sábado, 10 de septiembre de 2016

LA ANTIGUA CAPILLA DEL CRISTO DE LA PIEDAD EN LA CATEDRAL DE CIUDAD REAL



La devoción al Cristo de la Piedad se remonta al siglo XVII, cuando en 1616 se funda la Cofradía para dar culto a un crucificado obra del escultor Giraldo de Merlo, autor del retablo mayor catedralicio. La imagen del Cristo recibía culto desde el siglo XVII y hasta 1936, en un retablo que se ubicaba en la nave de la Catedral, junto a la puerta de la actual capilla penitencial y lugar donde se encuentra al culto la imagen del Santísimo Cristo de la Piedad de Castillo Lastrucci del año 1947.


Cuando se reconstruyó la Cofradía en 1939, esta adquirió al escultor ciudadrealeño Antonio Lorenzo García Coronado, la imagen de un crucificado del cual él no era su autor, sino que se trataba de un Cristo de mayor antigüedad que se salvó escondido de su destrucción durante la Guerra Civil en casa del mencionado escultor. Antonio Lorenzo seria solo quien restauraría la policromía de la imagen a su gusto artístico, tal y como podemos leer en la prensa de la época. La imagen siguió recibiendo culto en la nave del templo.


En el año 1947 la cofradía cambiaria la imagen de su titular por la actual de Antonio Castillo Lastrucci, donando la imagen restaurada por Coronado, para que presidiera el Calvario del Retablo Mayor Catedralicio.


Con la llegada de la nueva imagen, la cofradía solicitó al Cabildo Catedral, que fuera cedida para su uso, la antigua capilla de San Miguel, que se encuentra a la izquierda del presbiterio y actualmente antecede a la sala donde se abre la escalera de acceso al camarín de la Virgen del Prado.


El Cabildo aceptó la propuesta de la Cofradía, y está en 1950 acondiciono la antigua capilla para que recibiera culto la nueva imagen del crucificado, tal y como aún se puede leer en las inscripciones que se conservan, recibiendo culto en este lugar la imagen hasta 1972, año que paso a su actual ubicación en la capilla penitencial.


En la antigua capilla de San Miguel y posterior del Cristo de la Piedad, destaca su embovedado, en cada una de las cuatro paredes hay un arco peraltado que arranca de cuatro soportes que se encuentran en las esquinas con motivos vegetales, tales como flores, hojas y rostros y cuerpos humanos.

Su bóveda es de crucería, cuatro nervios que se cruzan en el centro en una clave que está decorada con motivos florales.

Destaca un rosetón, en forma de flor con ocho pétalos y a su alrededor hay cuatro archivoltas circulares.


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