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martes, 30 de junio de 2020

INAUGURACIÓN DE LA GRANJA AGRÍCOLA



…A las cinco de la tarde, en carruajes se trasladó la comitiva, entre dos hileras de publico numerosísimo, a la Granja Agrícola, en donde ya esperaban algunos centenares de personas, de todas clases, destacándose, por su elegancia y hermosura, buen número de distinguidas damas y de encantadoras señoritas.

El paseo central de la Granja, y los que conducen a los diferentes edificios de la misma estaban adornados con gallardetes y arcos de triunfo. En uno de estos últimos se leía la siguiente inscripción: “La Escuela de Agricultura al Ilmo. Sr. Director General”.

Los balcones de la Escuela-Instituto hallábanse engalanados con colgaduras rojas, ondeando, en el centro, el pabellón nacional.

Momentos después de llegar la Comitiva a la Escuela-Instituto de la Granja, llegó también, nuestro ilustrísimo prelado, acompañado de sus pajes.

Seguidamente se procedió al acto de bendecir las edificaciones del establecimiento, que llevó a cabo el señor Obispo prior, revestido de Pontifical, ayudado por el cura párroco de Santiago y coadjutores de esta parroquia.

A continuación de la ceremonia la comitiva se trasladó al amplio salón del edificio de maquinas, decorado artísticamente con colgaduras rojas, el escudo de España, los de la capital y las cuatro Órdenes Militares, figurando en el centro un retrato de D. Alfonso XIII con traje de gran maestre.

Ocuparon la presidencia los ilustrísimos señores obispo prior, director general de Agricultura, gobernadores civiles de Ciudad Real y Albacete y el jefe provincial de Fomento de la provincia.

A la derecha e izquierda tomaron asiento los señores Gobernador militar interino; el Comandante de la Guardia Civil D. Emilio Martínez, presidente y fiscal de Audiencia; magistrado señor Ibargüen, delegado de Hacienda; el arcipreste, Sr. Irastorza; presidente de la diputación; alcalde; jefe de Fomento de Albacete; representante del Ayuntamiento de dicha ciudad, senador del Reino Sr. Rey; D. Alejo Larrión, dignidad de Chantre; diputados por los distritos de la capital y Almadén-Almódovar; ingenieros de caminos, e ingenieros de montes, con cargo en la provincia; y algunos otros cuyos nombres sentimos no recordar.


Abierta la sesión, el ingeniero agrónomo, Sr. Espejo da lectura a la Memoria que presenta, a la superioridad, el ingeniero director de la Granja señor González Sandoval, de la que reproducimos, a continuación, los más interesantes párrafos, lamentando que la falta de espacio nos impida el que la demos a conocer en todas su partes:

Los párrafos que reproducimos dicen así:

Reconocida la necesidad de impulsar el desarrollo de la agricultura para levantar la producción Nacional, surgió el R. D. de 26 de Febrero de 1904 por el que a la Región de la Mancha y Extremadura le correspondía una Granja Escuela práctica de agricultura regional.

Con fecha de 10 de julio de 1907 y 9 de Abril del mismo año se aprobaron los proyectos y presupuestos para las edificaciones de los locales destinados a casas de labor, Instituto con las dependencias de oficinas, museos, internados, habitación para los encargados de la Dirección de este centro, gabinetes especiales y Estación Enológica.

Para cumplir tan delicado encargo, el que suscribe procuró dar a la parcelación de la finca cedida por la excelentísima Diputación provincial y el Ayuntamiento, la distribución exigida por los arts. 4 al 14 del Real decreto de 4 de Marzo de 1904 y en cuanto a las edificaciones hemos procurado crear locales que respondan a las necesidades de la enseñanza y también de la propaganda y divulgación de los conocimientos agrícolas tal como lo dispone el título 1º capítulo II del Real decreto de 25 de Octubre de 1907 aclaratorio de la disposición arriba expresada de 4 de Marzo de 1904.

Las enseñanzas que se darán en esta Granja se referirán:

1º A la secundaria que más convenga en la Región, de los propietarios o hijos de estos que se deseen adquirir conocimientos agrícolas para perfeccionar sus cultivos, a los jefes de labranza para crear personal apto con objeto de que las explotaciones culturales, vinícolas y pecuarias puedan encontrar fácilmente capataces instruidos.

Para la consecución de este último fin el Estado subvenciona al internado de alumnos que deseen obtener el título de Capataces y a ser posible subvencionará el de obreros.

2º Se crearán cursos breves de invierno para pequeños labradores, obreros y de estudios de ampliación a los maestros de escuela.

3º Se instituyen Social-Agrario y el Laboratorio Químico para facilitar el reconocimiento de plagas y los análisis que reclamen los agricultores, todo sin olvidar las experimentaciones e investigaciones de Química y Fisiología vegetal y animal aplicables a las mejoras de la producción Regional, siendo por tanto un centro de investigación, de enseñanza y de consultas técnicas. 


Para cumplimiento de estos fines se han parcelado como verá V. I. los campos de la Granja, en zonas para establecer experiencias de aclimatación de nuevos cultivos en secano, campos de experiencia en regadío, estudios especiales de alimentación vegetal y cultivos, al par que de demostración, los que podemos llamar de ensayos de abonos y forrajes, de labores, de alternativas, con y sin plantas siderales en la rotación de cosechas, otro de demostración de las adquisiciones obtenidas en el campo de experiencias y finalmente, como consecuencia de la refundición de la Estación Enológica con la Granja se destina una parcela para campo de vides. Otra para la enseñanza practica, que se subdividirá en varias para que se cultiven por los alumnos matriculados, procurando que figuren en ellas las producciones más importantes de país y las de cultivo del olivo, con lo que creemos están cumplidos los fines para los cuales este centro se ha creado.

La inspección a las dependencias y edificaciones dirá mejor que largas digresiones, si responden a la extensión de los cultivos, a la capacidad, ventilación, higiene de los locales que han de destinarse a la ganadería, a la enseñanza, al internado, oficinas, laboratorio, observatorio meteorológico, almacenes y cuantas tienden a cumplir las disposiciones emanadas de la superioridad y que de modo claro y preciso se ponen de manifiesto en el preámbulo del R. D. de 25 de octubre de 1907 ya citado.

