lunes, 21 de enero de 2019

COMERCIOS Y TIENDAS EN LA CALLE POSTAS EN LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XX (I)



La calle de Postas se llamó así por haber estado en el número 1 de la misma, durante muchos años, la Administración de Correos y la Caja Postal de Ahorros y ya es sabido que en este servicio se te llamaba en el siglo pasado la Posta. El primer tramo, ahora ensanchado en la acera de los pares, ha sido trasformado en la calle peatonal, a satisfacción general, pues era peligroso el tráfico de vehículos y sobre todo los pesados. Todavía se recuerda que en los años veinte y treinta era necesario colocar al principio de la calle, los días de intensa lluvia, un grueso tablón de madera, para que los peatones pudieran cruzar sin meter los pies en el agua, ya que al no existir aún alcantarillado, solía inundarse esa zona.


En el número 2, estuvo hasta el año 1912, el establecimiento de tejidos de don Antonio López Pan, que posteriormente se trasladó a la calle de la Feria. En 1913 fue el primer local que ocuparon los Almacenes "El Capricho" en Ciudad Real, procedentes de Albacete, al frente de los cuales vinieron los señores Joaquín Rico y Amando Alcantud, fallecidos ambos antes de los años sesenta, comanditatos por un firma comercial fuerte de la citada ciudad manchega.


En el mismo local estuvo bastantes años la sastrería Morote, con su cortador, el maestro Baldomero García Velasco, con sus tradicionales maniquís, unos tocados con sombreros y otros con gorras, que por aquel entonces se usaban mucho, incluso por los "pollos bien". En los años 36-39, durante la guerra civil, fue ocupado dicho local, con fachada también a la calle del Prado, por una Colectividad de Peluqueros, en la que se unieron varios establecimientos del ramo, del que se hizo cargo después de la fecha citada el maestro Espadas. Al cesar el negocio de peluquería y barbería, se estableció en dicho número 2 el despacho y almacén de aceites de Parra. También ocuparon locales de este inmueble la Mercería Diéguez y Benáquez y la Corsetería Lola. Hoy, en este inmueble esquina a Postas y Prado se halla el conocido Anexo de Peñalta, especialmente dedicado a ciertos tejidos, confecciones, zapatería, equipos de novia y de primeras comuniones. También lo ocupa la Droguería Antonio, con perfumería y artículos de limpieza y el piso principal la Mutua Nacional del Automóvil. Una tienda de calzado de niños sustituye el antiguo estanco.


El número 4 era un viejo caserón, con fachada encalada, domicilio del señor Maroto, donde ya trabajaba de electricista, luego continuado por sus hijos, y en el mismo portal de la casa, durante Semana Santa, instalaba unas mesas para la venta de pilas eléctricas, que ya habían hecho su aparición en el mercado.


En la actualidad, tras la edificación de un nuevo inmueble, ya retranqueado, llamado Galerías Posta, alberga en los bajos dos establecimientos: Mercería Jesús Baptista y Electrónica Turrillo, y en las demás plantas la Relojería Anfora con joyería y numismática, Mercería Novedades, Relojería Orient, la Tía Tula de ropa y Sheila Salón de Belleza.


En el número 6 se hallaba la conocida "Bodega del Marqués", asi llamada por haber sido propiedad del marqués de Casa Treviño, anexa a su casa palacio de la calle de Reyes, que en tiempos fue Chacillería Real de Castilla, según documentado informe del señor Rodrigo Rico. Pues bien, en esta bodega, arrendada a industriales del ramo, se vendía vino por arrobas, cuartillas y litros, pero también era costumbre chatear -con vasos del tamaño de cañas- por un grupo reducido de buenos bebedores amigos del bodeguero. Se recuerda la escalera de entrada con tres o cuatro peldaños, para bajar, y un número reducido de tinajas, junto a las que se colocaban pequeñas mesas y banquetas de madera, que servían para que se formaran pequeñas tertulias de los más asiduos.


El mal estado de conservación de este inmueble obligó a su demolición allá por los años 48-49 y en su lugar se construyeron una serie de locales comerciales, entre ellos Magón de Postas, con tejidos, mercería, paquetería y confecciones; Almacenes "La Chabola", de alimentación, con mayor y detall, propiedad de don Florencio Sanz Martínez, buen aficionado a la Fiesta Nacional, que fuera conocido empresario taurino en diversas plazas manchegas, incluida la capital; otro establecimiento de mercería propiedad de don Gregorio Baptista, de parecidas características al de su hermano, antes mencionado; la "Casa de las Medias", de don M. Barraján Espinosa, y un último con el nombre de "La Gardenia". En la actualidad están Viajes Cervantes, Torroba decoración y Fotografía Iferga. Recientemente sufrió transformación esta zona de la calle, al ser vendida la casa solariega del marquesado de Treviño, adquiriendo la planta baja la Caja Rural Provincial, sin que los locales de la calle de Postas hayan sido ocupados hasta el momento, aunque si los de la calle de Reyes, para instalar en ellos una sucursal de la Caja. Ha sido derribado el inmueble donde se hallaba "La Chabola" y pocos años ha el de Magón de Postas, para construir un moderno edificio en el que ha vuelto a instalarse esta firma comercial, con puerta también al paseo del Prado.


