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domingo, 31 de julio de 2022

HISTORIA Y RAICES DE LA PANDORGA (II)

 




Francisco Pérez Fernández (Antón de Villareal)-«Efemérides manchegas» (1971)- dedica varias de sus efemérides a la Pandorga.

Entre ellas la más significada es la que sigue:

«31 JULIO 190...: AL FIN HUBO PANDORGA EN HONOR DE LAVIRGEN DEL PRADO. - Los tres amigos ya se han puesto de acuerdo. Ellos saben de tradiciones antañonas, de fiestas populares y de sanos regocijos. Ellos, a su manera, mantienen costumbres y creencias. Han trasegado un jarro de tinto en la taberna y salen, contentos y locuaces, con sus instrumentos bajo el brazo: Pepe, el gordo, lleva la bandurria; Paco, el ciego, que marcha en el centro como reo entre civiles, acompañará con su guitarra; y Mazantini, el viejo, ensaya con sartén y paleta un repiqueteo estridente y monocorde.

Es la noche del 31 de julio de un año cualquiera, allá por los comienzos de este siglo. Es noche de Pandorga, fiesta arcaica ciudarrealeña, transmitida de generación en generación, homenaje del pueblo a su Patrona, salutación a la Virgen con música y cante de seguidillas o torrás, a modo de pastoril serenata, que se celebra quince días antes de la gran fiesta.

¿Qué se celebra, decimos? No siempre, por desgracia. Paco el ciego, Pepe el gordo y el viejo Mazantini, saben que esta noche no habrá Pandorga. No sería el primer año, i el único, ciertamente. Por falta de iniciativas, dejadez y abandono de unos y otros, esta noche de julio la Virgen del Prado no escuchará desde su camarín los cánticos de los devotos.

¿Qué no habrá Pandorga? El viejo Mazantini, el ciego Paco y el gordo Pepe han decidido lo contrario. Y se encaminan, por la calle de los Reyes, al Paseo del Prado. En la terraza del casino charlan los señores. En los bancos de madera chismorrean las señoras. Por las barandillas de hierro con asiento de piedra se agrupan los menestrales. Pasean las señoritas bajo las miradas avizoras de sus parlantes mamás. Rondan los mozalbetes con zureo de palomo. Y las niñas, Pradito en el centro, juegan al corro aprovechando esas primeras horas de la noche canicular: 




En el jardín del Prado

No se puede jugar…

Pero ellas ¡vaya si juegan! Y cantan y ríen y cambian de tonadilla con volubilidad infantil.

El “trio” de la Pandorga ya está en el paseo de la Catedral. Simplemente con el temblar de sus instrumentos han atraído la atención de chicos y grandes. Paco y Pepe pulsan a una de las cuerdas. Y Mazantini, cesando en su acompañe de paleta y sartén, carraspea para suavizar la garganta, enronquecida por tabaco y vino, y se arranca por seguidillas, improvisando sobre los primeros versos de la ya conocida:

Este año no hay Pandorga

Virgen del Prado.

Tus hijos, por desidia,

te han olvidado.

Pero aquí tienes

al viejo Mazantini

que a cantar viene.

La Virgen morena y manchega, desde la altura de su camarín, sonríe seguramente ente el sencillo homenaje. Porque ellos, el viejo Mazantini, el ciego Paco y Pepe el gordo, son creyentes y fervorosos… a su manera.»

 



Pedro Echevarría Bravo, recordado amigo y excepcional musicólogo -«Cancionero musical manchego»  (1984), pág. 34- al hacer la semblanza de la seguidilla dice:

 

«La antigua Villa-Real podía considerarse como la esencia de este baile, que tenia su mejor y más fiel interpretación en la fiesta de la típica Pandorga. Según los datos históricos que hemos podido recoger acerca de esta fiesta, parece ser que desde el siglo XVI los ciudarealeños tenían la buena y santa costumbre de celebrar, en la noche última del mes de julio y primera madrugada de agosto, la fiesta de la Pandorga. Esta consistía en saludar, con canciones populares, a la Santísima Virgen del Prado, Patrona de la ciudad, actuando, además de la típica serenata, un cuadro de bailes regionales. Esta tradicional costumbre ha desaparecido, por desgracia, y el pueblo, al frente del popular Mazantini, ya no canta a su virgencita la coplilla que dice:

 

La Patrona del Prado

es capitana

de las siete banderas

del rey de España.

 

Asi cantaba la muchacha realeña en las serenatas nocturnas, allá por el año 1860, cuando las rondallas, dirigidas por notables maestros del folklore manchego, recorrían la calle Alfonso X el sabio…»

Voy a referirme, a continuación, al acontecimiento que motivó los versos transmitidos por el pueblo de Ciudad Real de generación en generación, durante los últimos doscientos años y que, sin duda, podríamos considerarlo como el permanente acicate reivindicativo del sentir popular hacia la fiesta de la Pandorga, en homenaje filial a la Madre del Prado, y que dice así:




«Este año no hay Pandorga,

Virgen del Prado,

por las cicaterías

de Maldonado»

Todos nuestros cronistas coinciden en la transcripción de los actos religiosos, festejos y boatos celebrados en Ciudad Real desde Felipe II, con ocasión de la proclamación de los Reyes, puesto que, conforme hemos dicho, obtienen su información en las mismas fuentes o de su intercambio en algunos casos, siendo quizá José Balcázar Sabariego (o. cit.), quien con mayor detalle refleje en su obra las circunstancias acaecidas con ocasión de la llegada al Trono de Carlos IV y que reproducimos a continuación. Como se podrá observar, el citado Maldonado, procedente de Salamanca, podría tener algún parentesco con la familia ciudadrealeña de igual apellido pero, en cualquier caso, nuestros investigadores dejaron meridianamente claro que ninguno de sus miembros tuvo nada que ver con la prohibición de tan infausto recuerdo.