Esta Escuela Práctica de Agricultura ha sido establecida en cumplimiento del R. D. de 3 de abril de 1905, que modificó el art. 20 del Reglamento de 26 de Febrero, a fin de que en esta Región de la Mancha y Extremadura hubiera dos Granjas y disponía que los estudios que hallan de hacerse en esta se refieran principalmente a los cultivos de secano; por eso verá V. I. que se tienen abandonados varios pozos norias de los que existen en la finca.

Las cantidades invertidas en las obras hacen un total de 177.001 pesetas con 31 céntimos, que unido a la partida de adquisición de terrenos hecha por la Excma. Diputación de Ciudad Real importe 30.000 pesetas próximamente representan para los gastos de instalación de la Escuela, la suma de doscientas siete mil una pesetas con treinta céntimos.

Los resultados de nuestro encargo podrán distar del buen deseo que nos animó al interpretarlos, pero siempre podrán abrillantarse con las reformas útiles que completen las imperfecciones del primer estudio, corrigiéndolas de modo conveniente para la persistencia de la institución, en armonía con las demandas del país a que se aplica, y al terminar pedimos a todos los agricultores a quienes se conceden sus beneficios, presten a la obra fundamental del Gobierno de S. M. toda ayuda para la educación y la enseñanza agrícola, pues de todos depende el feliz término de su cometido…

Diario de la Mancha, Ciudad Real, lunes 7 de junio de 1909


lunes, 29 de junio de 2020

LA GRANJA AGRÍCOLA SE INAUGURÓ EL 6 DE JUNIO DE 1909



Mañana domingo, a las cinco y media de la tarde, tendrá lugar la inauguración de la Granja Agrícola, acto que a juzgar por las noticias que hemos recibido ha de resultar brillantísimo. Cartas llegadas de Madrid, Albacete y otros puntos, y diferentes pueblos de la provincia; conversaciones oídas en los centros oficiales y en los casinos; y el número de personas que a nosotros se nos han acercado preguntándonos detalles relativos a tan simpática fiesta, así lo hacen esperar y así será; estamos seguros.

Fiesta hermosa, que todas las clases sociales de la capital deben hacer realzar con su presencia, ya que tanta importancia tiene para todos, y muy especialmente para los que se dedican al laboreo de los campos.

En España nos reunimos con asombrosa facilidad para protestar de todo lo existente, por cualquier motivo, y más, aún, si la protesta va dirigida contra los hombres de gobierno, llámense estos conservadores, llámense liberales. Rara vez se reúnen gentes de todos los partidos, y de todas las profesiones, con propósito de mostrarse regocijados por la consecución de tal o cual obra beneficiosa para el país; ocurre, ya de antiguo, que lo bueno lo pasa por alto. –salvándose rarísimas excepciones- y lo malo se mira con cristales que agigantan la gravedad.

La inauguración de la Granja Agrícola es uno de los acontecimientos que tienen el privilegio de congregar a todos políticos y no políticos; hombres de carrera y obreros de taller, ricos y pobres; marchando a la par los que visten americana y los que visten blusa y aún los que lucen correctísima levita y elegante frac.

Los deseos de la población, de ver inaugurada la Granja, van a realizarse mañana domingo. Será esta una fecha que Ciudad Real ha de tener presente, como todas las de los grandes acontecimientos, pues grande es el que vamos a celebrar, para una provincia cuyo mayor número de habitantes a la Agricultura se dedican y de la Agricultura viven.

La Granja Agrícola, con su Escuela-Instituto regida por profesores competentes, dará enseñanzas provechosas a los que del campo esperan el premio a sus afanes de toda la vida, trazándoles programas que han de facilitarles el trabajo, a la vez que sea obtenido el fruto del mismo en mayor abundancia y mejor calidad. No se olvide, que la madre Naturaleza siempre se muestra pródiga, con aquellos que más la ayudaron en su labor constante; y más aún, con los que saben sumar al trabajo de su brazo, el trabajo de su inteligencia. Para eso es, pues, la Escuela de Agricultura; para eso es la Granja Agrícola.


A ella iremos, mañana, entre el bullicio de la muchedumbre, el estrépito de los cohetes y las notas de la música, formando parte de un cuadro de color, tocado de todas las tonalidades, en el que han de abundar el regocijo y la satisfacción.

Y justo será, ya de paso que celebramos esta importantísima mejora, que rindamos, sinceros, un tributo de justicia a los que sacrifican la tranquilidad de su hogar por las preocupaciones de los demás; especialmente a los que trabajan con un desinterés nada común, no solo sin cobrar retribución por sus cargos, sino gastando por ellos algunos cientos de pesetas de su bolsillo particular. No hay muchos hombres de estos en ningún país, y menos en España. El siglo XX es el siglo del egoísmo y de los negocios. Poco a poco van desapareciendo el altruismo y la filantropía, no solamente en las clases acomodadas, si que también en las más humildes.

¡Por qué, no decirlo! Aquí donde se elogia descaradamente a individuos que nada hicieron ni dejaron hacer, aquí, donde se prodigan los adjetivos encomiásticos a derecha e izquierda, a ver verdaderas nulidades, entendemos que no deben escatimarse esos elogios y esos aplausos a quien trabaja incesantemente en asuntos tan capitales como son todos los de la Agricultura. Nosotros los tributamos: sin reserva y sin tacañería; con sinceridad y con justicia.

Isaac Antonino

La inauguración

El solemne acto de la inauguración, según consta en las invitaciones que se han repartido, comenzará a las cinco y media en punto.

A este acto ha sido invitado todo el elemento oficial, civil, militar y eclesiástico, siendo seguro que asistan el Ilmo. Obispo-Prior Sr. Gandásegui, el Gobernador civil de la provincia señor Fernández Vicente, el diputado del distrito señor Marqués de Casa Treviño, el alcalde Sr. Díaz Ubeda, el presidente de la Diputación Sr. Racionero, el de la Audiencia Sr. del Águila Burgos, el delegado de Hacienda Sr. Montilla, ingenieros de Montes, Minas, Obras Públicas, Catastro, prensa local, etc., etcétera.

También han sido invitadas buen número de familias de lo más distinguido de la población.


Viajeros ilustres

Esta noche llegará de Madrid para asistir a la inauguración de la Granja el Ilmo. Sr. D. Mariano Ordoñez, director general de Agricultura, el cual se hospedará en casa del Jefe de Fomento Sr. Barreda.

Al Sr. Ordoñez acompañaran varios diputados a Cortes, algunos ingenieros de la Junta Consultiva, redactores de los periódicos madrileños y otras distinguidas personalidades.

