sábado, 29 de agosto de 2015

ANTONIO DOMÍNGUEZ SÁNCHEZ Y SU AYUNTAMIENTO TALIBÁN



Ayer viernes llego a mis manos el segundo ejemplar del periódico “El Principal”, que se reparte de forma gratuita en nuestra ciudad. Ojeando su contenido me detuve a leer un artículo de Antonio Domínguez Sánchez,  estalinista tardío de izquierda que quiere iniciar una nueva cruzada contra la iglesia pese a su juventud y formación, tratando de confundir a la opinión pública, con un artículo lleno de demagogia, que es un ataque en toda regla a la iglesia católica. El artículo en cuestión  está lleno de medias verdades, mentiras ridículas y absurdas, que lanza como buen pescador en río revuelto, al igual que su formación Ganemos, intentando ganar adeptos en la sociedad que sufre una crisis severa.

El artículo se titula “Un ayuntamiento talibán”, trata en un primer momento sobre la polémica suscitada por la decisión de la actual Alcaldesa de Ciudad Real, Pilar Zamora Bastante, y su equipo de gobierno, de su no asistencia a procesiones y actos religiosos en nuestra ciudad. Pero eso solo ocupa las primeras líneas del artículo, el transformado del mismo es un ataque a la iglesia, intentando manipular la verdad con mensajes anticuados, demagógicos y populistas.

Su ataque comienza con el IBI cuando asegura que: “La aconfesionalidad, a diferencia de la laicidad, sería compatible con que la Iglesia no pague el IBI ni por las iglesias, ni por los terrenos, ni por los pisos o apartamentos, todo ello con independencia de si se dedican o no al culto”. Poco informado en este tema se ve a Antonio Domínguez, que debería saber que la Iglesia solo está exenta de pagar el IBI en todos sus inmuebles, salvo los afectos a explotaciones económicas en los cuales paga el IBI, al igual que todo hijo de vecino.

Pero esto soltado así es una total injusticia, la Iglesia no solo se beneficia  de esta exención del IBI, recogida en la Ley de Mecenazgo, en la que se recoge que las asociaciones sin ánimo de lucro y que contribuyen al desarrollo social están exentas de este impuesto. Este es uno de los mal denominados “privilegios de la Iglesia” que la institución comparte con otras muchas asociaciones, ONGs, partidos políticos, sindicatos, federaciones de fútbol, otras confesiones religiosas como la judía y musulmana, o como la SGAE por ejemplo.

El siguiente mensaje que lanza nuestro erudito columnista, es el relacionado con la opción de la supresión de los ciudadanos a adjudicar el 0,7% de su cuota del IRPF a la labor de la Iglesia Católica en la declaración de la renta, cuando dice: “La aconfesionalidad permite también que la Iglesia tenga una casilla en la declaración de la renta y que los sueldos de los curas y obispos se paguen de dinero público”. Otra media verdad que lanza  Antonio Domínguez, ya que a la hora de hacer la declaración de la renta hay más opciones que la Iglesia: marcar la casilla de “fines sociales”, con la que se destina ese 0,7% a diferentes ONG; marcar las dos, en cuyo caso un 0,7% va a la Iglesia y otro 0,7% a fines sociales; o no señalar ninguna, con lo que el Estado es quien se queda también con ese porcentaje.

En cuanto al sueldo de los curas y obispos, siento decirle que la entidad pagadora de los mismos es la diócesis a la que pertenecen. Un sacerdote diocesano cobra en España alrededor de 800 euros brutos al mes, aunque esta cantidad oscila entre las distintas diócesis. En concreto, el sueldo más elevado en España para sacerdotes es el de la diócesis de Bilbao, donde un presbítero percibe 900 euros brutos al mes, mientras en la diócesis de Sevilla es donde perciben el sueldo más bajo, 700 euros brutos, a los que hay que descontarle el gasto de Seguridad Social y la retención del IRPF. Como ve no da para muchos lujos.

Sigue su ataque a la Iglesia Antonio Domínguez, recordándonos lo que cuestan los profesores de religión a las arcas del estado, y como un tercio de nuestro sistema educativo está en manos de la Iglesia.  Al señor Antonio Domínguez se le olvida que la enseñanza religiosa es un derecho garantizado por la Constitución española y el Estado tiene la obligación de facilitar el ejercicio real de este derecho fundamental, que asiste a padres y alumnos, y a nadie perjudica, ni a nadie se impone. En cuanto a los centros de enseñanza religiosa estaría bien que se informara que un alumno que cursa sus estudios en la educación concertada supone un ahorro al Estado de casi 3.000 euros anuales. En total, las arcas públicas ahorran 6.684 millones de euros cada año gracias a los niños y jóvenes que acuden a los centros concertados, según un informe elaborado por la Confederación Española de Centros de Enseñanza (CECE).


