Ciudad Real nace ante la imposibilidad de
Alfonso X el Sabio de repoblar Alarcos en el año 1255 con el nombre de Villa
Real, siendo elevada a ciudad en 1420 por Juan II, manteniendo una estrecha
vinculación histórica desde su fundación con Alarcos, construyéndose su ermita
durante los años de progreso y prosperidad de Villa Real a finales del siglo
XIII y principios del siglo XIV, para dar culto a la imagen de Santa María de
Alarcos.
Tres imágenes de la Virgen de Alarcos
tenemos documentadas, que a lo largo de los siglos han recibido culto en la
histórica ermita. La más antigua era una imagen de estilo gótico del siglo XV o
principios del XVI, destruida en 1936.
Existen varias descripciones, en obras
publicadas en el siglo XIX y comienzos del XX, de la antigua imagen de la
Virgen de Alarcos, pero quien verdaderamente hace un estudio iconográfico de la
susodicha imagen, es Inocente Hervás, publicándole en su célebre y notable “Diccionario
histórico, geográfico,…. de la provincia de Ciudad Real” (1º edición 1880);
y dice que “Es la santa imagen de mármol, y de pié su postura, de rostro
amable y gracioso, no exento de majestad. Sobre su cabeza rica y bien plegada
toca; está vestida a la romana con túnica y manto; airosamente plegado y
recogido por los dos lados, forman vistosas caídas. Sostiene al Niño con el
brazo izquierdo y éste al manto con su mano derecha, mientras en la izquierda
tiene un pájaro; el que por la distancia no hemos podido clasificar, ni por
tanto interpretar su simbolismo. Perfectamente definidos los caracteres de esta
venerada imagen, los que nos dicen ser del mismo tiempo que su ojival iglesia,
no hay que extendernos en ampliar las consideraciones y pruebas…”.
La imagen permaneció en su ermita hasta el
inició de la Guerra Civil Española en 1936, siendo destruida en el citado año.
Según Jorge Sánchez Lillo en su obra publicada en 1984 sobre “Nuestra
Señora de Alarcos. Estudio Histórico e Iconográfico de la Sagrada Imagen”
nos dice que: “tras de consultar a distintas personas de nuestra Ciudad,
todas ellas dignas de crédito, que vivieron la triste t salvaje guerra civil
(1936-39), sabemos que la imagen de Santa María de Alarcos “fue hundida en el
río Guadiana”; otros, en cambio, aseguran que quedó “destrozada por completo”.
Las noticias verbales se contradicen como podemos comprobar; pero sea una u
otra la causa, lo cierto es que la venerada Virgen de Alarcos desapareció para
siempre en el período de nuestra última guerra civil”.
Desparecida la histórica imagen de la
Virgen de Alarcos en 1936, una vez acabada la Guerra Civil, comienza la
reconstrucción de toda la imaginería religiosa destruida en Ciudad Real, entre
ellas la Virgen de Alarcos. Para ello surgió entre los ferroviarios
ciudadrealeños, la iniciativa de realizar una suscripción con el fin de
recaudar fondos para la adquisición de una nueva imagen de la Virgen. La
colecta fue pobre, no llegó a lo calculado y por este motivo se optó encargar
una imagen de cemento al escultor ciudadrealeño, D. Antonio Lorenzo García Mora
Coronado. Un escultor de familia de artistas, que fue escultor, ilustrador y
profesor de la escuela de Artes y Oficios de nuestra ciudad. Su padre fue el
maestro vaciador, D. Joaquín García Coronado y entre sus hermanos se encontraba
el también escultor Felipe García de Mora, que en homenaje a su padre utilizará
como apellido artístico, el segundo de aquél, Coronado.
La imagen de la Virgen realizada por
Antonio Lorenzo seguía la iconografía de la talla destruida de la Virgen de
Alarcos, a excepción de la imagen del Niño Jesús, que en vez de llevar en su
mano izquierda el pájaro como la antigua imagen, lleva una bola coronada con
una cruz. Esta imagen fue puesta al culto en la ermita de Alarcos en 1940,
celebrando los ciudadrealeños por primera vez su romería tras la Guerra Civil,
en el citado año, siendo sustituida en 1950 por la actual. La imagen de la
Virgen realizada por Antonio Lorenzo, aún se conserva en la ermita en el
camarín de la Virgen, aunque se encuentra muy deteriorada y necesitaría una
restauración.
Desde la realización en 1940 de la imagen
de cemento de la Virgen de Alarcos, del escultor D. Antonio Lorenzo García Mora
Coronado, estaba en mente del ayuntamiento capitalino, el sustituir dicha
imagen por otra tallada en madera y de mayor calidad artística. El entonces
Gobernador Civil de Ciudad Real, D. Jacobo Roldan Losada, decide en 1949
regalar una nueva imagen de la Virgen de Alarcos tallada en madera, que fue
encargada a los escultores valencianos José María Rausell Montañana y Francisco
Llorens Ferrer, por un importe de 14.500 pesetas.
La nueva imagen de la Virgen mide 1,55
metros, es de estilo barroco y quiso ser fiel a la primitiva iconografía. La
Virgen aparece de pie sobre nubes y querubines, vestida a la romana con túnica
y manto con ricos estofados en oro. El Niño Jesús lo lleva sentado en la mano
izquierda, cogiendo este a su vez con la mano derecha el manto de María, y en
la mano izquierda sostiene una paloma. Completaba toda la iconografía las
coronas de orfebrería de la Virgen y del Niño, y la media luna a los pies de la
Virgen.
Su bendición se realizaría el día de su
festividad, el lunes 29 de mayo de 1950 antes de la celebración de la Santa
Misa que se ofrece en su honor, por el entonces Vicario General y Provisor de
la Diócesis, Ilmo. Sr. D. Aurelio Gómez-Rico. Al acto y posterior celebración
de la Santa Misa asistieron el Gobernador Civil, donante de la imagen, el
Gobernador Militar, administrador de Rentas Publicas en representación del
Delegado de Hacienda, el Presidente de la Diputación, el Alcalde de Ciudad Real
acompañado de varios concejales y el Fiscal de Tasas. A la una y media de la
tarde procesionaria por primera vez la nueva imagen de la Virgen de Alarcos en
derredor del santuario.
La actual corona con la que procesiona la
imagen fue un regalo del que fuera Hermano Mayor de la Cofradía de Santa María
de Alarcos, D. José García Mohedano, quien se la regalo a la Virgen en 1993.
Esta corona fue realizada en plata de ley bañada en oro, en la orfebrería
Orovio de la Torre de Torralba de Calatrava (Ciudad Real). En su interior lleva
grabada la inscripción: “Donada por la familia García Mohedano”,
ascendiendo a un coste en aquel año de 450.000 pesetas.
Ayer jueves se cumplieron los setenta y
cinco años de la bendición de la actual imagen de la Virgen, una fecha que ha
pasado desapercibida, pero que merece rescatarse del olvido, ya que aquel año
de 1950 las dos grandes devociones marianas de la ciudad, la Virgen del Prado y
la Virgen de Alarcos, estrenaron nuevas imágenes talladas por los escultores
valencianos Rausell y Llorens en 1950, y ambas gracias a la generosidad del que
fuera Gobernador Civil de la provincia, D. Jacobo Roldan Losada que las pago de
su bolsillo particular.
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