sábado, 5 de abril de 2025

LA IMAGEN DE LA VIRGEN DEL PRADO CUMPLE SU SETENTA Y CINCO ANIVERSARIO

 

Papel timbrado de Rausell y Llorens con el registro del libro de encargos de la Virgen y su importe 17000 pesetas. Las imágenes publicadas son del fondo de histórico de Liberto López de la Franca



La primitiva imagen de la Virgen del Prado, que los ciudarrealeños invocaron desde la fundación de la ciudad como “Restauradora de las dos Castillas, Fundadora, Patrona y Protectora de Ciudad Real”, fue destruida durante la Guerra Civil Española en 1936. Terminada está en 1939, la hermandad depositó su confianza para realizar una nueva imagen en el entonces hermano de la Ilustre Hermandad y gran pintor ciudarrealeño, D. Carlos Vázquez Úbeda, que se ofreció para realizarla igual a la desaparecida. Carlos Vázquez residía en Barcelona, por lo que encargó la talla de la Virgen y Niño Jesús, al escultor catalán Vicente Navarro con policromía del propio Carlos Vázquez. Esta imagen llegó a Ciudad Real e1 24 mayo de 1940, y tras permanecer unos días en una ermita provisional que se construyó en la carretera de Toledo, entró triunfalmente en Ciudad Real el 1 de junio del citado año.

Pero esta nueva imagen de la Virgen no fue del gusto de los ciudarrealeños, tal y como manifiesta el que fuera Deán de la Prioral D. José Jiménez Manzanares, en un artículo publicado en el diario “Lanza” el 12 de agosto de 1961 que lleva por título “Las madres nunca son feas”, en el cual manifiesta que la imagen de Vicente Navarro no fue fiel reproducción a la destruida en 1936 y por este motivo “no pudo satisfacer el ansia filial de sus devotos”.

 

Rausell y Llorens en la puerta de su estudio de escultura junto a sus hijos



En el año 1946 se descubre carcoma en la cabeza de la Virgen, dándose cuenta de ello en la Junta General de la Ilustre Hermandad el 29 de junio del citado año. Dos años después en 1948, el entonces Obispo-Prior D. Emeterio Echeverria Barrena,  nombra una comisión para la realización de una nueva talla de la Virgen del Prado y del Niño Jesús, formada entre otros por el Hermano Mayor y Secretario de la Ilustre Hermandad, miembros del Cabildo, del ayuntamiento y profesorado artístico de la ciudad, que convocaron un concurso para la realización de una nueva imagen, al que concurren varios escultores y que tal y como se recoge en el acta de la Ilustre Hermandad del 4 de julio de 1948: “…terminando por dejar desierto el concurso por no parecerse lo suficiente las obras presentadas a la imagen primitiva, de lo cual levantaron acta para elevarla a la superioridad eclesiástica a fin de que resuelva lo que estime conveniente”.

Por este motivo el entonces Obispo-Prior delega la realización de la nueva imagen en dos canónigos de la entonces Prioral, el Arcipreste D. José Jiménez Manzanares, que era también el Capellán de la Hermandad de la Patrona, y D. Emiliano Morales que había sido antes que canónigo, Párroco de San Pedro y Arcipreste de Ciudad Real y que formaba parte de la Comisión Provincial de monumentos, y al que tanto deben las cofradías y hermandades de San Pedro y por consiguiente la Semana Santa de Ciudad Real, ya que gracias a él muchos de los pasos de nuestra celebración pasional, fueron realizados por los grandes escultores de la posguerra española, y Ciudad Real cuenta con una excelente imaginería procesional de gran calidad artística.

 

Tarjeta del taller de escultura



D. José y D. Emiliano, decidieron que los escultores valencianos José María Rausell Montañana y Francisco Llorens Ferrer, fueran los que realizaran la imagen de la Virgen del Prado. Estos escultores eran conocidos por D. Emiliano quien había encargado para la Hermandad del Silencio la Virgen del Mayor Dolor y el Cristo de la Buena Muerte, para la Hermandad del Encuentro su misterio a través de la Asociación de Cofradías, y para la Parroquia de San Pedro las imágenes de San Blas, el Niño de la Pasión y Santa Rosa de Lima. También estos escultores estaban trabajando desde 1947 para la Prioral ciudarrealeña, tallando las imágenes de los apóstoles destruidos en 1936 del retablo del altar mayor, obra de Giraldo de Merlo de 1616.

