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viernes, 26 de julio de 2024

DESAPARECEN LOS PUESTOS DE CHURROS DE NUESTRAS VERBENAS

 



El diario “La Tribuna de Ciudad Real”, publicaba el viernes 26 de julio de 1991, una reseña de las entonces fiestas del barrio de Santiago, conocido popularmente como Perchel, junto a la fotografía que publico hoy, en la que se podía leer: “Como es tradicional, la verbena contó con numerosos puestos de churros”; ya que estos puestos han formado parte de la fisonomía de las verbenas de Ciudad Real.

Pero la vida evoluciona, las verbenas que antes eran verdaderas fiestas han ido a menos, como la del Carmen y la de Santiago, y los puestos de churros han desaparecido de estas. No se cual habrá sido el motivo, pero ni en la verbena de Nuestra Señora del Carmen, ni en la de Santiago, se han podido comprar churros, desapareciendo así una tradición de las verbenas de nuestra ciudad, que era algo típico para los ciudarrealeños, y que parece ya ha pasado a la historia, el comprar churros en las verbenas veraniegas de Ciudad Real.


jueves, 25 de julio de 2024

EL APÓSTOL SANTIAGO SALE POR PRIMERA VEZ A LA CALLE EN EL BARRIO DEL PERCHEL

 



Ayer martes, fiesta del Apóstol Santiago, a las siete y media de la tarde, la parroquia del mismo nombre clausuró las celebraciones del VII Centenario de su templo parroquial con la misa y la procesión del santo por las calles del barrio del Perchel que vive, estos días, sus fiestas patronales.

El acto litúrgico, al que asistieron numerosos miembros del clero provincial, estuvo presidido por el obispo de la Diócesis de Ciudad Real, Rafael Torija.




Entre los asistentes que llenaban la iglesia, se encontraban representantes de la corporación municipal de la capital manchega y, por supuesto, las reinas y damas del barrio del Perchel y el presidente de la Asociación de Vecinos, Félix Barrera Sánchez.

En la procesión, la imagen del Apóstol fue portada, a ritmo de tambor, por un grupo de mujeres ataviadas con pantalón oscuro y camiseta blanca con el distintivo del Apóstol. Y estuvo acompañada por bastantes vecinos que mostraban su alegría por contemplar, por primera vez, este evento. Enrique Galán fue el sacerdote que presidió el recorrido del Apóstol por la calle Altagracia, Corazón de María, Huertos, Cañas, San Antonio, Estrella y Ángel, entre otras.

La Tribuna de Ciudad Real, miércoles 26 de julio de 2000



miércoles, 24 de julio de 2024

LOS VERANOS DE LAS PRIMERAS DÉCADAS DEL SIGLO XX (II)

 

Antigua imagen de la calle del Ángel con el fondo de la torre de la Parroquia de Santiago con su viejo chapitel


Y vamos ya con la cuarta -verbena de tradición, la de Santiago Apóstol, en la noche del 24 de julio. Los percheleros no querían que nadie les ganase la partida e instaban al párroco Alejandro Lapastora, a que además de que la iglesia permaneciera abierta hasta la madrugada, no faltara una solemne misa al día siguiente en honor del titular del templo. Y he dicho antes que los percheleros- entre los que se encontraba quien escribe- no querían dejarse ganar la partida, porque muchos de estos vecinos de las calles de Calatrava, Altagracia, Refugio, Lirio, Norte y plaza de Agustín Salido, colocaban en las puertas y ventanas farolillos, que algunas veces ardían sin que pudieran cumplir su misión al completo, con gran disgusto de quienes lo habían colocado.

La otra gran fiesta popular del verano era la Pandorga, en la noche del 31 de julio en el paseo del Prado, ahora suprimieron lo de «Paseo» y les llaman «Jardines», pero de esta fiesta no vamos a dar detalles, bien recopilados en un reciente artículo muy completo del buen amigo Manuel Alcázar Bermejo en La Tribuna. Si recordar que los asistentes a la fiesta, en la que Mazantini, el ciego Argumosa y Pepe eran puntos fuertes a la hora de tocar y cantar las manchegas, pues por diez céntimos- una perra gorda- podíamos hacernos con una gaseosa fresquita en la fábrica de Ruiz de León, y si nos juntábamos varios amigos podíamos comprar una docena por una peseta.


Puestos de la Feria de Ciudad Real en 1926 en el Parque de Gasset

 

Los ciudarrealeños hemos «disfrutado» siempre de mucho calor en el largo verano, que culminaba de Virgen a Virgen- la del Carmen y la del Prado-, pero alcanzaba los más altos valores termométricos de Santiago a San Lorenzo, aunque por las noches podíamos defendernos dejando las ven ­ tanas abiertas, incluso en las habitaciones dormitorias que daban a la calle, aunque había que apagar la luz para evitar los mosquitos y a algunos mirones, que era dados al «ventaneo» para curiosear. Pero por las tardes, cuando más apretaba el calor, era confortante escuchar las voces del vendedor de helados, que con sus garrafas recorría las calles ofreciendo su mercancía, que no era otra que un vaso de horchata o de limón helados, que a los peques nos agradaba poder adquirir en la misma puerta de nuestras casas a cambio de unas monedas.

