jueves, 7 de septiembre de 2017

HOSPITAL. ESCUELA NORMAL. VIVIENDAS…


 
La antigua calle Dorada, posteriormente Ruiz Morote en los años cincuenta del pasado siglo

El convento-hospital de San Juan de Dios, estaba en la calle Dorada. Sus fundadores, López Tufiño y Antonio de Torres eran hijos de Ciudad Real, quienes promovieron la creación de este hospital para atender a la curación de enfermos indigentes

El convento-hospital de San Juan de Dios, estaba en la calle Dorada. Sus fundadores, López Tufiño y Antonio de Torres eran hijos de Ciudad Real, quienes promovieron la creación de este hospital para atender a la curación de enfermos indigentes. Muerto Tufiño, fue Torres su heredero, y al regresar a España trataron con el general de la orden de San Juan de Dios, eligiendo un solar junto a la huerta del Pangino, al lado o en la casa que había sido Chancillería, lugar insano dicen las crónicas por ser zona de retención de aguas “más propio para enfermar que para sanar”.  Aunque el solar no era el idóneo se levantó el con la autorización del general de la orden Fray Faustino Sánchez Alberola, en 1643, contando con los 50.000 pesos donados por sus fundadores.

Pero pronto se confirmó lo insano del lugar y se piensa en la necesidad de su traslado. El lugar elegido era una casa de la calle Dorada (hoy Ruiz Morote), donde hubo que vencer grandes problemas. En el año 1660 dio comienzo la fábrica de la iglesia, invirtiéndose en la obra más de cuarenta años y construyendo el templo bajo la advocación del Espíritu Santo. En la fotografía de la calle Ruiz Morote desde la esquina de la casa de la Torrecilla se puede ver el volumen del hospital.

El convento hospital tuvo una actividad cargada de problemas y dificultades. Con el decreto de expulsión de las órdenes religiosas se abandonó en 1822, asumiendo la asistencia de los enfermos el Ayuntamiento de la ciudad. El hospital tuvo actividad intensa en diferentes momentos de conflictos bélicos ya que queda como la única fundación benéfica hospitalaria durante largos años.

 
En la década de los años cuarenta, se construyó el grupo de viviendas “Francisco Franco”, sobre el solar del antiguo convento de San Juan de Dios demolido en 1936

La Escuela normal.

En el solar del hospital convento se construirá la Escuela Normal. En el año 1842, había una lápida en el pavimento de una de las salas de la Escuela Normal de maestras de la calle Dorada, que hacía mención al traslado. El convento de san Juan de Dios había sido convertido en Escuela de Magisterio.

El 26 de febrero de 1842, el Boletín Oficial de la Provincia publicaba la resolución: «Decidida la Diputación a proporcionar todos los medios que conduzcan al fomento de la instrucción pública en esta provincia de Ciudad Real (…), ha determinado se realice el establecimiento de la escuela normal planteada en esta capital a cargo del profesor alumno de la Central del Reino don Juan Trujillo.» Era uno de los formados en la Normal -Seminario de Maestros de Madrid-. El día primero de abril se inauguraba la Escuela Normal de Ciudad Real que se instalaba, en el edificio desamortizado antiguo convento de San Juan de Dios, en el número 12 de la calle Dorada.

Pocos años después se planteaba la necesidad de crear Escuelas Normales de Maestras. La primera Escuela Normal de Maestras se creaba por Real Decreto de 24 de febrero de 1858 y la de Ciudad Real comenzaría su actividad en el curso 1860-61.

Viviendas públicas.

En 1946 el solar de la Escuela Normal será utilizado por la Diputación para levantar un bloque de viviendas de cuatro plantas que abrían el solar al exterior con un amplio espacio interior que crea así nuevas fachadas en el conjunto de espacio construido. El Grupo Francisco Franco se construyó al mismo tiempo que el Grupo José Antonio en la esquina de las calles Elisa Cendrero y Calatrava proyectado por el arquitecto provincial Arturo Roldán Palomo. La construcción ha permanecido hasta fechas recientes.

Ahora las máquinas han demolido el edificio y el solar liberado que se asoma con sus diferencias de nivel a las calles Ruiz Morote y Hernán Pérez del Pulgar con más de 1.600 metros cuadrados de superficie espera nuevos destinos constructivos.

Diego Peris


 
Aspecto que ofrecía el grupo de viviendas ya demolido “Francisco Franco”, en los años ochenta del pasado siglo

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