sábado, 4 de julio de 2015

LA TALAVERANA. BAZA PRINCIPAL DE LA FERIA CAPITALINA


Proyecto de la Fuente Talaverana publicado en la portada del diario “Vida Manchega” el 10 de junio de 1925

De nuevo otra Feria agosteña. Esta de 1982 nos trae recuerdos –en un aspecto que no es el que vamos a tocar en estas breves líneas rememorativas- de sucesos de hace cincuenta años, en los que fuimos un poco protagonistas. Pero también de los primeros bailes y diversiones y de estas vamos a recordar, junto con nombres que contribuyeron a que los jóvenes de entonces pudieran divertirse, disfrutando del Parque de Gasset y su Fuente Talaverana, que da nombre a uno de los recintos más amplios y acogedores que se conocen por estos lares. Pero la Fuente Talaverana tiene su pequeña historia y esto es lo que vamos a tratar de exponer en esta colaboración del número extraordinario dedicado por LANZA a la feria de la capital manchega.

Cuando el recordado alcalde de Ciudad Real don José Cruz Prado decidió, al frente de una Corporación integrada por entusiastas concejales, acometer la ampliación del Parque de Gasset, antes solamente con tres largos paseos que finalizaban en la Cruz de los Casados, figuraba en el proyecto una plaza –la que hoy conocemos por Fuente Talaverana, en el centro del paseo  dedicado al escultor García Donaire-, en la que se decidió colocar un jardín y en él un reloj floral, que por aquel entonces estaban muy de moda y gustaban mucho a los encargados de cuidar los jardines. Ya se había trasladado la feria al Parque y la ampliación del mismo fue muy bien aceptada por el vecindario, que poco a poco iba creciendo y veía así la forma de disponer de un mayor lugar de esparcimiento y al mismo tiempo evitar que las casetas tradicionales del Real de la Feria, junto a carruseles y otras atracciones no dispusieran del suficiente espacio para su instalación.

La Fuente Talaverana en los años veinte del pasado siglo XX

Cuando pasó a ocupar la Alcaldía otro gran ciudarrealeño creemos recordar que el año 1924, don Francisco Herencia Mohino, movido por su  espíritu de mejora para las cosas de la capital, decidió llevar a cabo varias obras y entre ellas completar y adornar el parque que ya era el paseo más aceptado por todo el vecindario, por su comodidad y amplitud. Paco Herencia, como le llamaban todos sus amigos y aun los que no lo eran tanto, periodista, abogado, hombre de elevada cultura, quería para su pueblo lo mejor y así lo demostró en el tiempo que fue alcalde. Y con acertada iniciativa  se decidió por la Corporación que presidía mejorar las instalaciones del amplio paseo colocando una fuente en el jardín que tenía el reloj floral y construyendo dos pérgolas, una a cada lado de aquel, que fueran como dos remansos para que los paseantes pudieran descansar, ya que en ambas se colocaron bancos. Y se decidió encargar la ornamentación de la fuente a una conocida cerámica de Talavera, dándole las características que todos hemos conocido. De ahí que cuando fue inaugurada la fuente en la feria de 1925 se le conociera como el “recinto de la Fuente Talaverana” y así se ha seguido llamando en los programas de festejos para señalar los que en ella tienen lugar.

Ayuntamientos sucesivos continuaron cuidando y mejorando este bello lugar de nuestro parque y así un posterior alcalde también en los años veinte, don Antonio Prado Cejuela quiso completar el recinto levantado en su proximidad un kiosco para conciertos de verano, que todos los domingos, daba la banda municipal a última hora de la tarde, cuando ya era muy apetecible llegase hasta el principal paseo de la capital y tomarse un refresco o una cerveza, ya que los bajos del kiosco se habían habilitado para bar, colocándose a su alrededor gran número de veladores, sobre todo en la feria.