Hoy llegarán también a nuestra capital el Jefe provincial de Fomento de Albacete Sr. Lodares, el vicepresidente del Consejo de Agricultura albacetense D. Enrique Rubio, con buen número de representantes de la citada provincia, y el diputado a Cortes por Almodóvar-Almadén D. Pedro García Gutiérrez, el director del Heraldo de Madrid Sr. Francos Rodríguez, y el director de La Liga Agraria y exdiputado por Almagro Sr. Gascón.

Se prepara lucido recibimiento a los mencionados señores, los cuales se hospedarán en casa del Sr. Barreda, en la del Marqués de Casa-Treviño y en el Hotel Pizarroso, siendo recibidos en la estación por las bandas de música provincial y municipal.

Un banquete

En la morada del diputado a Cortes, señor Marqués de Casa-Treviño, se celebrará mañana, a la una de la tarde, un banquete al que asistirán el director general de Agricultura Sr. Ordoñez, el Ilmo. Sr. Obispo, el gobernador civil de la provincia Sr. Fernández Vicente, los jefes de Fomento de Albacete y Ciudad Real, los diputados a Cortes y algunas otras personalidades.

Por la mañana

El Sr. Ordoñez recibirá en el domicilio del Sr. Barreda a las Comisiones de la capital y pueblos de la provincia; y acto seguido, acompañado de sus amigos y algunos de sus subordinados, visitará el palacio de la Diputación, el Hospicio y varios otros establecimientos, oficiales y particulares.


Otros detalles

En el acto de la inauguración, que tendrá lugar en el Salón de Máquinas, de la Granja, harán uso de la palabra el Ilmo. Obispo Prior, el director general de Agricultura, los jefes de Fomento de Albacete y Ciudad Real, el gobernador civil de la provincia y el diputado a cortes por el distrito.

Por acuerdo de los organizadores el traje para asistir al acto será de diario. Hacemos esta aclaración para contestar a varias preguntas que se nos han dirigido sobre este particular.

Las bandas de música, provincial y municipal, amenizarán tan simpática fiesta ejecutando un escogido programa.

Para ilustrar nuestras informaciones, hemos creído oportuno la publicación de las fotografías que aparecen en este número por ser de las tres personalidades que más directamente relacionadas están con el acto que ha de celebrarse mañana.

Por la noche

A las ocho y media de la noche serán obsequiados los ilustres huéspedes que han de llegar esta noche a nuestro pueblo, con un suntuoso banquete, que se celebrará en la Diputación provincial; asistirán a él las autoridades y las representaciones oficiales.

A las diez de la noche regresarán a Madrid, siendo despedidos en el andén de la estación, por numerosas personalidades, amigos y cuantas personas lo deseen.

Edificios de la Granja

La Granja Agrícola que ha de ser inaugurada mañana, contiene los siguientes edificios.

Casa-Instituto, Bodega, Casa de Peritos, Observatorio, Casa de Labor, cocherón de máquinas, cuadras y depósitos. Todos estos edificios reúnen cuantas necesidades exige el más moderno Tratado, y son de construcción sólida, sencilla y elegante, terminada no hace muchos días, bajo la acertada dirección del celoso ingeniero y director de la Granja D. Federico González Sandoval, auxiliado de una manera eficaz por el Sr. Espejo, ingeniero que también presta sus servicios en dicho establecimiento, hijo del inolvidable D. Zóilo, que tanta reputación alcanzó en el mismo cuerpo.


En la Casa-Instituto, la más espaciosa de todas, hay local para habitaciones de los alumnos internos, para la residencia del ingeniero-director, Cátedra, Museo, Archivo, Laboratorio, etcétera, etc.

El Sr. Sandoval merece un aplauso sincero por la actividad y celo desplegado en el desempeño de su importante cargo, y DIARIO DE LA MANCHA se lo tributa desde sus columnas, con gran complacencia.

Entusiasmo

El entusiasmo de la clase agricultura, ante la proximidad de un suceso, como este de la inauguración de la Granja, que tanto ha de influir en la vida de la Mancha es extraordinario.

A la fiesta de mañana además de las comisiones oficiales de los pueblos asistirán, también, numerosos particulares.

Nosotros tomamos parte en ese regocijo, y, en nombre de la clase agricultora, y de todas las demás que forman este pueblo castellano, asentado en el solar manchego, enviamos un saludo cortés y sincero a los ilustres viajeros que dentro de algunas hojas serán nuestros huéspedes, deseando vivamente que les sea grata la estancia entre nosotros.

Diario de la Mancha, Ciudad Real, sábado 5 de junio de 1909


domingo, 28 de junio de 2020

“LOS TERREROS” Y D. AGUSTIN SALIDO (II)



Finalmente, en el último tercio del siglo pasado, fue nombrado gobernador civil y alcalde corregidor de Ciudad Real el insigne manchego don Agustín Salido y Estrada, natural de Almodóvar del Campo, hombre muy preparado, de una férrea voluntad y una clara visión de los problemas.

D. Agustín Salido, puso la primera piedra de nuestra actual Casa Ayuntamiento, asunto que trataremos en otro artículo, y desde el primer momento se propuso terminar con el foco de infección de «Los Terreros».

Mi profesor y luego buen amigo, don José Balcázar y Sabariegos, en su libro «Memorias de un Estudiante de Salamanca», dice, que los primeros pasos de don Agustín Salido para acabar con las mortíferos lagunas, le produjeron hondo pesimismo. Efectivamente, el presupuesto de desecación de «Los Terreros», que en el año 1786 era de un millón de reales, en el que le hicieron los ingenieros a don Agustín Salido era ya de tres millones de reales. Y tan enorme suma, en aquellos tiempos, estaba muy lejos de las posibilidades de nuestro Ayuntamiento. Pero don Agustín Salido, hombre de firme voluntad, como hemos dicho anteriormente, no desmayó por esto y con gran tesón, inició una serie de gestiones, que culminaron con una entrevista con don Ernesto Walter, Inspector Jefe y representante de la Compañía ferroviaria en Ciudad Real, del ferrocarril Ciudad Real a Badajoz. Pero veamos lo que dice sobre este asunto nuestro ya desaparecido amigo don José Balcázar en su libro antes citado: «El señor Walter, obrando con un interés que no le agradeceremos nunca bastante los vecinos de este pueblo, dio toda clase de facilidades e informó en tal sentido al Consejo de Madrid. El resultado fue estupendo. La Compañía cedió desinteresadamente la locomotora número 1, que lleva (sic) el glorioso nombre de Miguel de Cervantes, para que porteara las tierras necesarias para la desecación, economizando así los gastos de transporte y además proporcionó el material necesario para hacer una vía provisional que partiendo del paso a nivel del camino de Miguelturra y cruzando las alturas del Calvario llegase hasta las lagunas, facilitando el acarreo de las abundantes tierras de dicho altozano».

