domingo, 1 de septiembre de 2019

SANTA MARÍA DEL PRADO BENDICE LA CIUDAD EN LA OCTAVA



Cientos de personas alumbran el recorrido de la patrona de Ciudad Real en el camino de la fe con motivo de la festividad de la Octava, que cierra la semana grande de la ciudad

El aroma a nardos impregnó los jardines del Prado en la festividad de la Octava, que un año más congregó a cientos de personas que se acercaron para ver partir la  procesión de la Virgen del Prado. El año pasado la lluvia dejó en la Catedral prioral a la patrona y afligidos a los fieles que se dieron cita por si el cielo se abría y cesaba la lluvia. No pudo ser. Ayer, lució el sol y a la caída de la tarde de un día asfixiante echaba a andar la Virgen sobre su carroza de plata 35 minutos después del repique de campanas que anunciaba el inicio de procesión.


La Octava congrega a menos personas que el día 15 festividad de Nuestra Señora del Prado, pero no por ello con menos fe y, lamentablemente, con fallos en la organización de las filas para alumbrar, muy a pesar del sacerdote encargado de dar las indicaciones a través de la megafonía instalada en los jardines del Prado. Todos quieren ir cerca de la Virgen y no puede ser, decía una y otra vez el sacerdote invitando a las personas que iban a alumbrar que se colocaran delante del estandarte de la Corte de Honor para que avanzara la procesión con la Dulcinea, damas y Pandorgo, para a continuación situarse las  integrantes de la Corte de Honor y seguidamente los hermanos de la Hermandad de la Virgen del Prado abriendo paso a la patrona, escoltada por una amplia representación de la Policía Nacional. Pese a los fallos de organización por aguardar muchos hasta el último momento para situarse junto a la Virgen y mezclarse el sonido del himno de España con la música religiosa proveniente de los altavoces, la procesión de la Octava supuso una gran manifestación de fe. En las inmediaciones del Prado se congregaron cientos de personas que esperaron estoicamente, abanico en mano, para ver  partir la procesión, que empezó a las ocho de la tarde. 35 minutos después iniciaba la Virgen del Prado el recorrido por la ciudad a los acordes del himno de España.


En los rostros de la mayoría de las personas, tanto los que iban alumbrando  como los que presenciaron el paso de la patrona, se reflejaba el fervor por Santa María del Prado. Otros, los menos, contemplaron la procesión con curiosidad.

El manto de los dragones. La Virgen del Prado lució el mismo manto que el día de la Asunción  de María. El impresionante manto de los condes de la Cañada, que desapareció en la Guerra Civil y fue encontrado milagrosamente años después cuando iba a ser vendido. Por fortuna se recuperó y ayer lució en todo su esplendor, llamando la atención los dos grandes dragones de cuya boca sale la letanía de la Virgen. En la fiesta de la Octava también cambia el exorno floral, en esta ocasión imperan los nardos que simbolizan en el mundo cristiano la alegría y la comunión del pueblo. Y un año más Santa María del Prado bendijo las  casas y calles de la ciudad.


Al igual que el día 15, fueron muchos los fieles, principalmente mujeres las que alumbraron el recorrido de la imagen descalzadas por promesas. Los hombres enfundados en trajes oscuros, todos portando velas, acompañaron también a la patrona de la ciudad en el camino de la fe. La procesión finalizó en torno a las diez de la noche, hora en la que una traca anunciaba la entrada de la Virgen del Prado en la Basílica Catedral. De este modo finalizaban los actos religiosos de la festividad de la Octava que comenzaron  con una misa de hermandad en la que fue nombrado hermano mayor Carlos Oliver López. Su primo Carlos López Camarena le entregó el testigo.