Ya cuando llegaba el 15 de agosto y se salía a la Feria, recién instalada en el Parque de Gasset gracias a la decisión del Ayuntamiento que presidió José Cruz Prado, había noches que refrescaba más de la cuenta y las damas, en los bailes, tenían que echarse alguna ropa ligera a los hombros, mientras en la Fuente Talaverana y la Ferroviaria se bailaba al compás de orquestas que en ocasiones no pasaban de discretas. Terminaba nuestra Feria en la noche del 22 de agosto, con la consabida traca final, pero enseguida venía la de Almagro, a partir del 24, que para los vecinos de la capital tenía mucho atractivo, tanto para ir a los toros y degustar las bien aliñadas berenjenas, sino también para participar en los bailes, que de siempre era muy animados y nos gustaba alternar con los amigos y amigas de la ciudad de los encajes. ¡Que tiempos!

Cecilio López Pastor. La Tribuna de Ciudad Real, martes 15 de agosto de 2000

 


martes, 23 de julio de 2024

LOS VERANOS DE LAS PRIMERAS DÉCADAS DEL SIGLO XX (I)

 

Fachada del desaparecido ayuntamiento de la ciudad durante la celebración de la Feria y Fiestas en las primeras décadas del siglo XX


Leyendo hace un par de meses atrás un precioso artículo como todos los suyos, de mi buena amiga Enriqueta Fernández Mera, abenojense de pro, en el que hacía un inspirado elogio de la alcarraza, adminículo refrescante para calmar la sed en los largos días del verano manchego, vasija de barro blanco y poroso hoy desaparecida, me hizo recordar que en mi casa de las décadas diez y veinte era indispensable, pues aún no había aparecido prácticamente las primitivas neveras alimentadas con hielo en barra más o menos grande. Y mi buena madre no se conformaba con una de estas vasijas con dos asas y cuatro bocas, sino que se hizo fabricar un alcarracero con tres huecos para colocar o tras tantas alcarrazas, alcarracero que siempre tenía situado en el lugar más fresco de la casa y a ser posible en la corriente de aire que pudiera haber entre una y otra habitación.

Pues bien, hoy voy a com­placer a un buen amigo que con más frecuencia de la deseada, me insta a escribir sobre recuerdos de aquellos años en las que las condiciones y circunstancias familiares eran bien distintas a las de hoy, en que se dispone de gran número de. «aparatos» domésticos y no domésticos, que hacen más llevadera la ingrata labor de las amas de casa y a los jóvenes y niños entregarse de lleno a disfrutar con lo que pudiéramos denominarla «ordenadoremanía», aparte, claro está de la televisión y la telefonía móvil, el gran invento de la comunicación callejera, que tanto facilita la localización personal.

 

Tomar el fresco a la puerta de la propia casa

Aún no se había inventado el remedio del aire acondicionado y lo más que se disponía para de ventiladores de mayor o menor tamaño y de abanicos y pay-pays, estos últimos de propaganda de establecimientos o productos comerciales. Y nuestros abuelos encontraron como solución para la anochecida de los rigurosos comerciales. Y nuestros abuelos encontraron como solución para la anochecida de los rigurosos julio y agosto, que en muchas ocasiones se prolongaba hasta las primeras horas de la madrugada, según las obligaciones de trabajo de cada uno al día siguiente, de salirse a la puerta de la casa con un asiento lo más cómodo posible- como se disputaban las mecedoras- y entablar tertulias con los vecinos más próximos, aprovechándose de la escasa circulación rodada existente, costumbre que aún se mantiene en no pocos pueblos pequeños de nuestra geografía provincial.


 
Unos de los arcos que se levantaba en las primeras décadas del siglo XX en la calle Caballeros para la celebración de la Verbena del Carmen


Las verbenas en los tres barrios, diversión popular

Ciudad Real de aquellas décadas a que me estoy refiriendo estaba dividido en tres grandes barrios, que coincidían con los nombres que tenían los -titulares de las tres parroquias: San Pedro, Santiago y Santa María del Prado, esta conocida también por la Merced, como aún sigue siéndolo. Pues bien, cada barrio esperaba con interés y deseo la llegada de las verbenas, fiesta popular por excelencia, en las que se visitaba el templo, se rezaba para pedir algún favor, y después había que echar un trago, bien de «limoná», de horchata o una simple gaseosa, que era más barata. A los niños nos conformaban con chupones y llaves de caramelo, así llamadas porque tenían esta forma y si había presupuesto a compartir con la niñera de turno, un poco turrón de Castuera y almendras saladas.