La crónica dice así:

«Cuando Carlos IV sucedió a su padre en el Trono de España tenía ya cuarenta años, y los presagios de un feliz reinado que todos le auguraban quedaron bien pronto desvanecidos, por efecto, sin duda, de los aires perniciosos que venían de Francia.

Su proclamación en Ciudad Real tuvo, también, un mal comienzo. Señalada para el 15 de febrero de 1789, no pudo verificarse hasta el 8 de marzo por un incidente desagradable del que fue protagonista Don Vicente Ramon Maldonado y Ormaza, primogénito del Marques de Castellanos, título de Salamanca, relativamente moderno, pero de rancia nobleza cristiana su titular. Parece ser que los Maldonados de la ciudad de Tormes se habían carteado varias veces con los Maldonados de Ciudad Real y con los de Granada, tratándose como parientes y que en uno de sus viajes que Don Vicente hizo a esta capital para visitar a sus familiares, conoció a una rica hembra manchega: Doña Ana María Bermúdez Maribáñez Messía de la Cerda Villena y Tello, Señora del sitio y jurisdicción de Santa María del Guadiana y dueña por tanto del predio olivarero de Majamadre y de inmensas tierras y ricas vegas. Y aquel conocimiento acabó en boda y con este enlace Don Vicente no sólo consiguió una esposa modelo de virtudes y con envidiable dote, sino también el derecho a ser regidor preeminencia con primer asiento y voto en este Ayuntamiento y, por ende, los honores de Alguacil mayor y Alférez mayor de Ciudad Real, aunque habitara en otra localidad.

 

Manuel Alcázar Bermejo. Diario “La Tribuna de Ciudad Real”, domingo 30 de julio de 2000



 

sábado, 30 de julio de 2022

HISTORIA Y RAICES DE LA PANDORGA (I)

 



A cualquier ciudadrealeño que le mencionen la referida expresión, le viene inmediatamente a su mente la idea de homenaje a la Virgen del Prado, el paseo por los jardines del Prado, bailes y cantos regionales y, según la edad, quizá la asocie a la zarzaparrilla y el agua de cebada expendidas en los «aguaduchos» de primeros de siglo, los conciertos de la Banda Municipal en el Kiosko cuando se sea «menos joven» y a la zurra, «el puñao», la peña...en los que «aún no pintan canas». En todo caso, fiesta e inicio de las ya pronto venideras Ferias y Fiestas del mes de Agosto que comienza.

Pero... ¿qué es la Pandorga? ¿Conocemos su origen como fiesta popular? ¿Tiene tradición la figura del Pandorgo?

Desconozco si existen publicaciones recientes sobre esta entrañable fiesta, dada mi residencia fuera de la Ciudad pero, en todo caso, mi contribución, si en algo lo fuere, sólo persigue aportar a la investigación algún aspecto que pudiere ser menos conocido, y así sacar a la luz crónicas y efemérides de nuestra propia historia.

Mis breves comentarios irán acompañados de los trabajos de nuestros historiadores y cronistas, con cita de su referencia en los textos de que dispongo.

La idea de la Pandorga siempre ha estado asociada en nuestra Ciudad a actos en que ha prevalecido el referente del amor y homenaje a la Virgen del Prado, además del carácter civil de fiesta del pueblo, que los grupos celebran con bailes y cánticos, acompañados de instrumentos musicales. La Enciclopedia Larousse, al referirse a su acepción, la hace proceder del latín «pandoricare» - dar una serenata - derivándola de «pandorium» (bandurria) y relacionándola con «pandora» (latín pandura) -instrumento musical de la familia de los laúdes, provisto de un largo mástil de tres cuerdas según unos y, según otros, instrumento de muchas flautas unidas.




 «Pasó, vencida a sus ruegos,

desde Aravaca a Madrid

hubo pandorgas y fuegos

con otros nocturnos juegos

que dispuso el adalid».

(N.F. de Moratín)

 

Nuestros historiadores de la primera mitad del siglo, siempre hacen referencia al archivo de la Parroquia de S anta María del Prado (Merced), cuando buscan las fuentes de su investigación acerca de la historia de la Virgen del Prado, a la que tan íntimamente se encuentra asociada la de la Pandorga, como fiesta popular celebrada en su honor.

Rafael Ramírez de Arellano.- «Al derredor de la Virgen del Prado, Patrona de Ciudad Real» (1914) ,-Cap.VI.-Acontecimientos notables ocurridos en este templo -, centra su investigación en el archivo de la antigua iglesia del Prado, hoy de la parroquia de la Merced, «el cual contiene relaciones de muchos acontecimientos históricos y principalmente de los que ocurrieron dentro de la Iglesia y que se escribieron con ocasión de un pleito entré las parroquias del Prado y de San P edro, sobre la prima­cía de una sobre la otra.»

