lunes, 21 de septiembre de 2015

BATALLA DE MALAS TARDES: VILLARREAL VERSUS MIGUELTURRA


Vista de Ciudad Real en los años cincuenta del pasado siglo XX  

En el periodo de Crisis institucional que vive Castilla en las primeras décadas del siglo XIV, durante la minoría de edad de Alfonso XI, donde desde los Infantes regentes por un lado, a los miembros de la nobleza, por otro, incluyendo maestres y demás dignidades de las Ordenes Militares, se dedican a la conspiración permanente, a llevar a cabo incursiones a territorios cristianos y a lapidar el patrimonio regio, tiene lugar el denominado "Episodio de Malas Tardes", uno más de los muchos incidentes que se producirán entre 1310 y 1332, periodo que va desde la muerte de Fernando IV de Castilla, a la Coronación en Burgos de Alfonso XI, llamado en las Crónicas "El Justiciero".

CULIPARDOS-CHURRIEGOS

Con estos dos términos peyorativos, nos referimos a los habitantes de Ciudad Real y Miguelturra. Su origen está íntimamente relacionado con la "Batalla de Malas Tardes" (1328). Antes de esta fecha era calatravos y pozueleños. Con el término churriego, nos estamos refiriendo a los habitantes de la aldea de Miguel Turra, que participaron en la batalla de Malas Tardes escasamente armados y al resto de habitantes de la aldea mujeres, niños y ancianos, atacados y quemadas todas sus pertenencias tras la escaramuza con Villarreal.

En contraposición, se denomina culipardos, a los miembros que conformaban las mesnadas concejiles procedentes de Villarreal, debido a que su uniformación se caracterizaba por tener un pantalón pardo y a no atreverse a salir a enfrentarse con los calatravos; debido a ello y al calor de estar sentados, su trasero cogía el mencionado color pardo. 

Antecedentes del conflicto

Para poder entender los choques armados entre Ciudad Real y Miguelturra, es necesario reseñar, que lo que tradicionalmente denominamos el Campo de Calatrava, fue durante los siglos XII y parte del XIII, hasta las Navas de Tolosa (1212), una línea muy permeable de conquista y reconquista entre los ejércitos almohades y los castellanos.

A lo largo de todo este periodo se instaura sobre estos territorios "La Orden de Caballería de Calatrava", la cual sufrirá en sus propias carnes los conflictos anteriormente mencionados, y a consecuencia de ello recibirá grandes privilegios y donaciones regias, dando lugar a una potencia política y económica de primer orden en la Península Ibérica, convirtiéndose en los albores del siglo XIV, más en un rival del poder regio que en una colaboradora como en tiempos pasados.

Al tiempo que se consolida la Orden, se lleva a cabo la vertebración del nuevo territorio mediante el otorgamiento de Cartas de Poblamiento, para asentar gentes y explotar económicamente el territorio. Fruto de esta política serán las aldeas de Carrión, Pozuelo del Camino y Miguel Turra (1230), aldeas que según algunos investigadores podrían haber sido desgajadas del alfoz o término de Calatrava. Al tiempo, la Corona mantendrá una serie de enclaves en torno al Guadiana, como Alarcos, Bolaños y el Pozuelo Seco de Don Gil, futura Villarreal. La gran proximidad entre ambos territorios, provocó incidentes concretos por el uso de leñar, la Atalaya de los Abenzales, la actual Atalaya, pertenecía a Miguel Turra por el empleo de pozos, la realización de Ferias y el empleo de molinos y batanes, entre los vecinos de ambos enclaves.

