viernes, 7 de abril de 2017

LAS OBLIGACIONES SERVITAS DE LAS HERMANAS DE LA DOLOROSA DE SANTIAGO



La Hermandad de la Dolorosa de Santiago, fue fundada por bula de los padres de la Venerable Orden de los Servitas, el 13 de diciembre de 1831, procesionando en un principio tal día como hoy, el Viernes de Dolores. Fue en 1929, cuando se convirtió en hermandad de penitencia, comenzando a partir de ese año a procesionar la tarde del Jueves Santo, cerrando la Pasionaria de Santiago.

Aunque la hermandad se convirtió en hermandad de penitencia, esta no perdió su vinculación con la Orden Tercera de los Servitas, tal y como lo demuestra las obligaciones que tenían los hermanos que ingresaban en 1945 y que a continuación reproduzco:


Todo fiel cristiano que se inscriba siervo de María Santísima de los Dolores, tomando su santo escapulario, y haciendo su profesión de tal, debe observar una conducta arreglada y santa, no solamente apartándose del mal y del pecado, sí que también practicando el bien dando a sus prójimos ejemplos de virtudes cristianas; pero especialmente debe tener una cordial devoción a nuestra Santísima Madre María, procurando acompañarla con tierno afecto de hijo en la compasiva meditación de sus acerbísimos dolores, que padeció por nuestro amor durante la vida, pasión y muerte de su benditísimo Hijo Jesús; porque este es el objeto principal de nuestro instituto, y lo que se propuso nuestra celestial Fundadora al bajar del cielo para vestir el santo Escapulario de su viudez y luto por la muerte de Cristo a nuestros gloriosos Padres Fundadores en la ciudad de Florencia, propagándose después esta Orden religiosa a nuestra España. Con esta piadosa idea cumplirá las obligaciones siguientes:

OBLIGACIONES DE LOS HERMANOS SERVITAS

1ª. En conmutación de la regla que el Papa Martino V ordenó para  los Terceros del Sagrado Orden de los Servitas, deberá rezar todos los días siete Padre nuestros con Ave Marías y Glorias en memoria de los siete principales dolores de María Santísima, que es lo que vulgarmente llamamos rezar el santo escapulario: y además un Padre nuestro, Ave María y Gloria por nuestros hermanos vivos y difuntos.

2ª. Rezara todos los días, o por lo menos una vez a la semana, la corona dolorosa, compuesta de siete setenas de Ave Marías con La Letanía, un Credo y una Salve; y aplicará por los hermanos difuntos los sufragios que prescriben nuestros Estatutos y los que su piedad le sugiera.

3ª. Frecuentará, con consejo de su confesor, los santos Sacramentos de la Confesión y Comunión, especialmente en los domingos terceros u otros que se tenga la procesión mensual del Santo Escapulario, cantándose en ella el himno de Estabas Madre Dolorosa, y en las principales fiestas del Señor y de la Virgen, en cuyos días se puede ganar indulgencia plenaria.


4ª. Asistirá con escapulario descubierto, además del interior, que deberá llevar siempre, a los ejercicios, Comuniones generales, procesiones y demás funciones que celebre la V. Congregación.

5ª. Contribuirá el modo que pueda, y según este establecido, para sostener y continuar el culto a nuestra Madre Dolorosa, y para hacer los sufragios convenidos por los hermanos difuntos.

Últimamente, procurará el devoto de María no omitir nunca la cortísima y piadosa práctica del turno compasivo el día que le corresponda a la semana, repitiendo las jaculatorias que a cada mes se designan con la consiguiente virtud; porque es un medio muy fácil y seguro para santificarse.

ADVERTENCIA

Si todo esto o alguna de sus partes no se cumple, no se peca, pero entonces no se ganan las innumerables indulgencias que están concedidas al Sagrado Orden de los Servitas, y a sus  Congregaciones de Dolores, como ramas que son del mismo árbol, plantado por la Madre de Dios para bien de los hombres. Para su logro será lo mejor hacer desde por la mañana intención de ganar todas las que se puedan, y de cualquier modo no están concedidas.

Las obligaciones que reproduzco hoy, son de la hermana Mariana Alonso, con fecha 24 de agosto de 1945, y firmada por el Párroco de Santiago de aquellas fechas, D. Alejandro La Pastora, que figura en las obligaciones que reproduzco como “El Corrector”. 


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