Ignoramos porque razón, el señor Balcázar omite, que todo el lienzo de muralla que iba desde la puerta de la M ata a la puerta de Calatrava, fue derruida y sus materiales empleados también en desecar «Los Terreros». Pero sigamos con lo que dice en su libro: «La noticia fue recibida con delirante entusiasmo. Al fin, después de siete siglos, iba esta ciudad a verse libre de un foco de infección y de muerte, que era padrón de ignomia de sus habitantes. El 26 de enero de 1868, se echó la primera paletada de tierra por don Agustín Salido, con asistencia del Regidor síndico don Ruperto Lozano y precedidos de músicas y pasando bajo arcos improvisados por el mismo pueblo, entre vivas entruendosos y entusiasmo inenarrable, manifestaciones populares que siguieron hasta la madrugada, disparándose cohetes y bengalas y tocando hasta enronquecer los músicos. Al día siguiente, se dio ocupación a más de seiscientas personas. La locomotora arrastraba en cada viaje catorce vagones. El primer tren llegó el 16 de febrero. El 9 de junio desapareció por completo el agua de las lagunas. El 24 de junio conduce la «Cervantes» el último tren de tierra a la laguna titulada «La Longuera», y al día siguiente se da rem ate a la obra, convirtiéndose en realidad lo que parecía un sueño. Declárase «voto de ciudad» esta fecha en sesión memorable y el 26 pronuncia elocuentísimo serm ón el párraco de Santiago don José María Toledano y después de la función religiosa el pueblo todo, ricos y pobres, hombres, mujeres y niños, después de engalanar la locomotora, van con ella hasta la estación en vibrante manifestación de entusiasmo tributando un homenaje apoteósico a don Ernesto Walter».


Existe actualmente en el Ayuntamiento, un cuadro verdaderamente histórico, firmado por A. Galbien y fechado en 26 de junio de 1868. Con ayuda del siluetado que publicamos, podemos conocer a casi todos los personajes que en él figuran. Representa el momento de la llegada del primer tren a «Los Terreros». Se ve la locomotora «Miguel de Cervantes». Van en ella: don Agustín Salido (1); don José María Toledano, cura párroco de Santiago (2); don Ernesto Walter (3); don Fernando Vázquez Orcal (4); don Antonio Z. Vázquez (5); don Gabriel Balcázar (6); don Federico García Laguna (7); a su lado su padre don Antonio, reputado médico de entonces; don Cayetano Clemente Rubisco (8); don Basilio Diez (9); don Jacinto Diez (10); y don Pedro Saúco (11); también figuran en el cuadro don Ruperto Lozano, don Juan Obón y el autor del cuadro A. Galbien. La pareja de caballería son Coraceros de la Reina, el regimiento que guarnecía entonces Ciudad Real.

El 29 de abril de 1868, la Corporación Municipal en pleno, reunida en sesión, acordó hacer constar en acta los inmensos beneficios que venía reportando a nuestra ciudad la feliz actuación de don Agustín Salido y acordó nombrarle hijo adoptivo de Ciudad Real, levantar un monumento que perpetuara su memoria y que se colocara su retrato en sitio preferente de las Casas Consistoriales.

El 6 de mayo del m ismo año, se leyó en sesión del Ayuntamiento, la contestación de don Agustín Salido a los acuerdos anteriores. Decía entre otras cosas: «Mi pensamiento al proponerme la desecación de los pantanos abrazaba tres ideas que con alegría veo como realizadas. Era la primera la de librar a este pueblo de ese foco de infección que tantas enfermedades originaba y tantas víctimas ha llevado al sepulcro. Era la segunda la de dar trabajo a tanto pobre como me lo demandaba para llevar pan a sus hambrientas y desconsoladas familias; y por último, era mi tercera idea, procurar el aumento de la población y de su riqueza urbana, que vienen en decadencia hace muchos años por esas malhadadas lagunas, padrón de ignominia y de descrédito p ara la ciudad, quedándose aún la esperanza de ver completado mi pensamiento con la transformación de aquellos insalubres lugares en frondosos y amenos paseos y alamedas».

El monumento que acordó levantar la Corporación Municipal no llegó a realizarse, que yo sepa. El retrato de don Agustín Salido no pasó del despacho del secretario del Ayuntamiento, en donde estuvo durante muchos años. Hoy duerme el sueño de los justos en un almacén municipal en compañía del de Hernán Pérez del Pulgar, el de las hazañas, otro ilustre ciudarrealeño que tenemos bastante olvidado.

En cambio lleva su nombre una plaza del barrio que resultó más favorecido, porque era el más castigado, el «perchelero» barrio de Santiago.

Ramón González Díaz. Boletín de Información Municipal Nº 26, abril de 1968


sábado, 27 de junio de 2020

“LOS TERREROS” Y D. AGUSTIN SALIDO (I)


La zona de los Terreros se encontraba situada entre las puertas de Calatrava y de la Mata. Posteriormente tras su desecación fue Granja Agrícola y actualmente zona destinada a equipamiento educativo. La fotografía nos muestra la zona de los Terreros cuando era Granja Agrícola 

La obra más importante que realizó el Ayuntamiento de Ciudad Real durante el pasado siglo, fue la desecación de las lagunas que se formaban al lado mismo de la población, en los terrenos que luego ocupó la Granja Agrícola.

Al fundarse Villa Real y para la construcción de sus murallas y torreones, iglesias y otros edificios principales, se necesitó gran cantidad de piedra y tierra y para ello, los vecinos de nuestra Villa entonces, encontraron una casi inagotable cantera a las mismas puertas de la ciudad, en el sitio, que luego durante siglos, se denominaría «Los Terreros».

Como consecuencia de la extracción de piedra, se produjeron unos enormes barrancos, de gran extensión, que durante el invierno y en la época de lluvias, se llenaban de agua, aparte de la que afloraba del subsuelo, que en esa zona, como en la mayor parte de nuestra capital, se halla a escasa profundidad, y durante los calurosos días del verano, se corrompía, produciendo pestíferos olores y siendo la causa de enfermedades y epidemias, que en algunos casos, diezmaron la población en forma aterradora.