Los escultores tenían desde 1930, un estudio de escultura en la Plaza Pintor Pinazo, 1 bajo (antes Plaza Picadero) bajo el nombre “Rausell y Llorens”, y fue en ese estudio y lugar donde se esculpiera la nueva imagen de la Virgen del Prado. El encargo lo recibirían los escultores en 1949, con consideraciones de D. José y D. Emiliano, que aportaron datos para que la nueva imagen se pareciera lo más posible a la desaparecida en 1936, para que como dice D. José en el artículo anteriormente reseñado: “la nueva Imagen se acercara si quiera a los anhelos fervorosos y a los devotos deseos de los hijos de la Virgen del Prado”.


Medidas del canónigo Giménez Manzanares para realizar la talla de la Virgen del Prado



D. Emiliano fallecería por enfermedad en diciembre de 1949, por lo que la responsabilidad de la nueva talla recaería a partir de entonces en D. José Jiménez Manzanares, quien se desplazaría en ese mes de diciembre a Valencia para visitar el taller de los escultores, y tras una breve observación al policromador y decorador de la imagen, se dio por terminada la misma.

La talla es una imagen religiosa, exenta o de bulto redondo que irradia maternal ternura, y que fue concebida para ser vestida. El manto y la túnica están en movimiento, y tienen estofados en oro. La policromía y decoración de la imagen corrió a cargo del pintor de imágenes Juan Castellanos, excelente policromador que tenía una estrecha relación con Rausell y Llorens, quienes vigilaban los procesos. Es una imagen realista, de fuerte espiritualidad y de gran elegancia formal y armonía que se manifiesta en la pulcritud del acabado. Su coste ascendió a 17.000 pesetas, que sufragó de su bolsillo el entonces Gobernador Civil de la Provincia, D. Jacobo Roldán Losada, y que regaló al pueblo de Ciudad Real.


Fotografía del 5 de abril de 1950 día que se bendijo, sacralizó y entronizó la venerada imagen de nuestra Excelsa Patrona



La nueva imagen de la Virgen del Prado llegó a la catedral ciudarrealeña, el Domingo de Pasión 26 de marzo de 1950, pudiendo ser admirada el jueves 30 de marzo por las personalidades más representativas de la ciudad. El Miércoles Santo 5 de abril, el Obispo-Prior, D. Emeterio Echeverría, hizo la solemne bendición de la imagen en su camarín, en la que estuvieron presentes una representación de la Ilustre Hermandad, directivas de la Corte de Honor, autoridades locales y provinciales y el Cabildo Prioral, acompañados por una gran cantidad de devotos. Tras la bendición la imagen fue colocada en su trono, cantándose la Salve y el Prelado ofreció tres Ave Marías a la Santísima Virgen: la primera por quien puede ser llamado con justicia protector insigne de la nueva imagen; la segunda implorando fecundas bendiciones de la Patrona para su pueblo predilecto, Ciudad Real, y la tercera por las necesidades espirituales de toda la Diócesis Priorato.

El Sábado Santo al levantarse el velo que cubría el trono de la Virgen durante la Semana Santa, al existir todavía la costumbre litúrgica en nuestra ciudad de cubrir las imágenes con un velo morado desde el Domingo de Pasión hasta el Sábado Santo, los ciudarrealeños pudieron contemplar la nueva imagen de la Virgen del Prado, que desde aquel 5 de abril se convirtió en la Reina y Señora de Ciudad Real.

Emilio Martín Aguirre,

Vicepresidente de la Real e Ilustre Hermandad y Corte de Honor de Nuestra Señora del Prado Coronada, Patrona de Ciudad Real    

  

   

                                      

viernes, 4 de abril de 2025

HA MUERTO EL ESCULTOR MARCO PÉREZ

 



Días pasados ha fallecido en Madrid, donde residía en los últimos años, el laureado escultor y conocido imaginero Luis Marco Pérez, a la edad de 86 años. Nació en Cuenca, donde tiene gran número de obras y un total de veintidós “pasos” de la Semana Santa de la capital hermana. En la fotografía de archivo, una de las tres obras de imaginería religiosa que Marco Pérez hizo para la Semana Santa de Ciudad Real: el Santísimo Cristo del Perdón y de las Aguas, que sale en la procesión del Viernes Santo por la mañana. Las dos restantes son “La Oración en el Huerto”, de la misma procesión, y el “Santo Descendimiento”, del Viernes Santo por la tarde. En todas ellas se muestra la alta calidad artística del fallecido imaginero manchego. Descanse en paz.

