sábado, 23 de abril de 2016

LA SUCURSAL DEL BANCO DE ESPAÑA EN CIUDAD REAL



Tres sedes ha ocupado en nuestra capital la Sucursal del Banco de España a lo largo de más de un siglo de permanencia en la misma, puesto que se ha anunciado su cierre definitivo para el 31 de diciembre de 2004.

A finales del siglo XIX la Entidad, por entonces privada, vive una época de expansión y en el año 1884 se establece en Ciudad Real, año que a su vez abre sus puertas en otras ciudades españolas. Aquella primera sede queda establecida en la actual calle de Toledo número 4, edificio hoy desaparecido. La arquitectura siempre va paralela a las necesidades operativas de la Entidad, así aquellas primeras instalaciones se ubicaron en un caserón de tres plantas, dicen los historiadores locales consultados, tenía gran número de balcones y domicilio de la familia Morales Sánchez-Cantalejo. Por aquellos años daría a la ciudad, sobre todo en pugna con el resto de pueblos de la provincia, un resorte de importancia que se movía en una desmedida pobreza y con una población de ni siquiera 10.000 habitantes.


Con la llegada del nuevo siglo la Plaza del Pilar se transforma en centro financiero y en ella se ubican las sucursales de los bancos nacionales más importantes del momento, así el Banco de España en 1904 y después lo harían el Banco Central, el Banco Español de Crédito y el Banco de Bilbao. La plaza queda con un urbanismo digno de todo elogio, en armonía con una pequeña capital de provincia, donde se citaban agricultores y ganaderos, reflejo de las principales fuentes de riqueza de la época, todo estaba bien ordenado, nada desentonaba. Transcurren los años y corporaciones municipales desafortunadas no impiden el gran trauma para la Plaza del Pilar, la demolición hacia 1960 de la Sucursal del Banco Central, lamentable siempre la pérdida de aquella joya arquitectónica con su cúpula haciendo esquina de piedra escamada. La plaza se tambalea y edificio tras edificio, en medio del asombro general, caen ante la indiferencia de los responsables políticos de cada momento. El único que permanece vivo es el inmueble del Banco de España, situado en la casa que fue adquirida al Conde de la Cañada, Excmo. Sr. Don Juan Acedo-Rico y Medrano, según consta en la copia simple de la escritura de compra-venta otorgada por dicho Sr. al Banco de España, representado por su director de la Sucursal, número de protocolo 180 del año 1903 notaria de D. Guillermo Moreno Jiménez por un importe de 44.550 pesetas, siendo después derruida para construir el nuevo edificio.


Posteriormente y por decreto 19/1996, de 30 de enero por el que se declara Bien de Interés Cultural, con la categoría de Monumento, publicado en el Diario Oficial de Castilla-La Mancha de 9 de febrero de 1996, el edificio del que fuera sede del Banco de España en Ciudad Real proyectado por Sebastián Rebollar en 1903, a la sazón arquitecto provincial, queda salvado a perpetuidad y del que el citado boletín hace una descripción histórico-artística completa. Se trata de una arquitectura ecléctica muy bien desarrollada por Rebollar, del que aún nos queda en la ciudad el mejor exponente cual es el Palacio de la Diputación Provincial.

La Entidad para ir en paralelo a las exigencias de los nuevos tiempos, y por razones de espacio fundamentalmente en el palacete de la Plaza del Pilar, construye una nueva sede y en 1985 se traslada a la misma situada en la carretera de Porzuna, edificio funcional dotado de los más modernos sistemas de seguridad y que fue proyectado por el equipo de arquitectos Blein Sánchez de León.


Y es aquí donde todo indica cerrará sus puertas el nacionalizado hace décadas Banco Emisor, sin que nuestros políticos locales, provinciales o autonómicos, hasta el momento, hayan tenido la habilidad de impedir en las altas esferas de la nación, basándose principalmente en el gran vacío geográfico que se origina con la nueva configuración entre Madrid sede central y las sucursales más cercanas Badajoz, Valencia y Sevilla, mantener esta Entidad que siempre dio prestigio y engrandece nuestra capital.

Eduardo Gregorio Morales. Diario Lanza, martes 24 de septiembre de 2002, página 4


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