miércoles, 2 de julio de 2025

LA TALAVERANA: HISTORIA Y GLORIA DE LOS CONCIERTOS EN CIUDAD REAL (I)

 




El recinto de la fuente Talaverana, situado en el corazón del Parque de Gasset, acogió durante varias décadas el encanto y el glamour de las mejores noches de fiesta. En este espacio tuvieron cabida numerosas actuaciones musicales de los artistas y orquestas más importantes del momento, tanto dentro del panorama nacional como internacional

La Talaverana, espacio que albergó la Feria de Ciudad Real durante muchos años, poseía un encanto especial en medio de un entorno ideal rodeado de espacios verdes y arropado con su césped, árboles y jardines. Pero la verdadera estrella era la fuente de cerámica talaverana que se llevaba todo el protagonismo y que ocupaba el espacio central de la pista de baile en la que, al fondo, se situaba un amplio escenario flanqueado por una concha que proporcionaba un sonido envolvente y magnífico. Pese a las odas hacia este recinto, no faltan tampoco las opiniones que señalan que las actuaciones musicales en La Talaverana estaban dirigidas a un público más selecto, con un nivel económico medio-alto dentro del conjunto de la sociedad.

En cualquier caso, lo cierto es que los espectáculos sobre el escenario de La Talaverana ya han quedado para el recuerdo y forman parte de la historia social, cultural y artística de Ciudad Real.

Con el fin de rememorar aquellos años, y la importancia que este espacio tuvo desde el punto de vista artístico y como punto de encuentro de la sociedad ciudadrealeña (la fuente de La Talaverana hoy sigue siendo uno de los principales iconos de la ciudad), Lanza se ha puesto en contacto con algunas personas que, desde sus respectivos cargos y posiciones, vivieron aquellos años de una manera especial, los cuales han constatado que por aquella época, todos los artistas de renombre querían actuar en La Talaverana pues eso les daba prestigió y caché.





Jesús Romero, actual presidente de la Asociación Cultural Amigos de Javier Segovia, recuerda bien la magia de aquellas noches estivales. No en vano, en numerosas ocasiones actuó junto a su orquesta en el escenario de la pista municipal, si bien, en otras, las más contadas, tuvo el privilegio de hacerlo en el recinto de La Talaverana. Este artista, conocido artísticamente como Jesús Roco, merced al nombre que le puso el conocido periodista Tico Medina, tuvo la satisfacción de impregnar de música y acordes el aire de La Talaverana allá por el mes de agosto de 1985 durante la última actuación que albergó el escenario de este maravilloso recinto, dentro de una velada llena de alegría pero también de mucha melancolía y recuerdos.

Romero explica que durante la feria de Ciudad Real tradicionalmente había varios bailes, entre los que se encontraban el de La Talaverana donde “globalmente iban artistas más punteros”, y el de la pista municipal, que estaba a la espalda del primero. Pese a ello, indica que las actuaciones en la Talaverana estaban dirigidas fundamentalmente a un público perteneciente a una sociedad media-alta y los conciertos tenían unos precios elevados para la época. “Incluso te exigían llevar chaqueta para poder entrar”.

Jesús tuvo una orquesta desde 1968 hasta el año 1986. Principalmente actuaron en la pista municipal durante las fiestas de Ciudad Real, sobre todo en la década de los 70, si bien, alrededor de 1982, “en el momento en el que los bailes se acercaron más a la gente fue cuando empezamos a actuar en La Talaverana, ya con la orquesta que tenía por nombre ‘Jesús Roco, Maribel y Orquesta Guadiana’”.



Recuerda con mucha emoción como fue la última actuación que brindaron al público de Ciudad Real sobre el escenario de la Talaverana, justo la noche en el que este emblemático espacio echó el cierre al lucimiento de los espectáculos musicales, coincidiendo a su vez con el último momento en el que el Parque de Gasset albergó la feria de Ciudad Real: “No estaba previsto hacer baile esa noche, pues, según la hora programada, el momento del espectáculo coincidía en que finalizaba el 22 de agosto para dar paso al día 23. Pero la Federación de Peñas, que acababa de conformarse y que estaba presidida por Justo Serrano, se puso en contacto con nosotros para organizar un baile. Y, debido a que teníamos mucha amistad, hablé con los músicos y decidimos organizarlo todo. Conmigo cantó Maribel García Trujillo. Y fue un baile muy emotivo”.

Romero fue testigo en primera persona, tanto como músico como siendo espectador y aficionado a la música, de la magia que tuvo La Talaverana durante aquellas décadas: “Era un escenario maravilloso y todos los músicos valorábamos mucho poder venir hasta La Talaverana, que tuvo un gran esplendor y vivió su máximo apogeo desde 1967 hasta 1985”.

Considera que la Feria de Ciudad Real no habría sido la misma sin el espacio de la fuente Talaverana: “Las personas de la época solían irse a mediodía a los bares a tomarse unas cañas, luego daban un paseo por la Feria, acudía a ver los toros y, finalmente, terminaban la velada en la pista municipal o en La Talaverana, los que podían hacerlo”.