El Consejo de Castilla y los Arzobispos de Toledo, vinieron en auxilio de los pobladores de nuestra ciudad, en diversas ocasiones, con socorros y medicinas abundantes. Pero esto, como se puede suponer, no era suficiente ni daba solución al problema, y el paludismo, endémico, en nuestra ciudad, seguía causando numerosas víctimas.

En el año 1756 el Ayuntamiento declara haber gastado 50.000 reales en «cegar y terraplenar la Laguna del Terrero». El resultado práctico debió ser nulo, porque en 1783, arrecian las enfermedades producidas por el foco de infección de «Los Terreros» y el número de víctimas es extraordinario.

El 29 de noviembre de 1775, se hizo por el Ayuntamiento una gran plantación de árboles en las inmediaciones y el Cardenal Lorenzana, gran protector de Ciudad Real, dio principio a las obras del terraplen que fueron continuadas por la ciudad, teniendo que suspenderlas a poco y en 11 de mayo de 1777, se acude en razonada petición de numerario al Consejo de Castilla pero ni el Cardenal, ni el Ayuntamiento lo consiguen.

En el año 1786, el Consejo de Castilla, comisionó a don Álvaro Maldonado y Treviño, para que estudiara los medios p ara concluir con aquel foco de pestilencia, «que amenazaba extinguir una población floreciente». (Así lo dice don Inocente Hervás en su diccionario histórico, geográfico, biográfico y bibliográfico de la provincia de Ciudad Real). El señor Maldonado, en razonado y brillante informe propuso, «terraplenar los Terreros porque su bajo nivel no permitía el desagüe, utilizando después aquellos terrenos para cereales o un buen paseo».

Un maestro de obras, Manuel García, presentó por su p arte un proyecto de mina por el camino de Andalucía; pero el Ayuntamiento dio su completo asentimiento al plan del señor Maldonado, aprobándolo en todas sus partes, aunque manifestaba a la vez la Corporación Municipal, que p ara la ejecución de aquella obra necesitaba un millón de reales, cantidad que no estaba a su alcance. Por tanto las cosas siguieron igual y todavía pasarían más de 80 años hasta que se resolviera definitivamente el grave problema, en la forma que diremos.

Agustín Salido Y Estrada entre los muchos cargos que ocupó en su vida, se encuentra el de Alcalde-Corregidor de Ciudad Real

Mientras tanto, es interesante saber que en aquella época, hacía muchos años ya, que Ciudad Real había solucionado el problema de dar salida a las aguas pluviales que en tiempos llegaron a causar perjuicios parecidos a los que ocasionaban las lagunas de «Los Terreros», Pero veamos lo que dice a este respecto el señor Hervás y Buendía, en la obra anteriormente citada:

«La necesidad apremiante de dar salida a las aguas pluviales que se estancaban por la parte de Saliente y Mediodía de la ciudad, siendo origen de epidemias mortíferas que diezmaban su población y de graves perjuicios materiales, obligó en todo tiempo a pensar en la construcción de sus desaguaderos o Minas. No existen documentos que precisen su principio, pero las que han de coincidir con el desarrollo, que adquirió Ciudad Real en el siglo XIV. En 1505 se mandan ya limpiar, porque la desidia y dejadez hacía entonces e hizo siempre, que operación tan necesaria no se emprendiera hasta tanto que las aguas inundaban sus calles, llegando en ocasiones repetidas hasta la Plaza. D. Fernando «El Católico» concedió en 1506 a esta ciudad mil escudos para la construcción de la mina de la Celada y su ayuntamiento adquiría en 1655 los terrenos necesarios para continuar las zanjas y contraminas, hasta hacer verter las aguas en el Guadiana, completando así el desagüe».

Por otra parte, el maestro Sevillano don Pedro Medina, en el año 1549, publicó su «Libro de Grandezas y Cosas Memorables de España», en el que textualmente decía: «Ciudad Real... asentado en lugar baxo, en tal manera que las lluvias que en ella caen se consumen en la ciudad, porque no tienen corriente por donde salgan fuera. En esta ciudad, en el año del Señor mil y quinientos y ocho, gran parte della fue anegada con agüa que vino por debaxo de tierra desde el río Guadiana... en que se hundieron más de 300 casas que son a un lado de la ciudad entrando por la puerta de Alarcos».

No estamos muy seguros de que las cosas ocurrieran como las explica el Sr. Medina. El que el río Guadiana inundara Ciudad Real, por debajo de tierra, a través del colector de desagüe queremos suponer, es cosa difícil de imaginar. Las cosas es posible que ocurrieran de otra forma.

Hemos querido traer aquí estos hechos, que aunque no tienen mucha relación con el asunto de «Los Terreros», sí demuestran que las autoridades municipales ciudarrealeñas, tuvieron en diversas épocas de su historia, serios problemas sanitarios, que con mejor o peor fortuna afrontaron y solucionaron. Si la tragedia de «Los Terreros», duró tanto, es porque realmente, la solución, estaba fuera del alcance y de la capacidad económica de nuestro municipio.


viernes, 26 de junio de 2020

CALLE BACHILLER FERNÁN GÓMEZ



La calle Bachiller Fernán Gómez, es la última calle que nos encontramos antes de llegar a la Puerta de Calatrava, que comunica esta calle con la calle Inmaculada Concepción. Calle paralela a la calle Santa Teresa, nació cuando está en los años treinta del pasado siglo XX, cuando se urbanizaron los campos de labor que existían cercanos a la Puerta de Calatrava. Sus primitivas edificaciones, al igual que las de la calle Santa Teresa, eran viviendas de una sola planta.

