domingo, 8 de noviembre de 2020

LAS HERMANAS DE LA CRUZ LLEGARON A CIUDAD REAL EN 1954

 

Así fue el primer convento de las Hermanas de la Cruz en 1954 cuando se inauguró

La comunidad religiosa de las Hermanas de la Cruz, llegaron a Ciudad Real en 1954, fue un empeño personal del Padre Castro, párroco de Santiago en aquellos años, quien en contacto con la casa madre de Sevilla, consiguió que las religiosas se establecieran en nuestra ciudad.

Fue el 11 de mayo de 1954, cuando el Convento de las Hermanas de la Cruz de Ciudad Real, comenzó su andadura en nuestra ciudad, era la fundación número 46 de la orden en España. El nuevo convento fue bendecido por el Obispo-Prior de aquellos años, D. Emeterio Echeverria, y al acto asistieron las primeras autoridades provinciales y locales de la época. El acto comenzó con la celebración de la Santa Misa en la Parroquia de Santiago, y al término de la misma, el señor Obispo bajo palio traslado el Santísimo al nuevo oratorio de la comunidad religiosa, bendiciendo posteriormente las dependencias del nuevo convento. Al acto asistieron también la Madre general de la Orden, Marciala de la Cruz de la Cuadra, la Secretaria general, María del Salvador de la Cruz, las superioras de las casas de Madrid y Chillón, y la nueva comunidad de Hermanas de Ciudad Real, a cuyo frente se encontraba la primera superiora de Ciudad Real, María de la Cruz Ortiz.



El primitivo convento que se levantó de las Hermanas de la Cruz en 1954, nada tiene que ver con el actual que tienen en la Plaza de Santiago, ya que este es el resultado de diferentes ampliaciones a lo largo de los años. La primitiva edificación era de una sola planta y así la describía Emilio Bernabeu en el diario Lanza el viernes 13 de noviembre de 1953:

Ayer visité detenidamente el edificio que será residencia o convento de las Hermanas de la Cruz situado en la Plazuela de Santiago, frente a la Iglesia parroquial de este nombre y levantado ene l solar que fue siempre casa del sacristán mayor.



Como verán los lectores por la fotografía adjunta parece una vivienda modesta en su aspecto exterior, pero en su interior contiene los suficientes departamentos que exigen las reglas de la filantrópica asociación económica de las monjas o Hermanas de la Cruz.

Cocina, frontera al refectorio o comedor de la comunidad, donde no pueden usarse cucharas ni tenedores metálicos, sino de palo, y los platos y fuentes solo de barro ordinario, sin baño de brillo.



Sigue a este comedor, el dormitorio de las monjas, espacioso, sin adornos en el techo ni paredes, capaz para diez tarimas de madera, sin colchonetas, ni almohadas, pues sólo tienen para apoyar la cabeza un cajoncito también de madera y por todo abrigo en invierno una ligera manta.

También tiene el edificio un recibidor pequeño, con cuatro sillas únicamente, y el oratorio que ostenta en su frente un altar dorado en el que está colocada una bella imagen de Nuestra Señora del Sagrado Corazón.



Por cierto en este altar dijo su última misa el obispo mártir señor Estenaga, siendo llevado desde la casa de los señores S. Izquierdo donde estaba el oratorio y dicho altar.

Hay otro cuarto guarda-ropa y despensa reducidos estos departamentos y como corresponde a tan humilde Orden.

 


Hay en la misma planta baja el Dispensario parroquial, donde además de la cura de enfermos pobres, se darán clases nocturnas para niñas y jóvenes, indigentes del barrio de Santiago, de cocina, costura, corte y confección y cultura elemental.

Posee esta casa una espaciosa terraza y en un extremo cubierto el lavadero de la Comunidad, todo bien aireado y a pleno sol…”.



Este convento fue ampliado en el año 1956, con una nueva planta sobre la existente, con el fin de que pudieran habitar en él más Hermanas de la Cruz. Estas obras fueron realizadas también por el Padre Castro, siendo bendecidas por el Obispo-Prior, D. Juan Hervas el domingo 18 de noviembre del referido año.

La actual capilla, fue realizada y bendecida el martes 27 de junio de 1961, por el Obispo-Prior ya nombrado, D. Juan Hervas. Según la nota publicada en el diario “Lanza” el lunes 26 de junio: “La bonita Capilla es de líneas severas; el altar de mármol con manifestador y sagrario de bronce. Preside el altar la imagen de la Virgen del Sagrado Corazón.



Completa la capilla dos ingeniosos confesionarios y sencillísimo Vía-Crucis. La luz es difusa.

Un espacioso coro para la Comunidad es el complemento de la nueva capillita de las Hermanas de la Cruz”.

Con el paso de los años, el edificio recibió diferentes ampliaciones en los años ochenta y noventa del pasado siglo XX, hasta tomar la forma que podemos ver en la actualidad.



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