V.- CRONOLOGÍA DE NUESTRO DEPÓSITO.-
Es suficientemente conocido por lo
general, que la cronología de las cerámicas altomedievales,
cristiano-musulmanas, halladas y estudiadas en el ámbito peninsular, se
mantiene en una imprecisión y vaguedad extraordinaria. En Ciudad Real, existe
sin embargo una singular ventaja, por cuanto la cronóloga islámica puede que
marque unas cotas finales muy seguras con la reconquista de Alarcos en 1.212,
aún cuando la mano de obra alfarera persistiera en la zona; los gustos de los
nuevos dominadores cristianos cambiarían, produciéndose en parte una clara intromisión
e interrupción de tipos cerámicos a partir del siglo XIII. No obstante y en
muchos casos, la cerámica de tipo “común” especialmente, pese a la pervivencia
de unas formas gorros, cazuelas. marmitas, etc.). Las variaciones son
sustantivas y el elemento decorativo variará totalmente.
Por el momento el análisis de lotes
peninsulares, puede proporcionar importantes bases para la interpretación
cronológica de la cerámica cristiano árabe de Ciudad Real. Por desgracia en la
mayoría de ellos, la imprecisión es bastante grande por falta de contextos
estratigráficos, pero al poseer nosotros algunos sondeos estratigráficos, es
posible intentar un estudio comparativo de los mismos en relación con el cuadro
tipológico propuesto por ROSELLO BORDOY en su obra “Ensayo de sistematización
de la cerámica árabe en Mallorca·. (4) SANTOS GENER. 1.952 (5), publica una
serie de ataifores enlazables con nuestros tipos de cronología imprecisa, fuera
de contexto estratigráfico. Algo similar podría decirse del ataifor en verde y
manganeso de Pechina, sin repié y con solero plano descrito por OCHOTORENA (1
.952) (6). Respecto a los ajuares de la Alcazaba de Málaga (Camps Cazorla.
1.962) (7), la imprecisión también es manifiesta, pues la ocupación del lugar entre
los siglos XI y principios del XIV, invalidan en parte todo intento de datación
exacta. Esta misma observación puede hacerse respecto al estudio de Almería
pues el periodo que abarca es excesivamente dilatado y que al igual que nuestro
depósito, corresponderían desde un inicio del siglo XIII a finales del XV, con
lo que conllevaría a la persistencia de tipos cerámicos, muy difíciles de
estudiar.
Otros tipos definidos como almohades en
Almería, serían los “Alcadafes” de tipo
“C” como el que nos ha aparecido en nuestro pozo enlosado, fechado entre los
años 1.157 y 1.288 aproximadamente, llevándonos a un pleno siglo XIII, e
incluso con perduraciones en el siglo XIV (inicios), aunque seria más oportuno
no pretender identificar las cerámicas con estas denominaciones y utilizar
esencialmente un término puramente cronológico, pues en el caso concreto de
Ciudad Real puede aducirse que la mano de obra dedicada a las técnicas
alfareras seña indígena, posiblemente procedente de Alarcos y asentada en la nueva
villa uno vez se abandona paulatinamente la fortaleza a partir de la
reconquista de esta ciudadela en 1 .212 (inicios del XIII), por lo tanto se
vería afectada incidentalmente por los cambios políticos que alterarían
únicamente las directrices de las clases dirigentes.
Lo que sí es de observar como claro
signo de modernidad (siglo XII al XV), es la aparición del repié anular en los objetos
peninsulares y de los cuales tenemos constancia en nuestro hallazgos.
En espera de nuevos hallazgos, la
tipología de la cerámica medieval de Ciudad Real, de posible época islámica,
con una base cronológica suficiente, quedaría incluida con todas las reservas,
dentro de los siglos XIII al XV.