La calle recibe el nombre de Bachiller Fernán Gómez, en homenaje a un ilustre ciudadrealeño nacido en nuestra ciudad en 1386, cuando todavía recibía el nombre de Villa Real. A la edad de los 24 años entro a servir a Juan II como médico personal suyo. A parte de médico fue poeta y es conocido por el Centón Epistolario. En el año 1454 se retiró a vivir a Ciudad Real, a la edad de 68 años, junto con su hijo. Para el que había conseguido la concesión de la alcaldía de la ciudad por el rey, justo antes de su fallecimiento, como el propio Fernán Gómez nos indica en la carta número 105, diciendo: “quando finándose estaba… dijera que la Alcaldía de gobernación de Cibdareal se la daba por el tiempo de su vida al Bachiller mi hijo…”. Y, dice también en esta misiva sobre su edad y retiro a Ciudad Real: “mas yo soy viejo (68 años) para tomar de nuevo otro amo, e andar caminos: e si Dios quiere a Cibdareal con mi fijo andaré…” (CENTÓN Epistolario del Bachiller Fernán Gómez de Cibdareal; y Generaciones y Semblanzas del noble caballero Fernán Pérez de Guzmán. Madrid: 1790.).


jueves, 25 de junio de 2020

CALLE SANTA TERESA


Vista de la calle Santa Teresa en 1957

La calle Santa Teresa, es una calle del barrio de Santiago, que nació en los años treinta del pasado siglo XX, cuando se urbanizó los campos de labor que se encontraban al final de la calle Calatrava, y que se extendían alrededor de la entonces carretera de circunvalación. Si observamos el plano de Sofi de 1925, podemos ver el gran campo de labor que existía dentro de ronda, entre la puerta de Calatrava y la de la Mata.

Con la urbanización de estos campos de labor, como he comentado, nacería la calle Santa Teresa, que comunica la calle Calatrava con la calle Inmaculada Concepción. Sus primitivas edificaciones eran viviendas, en su amplia mayoría, de una sola planta, y entre el año 1955 y 1956 se urbanizó la calle y se plantaron árboles en la misma, siendo felicitados los vecinos por la corporación municipal en 1957, por el aseo y limpieza de la calle y el cuidado de los arboles.

Agradecimiento a los vecinos de la calle Santa Teresa en 1957 por parte del consistorio

miércoles, 24 de junio de 2020

NUESTRO CANCIONERO POPULAR Y MARCOS REDONDO


Vista de la iglesia y Plaza de Santiago en la segunda década del siglo XX

(Para el Alcalde Mayor de Ciudad Real)

Año 1787. “En este tiempo cantaban muy bien las seguidillas manchegas las Bernegalas, que habitaban sita su casa en la Plazuela  de San Tiago, y María Muñiz Nuñez, casada con don Francisco Arenas y salcedo, acompañándolas Antonio Bernal, alias “Aguadelgada”. Eran años de “tertulias” en nuestra ciudad y poco hacia “habia concluido la fuerte de diversiones, grescas y jaranas, de la famosa casa de don Ventura Estuardo, Arcediano que fue, y que no estaba contento si no gastando. Fue quien hizo el palomar sito en el camino de Toledo, y allí dispuso tener funciones de toros y oratorio público, cuya capilla tenía puertas al camino”… Pero dejamos, ahora, la sugestiva historia de los alardes del ricachón Ventura y pensemos –que viene como de perlas- con cuanto regusto oiríamos hoy las letrillas, perdida en la lejanía de 171 años, cantadas por las Bernegalas y María Muñiz, acompañadas por “Aguadelgada”.

Hace pocos años, murió “Mazantini”, cuya escuela de danzas desfleca, honrosamente, la Sección Femenina, como último baluarte popular manchego y ciudarrealeño. “Mazantini” también era cantador castizo, pero ni él, ni los de su generación dejaron sucesores.

Aún recordamos, diluidas en la lejanía, aquellas Pandorgas de la época de “Mazantini”; Paco Argumosa, el ciego; Atanasio… Se las quiso resucitar hace un par de años y tuvieron la fortuna, sus organizadores, de ofrecerla con un atuendo pulido y acorde en los tiempos presentes. Gozamos el bello espectáculo de los bailes manchegos en noche de calor y estrellas; junto a las tapias de la casa de la Señora, y alguno de ellos –aquel de la danza ante el Sacramento- bien pudiera convertirse, el quince de agosto de cada año, en homenaje castizo, campesino y señorial, de la ciudad a su Patrona cuando llega al ayuntamiento. A buen seguro lo recibiría risueña y eso que perdió la sonrisa ¡al desaparecer su anterior simulacro!

La extremeña y chiquita Virgen de la Montaña, a la entrada triunfal, anual, a su villa de Cáceres, recibe, como ofrenda de las “campuzas”, el ritmo solemne de sus bailes regionales. ¿Por qué nuestra Morena, garrida, no ha de recibir el beso de nuestras mozas, galanas, engarzado en vistosas volutas de sayas, pañolillos y reverencias?

Ciudadrealeña vestida de manchega en 1917

Piense, señor regidor mayor, si no sería eso una bellísima ratificación –gracioso sello renovado cada Feria- del nombramiento de Alcaldesa perpetua que está esperando la Patrona de la capital de la provincia, e incluso, de la Región, que nos ha sido concedida ¡y por algo será!

A ese resurgir de la Pandorga, eclipsado el pasado agosto, le falló algo, ya lo hemos apuntado: ¡no hubo cantadores! Por falta de voces varoniles, a punto estuvo de derivar en andaluzada a no ser porque el edil Núñez de Arenas lo frenó con acierto, oportunidad y entereza, imponiendo el genuino tono manchego.

Es que, ahora, se canta menos “lo antiguo” en nuestra tierra y, por ello, van camino de perderse esos aires de seguidillas, pandorgueras, fandangos, rondas, mayas, aradas,… que encanto sin par daban a nuestras fiestas y, en lo dilatado de la llamada, olían a mejorana y lentisco, y a juncia mojada, y a polvillo de era, y a polvo de besana, cuando las desgranan la lavandera o el gañan o el cabrero “con música de fondo” de chirriar de galera, de campanilleo de yunta, de kikiriqui de gallo en el bardal, de estridular de grillos, de chillar de cigarras, de borboteo de agua en la boca del cántaro a la cadera, y las escribían con letras de nieve las gotas de jalbiego y las flores de la jara, y cuando el segador descolgaba su rendido cuerpo y limpiaba con su mano, costrosa, el rudo sudor de su frente, el eco esparcía, a los cuatro vientos, la gentil tonada que, erguido, viril, en su leve descanso,  dejaba salir del pecho calcinado de soles, de lejanías y amores mozos, para clavarla en el cielo, azul de plomo, sin una nube, sin un amparo de sombra.

  
Marcos Redondo

Por eso, para que no se pierda, estamos obligados a guardar nuestro cancionero, como oro en paño, para lucirlo en la romería, en la feria, en la boda, como la capa parda y la blonda almagreña que de herencia nos dejaron bien acomodadas en la muy trabada arca de tradiciones, con herrajes mohosos bien forjados, recios.

