martes, 5 de mayo de 2015

LA FUNDACIÓN DE VILLA REAL EN EL POZUELO SECO DE DON GIL DE PALMERO


Óleo de la Fundación de Villa Real en el Pozuelo Seco de Don Gil de Alfredo Palmero

Inquietante tiempo, una Francia, una Holanda que se oponen a una constitución de la Unión, en un incipiente y desconcertado siglo XXI, donde la búsqueda en Ciudad Real, de un rey llamado el Sabio, búsqueda primitiva en las claves de las urbes de la Castilla del siglo XIII, fecha en que se funda la Villa Real, acontecimiento histórico que rodea a un pozo reseco el de Don Gil, y un rey original que crea una incipiente ciudad, por voluntad propia,  sin otra protección que el vuelo de los pájaros sobre la cabeza de aquellos antiguos ciudarrealeños con setecientos y tantos años de antigüedad, en este 2005 año del IV Centenario del Quijote, la autonomía, el Ayuntamiento y concejales buscan su identidad, en una ciudad que sigue despejada y con los cielos abiertos al paso del AVE, el pájaro moderno que hace de la villa del rey sabio el hermano Siamés que une a esta hoy Ciudad Real a la urbe del centro del Estado Madrid, una villa entonces dotada de la Carta Puebla, una ciudad hoy que sueña con lograr un esplendor, una identidad, un prestigio, que lentamente propicia, que exalta aferrándose a un gran escritor Cervantes, que da forma, que rubrica, que prestigia e universaliza una tierra reseca, pero ancha, tan ancha como lo es Castilla, donde Don Alfonso X el Sabio crea a cielo abierto, sin los castillos de las poderosas órdenes de Calatrava, Montesa, Santiago y Alcántara… una humilde e inaparente Villa, pero lo hace con boato, al menos así lo interpreto mi padre en un óleo de carácter decimonónico que encargó al pintor Ameijeide, joven de porte dintinguido, gobernador que fue en la época franquista de Ciudad Real, lienzo que recuerdo perfectamente pintó hace décadas con ilusión el pintor, el maestro almodovense y que aquí reproducimos según documento fotográfico del archivo del Museo Palmero de Barcelona.

Permitidme que aventure esta definición del lienzo, he dedicado mi vida a la pintura y cada día desconfío más de mi propio talento para comprenderla y más del ajeno para imponerla, pero recomiendo que el lienzo esté a buen recaudo, caso de deterioro, de no ser Palmero, habría que buscar hoy a un pintor Fortuniano, ¡que no abundan!, pues la modas huidizas rechazan el dibujo y la composición y Palmero, fue mimético y soportó en la escuela de Madrid a un tiránico Sorolla, a un dulce y poético Romero de Torres e incluso –por un solo año- el soplo de las ideas de Valle Inclán como catedrático de estética que después de 365 días de sorprendentes charlas y luz entre sombras como sus escritos, aunque no tenía nada seguro, dijo a sus alumnos, uno Palmero… ¡como no soy un imbécil y no puedo repetir el próximo año lo mismo, presento mi dimisión –me lo contó mi padre- y se quedó sin sueldo, escribía en los cafés y Primo de Rivera (padre) temblaba con sus escritos!

Conservad manchegos este óleo, la Fundación de Villa Real en el Pozuelo Seco de Don Gil de Palmero.
                              
Alfredo Palmero (Hijo) Publicado en el diario Lanza el lunes 20 de junio de 2005 en la sección opinión página 4.

El óleo es propiedad de la Diputación Provincial y se conserva en  el Palacio Provincial


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