viernes, 1 de julio de 2016

LA CATEDRAL. MEDIDAS Y PROPORCIONES



Hablar de la catedral de Ciudad Real es hablar de uno de los edificios históricos que ha sido estudiado desde diversas perspectivas y en distintos momentos. Por ello sólo quiero aportar una doble reflexión: es un edificio, como muchos de los edificios históricos, construidos sobre sí mismos, ampliados y modificados a lo largo del tiempo. Y es un edificio en el que las medidas y proporciones son esenciales para definir el equilibrio de su espacio interior.

Los edificios históricos, se levantan, en muchas ocasiones, sobre otros anteriores a los que trasforman o incluso en ocasiones anulan. Muchas de nuestras catedrales se levantan sobre antiguas iglesias u otros edificios. La construcción de la Santa Iglesia Prioral Basílica Catedral de las Órdenes Militares de Nuestra Señora Santa María del Prado de Ciudad Real   comenzó en el siglo XV, con un lenguaje gótico aunque tiene algunos elementos de un románico tardío. Sobre esta edificación se levantó la actual catedral  que se terminó a mediados del siglo XVI al cerrarse las bóvedas de la cubierta. En el edificio hay elementos posteriores, de estilo renacentistas y barrocos. Lo último que se construyó fue la actual torre, a principios del siglo XIX.

El edificio que precedió a la catedral, es la iglesia de Santa María, mandada construir por el rey Alfonso X el Sabio en 1255  cuando concedió el título de villa al núcleo de Pozuelo Seco de Don Gil. A partir de la concesión de este título se inició una política real de construcciones en la ciudad, en la que la iglesia de Santa María fue parte importante así como las obras de las murallas y algunas de sus puertas. Cuando Villa Real pasó a tener el título de “ciudad” en 1420 (Ciudad Real)  se decidió dotar de una catedral a la villa, acorde con su nueva condición de “ciudad”. Según Azcárate  esta iglesia poseería su propia torre y sería de una sola nave. De este momento solo se conservan tres rosetones en la fachada de poniente, una ventana ojival (tapada por la construcción de la Sacristía Vieja, pero visible desde el interior), los muros laterales y de poniente y la puerta del muro de poniente, a los pies, conocida como la puerta del Perdón del último tercio del siglo XIII. La cabecera de esta iglesia sobre la que se construyó la catedral llegaría hasta lo que hoy es el crucero, es decir era  más corta y de menor altura que la actual catedral.

A  principios del siglo XV, ya se había empezado la construcción de la catedral gótica, en concreto el ábside y la cuarta bóveda. En el año 1514 estaba terminada la  tercera bóveda de terceletes y hacia 1580 están completas la segunda y primera bóveda. Las dos torres proyectadas se construyeron en torno a 1550, pero solo se terminará una, de la otra solo se construyeron los dos primeros cuerpos que se utilizaron para  ubicar allí la Sacristía Vieja y la Capilla de los Treviño, con un lenguaje renacentista. La cubierta de las bóvedas las realizó Antonio de Écija, ya a mediados del siglo XVI con la licencia de construcción del Cardenal Arteaga en 1553. En el siglo XVII se construyeron el Camarín de la Virgen del Prado y la Sacristía nueva, ya en un lenguaje barroco.


La torre de la catedral.

La primera torre de la catedral formaba parte de la iglesia parroquial de la época de Alfonso X que fue destruida para construir el nuevo proyecto. La torre se construyó a mediados del siglo XVI y se destruyó en 1755 a causa del terremoto de Lisboa. (En otros escritos se dice que la torre actual comenzó a construirse en 1625,  antes del terremoto).  A partir de 1780 la iglesia está en una situación peligrosa tanto la torre como algunas partes de su cubierta. En 1805 Antonio López Aguado desarrolló un proyecto de restauración para la Real Academia de Bellas Artes que quedó sin realizar.

En 1817 Joaquín Tronconiz realizó un proyecto de restauración de la torre supervisado desde la Academia por el arquitecto Joaquín Romero quien dirigió las obras, modificando el proyecto inicial y ejecutando los cuerpos en piedra y rematando la obra con un octógono de ladrillo cubierto con cúpula coronada por una linterna de plomo. La torre actual terminó de levantarse entre 1827 y 1835 y consta de cuatro cuerpos de planta rectangular rematados por uno ochavado llegando a los  62 metros de altura. En su parte superior tiene una cúpula con escamas de colores de las diferentes tejas vidriadas que la cubren y unos pseudogallones de teja cerámica de reflejo metálico. La linterna construida en 1901 se colocó en lugar del chapitel de pizarra que apenas duró hasta 1895.

Desde 1967 a la actualidad la catedral ha tenido diversas restauraciones, especialmente en la zona de la torre. Se ha restaurado también las fachadas y la portada de la sacristía vieja, el Retablo Mayor y el Camarín de la Virgen del Prado. Un elemento necesitado de consolidaciones en distintos momentos, la última hace apenas semanas reparando el chapitel superior.

Los cambios y trasformaciones nos hacen valorar nuestros monumentos, pero también ser más modestos en nuestras valoraciones fundamentalistas de un pasado a veces sobrevalorado o considerado como tal, cuando se ha modificado en reiteradas ocasiones. Los monumentos como muchas cosas son también el resultado del tiempo, de las actuaciones de muy diferentes momentos que van dejando su huella en ellos. Y ello no sólo es un problema, sino un valor de la arquitectura que se conserva viva y va demandando nuevas soluciones constructivas o nuevas funciones.


Medidas y proporciones

La catedral de Ciudad Real es un edificio basilical, de nave única y de grandes proporciones. Es la segunda catedral más ancha de España  de estas características, tras la catedral de Gerona. La nave tiene  34 metros de altura, 53 metros de longitud y 18 metros de anchura. Una altura casi el doble de la anchura de la nave y una longitud del triple de la anchura configuran un interior singular como espacio religioso. Tiene cuatro tramos con bóvedas de crucería estrellada con terceletes y un ábside poligonal cubierto con una bóveda ojival. El ábside tenía en cada uno de sus cinco muros una ventana ojival con vidrieras, de las cuales solo se conservan las dos laterales. En el ábside, se sitúa el retablo que comentaremos posteriormente. Unas proporciones que dan un valor singular a su espacio interior con su dimensión longitudinal que contrasta con su anchura y que cobra sentido en su altura coronada por sus bóvedas diferentes en cada tramo.

La catedral de Ciudad Real tiene su fachada sur (dirección más larga del edificio) delante de los Jardines del Prado, espacio ajardinado unido de manera íntima con el edificio conformando así un espacio urbano en el que se inserta y al que valora especialmente. Su fachada Norte da a la calle Azucena con edificios de  siete plantas que marcan el borde urbano del edificio. En la fachada Oeste está la puerta del Perdón  que se abre a la calle Reyes, y en la Este está el camarín de la Virgen que en un espacio más amplio, en su encuentro con la calle Camarín. Un espacio que tiene sus dimensiones longitudinales en dependencia con el edificio catedralicio confirmando así la relación de los jardines con el edificio también en sus medidas y proporciones.

Diego Peris Sánchez



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