La parroquia de San Pedro disfrutaba de dos de estas verbenas, aunque a ellas acudían no sólo los feligreses sino no pocos culipardos de los otros dos barrios. La primera era la dedicada a San Antonio de Padua y se celebraba la víspera, el 12 de junio. En cuanto a la segunda, en honor de San Pedro Apóstol, tenía lugar el 28 del mismo mes, que solía estar aún más animada, pues al día siguiente era fiesta de guardar, con cierre de oficinas y comercios. No faltaban en las verbenas el concierto de la Banda Municipal, que en aquellas fechas dirigía César Ruyra, maestro de una gran familia de músicos, y al que años después sucedería su hijo Cristóbal, casado con Regina Torija, directora de la Escuela Normal de Maestras.

A estas dos verbenas de la principal parroquia, a cuyos motivos se les conocía por «tacillas»- confieso que ignoro el motivo-, sucedía la de la Virgen del Carmen, en la noche del 15 de julio, que tenía lugar en la calle de Caballeros y plaza del Carmen principalmente, ya que la imagen se veneraba en la iglesia del convento de Carmelitas, muy queridas en la ciudad. Pero esta verbena, como ya creo haber recordado en alguna ocasión se prolongaba hasta la capilla del Hospital Provincial, desaparecida en los año 30 por decisión de quienes gobernaban en la Diputación, y a la que había que acceder cruzando la vía del tren, dé la línea Madrid-Badajoz, hasta que se lograra la desviación de la «directa», para evitar la entrada de los trenes en la estación por el furgón de cola. La circunstancia de contar por aquellos años con dos bandas de música en nuestra capital, permitía que en la plaza del Carmen fuera la Municipal la que alegrara la verbena, mientras en las inmediaciones del Hospital- el construido por el médico Bernardo Mulleras en su época de presidente de la Diputación aunque luego lo inaugurara Alcalá Zamora en la República- fuera la Banda Provincial, dirigida por un gran músico, el maestro Antonio Segura, la que ofrecía el concierto de rigor.

Cecilio López Pastor. La Tribuna de Ciudad Real, martes 15 de agosto de 2000


Imagen de la Virgen del Carmen, que preside el altar mayor de las carmelitas, cuando salía en procesión


lunes, 22 de julio de 2024

EN EL AÑO 1961 NACE EL BOLETÍN DE INFORMACIÓN MUNICIPAL

 




En febrero de 1961, el Excmo. Ayuntamiento de Ciudad Real publicaba el primer número del “Boletín de Información Municipal”, que comenzaría a editarse con una periodicidad irregular, que contiene información local y de carácter histórico sobre la capital, poniendo al frente del mismo a Ramón González Díaz, y quien sería su director desde 1961 hasta 1974.

En el Boletín era una revista ilustrada, donde se publicaban artículos sobre la historia de la ciudad, actividades que se realizaban en la misma y con motivo de la Navidad, Semana Santa o Feria y Fiestas, dando cuenta en todos los números de los plenos y comisiones de gobierno de la corporación municipal.

Aunque el boletín no tenía una fecha fija de publicación, a lo largo del año aparecían varios números a lo largo del año, y tiene un gran valor histórico para conocer el Ciudad Real de los años sesenta y setenta del pasado siglo XX. Cuando Ramón González deja de dirigir el boletín en 1974, la periodicidad de la publicación pasa a realizarse con motivo de la feria y fiestas locales, llegando a desaparecer.

Actualmente muchos de estos números del Boletín de Información Municipal, se encuentran digitalizados en el Centro de Estudios de Castilla-La Mancha y se pueden ver pinchando el siguiente enlace: https://ceclmdigital.uclm.es/results.vm?q=parent%3A0001885793&s=0&t=%2Bcreation&lang=es&view=prensa

 



domingo, 21 de julio de 2024

RAMÓN GONZÁLEZ DÍAZ Y EL BOLETÍN DE INFORMACIÓN MUNICIPAL

 




Coincide su nombre y apellido con uno de mis abuelos, sin embargo no nos une ningún vínculo familiar, sólo una buena amistad, respeto y reconocimiento por la humanidad que siempre generosamente ha derrochado y la meritoria labor que, entre otros apartados, realizó a su paso por el ayuntamiento de Ciudad Real, donde ingresó por oposición en el año 1935, un año antes que nuestra controvertida guerra civil.

Ramón González Díaz (Ciudad Real 1916) estudió magisterio que nunca llegó a ejercer. Su relación con el ayuntamiento de Ciudad Real venía de su padre el concejal D. Manuel González Ortega.

