viernes, 17 de julio de 2015

LA PUERTA DE ALARCOS


Vista de Ciudad Real en 1870, donde podemos ver las murallas que aun subsistían en aquel año entre la Puerta de Alarcos  a la de Ciruela. La fotografía es de J. Laurent

Anteayer tuvimos una desagradable noticia los que amamos y velamos por la conservación de los pocos monumentos arquitectónicos  que son huella de nuestro pasado grandioso.

De la puerta de Alarcos, que como su mismo nombre lo indica, es salida para las ruinas de la gran Alarca que motivó la fundación de Ciudad Real, ha sido demolido el arco que no estaba exento, además del mérito de la existencia de siglos, de cierto valor artístico que ya depurará, aunque tardíamente, la comisión de monumentos históricos.

Consideramos y no queremos inculpar a nadie que se ha procedido ligeramente en este asunto.

Una dignidad eclesiástica de esta Catedral Prioral, el ilustre historiador  D. Luis Delgado Merchán, que conoce el suceso, tiene la palabra y abiertas las columnas de DON QUIJOTE DE LA MANCHA para que como más autorizado que nadie en la materia que se debate, haga al menos la manifestación de protesta que tal acto se merece.

De todos modos, DON QUIJOTE se ocupará de este hecho.

Periódico Don Quijote de la Mancha, Año I, núm. 45, Ciudad Real 3 de diciembre de 1902, pagina 2.


Otra vista de Ciudad Real a principios del siglo XX, donde podemos ver las almenadas murallas de Ciudad Real. Pertenece a la colección de postales de Antonio Carnicer Mena


SR. D. EMILIO BERNABEU.

Muy señor mío y estimado amigo:

Contestó a la honrosa alusión que usted me hace en su ilustrado periódico sobre el asunto que encabeza estas líneas, manifestándole que deploro en principio el reciente derribo de la Puerta de Alarcos, sin dejar de conocer que ni el mérito artístico ni el carácter histórico de dicha obra reclamaban su conservación en concepto de monumental. Digo que lo deploro porque al cabo, después de la de Toledo, en buena hora respetada, era la única que por el blasón de España y reyes de armas que servían de coronamiento al arco, reflejaba una época y un reinado con más o menos precisión.

Borrosos y algunos ilegibles los libros capitulares que guarda el archivo del Municipio pertenecientes al siglo XVI y parte del XVII, no he podido dar en mi rebusca con la fecha de construcción, que solo por la indumentaria de los dos heraldos, aunque de basta escultura, puede fijarse en los reinados de Felipe III o de Felipe IV, contando por tanto dicha obra tres siglos de existencia a la hora presente.

No se relaciona su alzamiento con la historia de la antigua y tristemente célebre Alarcos, si no es por la dirección de la ruta que a este punto conducía, siendo de advertir que ni aún en este sentido le cupo la exclusiva, pues se llamó también, según he visto en algunos escritos, Puerta de Sevilla, como la de Miguelturra se llamó y sigue llamándose Puerta de Granada, con la diferencia de que en la primera ha prevalecido en calle y puerta el nombre de Alarcos y en la segunda ha sucedido lo contrario.

Fotografía de las murallas de Ciudad Real publicada en la revista Vida Manchega el 25 de diciembre de 1917

En la descripción topográfica de Ciudad Real, que tengo publicada, hice una ligera reseña de las entradas abiertas en la línea primitiva de circunvalación de sus murallas, todas de origen bien manifiesto y con nombres tomados de puntos más o menos distantes, de poblaciones de fuera de la región, como las dos mencionadas con la de Toledo, y de aldeas, alquerías o fortalezas contiguas a la ciudad, como las de Calatrava, Ciruela –en lo antiguo Zuheruela- y Santa María, excepción hecha de la del Carmen, abierta con la ocasión de la fundación del convento de Carmelitas descalzos y de la llamada hasta hoy de La Mata, denominación de origen para mí incierto, aunque pudiera referirse a algún campo ó terreno sembrado de zarzas, arbustos ó plantas formando una espesura, que es la acepción en que suele tomarse la palabra. Que estas entradas con sus nombres respectivos y los de las calles a que daban acceso son primitivas, téngalo por indudable. De la mayor parte de ellas se hace mención en manuscritos de principios del siglo XV. Y teniendo a la vista el plano de la ciudad se comprende que fueron señaladas al mismo tiempo que la demarcación y construcción de los muros a distancias convenientes para el buen servicio de sus habitantes, una en todo el lienzo del Norte, dos al Saliente, dos al Mediodía y dos al Poniente.

En qué tiempo, por qué causas y en qué forma se cerraron estas entradas y se colocaron puertas para la mejor defensa de la ciudad ó se tapiaron la de menos uso, como sucedió, que yo sepa, con la de Ciruela, no es fácil averiguarlo. Solo la de Toledo, gracias á la borrosa inscripción que tiene sobre la portada que mira a la ciudad y que tan ímprobo trabajo me costó descifrar, unido a su estilo arquitectónico de época bien definida, y la de Alarcos por lo que dejo dicho al principio, suministran datos suficientes para una contestación categórica.

Por tal concepto, no por contener un recuerdo histórico de interés relativo a la villa de Alarcos de cuyo sitio habrán de dar fe usque in aeternum, de una parte el antiquísimo y no mal conservado santuario erigido en honor de la Santísima Virgen bajo la advocación de tal nombre, y de otra el de la calle, si no aqueja a nuestro Ayuntamiento la manía del modernismo y le da por bautizarla con el de algún general contemporáneo, como hizo con la calle de la Morería, es muy de lamentar la demolición de aquel edificio.

Ignoro si por alguno o algunos individuos de los que componen la Comisión provincial de Monumentos se habrán hecho gestiones para impedirlo. Como corporación o junta no ha intervenido, que yo sepa, en el asunto. Y se explica, porque cuando se anunció la subasta de los muros, solo consideró como monumento arqueológico e histórico digno de respeto la Puerta de Toledo, y solo para ella pidió la exclusión de la venta, lográndolo sin esfuerzo del que era a la sazón Director de la Real Academia de la Historia y Presidente del Consejo de ministros, Sr. Cánovas del Castillo.

Es cuanto puede decir a usted sobre el particular su atento amigo S.S. y Capn. q. b. s. m.,

L. DELGADO MERCHÁN.

Ciudad Real, 8 Diciembre 1902.

Periódico Don Quijote de la Mancha, Año I, núm. 48, Ciudad Real 13 de diciembre de 1902, pagina 1 y 2.

Escudo que se conserva en el Museo del Quijote y que perteneció a la desaparecida puerta de Alarcos


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