Por el archivo de protocolos, «sabemos que en las de procesiones anuales de la Virgen se hacían bailes y diversiones y en las que tomaban parte, a veces, cómicos de profesión». Alude a las contrataciones de músicos y danzarines para las procesiones durante varios años, lo cual tenía mucha relación con las que en las grandes capitales se celebraban el día del Corpus.

José Balcázar y Sabariegos.-«La Virgen del Prado a través de la Historia» (1940) - alude también al archivo de la Parroquia del Prado, diciendo -pág. 84 - que «desde Felipe II la proclamación de los Reyes en Ciudad Real se hacía de un modo solemnísimo en la Iglesia Mayor de Santa María del Prado y, así mismo, eran muy solemnes también todas las procesiones de la Virgen venerada y, con especialidad, las patronales de las fiestas de Agosto. En la del Corpus iba también nuestra amantísima Patrona».

 



«Son curiosos, en extremo, los detalles que se conservan de dichas procesiones. Se comenzaba por contratar el personal que había de intervenir en las danzas...». Y hace igual referencia a las contrataciones citadas por R. D e Arellano, puesto que las recoge de las mismas fuentes archivísticas.

Hermenegildo Gómez Moreno.- «Notas históricas alrededor de la Imagen de la Santísima Virgen del Prado» (1969), pág. 26 -es el cronista- de los que conocemos- que con mayor detalle refiere la fiesta de la P andorga.

«Desde principios del siglo XVIII, en la última noche del mes de Julio y madrugada del 10 de Agosto, los ciudarrealeños celebran la típica fiesta popular de la Pandorga, en homenaje a su celestial Patrona, fiesta que es relatada por un cronista de la siguiente forma:

«La pandorga es una antigualla que se conserva en esta ciudad. Su propio nombre es Pandora, que significa junta de varios instrumentos musicales. El fin a que se dirige estas funciones dar culto con Maitines y un a Misa cantada. En la última noche del mes de julio se juntaban dichos instrumentos en casa del que celebraba la fiesta y salen, primeramente al Camarín de la Virgen del Prado y después a casa de los Jueces y Gentes Principales. Les cantan unas cuantas seguidillas y retornan a casa del que tiene la Pandorga y éste, según sus facultades y voluntad, tiene un magnífico refresco».

«Esa noche, la Señora abría la ventana de su Camarín para ver bailar a las mozas, batiendo castañuelas, repicoteando seguidillas y fandanguillos manchegos, con sus sayas cortas y vueludas, con pañolillo de talle de lana, con pendientes de «chorro» y peinado de rodetes en las orejas; ellos seriotes y afeitados, tocan la guitarra y cantan con ellas. ¡Así era la Pandorga!

Las primeras melodías de las guitarras y sus amorosas canciones eran para la Paloma del Prado, Reina de sus amores, con can­ciones como estas seguidillas manchegas, que tanto dice de la religiosidad de aquellos manchegos:




Cuál es la mejor moza

que hay en Ciudad Real,

La que lleva en la espalda

el águila imperial.

Y esta otra:

Ciudad Real en el Prado

tiene una estrella

que entre todos los soles,

es la más bella.

 

Estas y otras canciones entonaban aquellos realeños en honor y pleitesía a su Virgencita Morena del Prado; canciones populares con las que también obsequiaban a las mozas de carne y hueso y en quienes tenían depositado sus amores terrenos. Terminaban estas rondallas callejeras ante las puertas de las casas solariegas.

Nuestra memoria -sigue escribiendo - conserva grato recuerdo de aquellas noches, ya lejanas, en nuestra niñez, en el paseo del Prado. Los ricos refrescos de zarzaparrilla y helados vasos de agua de cebada, adquiridos por unos céntimos en los kioscos del paseo de la Virgen. El entrar y salir de la gente en el templo, el bisbiseo de primeras Ave Marías, piropos a la Madre y de nuestra madre aprendimos, y luego, más tarde, contemplar embelesados las danzas y canciones que en el tablado levantado y bajo la dirección de Mazantini, jefe de la fiesta y animador coplero, con su gracia y salero, jaleaba y animaba aquello. La silueta ondeante del célebre Paco Argumosa, el ciego, moviendo su cabeza al son del rasgueo de su guitarra. Oraciones sencillas y canciones populares, así era la fiesta de la Pandorga a principio de siglo, cada noche del 31 de julio.»

 

Manuel Alcázar Bermejo. Diario “La Tribuna de Ciudad Real”, domingo 30 de julio de 2000

 


viernes, 29 de julio de 2022

PAÑUELO MANCHEGO DE “YERBAS” UN SÍMBOLO DE IDENTIDAD

 



Que razón tenía Marciano Cuesta Polo, cuando el día 22 de noviembre de 1.978, publicaba un artículo en ABC, sobre e pañuelo de «yerbas» y comenzaba diciendo: «Se está llenando la ciudad, acaso la provincia, a lo mejor dichosamente La mancha toda, de bandadas de Pájaros humildes y poderosos, de sencillos cuadrados de tela bien barata que humildes y poderosos, de sencillos cuadrados de tela bien barata que se abrazan a la cabeza, al cuello, al corazón. ...» ya han pasado veintiún años desde que aquel julio de 1978, Carlos de la Torre y Rafael Cantero, de regreso en automóvil de unos San Fermines, junto con Enrique Muñoz Mendoza y Miguel Ruiz, en conversación sobre los detalles y características de la conocida fiesta de San Fermín y con el fin de que el conductor Carlos de la Torre estuviese entretenido y evitar que le entrara sueño, apareció como tema de diálogo, la falta de un símbolo arraigado, vinculado a nuestros antepasados y que estuviese en vigor en la actualidad, al tiempo que representara nuestra idiosincrasia.

