miércoles, 23 de diciembre de 2015

EN LA NAVIDAD DE 1917, LA PRENSA DE CIUDAD REAL HABLABA SOBRE SU MURALLA MEDIEVAL



Sobre nosotros las celebraciones de Navidad, con su Nochebuena, Nochevieja y Reyes Magos, pero todo ello precedido por el popular sorteo Extraordinario de Navidad, que, a buen seguro cuando estas notas vean la luz en LANZA, ya tendremos nuevos millonarios. En efecto, hallamos en la revista ilustrada “Vida Manchega” de Ciudad Real, el 19 de diciembre de 1913, una referencia al dicho famoso sorteo, que en nuestra capital gozaba, hace un siglo, de un fuerte pero modesto impacto. Evidentemente no se gozaba del seguimiento por la radio, que no existía aun. La nota decía: “…difícilmente se encontrará en la ciudad una persona que deje de llevar su correspondiente participación… se olvida todo estos días. Ni problema marroquí (donde tantos jóvenes españoles morían), ni los problemas económicos…La lotería lo absorbe todo…” (sic).

En la misma revista, (25 de diciembre de 1915), vemos un suelto de referencia al día anterior Nochebuena, que es la única alusión a la fiesta navideña, que por entonces aparecía en dicho número. Daba la impresión de la escasa importancia de las navidades, posiblemente por el menor sentido comercial de aquella época. Ya conocemos, que las celebraciones navideñas toman un modesto auge, solo bien avanzado el siglo XIX.

De nuevo en dicha revista, pero dos años después, el 25 de diciembre de 1917, un reportero (que firmaba Sanjusto), describía el estado de las maltrechas murallas de Ciudad Real, gloriosas en su tiempo, se diga lo que se diga, pero abandonadas totalmente e ignoradas durante siglos. La muralla que abrazaba nuestra Villa-Real hacia el siglo XIV, se hallaba ya probablemente finalizada junto a sus seis puertas de acceso (las del Carmen y Ciruela, fueron muy posteriores).

 Este Sanjusto, declaraba en su reportaje: “No poseemos ni sentimos una pasión exacerbada por los vestigios que rememoran aquel famoso reinado de Alfonso X, pero si hemos de respetar lo que la acción del tiempo no ha demolido, somos partidarios de que se aplique la piqueta municipal a cuanto no pueda resultar estético…”(sic).

Efectivamente —proseguía el mismo autor— que con alguna dosis de dolor espiritual lo declaramos, no se siente el respeto de la conservación y reparación suficiente para lo artístico o histórico, sometiéndose la demolición desde hace varios lustros a las necesidades de ensanche de la capital; habiéndose perdido en lamentable consecuencia las Puertas de Ciruela y Alarcos, y, entre otras, una esbelta y prolongada muralla, cuya crestería la componen  numerosísimas almenas en los Paseos de Cisneros, frente a los jardines de la Estación, que por su proximidad a la vía, proporcionaban al viajero una “sensación extraña” (sic).

Belén que se montó en el taller de escultura de Cabildo. Revista Vida Manchega, 8 de enero de 1914

Bajo todos los aspectos se conservan inútilmente numerosos torreones, tan inconsistentes que es un peligro para los transeúntes de las rondas. Échense pues, abajo muchos trozos de las inmediaciones de la Plaza de Toros—añadía—hacia el Norte, así como algunos de los comprendidos entre las puertas de Granada y Mata, abriendo sitios en que se pueda edificar hermosos alrededores. Y si es verdad esa ilusión o fervor por lo histórico, trátese solo por el Municipio y Comisión de Monumentos de la conservación, reparación y embellecimiento de esa hermosa, esbelta, sólida y a todos los ojos artística Puerta de Toledo, pero aislándola de los murallones que la aprisionan, con lo cual resultará más bella aún…” (sic). En 1947, es decir 30 años más tarde, todavía permanecían en pie los numerosos restos de la muralla.

Loable intención

Poco más añade este periodista del que no dudamos de su loable intención, pero no estamos de acuerdo en ciertos apartados. (En 1917 apenas existían dichas rondas, que no eran sino unos pésimos caminos de tierra en circunvalación, y somos conocedores que estuvo muy a punto de desaparecer nuestra emblemática Puerta de Toledo).

Sabemos que a finales del siglo XVl el amurallamiento estaba ya olvidado y en total abandono, encontrándose deteriorado en algunos puntos de su perímetro. Por dichas circunstancias, los mismos ciudarrealeños piden a los Reyes Católicos, autoricen una sisa para que el corregidor haga reparar “ciertos muros caídos”, lo cual prueba que los propios vecinos se hallaban orgullosos de su recinto amurallado, queriendo conservarlo a su costa.

No aceptamos el calificativo de algunos cronistas, que señalan a la muralla de “ruin cerca”. Observando nosotros alguna fotografía antigua, con sus sillares de gruesa piedra. La hermosa zona amurallada desde Puerta de Alarcos a Puerta de Granada, con sus almenas casi al completo, no se derrumbó, sino que fue demolida, porque, al parecer no agradaba su contemplación a los viajeros que llegaban en tren a la Estación de Puerta de Ciruela. No obstante, el derribo de una parte de esa muralla y la edificación de la Puerta de Ciruela, se levantó a cargo de la compañía de los ferrocarriles

Nosotros nos preguntamos: ¿Que hubiese sido de ciudades como Lugo, Segovia, Ávila, Zamora, Badajoz, Coria, Cáceres, etcétera, sin sus murallas conservadas completas o por tramos? Así nos fue a nosotros después. ¡Ni muralla, ni torreones, ni bonitas almenas, ni puertas de acceso. ¡Nada quedó en pie de lo mandado levantar por el fundador Alfonso X, para mayor ornato en su “grand villa e bona”!


José Golderos Vicario. Es miembro de Número de la Real Asociación Española de Cronistas Oficiales (http://www.lanzadigital.com/news/show/opinion/en-la-navidad-de-1917-la-prensa-de-ciudad-real-hablaba-sobre-su-muralla-medieval/73848)

Belén montado en la iglesia de los entonces Jesuitas, hoy Salesianos de la Plaza del Pilar. Revista Vida Manchega, 10 de enero de 1915

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