MILES DE PERSONAS ALUMBRAN A LA VIRGEN DEL PRADO EN LA PROCESIÓN DE LA OCTAVA

Una vez que la procesión finalizó, y a los pies de la Patrona, cómo viene siendo habitual, -y tras el canto de la Salve Regina-, se procedió al relevo simbólico del Hermano Mayor. Terminaba así, -aunque de forma oficial se vivirá el momento en una próxima reunión-, el mandato de Carlos López Camarena, que lo ha sido durante este año, y comenzaba el de Carlos Oliver López, que lo será, Dios Mediante, hasta el 22 de agosto del próximo año


Retuerta del Bullaque, Bilbao, Carrión de Calatrava, Valencia, Alés, -en Francia-, Calzada de Calatrava, Villarrubia de los Ojos,… son los puntos de origen de muchas de las personas que en la tarde-noche de este jueves han acompañado a la Patrona de Ciudad Real, Nuestra Señora del Prado, en la procesión de su octava, que cierra el programa de cultos celebrados en su honor, con motivo de estas fiestas de agosto de 2019.


Aunque a partir de las veinte horas, de acuerdo con el horario previsto, comenzaban a avanzar las dos larguísimas filas de fieles, -varios miles de personas-, hasta las nueve menos cuarto, aproximadamente, no comenzaba a caminar el trono de la “Morena del Prado”, cuajado de nardos y artísticamente iluminado, sobre el que lucía espléndida la Santísima Virgen vestida con el manto de los Condes de La Cañada, al igual que el día 15, sobre el que se podía ver la Medalla de Oro de la Ciudad, enmarcada en plata, así cómo la medalla conmemorativa del Concilio Vaticano II, donada en su momento por el que fuese obispo de nuestra diócesis Juan Hervás, que participó en el mismo, y broche de oro con madreselvas, en forma de dragón. El Niño, por su parte, lucía cordoncillo de oro y la medalla de la Diputación Provincial.


Mientras la carroza avanzaba hacia la puerta del templo, por parte del sacerdote consiliario de la Ilustre Hermandad, Francisco Romero, se entonó el canto “Ave María, Stela Maris”, tradicional en los prolegómenos de las dos procesiones.


Abría el cortejo, que transcurrió por el Paseo del Prado, para continuar por las calles Prado, Azucena, Plaza del Carmen, Estación Víacrucis, Toledo, Calatrava, Paloma, Carlos Vázquez, Plaza Mayor, Mercado Viejo, y de nuevo Prado, hasta la Catedral, la Cruz de Guía, portada por seminaristas mayores, a la que sucedían los fieles con cirios naturales.

A continuación, y por éste orden, marchaban la Corte de Honor de la Virgen, con su estandarte; La ilustre Hermandad de la Virgen, con el suyo; Dulcinea y sus damas; Pandorgo y señora y el grupo de acólitos, -turiferarios y ceroferarios-, que precedían al trono, escoltado por miembros de la policía nacional, atendiendo a la expresa invitación del prelado, Gerardo Melgar.

Tras él, ocupaban la presidencia religiosa, además del Presidente del Cabildo Catedral, Bernardo Torres, el canónigo José Martín Sánchez de León, y los también sacerdotes Lorenzo Trujillo y Ángel-Francisco Rivas.

A continuación aparecían una representación de la Corporación Municipal y las autoridades militares, concretamente el Subdelegado de Defensa del Gobierno Regional, el Inspector Jefe de la Policía Nacional, un teniente de la comandancia ciudadrealeña de la Guardia Civil y el diputado de Vox por Ciudad Real Ricardo Chamorro.


Cerraba el desfile la Agrupación Musical de nuestra ciudad, que interpretó escogidas composiciones de su amplio repertorio.

Momentos de especial emoción

Aparte del de la salida de la imagen al Paseo del Prado, se vivieron durante el recorrido momentos de especial emoción cómo el de la “petalá” por parte de la Asociación de Dulcineas, desde el balcón del Ayuntamiento, o el paso de la Virgen sobre la alfombra de sal confeccionada por el Grupo Joven de su Ilustre Hermandad.

Relevo de Hermano Mayor

Una vez que la procesión finalizó, y a los pies de la Patrona, cómo viene siendo habitual, -y tras el canto de la Salve Regina-, se procedió al relevo simbólico del Hermano Mayor. Terminaba así, -aunque de forma oficial se vivirá el momento en una próxima reunión-, el mandato de Carlos López Camarena, que lo ha sido durante este año, y comenzaba el de Carlos Oliver López, que lo será, Dios Mediante, hasta el 22 de agosto del próximo año.



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