lunes, 16 de septiembre de 2013

EN LA ORDENACIÓN EPISCOPAL DE D. ÁNGEL FERNANDEZ COLLADO



Ayer domingo día 15, asistí en la Santa Catedral Primada de Toledo invitado personalmente por  D. Ángel Fernández Collado, a su Ordenación Episcopal.

D. Ángel es un buen sacerdote, que será un buenísimo Obispo. Amante de la historia y de la Religiosidad Popular, como demostró ayer nombrando a las imágenes de más devoción de su pueblo natal la localidad toledana de Los Cerralbos.

Lugar donde seguí la ceremonia invitado por D. Ángel

La Eucarística comenzó a las seis de la tarde y duro más de dos horas, siendo el Arzobispo de Toledo, Primado de España, D. Braulio Rodríguez Plaza, quien presidió la ceremonia y junto a él los Cardenales Francisco Álvarez y Antonio Cañizares, antiguos Arzobispos  de Toledo, y el Nuncio Apostólico en España, Renzo Fratini. Las lecturas, varios cánticos y el Evangelio precedieron al rito de ordenación, bajo la atenta mirada de D. Ángel Fernández Collado, arropado por  la presencia de Obispos y Arzobispos de buena parte de España, incluidos los que también ejercieron su ministerio en Toledo durante un tiempo como Obispos Auxiliares, como D. Ángel Rubio y D. Carmelo Borobia.


La lectura de la bula del Papa Francisco, que le nombró Obispo Auxiliar en junio, cobró un especial significado por su cercanía y la exaltación de los valores de este buen sacerdote, conocido por  «sus dotes de humanidad y su celo religioso». Además, el Papa recomienda  en la carta que fomente con el Arzobispo un «vínculo de caridad y concordia» para ejercer un buen ministerio.

El rito de la ordenación comenzó con el Himno ‘Veni, Creator Spiritus’. A continuación, Rodríguez Plaza pronunció una sentida homilía dirigida especialmente al ordenado y un exhaustivo examen de fe y del futuro ministerio como manda la antigua regla de los Santos Padres.

La ceremonia duro cerca de dos horas

Antes de las letanías se llevó a cabo la súplica litánica y Fernández Collado se postró en el suelo. A continuación, se arrodilló ante el Arzobispo para que éste impusiera las manos sobre su cabeza, gesto que repitieron el resto de Obispos en silencio. Además, Rodríguez Plaza  siguió el riguroso ceremonial y posó el libro de los Evangelios abierto sobre su cabeza durante la plegaria de ordenación y terminó poniéndole el anillo, la mitra y el báculo antes de invitarle a que tomase asiento entre los obispos concelebrantes.

D. Ángel recorriendo la Catedral de Toledo tras su ordenación episcopal

Tras la comunión el nuevo obispo auxiliar recorrió el templo bendiciendo a los fieles, el recorrido por las naves de la Catedral entre aplausos resultó muy emotivo. Fernández Collado saludó y bendijo a los congregados con detenimiento y no pudo disimular la emoción por el cariño con el que le obsequiaron los toledanos y los vecinos de Los Cerralbos, que no quisieron perderse su ordenación en la Catedral.

«Gracias a Dios que me ha hecho hijo suyo», apuntó al inicio de su alocución, tras agradecer también a la Iglesia porque a través de ella ha recibido lo mejor de su vida. Aseguró que ejercerá el ministerio  «con entrega y humildad» -además de compatibilizarlo con su cargo de vicario general- como lleva haciendo desde que se ordenó sacerdote. También hubo palabras de agradecimiento hacia Rodríguez Plaza, a  quien también prometió esfuerzo. «Pondré mi vida y mi corazón en ayudar a Jesucristo».

Junto al báculo episcopal de D. Ángel en la Catedral toledana


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