La propia Asociación Cultural Amigos de Javier Segovia quiso rememorar durante los últimos años las actuaciones en la mítica Talaverana. Así, en 2014 ofreció un emocionante concierto donde el hilo conductor fue el recuerdo de los bailes de la feria durante los años sesenta y setenta. Para tal fin, actuaron con un repertorio de 17 canciones compuesto de pasodobles, rumbas, chachachás, baladas, boleros, etc. A su vez, la misma asociación presentó en la fuente Talaverana en agosto de 2019, justo un verano antes de que llegase la pandemia, ‘Voces para el recuerdo’, que aunó canciones y poemas de diferentes autores.




Curiosidades y anécdotas de los artistas

Javier Naharro, vicepresidente de la Asociación Cultural Amigos de Javier Segovia, también pudo palpar el esplendor que tuvo la Talaverana dentro del plano cultural y social.

Indica como artistas tan conocidos como Lola Flores, Bety Misiego, Mara Lasso, Luciana Wolf, Peret, Mike Kennedy, Raphael, Rita Pavone, Conchita Márquez Piquer, Nino Bravo, Julio Iglesias, Alberto Cortez, Dyango, Nicola di Bari, las hermanas Kessler, Ana Belén, Rocío Jurado, Mocedades, Rocío Durcal, Georgie Dann, Rafaela Carrá, Camilo Sexto, Manolo Escobar, Dyango, la orquesta Platería, Bertín Osborne, Manolo Escobar, Juan Pardo, Sergio y Estíbaliz, la Orquesta Mondragón y la Topolino Radio Orquesta, así como un largo etcétera, no quisieron perderse la oportunidad de actuar dentro de un recinto tan emblemático y lleno de magia en el que la música adquiría otra dimensión.

El propio Javier Naharro comenta que la capitalidad de Ciudad Real conllevaba que “los artistas más relevantes de la época actuaran en la Talaverana, regentada por el popular Eduardo Pérez, quien fue capaz de llenar de glamour el parque de Gasset, concentrando la actividad musical en el recinto de la fuente talaverana”.

Y es que comenta que “las veladas conformadas por las canciones del momento e interpretadas por las orquestas más afamadas, sonaron en el recinto de la Talaverana desde 1967 hasta 1985, último año en el que la feria de Ciudad Real se celebró en el Parque de Gasset”.

El vicepresidente de la Asociación Amigos de Javier Segovia, quien aclara que los cachés de los artistas podían oscilar por aquella época entre las 60.000 pesetas de Lola Flores y las 335.000 pesetas de Raphael, recuerda algunas anécdotas curiosas y divertidas de los cantantes que actuaron en la Talaverana. Una de ellas se produjo en 1971 y estuvo protagonizada por Lola Flores, pues cuando fue recibida oficialmente por el Ayuntamiento, en la cafetería Ruidera, regentada por Manolo Vacas, como solía ser costumbre con los famosos que visitaban la ciudad, “viendo el edificio municipal exclamó: ¡Vaya cafetería bonita que tenéis en Ciudad Real!”

A su vez Mike Kennedy, el conocido cantante afincado en la ciudad de Vitoria, y que es recordado especialmente como líder del grupo Los Bravos, cuando cantó en la Talaverana de Ciudad Real “exigió que en su camerino estuviera un cardiólogo durante su actuación, al ser algo hipocondriaco”.




Por su parte Conchita Márquez Piquer “incluía en su contrato que le tenían que proporcionar músicos de primera categoría al igual que instrumentos perfectamente afinados”.

El genial Nino Bravo cuando el 18 de agosto de 1972 cantó en la Talaverana, en la que fue una de sus últimas actuaciones en vida, “solicitó para su concierto una pasarela que uniera el escenario principal con la fuente Talaverana, recorriendo la misma en varias de sus interpretaciones, algunas de ellas realizadas a viva voz sin micrófono, lo que impactó muchísimo en el público asistente”.

Javier Naharro comenta a su vez que otra de las anécdotas sucedió en 1975 cuando tenía que actuar en La Talaverana la estrella inglesa Shandy Shaw: “Parece ser que la cantante padecía de una ligera afección a la garganta, por lo que expuso que no podía cantar. Y lo hizo sin exhibir ningún certificado médico. Después de entablar una fuerte conversación con su representante y los organizadores, la artista accedió a subir al escenario e intentó cantar, pero finalmente reconoció públicamente que no podía hacerlo, por lo que se bajó del estrado y se marchó del recinto y de la ciudad, motivo por el cual la gente quedó bastante enfadada y desencantada”.

Concluye destacando que “la Talaverana demostró en su justa dimensión, fuera de toda especulación posible y de intenciones políticas, ser un encuentro lúdico, especialmente estético y social, sin dejar a un lado la importancia de la capitalidad, como la elaboración de su magnífico programa artístico internacional”.  

 



No hay comentarios:

Publicar un comentario