Y así poníamos de ejemplo, como en Pamplona durante las fiestas que acabábamos de disfrutar, todas las personas, pamplonicas o visitantes lucían su pañuelo rojo, y así sucedía en Teruel con un pañuelo de color morado, o el conocido cachirulo en Aragón... sucediéndose gran número de ejemplos de símbolos en distintas ciudades españolas.

Hasta que en un momento de la noche, Carlos, tuvo el alumbramiento de una idea, que no era otra, que el lamento de que teniendo en nuestra tierra, un pañuelo que llamamos de yerbas, que había servido para que nuestros campesinos de generación en generación, lo utilizaran para secarse el sudor, fruto del sol y del trabajo cotidiano, y que había sido incorporado desde hacía tiempo a la vestimenta tradicional de Ciudad Real por el grupo Mazantini, no pudiese promocionarse como símbolo de unión y cultura en nuestras fiestas.

 



Búsqueda de pañuelos...

 

Llegando a la conclusión de que efectivamente, el pañuelo de «yerbas» podía ser el símbolo que nos uniera a todos los ciudadrrealeños en nuestras fiestas y que podíamos lucirlo con el mismo orgullo, que en otras localidades de la geografía española lucían sus pañuelos característicos.

Aún no se había descansado lo suficiente del viaje, cuando nos pusimos a busr car pañuelos de yerbas por toda la ciudad, con el fin de poderlos llevar anudados al cuello en la pandorga que se avecinaba.

En ésta tarea se incorpora Javier Trujillo, encontramos pañuelos de Yerbas, en unos tradicionales almacenes de la calle Ciruela, en una mercería que existía en la calle Jacinto etc.

Según íbamos adquiriendo los pañuelos, los poníamos a la venta en el Bar Los Faroles colgados como si fuese un escaparate, de la reja de una de las ventanas, y fue tal el éxito que empezó a tener la idea desde un principio, que las pocas docenas de pañuelos de yerbas que localizábamos se vendían inmediatamente, teniendo que recurrir a comprar más pañuelos en las tiendas de Miguelturra y Torralba de Calatrava, porque en Ciudad Real ya no encontrábamos.

En Sa Pandorga de este año (1978) ya se lucieron un centenar de pañuelos, llamando la atención de la gente, que se interesaba por el motivo de llevar un pañuelo al cuello, dándole por nuestra parte, gustosamente y con proliferación de detalles el motivo por el cual llevábamos ese pañuelo, al tiempo que animábamos a que también lo lucieran ellos.

 



Marciano Cuesta

 

Pero este movimiento un tanto idealista en pro del pañuelo de yerbas, adquirió firmeza y concienciación a raíz de un espléndido artículo publicado en ABC por Marciano Cuesta Polo, por entonces Presidente de la Asociación de Coros y Danzas y Delegado Provincial de Educación y Ciencia, bajo el título «El Pañuelo Manchego y los Coros y Danzas».

A partir de este momento en los comercios de la capital ya es fácil encontrar pañuelos de yerbas, y el interés por lucirlo va en aumento.

En el año 1.979 y en fechas próximas a la Pandorga, la venta de pañuelos de yerbas también se efectúa de una forma masiva en «El Cafetín de San Pedro» regentado por el popular Ramón Barreda.

Era tal el grado de satisfacción, que tenían los el grupo que estábamos promoviendo la utilización del pañuelo manchego como símbolo de tradición, que un buen día, se nos ocurrió la idea de que el símbolo de tradición, que un buen día, se nos ocurrió la idea de que el primero que tenía que lucir su pañuelo al cuello, era nuestro personaje más universal, es decir don Quijote, y Vicente Lara, una noche trepó por el pedestal de la estatua de D. Quijote, de la plaza del Pilar, y le puso al cuello del hidalgo caballero el pañuelo de yerbas.

Aunque a decir verdad, le duró poco tiempo, porque unos empleados municipales que no entendía que era eso que le habían colocado al Quijote y pensando que se trataba de una broma, se lo quitaron.



Cuando el pañuelo de yerbas empieza a ser utilizado de una forma generalizada, es en la Pandorga de 1980, donde se restaura la costumbre de nombrar Pandorgo.

En este año se nombra Pandorgo a Tomás Valle y la fiesta coge un impuso que ha ¡do superándose año tras año, hasta llegar a este momento donde no hay persona que se acerque a Ciudad Real o salga a la calle el día de la Pandorga que no lleve acariciándole el cuello nuestro pañuelo manchego que llamamos de yerbas.