Como resumen de lo dicho anteriormente,
observamos que entre los materiales ciudarrealeños poseemos un punto de partida
cronológico y un punto final, marcado respectivamente la primera por la
reconquista de Alarcos por los cristianos en 1.212 y su posterior abandono, no
lográndose nunca su plena repoblación, y la segunda marcada por la aparición
del empedrado de nuestro segundo patio
en la casa del Ilustre Hernán Pérez del Pulgar, como fecha cercana a su posible
construcción, y que no estaría alejada tanto de su fecha de nacimiento en
1.451. Los muros y estructuras descubiertos en nuestros sondeos, serían como
poco contemporáneos a esta fecha, con posibilidad de pertenecer a restos de
hábitats anteriores del XII y muy posteriormente recubiertos por un segundo
nivel de patio, ya en los siglos XVI y XVII Y por necesidades especiales de habitabilidad
de la casona inicial, sufrió reestructuraciones de mayor envergadura. Así pues
entre 1.212 y 1.451- 1.531, puede quedar encuadrada toda la cerámica estudiada
de nuestro pozo. En determinados yacimientos cerrados como el pozo de la casona
de Hernán Pérez del Pulgar, es posible situar el momento de vigencia de los
mismos, pero del análisis estadístico no cabe obtener una completa seguridad
para datar aquellos tipos cerámicos que por el momento quedan fuera del cuadro
cronológico que se acompaña. No obstante damos estas fechas a modo de hipótesis
en espera de poder datar mejor al menos parte del depósito con la aparición de
una moneda de cobre, perteneciente a una Blanca de Bellón del Rey Juan II de
Castilla, en actual estado de restauración y que por cronología comparada, nos
fechará parte de este descubrimiento.
VI
CONCLUSIONES.
La documentación arqueológica estudiada
en las páginas precedentes supone, para el conocimiento de la historia
“Villarealeña”, un complemento de la documentación escrita de singular
importancia, documentación nueva, única, inédita y al alcance ya de cualquier
investigador.
Gracias a esta aportación documental
proporcionada por el depósito de materiales encontrados en la excavación del
“pozo enlosado” de la casona de Hernán Pérez del Pulgar y que podríamos definirla
como masiva y de principal importancia; el contexto socio-cultural y en parte
económico de los primeros pobladores de Villarreal, antes como Pozuelo de D. Gil
y después como noble y leal ciudad a la corona, se nos presenta bajo un nuevo
prisma, que, sin variar en esencia lo que conocíamos en torno a su desarrollo
político, (Hervás y Buendía 1914) nos ofrece unas aportaciones singulares para
el conocimiento del desarrollo del bagaje material y cultural de los Ciudarrealeños
en una época transcendental de su evolución histórica, los siglos XIII. XIV Y
XV... desde que se inicia el despoblamiento de Alarcos, en fecha posterior a su
reconquista 1212 (Delgado Merchán, 1907) (8), pasando por la feliz idea que concibió
Alfonso X de "crear una grand Villa e bona, e que consservasse, e tuviesse
entre todos por fuero, e que fuesse cabeza de toda aquella tierra”, en una de
sus aldeas (se refiere a posesiones de Alarcos) llamada “Pozuelo de D. Gil”, al
que hizo variar este nombre por el de Villa Real, otorgándole su carta puebla
el 7 de Febrero de 1253 (Carta Puebla 1253) (9).
Los documentos arqueológicos aparecidos,
parecen demostrar una relativa importancia de la cerámica califal tardía, procedentes
posiblemente de AL-Andalus y de zonas de Levante, de bastante uso común en
ambientes urbanos, lo que nos viene a probar que la inicial población de
Villarreal, al menos alguna parte, los pobladores que rellenaron este pozo, gozaban
de una posición económica holgada capaz de mantener unas corrientes de intercambio
de materiales de lujo que forzosamente tuvieron que proporcionar suficiente
rentabilidad a los mercaderes que cuidaban de mantener estas vías de
comunicación abiertas. En efecto, la Crónica de Alfonso X, consagra un capítulo
a la fundación de Villa Real, dotándola de privilegios y dádivas, haciendo
hincapié en todo momento en convertir el pobre lugar de Pozuelo de D. Gil en
grande y poderosa villa, dando a conocer el mejoramiento social que adquirirían
sus moradores y gozarían del Fuero de Cuenca y de numerosos y extensos términos
que le fueron agregados a la villa (Carta Puebla 1.253)... es más, sigue
diciendo que sus hidalgos no pagarían diezmo ni tributo alguno al Rey ni al
señor de la tierra ni a otro alguno ... "lo que impulsó a gente de la nobleza
de la época: caballeros de Calatrava, etc ... a residir en V. Real, lo que inútilmente
combatirán sus Maestres y Capitanes Generales”, sobre todo por la mayor
comodidad y holgura que les prestaba su crecido vecindario, además de sus inmunidades
y franquicias (Carta Puebla 1.253)... Aquí las crónicas de la época vienen
afirmadas por las excavaciones arqueológicas, al documentar hallazgos de
cerámica denominada de “lujo”, así como cantidad de restos alimenticios de alto
valor económico (cabra, oveja, caballo, vaca, etc.), lo que nos hace pensar en
la idea de que “Hidalgos o Caballeros”, se asentarían en las inmediaciones de
esta casa y utilizarían el “Pozo Seco” como depósito y basurero.
