martes, 16 de julio de 2019

EL ESTANDARTE DE LA VIRGEN DEL CARMEN DE ANDRADE SE RESTAURÓ EN EL AÑO 2008



El Estandarte tras la restauración

En el año 2008, la empresa Uffizzi Conservación y Restauración de Bienes Culturales, restauró el estandarte que se conserva en el Monasterio de las Madres Carmelitas Descalzas de nuestra ciudad, pintado por Ángel Andrade. Este es el informe e intervención que se hizo sobre el estandarte: 

El Estandarte antes de la restauración

“Se trata de un estandarte a doble cara y base rectangular, constituido cada una por tres piezas textiles longitudinales unidas por costura. Su iconografía presenta a la Virgen del Carmen y fue realizada en 1914 por el pintor manchego Ángel Andrade. El tejido base del estandarte es de raso de seda beige y presenta tanto en el anverso como en el reverso una decoración policromada en óleo con dimensiones aproximadas a 173x120cm.


En el anverso se pueden observar dos galones de pasamanería de hilos metálicos dorados que flanquean la parte central de la pieza. En la zona superior también hay decoración mediante cordón metálico dorado, uniendo las trabillas al soporte rectangular y a la parte inferior.


ESTADO DE CONSERVACIÓN

Estudios preliminares

Antes de efectuar ninguna intervención se procedió a realizar un análisis previo para comprobar su estado de conservación. Se realizaron análisis organolépticos, análisis químicos de las fibras, análisis químicos de las características semi-cuantitativa tanto de la superficie como de los elementos que componen la lámina metálica, un análisis químico de los materiales identificados en la micromuestra de la capa de policromía y diferentes pruebas de limpieza.


Se realizaron fotografías antes, durante y después del tratamiento, así como planimetrías y fichas de los daños e intervenciones realizadas. Además, el laboratorio ARTE-LAB S.L. fue quien se encargó de analizar las micromuestras de la policromía, del tejido base y de la lámina metálica. 


Estado de conservación

El estandarte presenta un grado de deterioro bastante elevado debido a las excesivas manipulaciones que ha sufrido a lo largo del tiempo. La obra mostraba suciedad superficial, confiriéndole un aspecto mate y grisáceo, así como deshidratación, deformaciones, ondulaciones y pliegues derivados de su extensivo uso, de antiguas intervenciones y de una conservación inadecuada. También presentaba oxidación de los elementos metálicos; presencia de diferentes manchas y concreciones de diversa naturaleza: restos de cera y restos de excrementos de insectos. Por último se observaba algunas pérdidas de urdimbre o “desgastes”, roces y arañazos, elementos desprendidos, lagunas en el tejido base y policromía, así como restos de antiguas intervenciones.


TRATAMIENTO

Para la eliminación de la limpieza superficial se empleó un micro aspirador y se procedió a eliminar las intervenciones anteriores que producían un daño material y/o estético a la obra. Se hidrataron las fibras mediante vapor de agua desmineralizada, así como la eliminación de las ondulaciones. Para las limpiezas se realizaron diversas pruebas con diferentes soluciones y se empleó la que mejor respuesta recibía en el tejido de la pieza.


En las policromías se procedió a la limpieza superficial y fijación de las zonas de pérdida de adhesión. Para la reintegración de los desgastes y lagunas se empleó pigmentos al barniz, y lápices de colores para la reintegración del soporte.


En cuanto a la consolidación de la pieza, se aplicó el criterio de la mínima intervención posible para evitar modificar los valores intrínsecos de la pieza. Por tanto,  se seleccionaron tejidos cuyas propiedades físicas y mecánicas fuesen lo más adecuadas: se empleó un tafetán de raso de color crudo que a su vez funcionaba como reintegración cromática. Se consolidó por costura, partiendo de lo general a lo local. Los desgarros y lagunas se consolidaron a través de puntos de restauración. Mediante la reintegración de soporte parcial, se consiguió uniformar el tamaño de los tejidos del estandarte, creando así reintegración matérica y cromática de las zonas lagunarias.  Después, se procedió a la colocación del forro interno mediante líneas de fijación de cuatro cabos. Y por último, se fijó el galón.



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