Definiciones de la Orden y Caballería de Calatrava conforme al Capítulo General celebrado en Madrid, año de MDCLII, estampa de portada firmada por el grabador del rey Pedro de Villafranca


Malas Tardes

Todos los conflictos mencionados con anterioridad, son choques normales entre vecinos, ya que entre aldeas de la misma orden existieron, como en el caso de Carrión y Torralba. El problema era otro: la política de consolidación del Campo de Calatrava por parte de la Orden. Villarreal era un enclave molesto para la política del Maestrazgo, ya que suponía un control por parte de la Corona. Este matiz, da un nuevo carisma a la situación, se suman los conflictos vecinales y la alta política, dando lugar a un cóctel muy peligroso. La Orden pensaba que a través de los nuevos y constantes privilegios donados a la emergente aldea de Miguel Turra, se lograría despoblar el asentamiento regio. No obstante, el Regente D. Felipe, tutor del futuro Alfonso XI, práctico una férrea política de control frente a Calatrava, y en particular a su Maestre D. Garci López de Padilla, una amenaza personal para la política del Infante. Garci López de Padilla, era más un señor feudal que un freire luchador frente a los infieles. Debido a su posición de choque, y a sus actitudes poco valerosas en la lucha contra la taifa de Jaén, que supuso una importe derrota a las huestes calatravas en 1328, provocó, en ese mismo momento, una insurrección de freyres de la Orden, su cabeza visible fue Frey Juan Nuñez, Clavero de la Orden, y una serie de caballeros de su confianza, algunos de ellos nacidos en Villarreal. Ocasión aprovechada por Quesada, Alcaide del Alcázar Real de Villarreal, para abrirles las puertas y pedir refuerzos a Baeza, Córdoba y Toledo, además de informar al Infante Don Felipe de la situación.

Ante lo ocurrido, el Maestre Garcí López de Padilla, con los rigores del calor de los meses de julio o agosto, reúne a sus mesnadas y parte hacia la aldea de Miguel Turra, donde se asienta y pone en práctica una serie de operaciones militares, definidas por De Rades "(...) y con ella començo a hazer guerra como en tierra de infieles, a fuego y a sangre contra los de Villarreal (...)" encaminadas a presionar a los vecinos de la aldea vecina para que expulsarán a los freyres desleales. Para ello, se quemaron y arrasaron viñas, campos de pan llevar, se detuvieron a vecinos de la villa regia, cuando salían a realizar sus labores, eran azotados y enviados al Sacro Convento de Calatrava la Nueva.

A lo largo de los días de constante sitio y presión frente a la ciudad regia, se produjo una primera escaramuza, la Crónica de Rades habla que " salieron un dia contra el (se refiere al Maestre) cinquenta de cauallo" desde Villarreal, para evitar nuevas incursiones y fueron destrozados por las huestes calatravas. Ante esta situación al Alcaide del Alcázar de Villarreal y los freyres rebeldes, sólo les quedaba una oportunidad, debido a los muchos días que duraba el sitio y la falta de refuerzos procedentes de otras ciudades de realengo. Era un contraataque, destinado a sitiar al Maestre y a sus tropas en torno a Miguel Turra.

Para ello partieron al frente del contingente "culipardo" el Clavero Diego Sánchez de Viezma y el Alcaide Quesada, por el denominado camino de Per alvillo. Garci López de Padilla enterado, marcha a toda velocidad "con toda la gente que en la aldea había de armas tomar", encontrándose en un gran llano, donde ambos bandos lucharon valerosamente.

Las tropas calatravas fueron derrotadas y su Maestre huyó herido, en el campo quedaron cuerpos de algunos caballeros y sobre todo peones, es decir campesinos sin experiencia en batalla y posiblemente mal armados, los "Chirriegos". Ante la situación las huestes "culipardas", marcharon contra Miguel Turra, la cual asaltaron, robaron y mataron a mujeres, niños y ancianos, además de quemar las casas, y en especial la Casa de la Clavería y una torre fuerte, que era vista desde Villarreal como un centro de posibles incursiones hacia los dominios de realengo. Este periodo de desmanes, se resolvió con la mayoría de edad de Alfonso XI, la renuncia al Maestrazgo por parte de Garci López de Padilla a finales de 1329, con la reestructuración del término de Miguel Turra, perdiendo la Atalaya de los Abenzales a favor de Villa rreal y confirmando la cesión de Per alvillo, que ya fue hecha efectiva en 1306. Creando así, una zona de nadie, entre la emergente Orden de Calatrava y las posesiones de Alfonso XI el Justiciero.


Representación de Alfonso XI, el Justiciero


1 comentario:

  1. He vivido en Ciudad Real y me ha resultado muy interesante leer sobre estos hechos que ocurrieron en los alrededores.

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