Desde el punto de vista socio-económico
considero que el material cerámico nos da unas posibilidades de investigación
nuevas, suficientes para incidir en la problemática de unos puntos que
considero fundamentales para el conocimiento del fenómeno cristiano morárquico
villarealense: primero una interdependencia político-cultural de las tierras
castellanas en un primer momento (S.XIII) Y conexiones íntimas en época algo
posterior, mediados del XIII y XIV con AL-Andalus y zonas limítrofes pese a que
las tensiones políticas propias de la pugna cristiano-musulmana no facilitara
estos contactos.
Segundo, cristianización y acatamiento a
la realeza, no sólo de la posible población autóctona, sino de la proveniente de
Alarcos y de todos los que se trasladan a esta villa atraídos por sus
exanciones y dádivas, aceptando no sólo un vehículo lingüístico y una fé, sino
un acatamiento total a la corona frente al poderío de unas órdenes militares.
Firme y tradicionalmente arraigados en la zona, esto se ve en la identificación
de piezas de utillaje doméstico que confirman las referencias proporcionadas
por las crónicas.
Tercero, creemos ver en su vajilla de
lujo, una conexión comercial fluida, no sólo entre tierras cristianas, sino con
tierras de AL-Andalus, en un momento en que la situación política no era la más
adecuada para un intercambio normal.
De momento el estado de la cuestión no
permite ampliar en demasía el tema, si bien las
investigaciones de nuestro “pozo” en este sentido, ofrece unas
magníficas perspectivas.
Constatamos la existencia de dos series
de cerámica: de lujo y común, utilizadas en ambientes domésticos no solo con
sus posibilidades económicas, sino de acuerdo con la función específica de la
serie. Así no es de extrañar el hallazgo de cerámicas comunes propias del
menaje de cocina o servicio o almacén en otras zonas de la excavación.
Dentro de la serie de posible lujo se
observa la existencia de piezas importadas de la zona de AL-Andalus y del
Levante español, zona de Murcia, etc... así como hemos documentado la gran
cantidad de elementos de vidrio, de momento sin determinar, prueba de unos contactos comerciales y de una
fluidez económica importante.
En las cerámicas comunes por el
contrario, creo necesario aventurar la hipótesis de poder rastrear los
verdaderos especímenes locales, donde a unas formas más o menos similares o
iguales, se aplican unas formas decorativas diferentes... observamos en la
medida que lo limitado del tiempo dedicado al estudio de los materiales nos
permite, un mayor número de perduraciones formales en cerámicas posteriores.
Posiblemente y siempre a modo de hipótesis, decir que en esta pervivencia de
formas tenemos una prueba de la existencia de una mano de obra alfarera de raíz
islámica que prolongará sus actividades en épocas posteriores, sobre todo
cuando hemos documentado restos deformes de cerámica mal cocida en el pozo,
como si hubiesen utilizado el pozo como testar donde arrojarían los
desperdicios del “alfar”.
Además se han documentado tres “Atifles·”o piececitas que a modo de soporte,
aguantan las piezas dentro del horno para que no se junten o se aplasten y se
mezclen o se peguen entre sí las piezas. También hemos documentado multitud de
objetos mal cocidos, deformes, escorias. etc... documento arqueológico de la
existencia de alfares propios en la época que nos ocupa.