Siguiendo con la calle y una vez pasada la calle de los Reyes, se hallaba el llamado "huerto del marqués", cercado con tapias encaladas. En los primeros años del cine comercial, durante algunos veranos, se veían allí películas mudas, en episodios. 


En 1933 el Ayuntamiento republicano-socialista que presidía el alcalde don José Maestro San José proyectó la construcción de un moderno mercado de abastos en dicho huerto, proyecto que más tarde se reactivó en los años cuarenta por las Corporaciones que presidieron don José Donado Adán, don Pascual Crespo Campesino, Don Fernando Bustamante García y don José Navas Aguirre, siendo este último quien tuvo la suerte de alcanzar la inauguración, superando las dificultades de concesión de materiales para tan importante servicio público. El proyecto y dirección de la obra estuvo a cargo del entonces arquitecto municipal don José Arias. En el mercado se han realizado posteriormente obras de mejora y ampliación que le han colocado entre los mejores de su clase. En el piso bajo, con fachada a las calles de Postas y Reyes, estuvo instalado varios años un moderno supermercado, que contó con el favor de las amas de casa.


Cruzada la calle de Morería, esquina a esta y Postas, se hallaba un molino de aceite de la misma propiedad, o sea del marqués de Casa Treviño, en cuyo local hubo después unos almacenes de Alimentación de la Casa Navarro y que al construirse nuevo edificio, los bajos fueron adquiridos por la Cooperativa de Consumo y Crédito, que ahora parece haber cesado en sus actividades comerciales.


Por cierto que se cuenta una anécdota sucedida en el citado molino, donde como en otros de aquellos años treinta, era corriente celebrar reuniones de amigos para comidas y meriendas. Pues bien, tres buenos góurmets, muy populares y conocidos en Ciudad Real por su buen diente, se reunieron una tarde para hacer una merienda cena, nada menos que con veintitrés kilos de carne. Cuando ya estaban dispuestos a empezar a comer oyeron golpear y aporrear fuertemente la puerta de entrada y uno de los comensales, sin poderse contener, exclamó: "¡Pero es que van a venir más!".


En los alrededores del citado molino, deambulaba un célebre personaje "El Llueco", que con su capa sobre los hombros, en tiempo de invierno y apoyado en un garrota de "siete perros", paseaba por la acera hasta la calle de Alamillo, aunque a veces se llegaba hasta la plaza de la Constitución y en sus alrededores era muy popular, ¿Qué muchacho de por entonces no habrá dicho algo para excitar la ira del que fuera famoso tipo local?


En la casa siguiente al molino, número 12, estuvieron muchos años instaladas las oficinas de la Delegación Provincial de Auxilio Social y también hubo un almacén de galletas. Al construirse nuevo edificio, en los bajos está ya varios años la confitería Cruz, que dispone de salón para meriendas.


El número 14 fue la casa de don Carmelo el cura y del labrador acomodado José Vicente Baillo. Posteriormente y durante buen número de años, fue la posada de Fidel, cuando ya habían desaparecido las de la hoy Plaza Mayor y de la calle de la Cruz. En los años setenta se construyeron nuevas edificaciones, en las que han quedado instaladas industrias y comercios.


Ya hasta la esquina final de Postas, donde se construyó el Instituto Provincial de Higiene, anteriormente en la calle de la Mata, existía el taller de joyería y platería de José Álvarez Amat, llamado "el artista" por su habilidad en la profesión, y en la casa número 18 la afamada y popular sastrería de Sánchez de la Nieta, más conocida por la de "El Costoso", que gozaba de una gran clientela y era centro de reunión de una simpática tertulia, sobre todo cuando se hizo cargo de la sastrería uno de los hijos, el bueno de Fausto (en algún cartel de aficionados taurinos figuró con el apodo de "Carrete" que pertenecía a la célebre peña de "Los Perrilleros", todos ellos muy estimados y queridos en Ciudad Real, por cuyos problemas se interesaban a cual más. Era corriente verlos paseando en grupo, llegándose hasta "El Garritón", ya pasado el parque, para ver en el buen tiempo la maniobra que habían de hacer los trenes de Madrid para entrar en la estación de ferrocarril, antes de realizarse la desviación de la línea directa.


También en esta sastrería del "Costoso" se confeccionaban las túnicas para la Hermandad del Santísimo Cristo del Perdón y de las Aguas, que hacían a no pocos muchachos de Ciudad Real, por encargo y a su costa de una ilustre personalidad de aquellas fechas, don Federico Fernández Alcázar, jefe provincial de Sanidad mucho tiempo. Pues bien, don Federico, entusiasta de su Hermandad, la más numerosa por aquel entonces, pagaba las túnicas de su peculio y luego las regalaba a muchos chicos de familias conocidas, túnicas que salían alrededor de unos seis duros de coste.

Cecilio López Pastor. Pequeña historia local: Ciudad Real, Medio siglo de su comercio. Ciudad Real 1986


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