A continuación nos habla del voto del Ayuntamiento de Ciudad Real al dogma de la Inmaculada Concepción, y siento decirle que me ha defraudado estando usted licenciado en historia. Nos cuenta que: “Siendo Rosa Romero alcaldesa de Ciudad Real se renovó el voto del Ayuntamiento al dogma de la Inmaculada Concepción”, para después informarnos del año de la proclamación del dogma por el Papa Pío IX en 1854. Digo que me ha defraudado estando usted licenciado en historia, porque siento decirle que está usted suspenso en historia local.

Debería saber que en Ciudad Real, la devoción a la Inmaculada Concepción se remonta a siglos atrás, cuando sus corregidores, alcaldes, regidores y demás oficios de justicia, juraban defender y sostener aun a costa de su vida esta creencia de la fe católica. Así el Ayuntamiento en 1631 decretó un voto especial, una obligación perpetua de celebrar la Concepción de la Virgen en el Convento de San Francisco, cuyos religiosos eran grandes devotos y propagadores de esta advocación mariana. Por este motivo desde 1631 todos los alcaldes que ha  tenido Ciudad Real, hasta el socialista Nicolás Clavero, cada 8 de diciembre han renovado el voto, por lo que atribuir solo a Dª Rosa Romero la renovación de este voto inmaculista, demuestra que lo suyo no es la historia local aunque sus escritos vayan dirigidos a los ciudadrealeños.

A continuación nos habla usted dentro de su postura radical, de lo bueno que sería que  el estado dejara de ser aconfesional y pasara a serlo laico, revisando el Concordato con el Vaticano que para usted es el principal “escollo”.

Por último nos da razones a los católicos para que los políticos no asistan a los actos religiosos, aconsejando que sean los clérigos los que alerten sobre lo que para usted es un uso partidista de las creencias cristianas. Siento decirle que aquí tampoco coincido con usted.  Mire cuando un representante político acude a un acto religioso lo hace en su especifica función pública, precisamente a causa de la “laicidad” de las instituciones, que reconocen el valor de un gesto tan expresivo de la vida de nuestro pueblo como son sus raíces, su cultura y religión de siglos, que hoy sigue viva. Ya sé que las procesiones y actos religiosos no son una parte de las instituciones políticas, sino de la vida pública de nuestra sociedad, sin duda más amplia que la puramente política. Por tanto la “laicidad” que usted pide debe garantizar el respeto y la promoción de la libertad de su pueblo, y, en primer lugar, el respeto a sus convicciones más hondas, a su fe, expresada privada o públicamente. Por lo que la no asistencia de Pilar Zamora y su equipo de gobierno a la procesión de la Octava de la Virgen del Prado, es un feo que no solo lo hacen a los creyentes católicos de Ciudad Real, sino que también lo hacen a la historia e identidad de nuestra ciudad de la que forma parte la Virgen del Prado.

Acabado de leer el artículo veo que al señor Antonio Domínguez Sánchez se le olvida hacer un repaso a lo que hace la iglesia en Ciudad Real, omitiendo las familias que tienen las necesidades básicas cubiertas gracias a la labor asistencial de la Iglesia, Iglesia que  ahorra miles de millones al estado en esta materia. Ya sé que esto no le interesa pero los datos están ahí estaría bien que los leyera. También se le olvida que la Iglesia católica es una institución benefactora para la sociedad: Vive y transmite valores espirituales y sociales. Contribuye a crear una sociedad más justa y solidaria, en definitiva, una sociedad mejor.

Sé que es populista y muy recurrente eso de que la Iglesia pague el IBI. Si se decide que lo pague, pero no solo la Iglesia todos empezando por los partidos políticos. A lo mejor el dinero que la Iglesia tendría que destinar a pagar este impuesto de lugares de culto con siglos de historia y arte, se tendría que retraer en mantener por ejemplo comedores sociales, y a los pobres se les tendría que mandar a las sedes de Ganemos para que les diesen de comer. Por cierto la sede de Ganemos en nuestra ciudad, no está en ningún barrio castigado por la crisis donde los dirigentes que acuden a ella podrían ayudar a los que lo están pasando peor diariamente como la Iglesia, sino que se encuentra en la céntrica calle Camarín, y no conozco todos los vecinos que la habitan, pero seguro que en esta calle concretamente no hay mucha crisis.

Emilio Martín Aguirre

 

Antonio Domínguez Sánchez se presentó a las primarias de Ganemos en nuestra ciudad



1 comentario:

  1. En este mundo la peor enfermedad es la ignorancia y este señor da todas las pintas de ello ,si es licenciado en historia ,ahora me doy cuenta de lo mala que esta la educación en España ,que pena .
    Querido Emilio muy bueno ese revés ,me alegro de tu contestación y la aplaudo ,bravo Emilio ,por tu lección de historia a un licenciado .
    un aplauso de mi parte


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