viernes, 28 de febrero de 2020

DEL CARNAVAL DE HACE UN SIGLO: “EL CARNAVAL EN CIUDAD REAL”



No es solamente la industria y el comercio de la capital manchega, lo único que ha experimentado un gran progreso desde hace poco tiempo: también han progresado al unísono con ellos los festejos populares, rivalizando en brillantez la Feria, Semana Santa y Carnaval.

La transformación de este último, sobre toda, ha sido tan radical que del grotesco Antruejo callejero, insultó a la tradicional moralidad ciudarrealeña, hemos pasado a una fiesta verdaderamente bella, donde las carrozas nos demuestran de una manera palpable el conocimiento que de la estética tienen nuestros conterráneos artistas, y nuestras bellas paisanas, tienen ocasión de lucir vistosos tocados que no desmerecen al lado de los exhibidos en poblaciones de mucha más importancia.

Quizá con el traslado al Parque de Gasset, la fiesta de Momo habrá perdido su poesía; esa nota de romanticismo que tienen todos los festejos populares cuando la costumbre los hace rutinarios, oponiéndose a innovaciones, cambios, y, en general, a tolo aquello que signifique mejoramiento. Por eso, decimos: por haber roto con las añejas normas trazadas para la celebración de los tres días de Carnestolendas, no encontraremos ahora en los Carnavales esa nota poética, tal vez dada por el sitio donde se desarrollaba la escena carnavalesca: la vieja calle de Morería, rodeada de ancestrales caserones y lóbregas callejas, donde en estos días no cesaba el vocerío ensordecedor de las máscaras y las carcajadas de los alegres espectadores.


El comercio, pues, como decimos, ha progresado rápidamente debido más que a nada, a fiestas como esta, no protejo como debiera el fomento de ellas con el que saldría ganancioso. La Cámara de Comercio debe preocuparse de cooperar al desarrollo del Carnaval, Semana Santa y Ferias, concediendo donativos; celebrando exposiciones; poniendo, en fin, cuantos medios están a su alcance, para que no se estacionen estas fiestas, a las que el Ayuntamiento presta ya demasiado apoyo material, con perjuicio de los intereses municipales.

La Cámara Agrícola, Sindicatos y otros organismos similares, siguiendo costumbres añejas, también dejan huérfanas de ayuda pecuniaria, estas ocasiones que se les brindan para dar a conocer a los numerosos forasteros que nos vitan, los progresos realizados, merced a la actividad y competencia de sus Juntas directivas, en las cuales figuran los nombres de prestigiosas personas.

Ahora este festejo tiene un sabor modernista del que antes carecía, y cada día lo tendrá más al irse convirtiendo la llanura estéril que cercaba al antiguo Paseo de Alarcos, en ubérrimo Parque digno de una capital culta como la nuestra, que empieza a resurgir; a despertar de su letargo, dando a sus fiestas el esplendor merecido; reconociendo al hacerlo así que si a veces una población honra por sí misma a los festejos en ella celebrados, otras es las fiestas las que honran a la población que las organiza y las hace progresar con una rapidez inusitada.

Revista “Vida Manchega”, Año IX, Nº 246, Ciudad Real 25 de febrero de 1920


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