El
viejo ayuntamiento de nuestra ciudad se levantó sobre el solar del antiguo pósito
ciudadrealeño
Conocida es la significación de los
Pósitos como antecedente histórico de los Montes de Piedad y la importante
función que cumplieron para regularizar el precio del trigo en épocas de
escasez, abasteciendo a las poblaciones, frente a los acaparadores alcistas y
ayudando a los labradores, especialmente los modestos, con préstamos de
semillas o de efectivo para atender a los gastos de la recolección.
Historiadores y economistas han ponderado la labor de los Pósitos y lamentado
su desaparición prematura, antes de que fueran sustituidos por otras modernas
instituciones y entidades.
En Ciudad Real, por referencia de los
cronistas locales, Delgado Merchán, Hervás y Gómez, sabemos que hubo dos: uno
de origen público; otro de fundación privada.
El primero se llamó también alhóndiga y
funcionaba ya a principios del siglo XVI pues Hervás atestigua que vió cuentas
de 1.520. Estaba en un extremo de la Plaza Mayor y se fijó su existencia de
trigo en 12.000 fanegas. En 1760 se le denominaba Pósito Real y el Ayuntamiento
pidió autorización a Fernando VI para ensanchar el edificio y construir nuevos
graneros. Se presupuestaron las obras en 12.486 reales.
Este Pósito atendió a diversas y graves
necesidades: en el año 1628, con cargo a 3.000 ducados que había en sus arcas,
el Ayuntamiento pagó sus deudas y censos, previa autorización real, al cambio
del tres por ciento.
Los años 1679 y 1680 fueron calamitosos:
“No llovió, dice Gómez, desde el 14 de noviembre de 1679 hasta el 6 de mayo de
1680”. Con tal motivo se hicieron rogativas sacando en procesión a la Patrona,
Nuestra Señora del Prado y al Santo Cristo de San Pedro, llamado del Perdón o
de las Aguas. El corregidor D. Francisco Velázquez Carbajal logró abastecer el
Pósito de grano, trayéndolo de Extremadura, con lo que se satisfizo la
necesidad y hubo un sobrante de unas 4.800 fanegas que entraron en la alhóndiga
a unos 7 reales la fanega. Esta previsión salvó el bache del año 1680 que por
el mes de agosto produjo tempestades, inundaciones y otras desgracias. Después,
en el mes de octubre y concretamente el día 9 “a las siete y media de la mañana
tembló la tierra, que se sintió en Castilla: reventó en Málaga, causando muchas
ruinas”.
La
Virgen del Prado fue sacada en rogativas durante la sequia de 1679-1680
También este Pósito, en tiempos de
Carlos III, contribuyó con 3.000 ducados a la creación del Hospicio o Casa de
Misericordia (hoy es el Cuartel de Artillería) en donde se instalaron
manufacturas y artes para enseñanza de los asilados.
El otro Pósito y Monte de Piedad, que
así se llamó, fue fundado por don Álvaro Muñoz de Figueroa, Caballero de la
Orden de Santiago y su mujer doña María de Torres. Estos, que habían levantado
a sus expensas la Iglesia de la Merced, edificaron local para el Pósito a su
lado, en el solar que ahora ocupa el Palacio de la Diputación. Para esta
fundación, acudió D. Álvaro al Arzobispo de Toledo, Cardenal Portocarrero, “queriendo
hacer bien a los pobres”. Lo dotó con mil fanegas de trigo de su propio caudal
y de un Reglamento. Eran patronos, el Vicario, el Comendador de la Merced y el
fundador o sus sucesores. Ocurría esto en octubre de 1694. Dos años después, el
fundador aumentó la dotación del Pósito con 500 fanegas más de trigo. Y doña
María Catalina de Torres y Muñoz, sobrina de don Álvaro, agregó otras 300
fanegas en 1725.
Desaparecidos estos Pósitos, en fechas
que no hemos podido precisar, un historiador local (Delgado Merchán) se expresa
así: “¡ Lástima que en la capital de la Mancha no haya hombres de iniciativa
vigorosa, ya que falte en los gobiernos, para reconstituir esos asilos, que
tanto enaltecen el buen juicio, la previsión y la caridad de nuestros
antepasados evitando por este medio la ruina del modesto labrador que tiene que
entregarse a la rapacidad usuraria de los explotadores de su sudor!”.
Afortunadamente, hoy las circunstancias
son otras.
Antonio
Ballester Fernández. Boletín de Información Municipal Nº 33, agosto de 1970
El
actual Palacio de la Diputación Provincial se levantó sobre los terrenos del
antiguo pósito de D. Álvaro Muñoz de Figueroa
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