sábado, 19 de enero de 2019

LA PRIMITIVA CASA DE POSTAS O CORREOS DE CIUDAD REAL



Ciudad Real es una ciudad, que no ha conservado su gran patrimonio arquitectónico que heredó a lo largo de los siglos, principalmente por la indiferencia de sus ciudadanos y sobre todo de la clase política que gobernó nuestra ciudad a lo largo del siglo XX. Entre el escasísimo patrimonio que aún se conserva, se encuentra la antigua casa de postas de la ciudad, en la calle que recibe su nombre y que es una de las reliquias del pasado que aún se conservan.

Por Cédula Real del 28 de agosto de 1518 de la reina doña Juana y su hijo Carlos I, se establecía en España el correo de postas reglado. La puesta en marcha de la citada Cédula Real propició el desarrollo de una serie de rutas postales, con las consiguientes apariciones de casas de postas, dotadas del personal y equipamiento correspondientes, las cuales siempre fueron protegidas por el Gobierno real y que se extendieron rápidamente por la geografía peninsular para conectar la mayoría de las ciudades del reino.


Cada casa de postas, según el reglamento general expedido por Felipe V, estaba gobernada por un maestro de postas encargado y obligado a servir los caballos de refresco necesarios para el normal funcionamiento de los correos y diligencias que transitaban cotidianamente por aquella casa. El correo real y/o urgente lo hacía habitualmente un jinete que cambiaba de caballo en cada posta de la ruta; por su parte, la diligencia, enganchada normalmente con cuatro caballos (en el siglo XIX se utilizaban preferentemente mulas), transportaba, además del correo, a los viajeros que se desplazaban por este medio. 


El mapa de postas de España estaba diseñado mediante casas que distaban jornadas de 3 a 5 leguas, estableciéndose estas postas en rutas que conectaban Madrid con las principales ciudades periféricas y otras de travesías de menor recorrido que comunicaban con las rutas principales. Ni que decir tiene que Ciudad Real, era cruce de caminos del Sur, y formaba parte el Camino Real de Castilla. Con la llegada del ferrocarril, estas casas de postas cayeron en desuso y en el caso de la de Ciudad Real, se convertiría en la sede de correos y telégrafos, realizándose varias obras a la antigua casa de postas de nuestra ciudad para su adaptación. 


La casa de postas de Ciudad Real se situaba en la calle Postas nº 1,  y estuvo en funcionamiento hasta 1930, año que se inauguraría la sede de correos y telégrafos en la calle de Toledo. D. Cecilio López Pastor nos describe en su historia sobre el comercio de nuestra ciudad en la primera mitad del siglo XX, de la siguiente manera esta antigua casa de postas y posterior de correos: “número 1 lo ocupaba un caserón de dos plantas, en el que se hallaba la Administración Principal de Correos y la Caja Postal de Ahorros. Correos estuvo en dicho inmueble hasta su traslado al actual edificio de la calle de Toledo, con fachada a la hoy plaza de la Constitución, inaugurado el año 1930 y que fue construido sobre el solar del Antiguo Teatro Cervantes, circunstancia que detallamos al referirnos a la calle de Toledo. Pues bien en el citado caserón de la calle de Postas los servicios postales también estaban insuficientemente instalados, con pequeño patio central dedicado al público para que se pudieran rellenar los impresos de giro y certificado, con una cartería en la que prestó muchos años sus servicios como jefe Ramón Gallego, que habitaba frente a la iglesia del Corazón de María, y en la que los funcionarios y subalternos de Correos superaban su interés y dedicación la insuficiencia de unas instalaciones mal dotadas”.

A resultas de lo expuesto sólo me resta, desde aquí, invocar a quien corresponda, disponga los medios para poner en valor este viejo caserón olvidado. De este modo, se podrá recuperar una arquitectura ecuestre cuya relevancia durante mucho tiempo las erigió en símbolo de progreso en comunicaciones y comercio, y les permita en nuestros días seguir dando frutos para Ciudad Real, ahora, como bien cultural y turístico.


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