudad Real; siendo presidente el licenciado don Martín de la Vera Cimbrón corregidor de dicha ciudad; secretario, don Ivan Manuel Ruiz Pardo; fiscal, el licenciado don Andrés Romo de Ontova. Día primero de Mayo de 1678”.

En la citada “Syiva” habla de la ciudad:

De muros defendida,
con 130 torres guarnecida;
Faltando solo para coronarse
Un espejo tener donde mirarse”.

Y luego añade:

A Real Ciudad la sube desde Villa,
El Rey Don Juan Segundo de Castilla
Viendose por entonces hermoseada,
De vecinos diez y ocho mil poblada”.

La coincidencia de los datos de esta “Syiva”, incluida en el bello ramillete impreso con motivo de aquella “Academia, especie de Juegos Florales antañones (cuya nota me facilita don Francisco Tolsada) y las noticias consignadas en el manuscrito de mi comentarista hace suponer, con suficiente certeza, conocía, y dudaba de su veracidad estadística, la composición poética de Miguel de Salazar, vecino de Ciudad Real.

Puerta Nueva o de Ciruela (De un grabado antiguo)

Contaronme, también los papelicos leídos aquella tarde agosteña, las tres Parroquias, “los cinco conbtos que son Sto. Domingo, francos, Carmelitas descalzos, Mercedarios, Sn. Juan de Dios; con tres hermitas dentro de población, los Remedios, la Concepción y el Refugio y tres Monasterios de Religiosas Dominicas, franciscas y Carmelitas, un colegio para el sustento de doce pobres y tres hospitales que son: Sn Anton, Sn Andres y la Mejora; estos ospitales Yo creo no antenido mas que el Nombre; una casa de Caridad que la hizo el Arzobispo y Cardenal de Toledo el Sr. Lorenzana. Se dio principio hacer dho. Hedificio el Año 1784, es Magnifico hedificio, donde estaban enpleados los Pobres en el hegercicio de las Lanas en desmontar, labar, cardar, ylar y tejer Paños de esta tiera, no finos, pero muy regulares para el abrigo, los únicos, tenían ocupadas trescientas personas con un Sacerdote de Rector y un Capellán y Mayordomo, contador y escribiente; Celadores y Rectora para las Mujeres; tenían sus reglamentos para dirigirse con acierto afín de mes se hacían sus Juntas, el corregidor de Presidente, el Sr. Vicario, algunos Regidores y los Sres. Párrocos, esta la Real Junta tenía su sala destinada y en su sitio preminente estaba colocado el Retrato de Nto. Amado y Augusto Rey el Sr Dn Carlos quarto, en un solio de Terciopelo Carmesy con galon y rapacejo de oro, y en este sitio discutían y acordaban lo conveniente para Mejor areglo de la Casa. Ya no existe mas que el hedificio y muy estropeado, porque haservido y aun sirve de Quartel, de modo qe en esta Ciud. no se ve mas que ruinas”.

En el año de mil y trescientos, quatrocientos y quinientos, tenia floreciente una famosa fabrica de Curtidos, Ante, Cordaban y Baldes, tan abundante y bien trabajados que se surtía la Mayor parte del Reyno; con esta fabrica na havia Pobres por que se empleaban muchas jentes en sus Manufacturas; otra fabrica de Esparto tenia Vt. En el Barrio de Sa Tiago que hacia mil primores con la pez y el esparto; hacían vasijas que duraban una infinidad de tiempo, fuera de las que son necesarias para cocer a el fuego, se hallaban un crecido numero de jentes enpleadas en ese trabajo: quando salía el Sol ya se hoian mas quatrocientas Mazas labrando el Esparto, estas dos fabricas ya en el dia no existen”.

Así refieren los escritores centenarios que un pesado atardecer agosteño, me recomendó leer  el espíritu, en pie, del vacilante y casi único torreón existente de la corona de murallas de canto y tierra, amasada con sangre de Historia, que para defender a la Muy Noble y Muy Leal Ciudad Real de las acometidas, malsanas de los calatravos un rey mando edificar –al constituirla en villa- y en mala hora vencieron el tiempo, la incuria y la ambición, unidos al vacio de la mayor, odiosa indiferencia  ciudadana… ¡Cómo tantas veces!

No sé lo que hoy dirían a Miguel de Salazar, las Musas que, en 1678, le dictaban, entre dolientes e irónicas:

Y al ver tu desconsuelo,
Mis lágrimas te dicen hasta el suelo:
¡Ay de ti Ciudad Real! ¿Cómo no lloras
Si ves cuanto por puntos te empeoras?

Julián Alonso Rodríguez (Diario “Lanza” miércoles 27 de septiembre de 1950, página 3)


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