Y terminamos esta descripción de cómo se gestó la idea de lucir, de exteriorizar nuestros sentimientos y tradiciones a través de un pañuelo, con las mismas palabras que Marciano terminaba su artículo anteriormente aludido «Se está llenando la ciudad, acaso la provincia, a lo mejor dichosamente la Mancha toda, de trocitos de tela de ilusión a cuadros como una justicia sobre la hierba, como una igualdad razonable; y es un revuelo urgente y merecido. Ejército de vida y de palomas que no debe parar.

 

Rafael Cantero y Carlos de la Torre. Diario “La Tribuna de Ciudad Real”, domingo 15 de agosto de 1999



jueves, 28 de julio de 2022

EL CALENDARIO SOLIDARIO DE SEGUROS SOLISS TIENE EL MES DE JULIO DEDICADO A LA PANDORGA

 



Seguros Soliss, ha realizado un nuevo año su calendario solidario, cuyos donativos voluntarios están siendo destinados a la fundación Aladina, volcada en la ayuda de niñas y niños enfermos de cáncer. La ilustración del mes de julio está dedicada a la Pandorga, festividad en agradecimiento de los agricultores a la Virgen del Prado por los frutos recogidos en la cosecha.

Las ilustraciones son obra del conocido ilustrador castellano manchego Toni Reollo, encargado de realizar todo el calendario con el objetivo de impulsar y dar visibilidad al patrimonio regional, dotando de color y vida a los diferentes y más característicos monumentos y festividades que forman parte de nuestra región. En esta ocasión, el mes de julio está dedicado enteramente a nuestra fiesta, la Pandorga, pudiendo ver algunos de los momentos más memorables de la misma, como el concierto de la Plaza Mayor, los conciertos en el Templete del Prado, el concurso de limoná, la entrega de flores a la Virgen del Prado. Asimismo, también se pueden apreciar algunos de los edificios más emblemáticos de la ciudad, como la Catedral, el Ayuntamiento o la Puerta de Toledo.

 


miércoles, 27 de julio de 2022

UNA EDIFICACIÓN SINGULAR EN LA CIUDAD JARDÍN

 



La barriada conocida como Ciudad Jardín, cuenta con bellas edificaciones nacidas a lo largo del siglo XX. En la Ronda del Parque número 22, podemos ver otra bella construcción, que destaca por algunos elementos decorativos y la rejería de sus ventanas.

 






martes, 26 de julio de 2022

LA CASA DE… LA FAMILIA GUIJARRO-PANADERO

 



A la actual Ciudad Jardín la llamaban hace muchos años “las casas baratas”. Hoy no sólo ha cambiado su denominación, ya que las viviendas de toda la zona se han revalorizado gracias a su privilegiada ubicación, alejadas del núcleo urbano pero integradas en la ciudad. Sus amplios jardines y sus apetecibles umbrías contribuyen a hacer de estas casas una tentación.

Y a la tentación de vivir en este barrio sucumbieron Dionisio Guijarro Barreda y su mujer, Pilar Panadero Delgado. Sobre un terreno comprado parte a Renfe y cedido, otra parte por los padres de Dionisio, construyeron la casa que habitan desde hace dos años junto a sus tres hijos.

El matrimonio no sabía con exactitud cómo quería que fuera su hogar pero sí llevaban dos ideas claras: la abundancia de maderas y la presencia de balcones. Lo demás fue creación del arquitecto Eduardo Gascón. El trabajo realizado por éste y junto al del aparejador Manuel Villegas y al de Construcciones La Mancha dio un resultado que satisfizo plenamente a la familia Guijarro-Panadero.

Un aire de frescura y claridad se respira en esta casa que se levanta sobre un terreno de unos 300 metros cuadrados. A este ambiente de casa de campo contribuyen su fachada blanca encalada y los balcones y ventanas de madera de pino. Dos chimeneas se levantan en el tejado, los aleros están recubiertos de la misma madera de pino de los ventanales.

 



Pero el foco de atención del exterior de la vivienda es sin duda es el mirador que sobresale de la segunda planta y que constituye el elemento más coqueto. Realzan la estética de la fachada las columnas que rematan ventanas y balcones.

El umbral de la casa está recubierto por puertas y cristaleras quedando como un pequeño porche en el que no faltan las plantas, debilidad de Dionisio Guijarro.

Nada más pasar a la casa se hace evidente la sensación de espacio y sencillez, no hay ni exceso de mobiliario ni de ornamentación, todo está pensado para ser práctico y cómodo sin pretensiones de decoración. Los suelos de toda la planta baja son de gres, lo que da un toque de frescor especialmente en el verano; las paredes son blancas y lisas al igual que los techos y las cortinas. Las paredes se decoran con cuadros de pintores de la tierra, con firmas como Carmen Panadero, Alfonso de la Torre, Manuel Romero o José Ángel Fernández Menor.

El despacho es la primera habitación que se encuentra al entrar, es un lugar pensado para trabajar, las paredes están de arriba abajo cubiertas de estanterías con estructura de obra y estantes de madera, cerca de 4.000 volúmenes componen la biblioteca de Guijarro, un gran aficionado a la lectura. Los muebles del despacho son clásicos, en madera oscura.

Frente al despacho y ocupando la casi totalidad de la planta baja se encuentra el salón, el comedor y la salita de estar, separadas las tres piezas por puertas correderas que cuando permanecen abiertas deja integradas todas las habitaciones creando gran amplitud y perspectiva y aparecen plenamente independientes cuando se cierran.