Que la intervención cristiana presenta
un aspecto muy peculiar en parte de la evolución de la cerámica común
Villarrealeña es un hecho, no es de extrañar... pues la rápida re
cristianización llevada a cabo en un plazo breve (1 .212 Reconquista _+
Alarcos. 1.220 +_ abandono progresivo. 1.254 Fundación plena de Villareal por
Alfonso X), supuso por un lado la
superposición de un estado oligárquico que se apodera de la villa, introduciendo
costumbres algo diferentes, con la consiguiente ruptura total con el pasado introduciendo
técnicas y formas de tradición altomedieval cristiana, en un principio, y , a
fines del XIII, la proliferación de cerámicas de lujo catalanas y valencianas
en verde y manganeso, después en azul de cobalto, presentan sistemas
decorativos y temáticas totalmente diversas, aunque lógicamente deriven de
técnicas árabes.
Por otra parte, que la perduración
formal, se observa sobre todo en el menaje común, queda plenamente justificado
ya que parte de la mano de obra alfarera en la Villa real cristiana de los
siglos XIII-XIV, sería, posiblemente mudéjar o descendientes conversos, lo que
explicaría la persistencia de determinados tipos: jarras y jarritos y sus
series análogas, alcadafe, marmita, etc.
Ahora bien, aunque la mano de obra sean
conversos mudéjares, el estrato social que utilizara estos productos está
formado por los nuevos ciudadanos: hidalgos, colonos de Castilla e incluso
gente de las Ordenes Militares que atraídos por las dispensas idones de la realeza
para los pobladores de la villa se asientan en ella. Sus necesidades domésticas
van a tener diferentes gustos y por eso la decoración del momento islámico no
les guste o les resulte extraña y ofensiva, por lo que no es extraño aventurar que
la degradación decorativa e iconográfica que hemos encontrado en nuestros
materiales esté motivada por estos cambios sociales que marcan de una manera
clara el desarrollo socio-económico de C. Real en su época fundacional y Altomedieval.
De esta manera observamos cómo el
alfarero tradicional por excelencia, sigue fabricando piezas de tipología
tradicional, pero quitándole los elementos decorativos que no gustan a los nuevos
compradores.
Queda, pues, este trabajo, como punto de
partida para posteriores y nuevas investigaciones acerca del tema. En la memoria
de excavación de los sondeos de la casa de Hernán Pérez del Pulgar, creemos y
una vez finalicemos la excavación de su pozo, poder aportar nueva documentación
que afirme definitivamente este estudio y estas pre-conclusiones e hipótesis
que esbozamos en este artículo, realizado más como necesidad de presentar tan
ilustre hallazgo a la sociedad científica que como fruto de una elaborada y exhaustiva
labor de reflexión investigadora, que en breve plazo quedará subsanada en un 2º
artículo definitivo y, que como memoria definitiva de excavación de este depósito
arqueológico, pueda confirmar o por el contrario reestructurar de acuerdo a la
información obtenida con los nuevos hallazgos, nuestras opiniones sobre el tema.
Esperamos que este primer trabajo sobre
hallazgos arqueológicos en nuestra ciudad, suscite nuevas investigaciones de especialistas
sobre nuestra desconocida Época Medieval.
(4).- ROSELLO BORDOY, G. (1.978) “Ensayo
de sistematización de la cerámica árabe en Mallorca”.
(5).- SANTOS GENER, Samuell de, (1.952)
“Adquisiciones del Museo Arqueológico de Córdoba”. M. Arq. Prov. 11, 12 Madrid
1.952 pp. 41-44.
(6).- OCHOTORENA, Fernando “Cerámica
árabe de Pechina” M. Arq. Prov. 13 y 14 Madrid 1.952-53 pp. 126-134.
(7).- CAMPS CAZORLA, E. “Cerámica musulmana
de Málaga”. Adquisiciones del Museo Arq. Nac. 1.960-65. Madrid pp. 154-161.
(8).- DELGADO MERCHAN, L. (1 .907)
“Historia Documentada de Ciudad Real”.
(9).- CARTA PUEBLA, M.S. Bib. Nac. P.V.
3 nº 13 Archivo Municipal.
JUAN JOSE ESPADAS
PAVÓN
LICENCIADO EN
GEOGRAFÍA E HISTORIA: DIRECTOR DE LA EXCAVACIÓN DE LA CASA DE HERNAN PEREZ DEL
PULGAR.
REVISTA VILLA
REAL 1255 Nº 1. D. L.: CR -862- 1989.
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