sábado, 19 de marzo de 2022

LA IGLESIA DE LA SOLEDAD

 

Antigua ermita de la Soledad, según un dibujo de Vicente Rodrigo (1900)


Una súplica, en beneficio de todos, a la Excma. Diputación, al Excmo. Ayuntamiento, al Ilmo. Obispo y a la Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad.

 

Con las obras que se están realizando en el Hospicio provincial, queda aislada y más visible la iglesia de la Soledad.

Un edificio tan raquítico, feo, y casi ruinoso, no puede seguir destinado a fin tan importantísimo, hermoso y elevado, como es el culto a la Virgen y por ello se debe a todo trance y en breve tiempo hacer que desaparezca, y siendo extraño que ya no se haya decidido su demolición.

Los propósitos de unirlo al Hospicio parece que se han orillado, pues así lo indica la suspensión de la obra correspondiente. Por esto, consideramos oportuno tratar hoy el asunto, llamando sobre él la atención del Sr. Obispo y de las corporaciones interesadas en el mismo.

No creemos para nada ni a nadie interese conservar tan innecesario edificio; por el contrario, nos parece indiscutible, que a todos conviene su inmediata desaparición.

El señor Obispo, como sumo sacerdote, príncipe de la Iglesia y gobernador, estará más interesado que nadie en que el culto sea todo lo solemne que merece la Reina de los Santos y con su excepcional buen criterio comprenderá que para ello no reúne condiciones el templo de referencia.

La antigua y numerosa cofradía de Nuestra Señora de la Soledad, también deseará disponer dentro edificio mejor, más amplio y seguro, para cumplir acabadamente los fines de su fundación.


En este plano de Ciudad Real de 1886 podemos ver marcado con el número 2 el lugar donde se encontraba situada la ermita de la Soledad



La Diputación, activa y espléndida para cuanto se refiere a la Beneficencia, no verá con gusto que la importante obra que actualmente realiza quedase deslucida en su parte exterior y que las nuevas crujías resultasen con menos luz y ventilación.

Al Ayuntamiento, por su parte, seguramente le desagradaría no contar, de hoy en adelante, con una hermosa y amplia plaza, en la cual aparecería, severa y esbelta, la extensa fachada del benéfico Establecimiento; además, constituiría para él un motivo de preocupación constante el mal aspecto que ofrecería y las señales de ruina que irían apareciendo en el vetusto edificio de la Soledad, que seguramente se habría hundido a no ser por las obras de relativa consolidación que en el mismo se hicieron.

Siendo cierto, como lo es, todo lo expuesto, no dudamos de que serán reconocidas la necesidad y conveniencia indicadas y esperamos que aunadas las voluntades, se acordará y llevará a cabo el derribo del edificio.

Dícese que la cofradía de la Soledad, propietaria del mismo, es la que se muestra intransigente para dicha solución; pero creemos depondrían su actitud, si, en lo posible, se agregarán a la iglesia más próxima los beneficios, derechos y obligaciones existentes y se le indemnizara por cesión del terreno a la vía pública.

Entendemos que todo es cuestión de voluntad y confiamos en que ésta no ha de faltar por parte de nadie.

A esto solamente, limitamos nuestra súplica.

 

Diario de La Mancha, Ciudad Real 27 de septiembre de 1906

 

 
Libro de actas que conserva la Hermandad de Nuestra Señora de la Soledad del siglo XIX, donde se reseña que la Hermandad se encontraba establecida en su capilla propia


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