Diario Lanza, Domingo 23 de enero de 1983


Marco Pérez en los últimos años de su vida


jueves, 3 de abril de 2025

RECUERDO EMOCIONADO DE UN GRAN ARTISTA

 

Nuestra Señora de los Dolores “Ave María” obra de Castillo Lastrucci de 1940, en su paso de salida en los años cincuenta del pasado siglo


La escueta noticia de agencia, leída en los periódicos del pasado jueves, decía lo siguiente:

Sevilla.- A la edad de 85 años ha fallecido en esta ciudad el popular imaginero sevillano don Antonio Castillo Lastrucci, autor de numerosas imágenes que desfilan, procesionalmente, en la Semana Santa de Sevilla.

El sepelio, celebrado esta mañana en el cementerio de San Fernando, de esta ciudad, constituyó una sentida manifestación de duelo.

Sobre el féretro del que fuera cotizado escultor, del gobernador civil y jefe provincial del Movimiento de Sevilla, señor Utrera Molina, colocó la medalla del Mérito al Trabajo que recientemente le fue concedida.

Hace bastantes años que tuvimos ocasión de conocer a Castillo Lastrucci. Un grupo de hombres de Ciudad Real, en su deseo de devolver a su Semana Santa el esplendor de que gozara allá por el veintitantos, y tras el doloroso e iconoclasta periodo de la guerra civil, había echado sus hombros la tarea, pesada y compleja, de reorganizar Hermandades y aun crear nuevas Cofradías, dotando a cada una de ellas de su “paso” titular. Uno de los artistas en quien se pensó para devolver a la capital manchega las imágenes que sustituyeran a las desaparecidas, fue el sevillano Castillo Lastrucci, que gozaba ya de justa fama en el mundo del arte y especialmente como escultor de figuras religiosas con una garantía de numerosas obras, extendidas en especial por toda Andalucía.


Santísimo Cristo de la Piedad tallado por Castillo Lastrucci en 1947


Era párroco de San Pedro, por aquel entonces, un hombre apasionado por el arte en sus más varias manifestaciones: don Emiliano Morales. Y gracias a él llegaron hasta Ciudad Real escultores como Castillo Lastrucci y Antonio Illanes, que dejaron muestras de su valer en nuestros templos, con imágenes que hoy son justamente elogiadas por quienes las contemplan.

Castillo Lastrucci, no obstante sus años, quiso venir a Ciudad Real y ver aquí parte de su obra, que se extendió incluso a algunos tronos, como llaman en Sevilla las andas o carrozas. Que nosotros recordemos se deben a su gubia general el Santísimo Cristo de la Piedad y su magnífico trono, Nuestra Señora de los Dolores de la Catedral el niño de la palangana y dos figuras –el escriba y el trono del “Ecce Homo” verdadera filigrana de encaje en madera. También en la provincia fue dejando el extraordinario imaginero sevillano muestras diversas de su categoría artística, unánimemente reconocida.


Misterio del Ecce-Homo (Pilatos) donde Castillo Lastrucci tallo el paso, el escriba y el niño con la palangana en 1949



Cuando tuvimos ocasión de tratarle, no obstante su edad, se echaba de ver su ilusión juvenil, su alma de artista enamorado de las obras que iba creando, dentro de la más pura ortodoxia religiosa. Era hombre poco apegado a lo material. Aun reconociendo que precisaba de compensación económica, nunca anteponía lo crematístico a lo artístico. Así nos lo dijo a un grupo de hermanos mayores cuando el viaje a Ciudad Real a que antes nos hemos referido y personalmente al que esto escribe cuando le visité en su lugar de trabajo en su amada Sevilla, en el estudio de escultor instalado en una recoleta calle de la capital andaluza.

