miércoles, 6 de abril de 2016

CIUDAD REAL Y EL EMPERADOR CARLOS V (II)



Comentábamos en nuestra nota anterior, la documentación que en distintas ocasiones envió el emperador Carlos V, o en su nombre el Real Consejo, a la ciudad de Ciudad Real. Hoy, vamos a dar una relación, sucinta e incompleta de varias cédulas y provisiones que se conservan de dicho monarca en el archivo del Ayuntamiento de esta ciudad. Hasta la fecha no hemos localizado las que a nuestro juicio las consideramos de mayor interés histórico, como son las cédulas relativas a la entrada del Turco en Hungría, o sobre la guerra de Nápoles y su triunfo contra el rey de Francia (2 de octubre de 1528), ni la cédula de la emperatriz Isabel, para Ciudad Real, que da cuenta de la intención del rey de Francia de entrar en España (Toledo, 30 de abril de 1539), así como la carta de la misma reina también dirigida a esta ciudad, en la que comunicaba las paces hechas entre el Papa y los Reyes (1529).

 En cambio, se conservan varias provisiones y cédulas reales que nos demuestran que junto a los graves problemas de tipo internacional (guerras con Francisco I, luteranos, Barbarroja), el César Carlos V se veía obligado a atender la serie de problemas que le presentaban las ciudades, quejas, aspiraciones, es decir, el cotidiano vivir con todo el engranaje de los pueblos.

Es interesante la cédula firmada por Carlos I, que autoriza: “Para echar por sisa 120.000 maravedís, para edificar las casas del Ayuntamiento y Audiencia de la ciudad” y cuya exposición es la siguiente: “D. Carlos por la Divina Clemencia, emperador de los romanos, siempre augusto, rey de Alemania, y doña Juana su madre, y el mismo don Carlos por la gracia de Dios, reyes de Castilla, de León, de Aragón, de Navarra, de Granada, de Toledo, de Valencia, de Galicia, de Mallorca, de Sevilla, de Cerdeña, de Córdoba, de Córcega, de Murcia, de Jaén, de los Algarbes, de Algeciras, de Gibraltar, de las Indias, islas e tierra firme del mar Océano, condes de Barcelona, señores de Vizcaya, de Molina, duques de Atenas y de Neopatria, condes de Flandes y del Tirol etcétera, por cuanto por parte de vos el Consejo, justicia, regidores, hijosdalgo e hombres buenos de la ciudad de Ciudad Real, nos fue hecha relación por vuestra petición, diciendo que esa dicha ciudad tenía mucha necesidad de una casa de Audiencia y Cabildo, que tuviese la autoridad y manera que se requería, porque a causa de no la tener, diz, que el corregidor de la ciudad y sus regidores hacen audiencia debajo de los portales y otros lugares deshonestos, y que en dicha ciudad tenían compradas dos tiendas en la plaza della, lugar muy conveniente, y estaban descuidadas para ello, y por si hasta agora, no la habiades hecho, había sido por no tener 100.000 maravedís y que eran menester para el dicho edificio… (Dada en Toledo el 26 de marzo de 1534). Otra, también refrendada de su real mano pide a Ciudad Real “le socorrieran con 200 cuentas de maravedís para la ayuda de guerra” (Requena, mil quinientos veintiocho).

Son numerosas las provisiones sobre los temas más diversos, así:

Impuesto de Sisa, repartimiento de alcábalas, derecho de mentazgo, leñas, langosta y los derechos de hierbas. En 1530 da un privilegio, que concede a la pechería de esta ciudad la facultad perpetua para que se venda las hierbas de la Atalaya y Valcansado, para pagar los servicios ordinarios de su Majestad.

La Casa Consistorial de los portales

Sobre el abasto del pan y carne destacamos cuatro provisiones:

Primera) La carta y provisión, contra los revendedores del pan, de Ciudad Real (15 de octubre de 1529).

Segunda) En Ocaña, ordena que se pueda sacar pan de Ciudad Real, como sea, para fuera de estos reinos (14 de marzo de 1531).

Tercera) En el año 1546 manda al corregidor provea lo que convenga para que la plaza de esta ciudad, se provea del pan cocido que sea necesario para el proveimiento de los vecinos y caminantes; que la ciudad se queja que hay mucho trigo en poder de los mercaderes que lo tienen comprado para revender.

Cuarta) En Ocaña (1531) concede la autorización “para que los vecinos de Ciudad Real puedan entrar en los términos de la dicha ciudad, desde el día de Todos los Santos, hasta el fin del mes de abril, 2.000 cabezas de ganado forastero”.

El tema del orden público es tratado también en otras provisiones “sobre las armas que se tomaren en las pendencias” (Valladolid, 1536). A “pedimento de esta ciudad manda que la Justicia no tome los dineros a los que hallare jugando in fraganti”, y en 1546 ordena al corregidor que no proceda de oficio contra las personas que riñesen de palabra, sin querellarse, y no habiendo sangre. Y finalmente, queremos exponer la siguiente carta, que revela el carácter bondadoso y humanitario del emperador al dictar una provisión sobre: “Que los presos pobres no paguen derechos, ni se les quite ropa, por ellos” (Madrid, 2 de octubre de 1539) y que se custodia también en el archivo citado.

Isabel Pérez Valera. Diario Lanza, jueves 16 de octubre de 1958, páginas 2 y 3.

Real Virreinato de Nueva España (1519 - 1821) Plata Carlos V, Emperador

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