lunes, 16 de noviembre de 2020

D. AGUSTÍN SALIDO “HIJO ADOPTIVO” DE CIUDAD REAL 29 DE ABRIL DE 1868

 


El apellido Salido, al parecer de ascendencia medieval, adquiere importancia en Almodóvar en el siglo XVIII, cuando es designado para la Alcaldía Mayor don Gabriel Amando Salido de la Parra, según nos dice Edgar Agostini en su “Historia” póstuma. Categoría de Hidalgo tuvo Andrés Segundo Salido; capitán en la guerra de la Independencia fue don José Salido y más relevancia alcanzó este don Agustín Salido Estrada, nacido en Almodóvar del Campo en 1818abogado, propietario, estimable escritor en prosa y verso, diputado a cortes y con gran influencia en las altas esferas de la política pues tuvo amistad personal nada menos que con la misma reina Isabel II.

Uno de sus últimos cargos fue el de gobernador civil de la provincia de Ciudad Real, que llevaba ajena la comisaría regia y la Alcaldía de la capital. Y desde su toma de posesión se propuso terminar con el peligroso foco de infección de las lagunillas de “Los Terreros”, a las puertas mismas de nuestra ciudad. La obra fue un éxito completo, aunque sacrificó una parte de las históricas murallas. Pero él prefirió la desecación, la salud y la higiene a la conservación de unos paredones de tierra, cinturón condenado a muerte más o menos lejana. A don Agustín Salido se debió asimismo el edificio del Ayuntamiento, derribado al cabo de casi un siglo de existencia. Su labor, en conjunto, resultó tan eficaz y loable que la Corporación municipal, en sesión celebrada este día 29 de abril de 1868, acordó otorgarle el nombramiento de “hijo adoptivo” de Ciudad Real, levantar un monumento en su honor y colocar su retrato en lugar preferente de la Casa Consistorial.

El retrato recordamos haberlo visto hace años en una de las oficinas. El monumento no llegó a proyectarse siquiera. Y el título de adopción, que es prodigioso prodigar porque en la abundancia radica el demérito, quien sabe dónde estará, pues al parecer la generación de los Salido se concluyó con don Agustín en Almodóvar. En cambio, todavía lleva su nombre, según acuerdo posterior para paliar sin duda el incumplimiento de los anteriores, la plaza del barrio perchelero de Santiago próxima a la parroquia.

Aquel mismo año 1868 fue luego el de la famosa revolución que obligó a la reina a salir de España. Y don Agustín, ya sin su protectora con leal amistad, prefirió retirarse de la política activa. Fue entonces cuando desde su retiro en Almodóvar escribió más y mejor: un estudio sobre la plaga de “La Langosta” de más de cuatrocientas páginas (1875) y varios artículos polémicos sobre el mismo tema en las columnas de “El Labriego” (1879), además de unas leyendas versificadas sobre el Cristo de la Humildad y la batalla de Alarcos (1878) y hasta unos compendios sobre las historias de Ciudad Real y Almodóvar.

Don Agustín Salido falleció en marzo de 1891, a los setenta y tres años de edad. Estas líneas son un póstumo homenaje a aquel mi ilustre paisano, “hijo adoptivo” de Ciudad Real, ya casi olvidado. Antaño, honores y títulos. Ahora, casi nadie se acuerda de él.

“¡Echeu!” Fugaces labuntur anni”

Horacio, el gran poeta latino, nos dijo al comienzo de una de sus odas la gran verdad: “¡Ay”! los años resbalan fugaces.

Antón de Villarreal. Diario Lanza, Efemérides Manchegas, martes 29 de abril de 1875

 


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