Digan lo que quieran la fe de bautismo y la casualidad, Marcos Redondo es de la Mancha. Porque nuestro cielo le ha curtido y hecho; porque siente hondo nuestra tierra, porque aquí está esa Señora que tanto quiere y con tanta ternura veía y oía, sus pillerías y cantos de seise y toma sus besos, del barítono insigne, antes de salir a escena… Y a mí se me ocurrió que nadie con más cariño y justeza que Marcos, con el buril, potente, seguro, limpio, sin igual, de su voz, podía ser el interprete, el cincelador, que perpetuase nuestro cancionero –recogido pacientemente por don Salomón, Echevarría…- con toda filigrana de integridad rural y castiza, cual orfebre de ese singular material, nuevo, de hilillos magnetofónicos y discos microsurco.

Así se lo dije, a poco, cuando, por voto, devoción o ambas cosas a la vez, cruzó España, llegó a Cádiz y cantó al Nazareno de los Afligidos y a su Madre de Desconsuelos. A mi sugerencia dio un “Si” franco, ¡manchego!, y al señor Alcalde Mayor le entrego ese “si”, para que lo convierta, con la cooperación de todos, si la precisa, en la realidad necesaria, fiel, correcta y obligada, celosa. Pues tenemos que legar, sin merma y pulido, a los que nos sucedan, nuestro cancionero. No tenemos disculpa y si obligación irrenunciable. En tiempos de las Bernegalas, la transferencia había de hacerse a viva voz, con el peligro de pérdida o adulteraciones al pasar de generación a generación, pero, como medios tenemos hoy para no desbaratar, ni perder, lo que nos queda de ese nervio de la raza que son los aires populares, Dios, La Mancha y Ciudad Real, nos pedirán cuentas. Estemos seguros.

En el cofre viejo, donde yacen la gargantilla y la venera de aljófar, y los pendientes de dos chorros, y la maciza cadena, con dije, del gordo reloj, entre las joyas antañosas, hagamos sitio para la moderna alhaja de una discoteca, diestra, con el flor regio escogido de nuestro cancionero, grabado por nuestro Marcos.

Julián Alonso Rodríguez. Diario “Lanza”, jueves 24 de abril de 1958, página 3


martes, 23 de junio de 2020

CALLE DE LAS CAÑAS, DEDICADA A MARCOS REDONDO


Marcos Redondo Valencia nació en Pozoblanco (Córdoba) el 24 de noviembre de 1893 y murió en Barcelona el 17 de julio de 1976

La calle de las Cañas está dedicada a Marcos Redondo, un barítono español, que aunque no naciera en nuestra ciudad, vivió su juventud en ella y siempre estuvo unido a Ciudad Real, siendo gran amante de la Virgen del Prado. La Corporación municipal reunida el 14 de febrero de 1944, lo nombró hijo adoptivo de Ciudad Real, y rotuló la antigua calle de las cañas con el de Marcos Redondo, nombre que permaneció hasta el año 1982, cuando la corporación municipal presidida por Lorenzo Selas, acordó rotular de nuevo esta calle con Cañas y dedicársela a Marcos Redondo.

A lo largo de su vida Marcos Redondo mantuvo estrechos vínculos con nuestra ciudad, actuando en la misma muchas veces, y recibiendo en 1957 las insignias de Caballero de la Orden de Isabel la Católica y la “Rosa de Azafrán” de oro. Una pequeña biografía de Marcos Redondo, que nos acerca a su vida y obra es la siguiente: 

En 1944 fue nombrado hijo adoptivo de Ciudad Real

Marcos Redondo Valencia nació en Pozoblanco (Córdoba) el 24 de noviembre de 1893 y murió en Barcelona el 17 de julio de 1976.

Su madre era hija de un teniente de la Guardia Civil y su padre un guarnicionero del cual heredó la voz según confesión propia. A la edad de dos años, le sorprende la muerte de su padre de visita a sus abuelos maternos en Ciudad Real, quedándose a vivir desde entonces en nuestra ciudad. En el año 1901 pasa a formar parte como seise de la Santa Iglesia Prioral, y en el año 1912 debutó en el Teatro Circo de Ciudad Real con unas romanzas de ópera y zarzuela.

Animado por sus abuelos, quienes reconocen en él una gran voz, decide trasladarse a Madrid en 1913 con una carta de presentación para el maestro Bretón, director entonces del Conservatorio. Con la pensión de mil pesetas al año empezó sus estudios ayudándose como cantor de iglesia. Y lo hizo con tanto provecho que de una sola vez aprobó tres cursos de solfeo y cuatro de canto. Su presentación como profesional fue con la parte de Germont de LA TRAVIATA en el Gran Teatro de Madrid, cuando contada veintiséis años. El éxito obtenido le hizo viajar hasta Milán seguro de que en la cuna del canto reconocerían sus méritos. En una de las temporadas del Teatro Tívoli de Barcelona cantó PAGLIACCI, con Antonio Cortis y Mercedes Pujol. El gran barítono Titta Ruffo estaba presente en la representación y pronunció su famosa frase sobre Marcos Redondo: “Questa voce e un biglietto de prima clase per la gloria”. Otro éxito rotundo de la misma época fue una CARMEN en el Novedades de Barcelona junto a Conchita Supervia. Después de estudiar repertorio apareció ante el público italiano con LA FORZA DEL DESTINO, siendo muy bien recibido y apreciado. Este esperanzador resultado le valió un contrato para Cuba y México donde cantó LA TRAVIATA, LA FAVORITA y MADAMA BUTTERFLY. Realizó una gran temporada por los teatros italianos y en 1923 pisó por vez primera el Gran Teatro del Liceo barcelonés con MANÓN LESCAUT. Y ya en el mes de agosto de 1924 el empresario José Gisbert le propuso pasarse a la zarzuela, donde alcanzaría mayor popularidad y ganaría al año más dinero que en la ópera. De momento rechazó la propuesta; luego la meditó y al fin la aceptó. No pudo empezar mejor, pues su debut con EL DICTADOR, en el Novedades de Barcelona, constituyó un gran triunfo, y eso que tuvo que luchar con el recuerdo de Sagi-Barba que la había estrenado.