Castillo Lastrucci ha trabajado hasta su muerte. Su inquietud de artista no le permitía gozar del descanso bien ganado por todo hombre que ha culminado una vida entera en su profesión. Y hasta que las manos se lo han permitido ha seguido dando frutos de su genio creador, que estamos seguros de que ahora, en el momento de su muerte, será ensalzado como corresponde a un artista de su talla.

La imaginería religiosa ha perdido, con la desaparición del famoso escultor, uno de sus más fieles y tradicionales intérpretes. Quienes tuvimos la dicha de conocerle hemos de dedicarle, con tan triste motivo, el recuerdo de una amistad sincera y la oración por el artista de honda fe católica, que supo plasmar en centenares de obras de vasta producción, el respeto por la tradición del más sublime drama de que tiene noticia la humanidad: Cristo y la Redención.

Cecilio López Pastor. Diario Lanza de 2 de Diciembre de 1967.


Antonio Castillo Lastrucci (Sevilla, 27 de febrero de 1882 - 29 de noviembre de 1967) 


miércoles, 2 de abril de 2025

EL ANTIGUO TITULAR DE LAS AGUAS DE SEVILLA EN EL MUSEO DIOCESANO DE CIUDAD REAL

 




En una de las salas del Museo Diocesano de Ciudad Real, se encuentra expuesta la imagen de un crucificado anónimo del siglo XVI, que fue titular de la Real, Ilustre, Antigua y Fervorosa Hermandad de la Santa Cruz y Nuestra Señora del Rosario y Archicofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de las Aguas, Nuestra Madre y Señora del Mayor Dolor y María Santísima de Guadalupe de Sevilla, que procesiona la tarde del Lunes Santo en la capital hispalense.

La advocación de las Aguas proviene de que estando esta imagen en el Hospital de Santa Catalina en Triana, sucedió una inundación en el arrabal. Al no verse afectado el Hospital se atribuyó a la intervención milagrosa del Cristo, por lo que empezó a denominarse de Las Aguas.

Fue la imagen titular de la Cofradía de las Aguas sevillana hasta el año 1929 inclusive, con la que procesionaba en su paso para realizar la estación de penitencia a la Catedral desde la iglesia de San Jacinto. En el año 1942 fue llevado por los dominicos a la iglesia del Convento de la Asunción de esta comunidad religiosa que tenía entonces en Almagro, y allí permaneció hasta el año 2019, que paso al Museo Diocesano de Ciudad Real.

 

El misterio del Cristo de las Aguas, captado en San Jacinto uno de los últimos años del siglo XIX

 

martes, 1 de abril de 2025

HACE SETENTA Y CINCO AÑOS NUESTRA SEÑORA DE LOS DOLORES “AVE MARÍA” ESTRENÓ CORONA

 




La imagen de Nuestra Señora de los Dolores “Ave María”, siempre lució diadema, tanto en su culto diario en la Catedral, como en su salida procesional del Viernes Santo. En el año 1949, siendo Hermano Mayor D. Hilario Richard Rodríguez, se decide realizarle una corona a la Virgen.

La corona se encargó a un orfebre sevillano, y fue costeada por los hermanos y devotos de la Santísima Virgen, contribuyendo algunos de ellos con la donación para su labrado de cubiertos, bolsos y monedas de plata.



Es una corona de plata sobredorada, con canasto con flores y sobre zócalo de ovetas y perlones. Los 8 voluminosos imperiales de decoración vegetal remarcados por una línea perlada se hunden ligeramente al encontrarse el orbe con la cruz. La ráfaga no se encuentra decorada interiormente. Tras un aro perlado se despliegan los resplandores rematados en estrellas alternadas con candelieri vegetales rematados en una pequeña flor.

La corona fue estrenada en la salida procesional del Viernes santo de 1950, tal y como dio cuenta el diario lanza, en la crónica de la Semana Santa el sábado 8 de abril del citado año:  “Por último desfiló la numerosa Hermandad del Ave María, de la Catedral, que ha introducido nuevas mejoras en la carroza de la Virgen de los Dolores, con una artística corona imperial y una iluminación y adornos extraordinarios bajo la dirección del conocido artista Pepe Mur y el entusiasmo de su hermano mayor, don Hilario Richard. La banda de Aviación acompaño a esta Cofradía en su desfile”.