En el salón, la chimenea que alimenta el calor de toda la casa, los muebles son antiguos y la nota de contraste la pone el sofá y los sillones tapizados con estampados claros. Como detalle que resalta en esta parte de la casa la acumulación de mecheros, originales y pintorescos que forman parte de una amplia colección de Dionisio.

El comedor es sobrio y elegante, frente a él la sala de estar, pieza en la que han hecho más derroche de colorido, con cortinajes floreados en vivos colores. En vez de sofás y sillones han introducido un elemento original, unos poyos de obra estilo manchegos que se adaptan a las vistas del jardín contribuyendo al aspecto de casa de campo.

Para completar la planta baja, una cocina con salida al patio trastero y al jardín y aprovechando el hueco de la escalera, un cuarto de baño completo y un trastero que despeja la casa.

Al piso superior se accede por una escalinata de piedra con barandilla de madera de pino. Cuatro dormitorios y dos cuartos de baño completos conforman la planta superior. Los suelos cubiertos con moquetas y como en el resto de la casa todas las estancias tienen ventanas al exterior. La habitación de los dos chicos, Luis y Dionisio, es juvenil y espaciosa; la de la chica está más pensada en su mobiliario y decoración. En el centro de la atención una cama estilo portugués en madera oscura a juego con el tocador. El armario empotrado ayuda a despejar el espacio.




La habitación del matrimonio es la más amplia y privilegiada gracias al mirador conectado con ella y que se convierte en una pieza, adosada al dormitorio, acogedora y encantadora. Con una mesita y sillas, abundancia de plantas y con vistas al Parque de Gasset y al jardín, es el rincón favorito del matrimonio.

El dormitorio es un ejemplo del gusto por los muebles de anticuario de la pareja, la cama sumamente original tiene más de 200 años, el comodín imita estilo antiguo aunque de confección más moderna, las mesitas de noche, adosadas a la pared y sin patas son originales a la vez que clásicas. La chimenea añade privacidad e intimidad a esta estancia de la casa.

Aunque de mobiliario y decoración sencilla el lujo de la vivienda hay que buscarlo en su ubicación única, en sus vistas y en el jardín que la bordea, en el que se han plantado rosales, setos de árbol de Júpiter y otros árboles que con el paso del tiempo harán aún más tentadora a esta casa.

 

Revista “Bisagra” Nº 184. Del 28 de junio al 4 de julio de 1991



lunes, 25 de julio de 2022

DE LAS VERBENAS POPULARES A LAS FIESTAS DE BARRIO

 

 
Vista del interior de la Parroquia de Santiago tras su reconstrucción después de la Guerra Civil Española


El verano en nuestro Ciudad Real nos ha traído fiestas populares a los habitantes de nuestra capital de mayor o menor importancia, pero que siempre gozaron de la presencia de los vecinos, dispuestos a disfrutar de sus tradiciones festivas. Hoy queremos referimos a las verbenas populares que se celebraban a partir del 12 de junio hasta el 24 de julio, en el primer cuarto del siglo pasado en torno a los tres barrios que por aquel entonces teníamos claramente delimitados.

Estas verbenas, que eran muy bien acogidas, especialmente por los niños y jóvenes se iniciaban el 12, en la víspera de la fiesta litúrgica de San Antonio, en torno a la parroquia de San Pedro, que tenía otras características que las actuales, protegidos lo que hoy son los actuales jardines por una barandilla, que dotada de asiento permitía sentarse a descansar, muy similar a la que igualmente tenía el paseo del Prado. Ya a media tarde, los “industriales” que iban a ofrecer sus artículos empezaban a montar sus puestos, que ocupaban buena parte de las calles del. General Rey y Mejora hoy Ramón y Cajal, teniendo en cuenta que la circulación de vehículos era muy escasa y existía el desahogo de la calle de La Lanza para quienes provenían de la Mata para dirigirse por Cuchillería a la Plaza de la Constitución, hoy plaza Mayor. Allí se podían adquirir turrones y almendras, la mayoría procedencia Castuera, las llaves de caramelo que no podían faltar en ninguna verbena que se preciase y que eran tan del agrado de los chicos y aun de algunas personas mayores y en cuanto a bebidas aún no había impuesto su dominio la cerveza, que alternaba con las gaseosas, la limonada, el vino peleón y una bebida hoy desaparecida como es el agua de cebada y los helados líquidos como el limón, mientras los sólidos se limitaban a la clásica vainilla en la que era principal expendedor el popular Hilario, ya que había quedado sin clientela en la puerta del Instituto por mor de las vacaciones. Abiertas las puertas del templo hasta hora prudencial, no faltaba ya de noche el habitual concierto a cargo de la Banda Municipal.

La parroquia de San Pedro era la única que celebraba dos verbenas, pues pronto llegaba la fiesta del Apóstol titular, el día 29, y ya con algo más de calor la gente se echaba a la calle a partir de la última hora de la tarde. Digamos que esta verbena de San Pedro, el día 28, era más concurrida que la de San Antonio y la supervisaba en la iglesia su párroco, don Emiliano Morales, y su coadjutor tantos años don Antonio León Monescillo. Al hacer mejor temperatura la fiesta se prolongaba algo más, con contento de los vendedores, que aumentaban sus ganancias.