A partir de ese momento se abrió para Marcos Redondo un largo camino de triunfos que duró hasta su retirada, treinta años después. Recibía diariamente clamorosas ovaciones de un público entusiasmado, y sus retratos y caricaturas aparecían con profusión en la prensa ilustrada. Impresionó numerosos discos. Su repertorio llegó a estar constituido por cerca de cuarenta zarzuelas: de LAS GOLONDRINAS a LA ROSA DEL AZAFRÁN; de LA CANCIÓN DEL OLVIDO a LA DEL SOTO DEL PARRAL; de LA ALSACIANA a LOS CADETES DE LA REINA. Las zarzuelas que estrenó las convirtió en éxitos resonantes y la mayoría quedaron de repertorio. Ahí están para demostrarlo LA PARRANDA, KATIUSKA, LA TABERNERA DEL PUERTO, LA PÍCARA MOLINERA y EL CANTAR DEL ARRIERO, entre otras.

Como características de su voz, se señalan la extensión, el brillo, la potencia y especialmente la belleza tímbrica, que unidas a sus dotes y cualidades teatrales, hacían que representase voces barítonas de forma admirable. Otra de sus características será la gran holgura en su registro, circunstancia que hace que a veces haya actuado como tenor en algunas de las obras representadas.

Marcos Redondo ha sido la figura más destacada del teatro lírico español en la cuerda de barítono desde su presentación hasta casi su retirada, período que coincide con un relanzamiento de la zarzuela, debido en gran parte a su singular aportación. Y ello no sólo por la gran cantidad de partituras escritas especialmente para él, sino porque tales obras quedaron marcadas para siempre con la huella de sus magistrales interpretaciones.

Pocos cantantes españoles han gozado de tanta popularidad durante años como este popular barítono que con el solo anuncio de su nombre llenaba todos los teatros de España. Fue el último gran valedor de la zarzuela. Sólo le igualaba Emilio Sagi-Barba, ídolo también del público. Incluso llegaron a rivalizar cantando las mismas obras, con las inevitables comparaciones.

En el año 1957 en nuestra ciudad, recibiendo de las del entonces Obispo-Prior, D. Juan Hervás, la “Rosa de Azafrán” de   oro

Marcos Redondo batió tres récords en ópera, en zarzuela y en discos. En Palermo cantó siete noches seguidas la misma ópera; de 1924 a 1934 hizo más de trescientas funciones al año y, en discos, una sola tarde le bastó para grabar seis de dos caras.

En Madrid cantó por última vez el 31 de enero de 1957 LA PARRANDA, y en Barcelona el 6 de octubre del mismo año lo hizo con los componentes de la Agrupación Lírica que llevaba su nombre interpretando LA DOGARESA.

De ahí en adelante, lejos del teatro, se dedicó a la familia y a los sellos, pues era un apasionado filatélico. Falleció en Barcelona el 17 de julio de 1976 a los ochenta y tres años dejando un nombre glorioso y un recuerdo imborrable.

En el final del libro de memorias de Marcos Redondo, “Un hombre que se va” (Ed.: Planeta), se expresa de la siguiente manera: “Aunque pase mucho tiempo, siempre habrá, creo, un disco en el viejo desván de casa que os haga saber cómo fue mi voz. Y yo mismo quisiera estar en cuerpo y alma siempre con vosotros en el viejo desván de los recuerdos”.

Marcos Redondo fue un gran amante de la Virgen del Prado, en la fotografía lo podemos ver en la Coronación Pontificia de la misma en 1967

La extensa discografía que nos legó Marcos Redondo necesitaría “un gran desván”: fácilmente sobrepasan los quinientos títulos entre zarzuelas completas -alguna de ellas grabada hasta en tres versiones distintas- romanzas (idem.), canciones y villancicos, por lo que resulta muy difícil recogerlas todas. Sirvan éstas, como más importantes, a modo de ejemplo:

Zarzuelas completas:

Bohemios, La calesera, La canción del olvido, La corte de Faraón, Don Gil de Alcalá, Los gavilanes, La Gran Vía, Katiuska, La del manojo de rosas, Luisa Fernanda, El mal de amores, María Sol, Molinos de viento, La pícara molinera, La picarona, La rosa del azafrán. Odeón (1926-1936)
El ama, La fama del tartanero, Katiuska, Luisa Fernanda, Marina, Molinos de viento, La rosa del azafrán. Columbia-Regal (1930-1932)
Bohemios, La Dolorosa, Luisa Fernanda, Molinos de viento, La parranda, La Revoltosa, La rosa del azafrán, EMI-Regal (1953)

Fragmentos y selecciones:

El aguilón, Al dorarse las espigas, La alegría del batallón, Alma de Dios, La alsaciana, El asombro de Damasco, La bejarana, Benamor, El caballero del mar, Los cachorros, El cantante enmascarado, El cantar del arriero, Cuidado con la pintura, La Dolorosa, Las dos princesas, La dulzaina del charro, Los gavilanes, Las hijas del zebedeo, El huésped del sevillano, Jazz Band, El juramento, Kiss-Me, La del soto del parral, El maestro Campanone, La Mariblanca, La Marsellesa, Martierra, Maruxa, El pájaro azul, La Revoltosa, Romanza húngara, Ruy Blas, La tabernera del puerto, La tempestad, La tuna de Alcalá, La verbena de la Paloma, La Virgen Morena, Volodia el esquimal. Ed.: Odeón (1923-1947).

Marcos Redondo tiene una extensa discografía 

Benamor, Los cadetes de la reina, Los calabreses, La Calesera, La canción de siega, La canción del náufrago, La carmañola, Curro Vargas, El diablo en el poder, El dictador, La Dogaresa, Las golondrinas, El grumete, El guitarrico, La del soto del parral, La labradora, La linda tapada, La parranda, La picarona, Maruxa, La parranda, La pastorela, La villana, Xuanón. Columbia-Regal (1924-1942)

“El arte de Marcos Redondo”: Por una mujer, El guitarrico, El caserío, Romanza húngara, La pastorela, Alma de Dios, Don Gil de Alcalá, El canastillo de fresas, La villana. Ed.: EMI-Odeón (1953)

“Un gran cantante español”: El cantar del arriero, Los calabreses, El dictador, El niño judío, El divo, El Pájaro Azul, La linda tapada, La Dogaresa. Ed.: EMI-Odeón (1954).

En su pueblo natal de Pozoblanco, Marcos Redondo cuenta con un Museo: http://www.coralmarcosredondo.com/MU/museo.html