miércoles, 11 de octubre de 2017

EL ANTES Y DESPUÉS DEL CEMENTERIO DE LA PARROQUIA DE SAN PEDRO


 
El cementerio de la Parroquia de San Pedro, tras las reformas realizadas en este lugar en 1909

Hasta el siglo XIX no existieron cementerios civiles alejados de la población. Hasta este siglo los fallecidos eran enterrados en las iglesias, ermitas y conventos de las poblaciones. Las clases más elevadas, nobleza y aristocracia, los personajes más favorecidos o aquellos pertenecientes a hermandades o cofradías ocupaban espacios privilegiados en el interior de los edificios religiosos, bien en capillas privadas, bien en criptas o en bóvedas excavadas en muros y suelos. La nave central, sin embargo, era reservada a las categorías eclesiásticas y familias reales. El resto de la población quedaba fuera del recinto sagrado ocupando todos los terrenos adyacentes a la iglesia, conformándose con la cercanía al templo donde se situaban los llamados cementerios parroquiales o "de feligresía". Eran tumbas en su mayoría anónimas que se reciclaban sin ningún pudor con el paso de los años para dejar terreno libre a los sucesivos enterramientos.


El cementerio de la Parroquia de San Pedro se encontraba delante de la puerta de mediodía, es decir en la  plazuela de acceso a la parroquia situada entre las calles Ruiz Morote y General Rey, y se prolongaba hasta la puerta del Perdón.  No fue hasta el año 1834, cuando se crea el actual cementerio de Ciudad Real, por lo que hasta ese año estaría funcionando el cementerio parroquial.


Una vez abandonada la costumbre de enterrar alrededor de los templos de la ciudad, el cementerio de la Parroquia de San Pedro, quedó como un gran descampado de paso  al templo parroquial. No fue hasta el año 1909 cuando el ayuntamiento acomete las primeras obras de urbanización de la zona. El periódico “Diario de la Mancha”, en su número del jueves 23 de septiembre da información de las obras realizadas en este lugar: “Ya están casi terminadas las obras del sitio llamado cementerio de San Pedro.

Con ellas queda adecentado y mejorado muy notablemente. Al ejecutarlas se ha ensanchado algo la vía pública”.


Las obras de urbanización de esta plazoleta, consistieron en levantar un muro con barandilla, y así se mantuvo hasta después de la Guerra Civil Española, que se eliminó el muro y la barandilla, se empedró el camino de subida y se realizaron zonas verdes a ambos lados del camino.

En la zona verde que se realizó a la derecha del camino de subida, se llegó a instalar una fuente, y durante la realización de este jardín aparecieron restos humanos, del antiguo cementerio parroquial. A punto de finalizar el siglo XX, nuevas obras de urbanización se realizaron de nuevo, suprimiendo parte del jardín que se extendía hasta la puerta del Perdón y levantando de nuevo un pequeño muro, ofreciendo el aspecto que actualmente ofrece.


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