Uno de los talleres que se encontraba en
la calle Cuchillería, era el taller de “Hojalatería de Francisco Murcia”. Oficio
prácticamente desaparecido en estos días; eran trabajos en hojalata muy
utilizados antiguamente en utensilios de cocina y otros menesteres.
El oficio hasta avanzado el siglo pasado
tuvo entre nosotros carácter artesanal, que fue perdiendo en la medida en que
cambiaban los procedimientos de fabricación con la creciente utilización de las
máquinas.
Francisco Murcia fue un hojalatero que poseía también dotes artísticas, y trabajó para las cofradías y hermandades de Semana Santa de nuestra ciudad, donde realizó faroles para ser portados en los cortejos profesionales y para la iluminación de los pasos procesionales, como lo demuestra el que publico hoy de 1920 y que lleva su firma.
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