 

 
Imagen de Nuestra Señora del Carmen destruida en 1936


LA VERBENA DEL CARMEN

 

Pero los otros dos barrios no querían quedarse atrás en la celebración de esta fiesta tan sencilla pero tan populares. Y así en la tarde noche del 15 de julio, víspera de la fiesta de la Virgen del Carmen, era el llamado barrio de la Virgen (en referencia a la Patrona, Nuestra Señora del Prado) el que se quería superar y para ello iluminaba incluso sus calles de Caballeros, Plaza del Carmen y parte de Azucena y Pedrera para atraer a los vecinos de puntos más alejados de la ciudad. Como es natural la iglesia de las Religiosas Carmelitas, a las que siempre ha querido mucho en Ciudad Real, permanecían abiertas hasta bien tarde, puesto como ya el calor apretaba se prolongaba la hora de retirarse, a descansar. También aquí daba un concierto la Banda Municipal, que dirigía el maestro Cristóbal Ruyra y que interpretaba conocidos pasodobles y fragmentos de las zarzuelas, pues aunque estaba de moda el tango “Caminito” no parecía adecuado en una verbena popular, en la que no había baile.

Pero bastantes años recordamos ahora que esta verbena tuvo su prolongación al final de la calle del Carmen, donde estaba ubicada una capilla con la misma advocación mañana, que era precisamente la capilla del Hospital, donde la Diputación atendía con un gran equipo médico a los enfermos de la Beneficencia de toda la provincia. Para acceder a este lugar había que cruzar la vía del ferrocarril de Madrid, Zaragoza y Alicante (MAZ), para lo cual se utilizaba un paso a nivel con guarda que estaba muy pendiente para cerrarlo a la hora del tren correo nocturno. Pues bien, esa noche del 15 de julio eran muchas las personas que se llegaban a la citada iglesia para rezar una salve a la Virgen del Carmen y de paso escuchar el concierto que ofrecía la Banda Provincial con asilados del Hogar y que dirigía también un gran músico, el maestro Antonio Segura, uno de los primeros residentes, con su familia, en la nueva barriada de la Ciudad Jardín, más conocida por las Casas Baratas. Esta iglesia capilla sería demolida en los años treinta, tras no poca polémica especialmente en la Prensa local y estamentos religiosos.

 

 
Fiestas en honor a Nuestra Señora de los Ángeles


LA VERBENA DE SANTIAGO

 

Mis muchos años viviendo en la calle de Calatrava me permitieron conocer bien cuantos acontecimientos de una u otra índole se producían en el popular barrio del Perchel, que el 24 de julio se afanaba de tener una de las verbenas más concurridas de la capital, pues los percheleros han sido siempre muy suyos y no querían que se les ganase la partida, por lo que muchos de ellos se preocupaban de adecentar las fachadas de sus casas e iluminarlas para la ocasión, bien con simples bombillas de mayor o menor potencia e incluso con los típicos farolillos de colores. Enfrente de mi casa vivía el amigo Fernando y su mujer Pepa, que era el primero en colocar en la puerta dos o tres de estos adornos y su mayor disgusto era si en alguna ocasión el aire los movía más de la cuenta y la vela quemaba el papel de colores. Pues bien, esa tarde noche era para los percheleros punto de reunión, principalmente en la plaza de Agustín Salido y en la de Santiago, haciendo un recorrido completo por los puestos de churros y bebidas, entre las que destacaban como hemos dicho antes, las gaseosas y el agua de cebada bien fresquitas, que para eso se habían preparado las barras de hielo en la fábrica de Silosé, al final de la calle de Calatrava esquina a Estrella. Al día siguiente el párroco, don Alejandro La Pastora, con la colaboración como coadjuntor de don Enrique Lara, oficiaban solemne función religiosa, como antes decía, en honor del Santo Patrón de España y titular de la parroquia, en aquellos años una de las fiestas fijas del calendario religioso y el oficial. Los cambios que no perdonan. Ni que decir que los percheleros llenaban el bello templo para honrar a Santiago.


La procesión de la Virgen del Pilar en 1965



LAS FIESTAS DE LOS BARRIOS

 

Ciudad Real ha tenido un aumento considerable de población y ello ha traído como consecuencia el que proliferen las barriadas más o menos importantes en número, que han establecido unas fechas para celebrar sus fiestas, con deseos de emulación para que no se diga. Así en el mes de junio la celebran los vecinos de Santo Tomás de Villanueva, en torno a su parroquia del mismo nombre, los del Torreón del Alcázar, en estas fechas un tanto revueltos, al estar en contra de un acuerdo municipal, los de la Puerta de Toledo, incluidas las viviendas del carreterín de la Atalaya en cuyos aledaños se están construyendo nuevas urbanizaciones. La populosa barriada del Nuevo Parque, conocida también por la de Eroski, la de Morería y sus inmediaciones, en cuya calle se celebraba a principios del siglo pasado el Carnaval popular, y que disponen de algunas atracciones para los niños, y la de Ciudad Jardín, que cada año se supera en confraternizar los no pocos vecinos. Consignar que en algunas de estas barriadas se celebra incluso procesión.