Ramón González Díaz fue el creador e impulsor del Boletín de Información municipal del ayuntamiento de Ciudad Real hace ya cuarenta años, siendo su director desde el año 1961 a 1974. Boletín Informativo que Ramón González coordinó y saco adelante con grandes dificultades mediante selectiva publicidad y no poca dedicación para su mantenimiento, al no contar con financiación del ayuntamiento capitalino. Revista informativa municipal, ilustrada, gráfica y fotográficamente de cierto nivel, y suma importancia para el conocimiento de las décadas de los 60-70 en Ciudad Real y entornos geográficos. Su pasado más reciente, municipalidad, fiestas, curiosidades, anécdotas, arte, cultura y sociedad en general, así como la ciudad y su evolución, constituyendo hoy día un imprescindible documento impreso, de una parte considerable de la historia contemporánea de la ciudad y provincia. Una colección de estos Boletines de Información municipal de los años 1961- 1974 encuadernados se conservan en el Museo-archivo histórico municipal Elisa Cendrero, siendo frecuentemente demandados por investigadores e interesados en ese período histórico. Posteriormente, el Boletín de Información municipal del ayuntamiento capitalino vio, algunos números aislados con motivo de las Ferias y Fiestas de Agosto (década de los 80).

El cronista oficial de Ciudad Real, Francisco Pérez Fernández escribió "Ramón González Díaz sabe con maestría periodística despedir, elogiar con elegancia, dar bienvenidas y parabienes, exaltar la labor de unos y de otros y dejar constancia de estos cambios y mutaciones ...". Por otro lado, el profesor de la Universidad de C-LM Isidro Sánchez Sánchez lo refiere a sus relevantes estudios sobre la prensa en Castilla-La Mancha. Ramón González Díaz fue coofundador en el año 1943 del diario LANZA junto con Gutiérrez Ortega y otros eruditos locales, diario que recientemente ha cumplido sus 57 aniversario de existencia. Finaliza da la guerra del 36, Ramón González Díaz desempeñó cargos en el Estado Mayor de la 42 División de la frontera francesa, así como la sección 2 a Bis durante los años 1940-43. Se incorporó al Excelentísimo ayuntamiento de Ciudad Real como jefe de negociado, pasando a desempeñar el cargo de secretario particular de los alcaldes Fernando Bustamante, José Navas Aguirre-, Manuel Acedo, Rico Semprun, Victoriano Rodríguez Velasco... A él se debe la modernización de la recogida y eliminación de residuos sólidos de Ciudad Real, ubicando el punto más idóneo en la "Cabeza del palo". Creó COMSERMANCHA con once municipios importantes de la zona de Alcázar de San Juan siendo un referente para otras provincias y comunidades autónomas. Casado con María Raurich en 1945, enviudó en 1973, viviendo de su matrimonio cuatro hijos que en la actualidad ocupan puestos de responsabilidad en la sociedad. Jubilado en 1976, ha participado en numerosas actividades festivas y culturales de Ciudad Real. Hombre bueno justo y siempre ha compartido con los demás y es testigo de diferentes acontecimientos importantes del final de la primera y segunda mitad de nuestro siglo en la ciudad, provincia y estado. El próximo día 14 de Agosto, recibirá una placa de honor al haber sido nominado como ciudadano ejemplar de Ciudad Real. Desde estas improvisadas líneas muchas felicidades.

José González Ortiz. Diario Lanza, viernes 11 de agosto de 2000



Ramón González Díaz


sábado, 20 de julio de 2024

LA ÚLTIMA MEDALLA DE ORO DE LA CIUDAD SE ENTREGÓ EN EL AÑO 2010 AL DESAPARECIDO CLUB BALONMANO CIUDAD REAL

 



El salón de actos del Centro Cultural Municipal del Antiguo Casino, acogió el 14 marzo de 2010 el acto de entrega de la última Medalla de Oro de Ciudad Real otorgada hasta la fecha, siendo alcaldesa de la ciudad Rosa Romero.

Durante el acto la Alcaldesa hizo un repaso por la historia del club, desde sus orígenes en el Colegio Marianistas, pasando por el Caserío Vigón, hasta el Balonmano Ciudad Real, destacando, que todos los que han formado parte durante estos 29 años lo han ido haciendo grande; directivos, jugadores y afición. “Hoy, la ciudad vibra con su equipo, todos somos el Balonmano Ciudad Real y eso debe llenaros de orgullo y satisfacción, pero también de responsabilidad, porque la medalla de oro de la ciudad que premia a quien enaltezca a Ciudad Real es el refrendo de la gratitud del pueblo a vuestras gestas y a vuestro papel como embajadores que corean, allá por donde juegan,  alto, fuerte y claro, el nombre de Ciudad Real “.

Poco antes de la protocolaria foto de familia, los jugadores, y miembros de la junta directiva del club recibieron de manos de la Alcaldesa de Ciudad Real, un pergamino conmemorativo de esta efeméride.