La Feria y Fiestas de Ciudad Real se celebraron en el Parque de Gasset entre 1916-1985. La fotografía es del año 1953

Por aquellas fechas, los bailes tenían lugar en el casino, a lo largo de los ocho días de las fiestas de agosto. Incluso a mediodía, la sesión vermut como se le llamaba, sin duda porque era esa la bebida más distinguida para la hora del aperitivo. Y era verdad, pues aún no habían  proliferado los cubatas, las combinaciones y ni se conocía el güisqui. Pero pronto se pensó que los bailes de la feria había que llevarlos al parque, ya que allí era donde gustada ir al público. Y recordamos que se iniciaron, al término de la guerra civil, en limitados recintos, en alguno de los paseos del parque, gracias al empeño de grupos de amigos que echaban sobre sí la organización  y también la financiación, pues aunque contaban con alguna ayuda, si había pérdidas tenían que hacerse cargo de ellas, cuando el número de socios y abonados no llegaban a cubrir el presupuesto de gastos, que principalmente era la orquesta y ya alguna animadora o vocalista, como se llamaba entonces a las atracciones de hoy. Así surgieron “La Pérgola”, “El Bohío” y algún nombre más que no recordamos en estos momentos, que dieron fama a las casetas de baile de la feria de la capital. La popular peña “La Viga”, integrada por conocidos jóvenes, fue un buen refuerzo para estos bailes de agosto, que a veces se prolongaban –cuando se había dado bien- hasta pasada la feria. Años hubo en que faltando quince días para su comienzo no había quien organizara la caseta. Y uno de estos recordamos que tuvieron que hacerse cargo deprisa y corriendo, tres jóvenes muy dinámicos y populares: Pepe Ruyra, Esteban Núñez y Luis Sastre, pues no parecía bien que la feria de la capital no contase con una caseta de baile, aparte de las verbenas que se organizaban en la Ferroviaria, a la entrada del parque y que todos los años se veían muy concurridas y animadas, sobre todo las noches en que se celebraban concursos.

El Parque de Gasset durante la ferias tenia feria de día y feria de tarde-noche. Cuando la feria fue trasladada al actual recinto de la Granja, se perdió la feria de día

Pronto se vio que nuestro mejor paseo contaba con un lugar idóneo para las verbenas de la feria: el recinto de la Fuente Talaverana, por lo que se decidió que en lo sucesivo se celebrasen en dicho lugar y algo tuvimos que ver los periodistas, en los primeros años de la década de los cincuenta, cuando se celebraron animadas verbenas de la Prensa, generalmente coincidiendo con las corridas de Beneficencia que organizaba la Diputación. Hasta que una Comisión Municipal de Festejos, a cuyo frente se hallaba un activo teniente alcalde, decidió que las verbenas de la feria de agosto debían celebrarse en este gran recinto y organizadas por el propio Ayuntamiento, ofreciéndolo a todos los visitantes, que ya se había visto eran muchos en fechas tan señaladas como la verbena en honor de las representantes de la capital y provincia que presidían las antes mencionadas corridas benéficas de la Diputación. Pronto se comprendió que las instalaciones provisionales desde las que había de actuar las orquestas y atracciones eran insuficientes y así, en los años sesenta, la Corporación Municipal que presidía el alcalde don Luis Martínez Gutiérrez decidió la construcción del auditórium de manera permanente, que es el que se ha seguido utilizando hasta el momento, no solo en la feria sino en los conciertos musicales u otros espectáculos, principalmente los dedicados a los niños tanto en las fiestas como fuera de ellas.

Véase como el titular que hemos dado a esta intrascendente colaboración para el extra de la feria de la capital, no es nada exagerado. La Fuente Talaverana –se lo hemos oído decir a muchos forasteros- es un recinto único para esta clase de fiestas y categoriza a la capital, como salvando las distancias, sucede con la catedral basílica para los actos religiosos, o con la plaza de toros para las corridas de feria.

Cecilio López Pastor (Diario “Lanza”, Extra de la Feria, sábado 14 de agosto de 1982)

El recinto de la Talaverana siempre fue un lugar de referencia de las ferias de la capital

1 comentario:

  1. Desde luego que, las atracciones de la Feria actual, no cabrían en el Parque de Gasset, pero la categoría, belleza y elegancia de las cenas-bailes de la Talaverana heran memorables, habiéndose perdido. Asistí a la cena-homenaje de despedida, organizada por las peñas, para decir adiós al hermoso recinto con fuente y concha-escenario.

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