En julio tienen lugar las dos verbenas que aún se conservan, aunque con distintas características, como son las del Carmen, con una numerosa procesión en la tarde del día 16, y la de Santiago, que tiene uno de los programas festivos a lo largo de cuatro días, más interesantes, echándose de ver la organización del buen amigo Félix Barrera, incansable en todas las buenas causas, como presidente de la Asociación de Vecinos, que sabe rodearse de excelentes colaboradores. También en julio tienen lugar animadas fiestas en Val verde, anejo que las celebra en honor de San Pantaleón.

Ya en agosto, otra asociación de las más entusiastas, cual es la de la barriada de los Ángeles, también conocida por Carlos Eraña, celebra su fiesta principal en honor de la Virgen titular de la Parroquia, antesala de la Feria y Fiestas de la capital, aunque El Pardillo, que no es muy conocido por la mayoría de los ciudadrealeños las tiene del 23 al 25.

Queda septiembre y octubre, que cierran las fiestas de los barrios, aunque no es tal, sino un anejo como es Las Casas, que las celebra del 31 de agosto al 8 de septiembre, con un programa muy variado. Sigue la barriada de la Plaza de Toros, a partir del 20, que casi se enlaza con La Poblachuela, con San Miguel el 29, cuyos huertanos y demás tienen muchas ganas de pasarlo bien y lo consiguen. Y cierran San Vicente de Paul y El Pilar, está ya en octubre, incluidas fiestas religiosas en honor de la Patraña de la Guardia Civil y titular del templo parroquial.

Lamentaríamos habernos dejado alguna barriada más, aunque no lo creo.

 

Cecilio López Pastor, Diario “La Tribuna de Ciudad Real” jueves 15 de agosto de 2002


 
Falla realizada para las fiestas de la barriada de Pío XII en 1966. Entonces las fiestas se celebraban al final de la calle Sorolla 


domingo, 24 de julio de 2022

LA CLÍNICA COREYSA FUE INAUGURADA EN 1975

 



Informadores de Prensa y Radio visitamos, ayer tarde, la nueva clínica sanatorio de “COREYSA”, ya en servicio parcial. Se espera que sean inaugurados oficialmente para finales de marzo, aunque ya hay pacientes. Fuimos amablemente invitados por los directivos y acompañados en una extensa visita par los doctores Junquera, Rodríguez Arévalo, Cárdenas Ballester        y Rodríguez Sánchez. Las instalaciones son magnificas y con los máximos adelantos. En Radiología aparatos con circuito de televisión. Montado a la última, el laboratorio de análisis clínicos; permanentemente abierto. Quirófanos modernísimos; habitaciones de diversas clases y categorías, las más caras también con televisión; biblioteca, sala de juntas, administración, cafetería, etc... La inversión se aproxima a los 150 millones y absorberá 90 puestos de trabajo. Son un sanatorio y clínica abiertos a todos los médicos y pacientes, Se prevén conciertos con igualatorios, sociedades y hasta la Seguridad Social. Contará con salas para U. V. l. (Unidad de Vigilancia Intensiva) para afecciones cardíacas, inexistente hasta ahora en nuestra ciudad.

 

Texto: Diario “Lanza”, domingo 16 de febrero de 1975

 



sábado, 23 de julio de 2022

EL FUTURO GRAN SANATORIO DE COREYSA, S.A. EN NUESTRA CAPITAL

 



En la prolongación de la calle 18 de julio (Ciudad Jardín) y en un solar de más de 15.000 metros cuadrados, se encuentra en construcción una nueva clínica hospitalaria privada, que independientemente de su funcionalidad, dará prestigio a Ciudad Real, ya que por lo que conocemos, estamos seguros de que no hay provincia de nuestra categoría, o superior, que vaya a disponer de un centro asistencial como el que se está construyendo.

Para ello se ha constituido una sociedad denominada, COREYSA, S.A., y con la ayuda de un préstamo del Banco de Crédito a la construcción se están realizando las obras. El edificio tiene forma de una hache, la parte delantera, consta de un semisótano en donde irán instalados los servicios de calefacción, oxigeno, vacío, cocinas, lavandería, almacenes, etcétera. Sigue la planta baja, destinada en su ala derecha a la parte administrativa y servicios de urgencia, contando con una amplia cafetería para el servicio de la casa, y en el ala izquierda va toda la moderna instalación de Radiología. La primera planta es exclusivamente quirúrgica, contando con dos quirófanos asépticos y uno séptico, así como en el ala izquierda será instalada la U.V.I. (unidad de vigilancia intensiva) para los enfermos que precisen de estos servicios. 




La segunda planta también quirúrgica, esta destinada exclusivamente a los servicios de Toco-Ginecología, consta de dos quirófanos, paritorios, salas de dilatación, etcétera; en esta misma planta va instalado el servicio central de Esterilización y la capilla, para el servicio de la institución.

La parte trasera, va toda ella destinada a hospitalización, menos la planta baja, que en esta zona van las instalaciones de laboratorios, farmacia, comunidad de monjas, etcétera. Las plantas, primera, segunda, tercera y cuarta están todas ellas destinadas a los enfermos, las habitaciones de las tres primeras plantas son de una cama, y 10 de ellas con antesala, y la planta cuarta las habitaciones son dobles. Todas van provistas de su cuarto de aseo, con baño o polibán y demás servicios. Total 170 camas.

 

Boletín de Información Municipal número 42, agosto de 1973