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sábado, 26 de octubre de 2024

LA HERMANDAD DEL CRISTO DE MEDINACELI CELEBRÓ SUS CULTOS Y PROCESIONÓ POR PRIMERA VEZ DESDE LA CATEDRAL EN 1957

 

Nuestro Padre Jesús Nazareno Medinaceli en su primer paso procesional en la Catedral en 1957. Imagen del legado Salas del Centro de Estudios de Castilla-La Mancha

 


La Archicofradía de la Real e Ilustre Esclavitud de Nuestro Padre Jesús Nazareno (Medinaceli), está celebrando erróneamente su setenta y cinco aniversario fundacional, y entre los actos programados para su celebración, se encuentra la Función, que se oficiara mañana a las doce en la catedral, y su salida procesional desde el templo catedralicio hacia la Parroquia de Nuestra Señora del Pilar a las cinco de la tarde.

Pero esta no es la primera vez, que esta cofradía del Martes Santo ciudarrealeño procesiona desde la catedral, ya que en el año 1957 celebró sus cultos con motivo del primer viernes del mes de marzo en el entonces templo prioral, y procesionó desde el mismo el primer domingo de marzo con su procesión de esclavas.

Aunque la hermandad del Cristo de Medinaceli solo llevaba cinco años aprobada canónicamente en 1957, había conseguido en tan poco tiempo que se unieran a la misma cientos de ciudarrealeños/as, lo que hacía que la entonces iglesia del Pilar se quedará pequeña para poder acoger a tantos esclavos/as, que era así como se denominaba a los hermanos de esta Archicofradía, que acudían a los cultos en honor a su titular, con motivo del primer viernes del mes de marzo, que es cuando en Madrid se encuentra en besapies la imagen del Cristo de Medinaceli en su basílica; lo que obligaba a la cofradía a buscar templos más grandes donde poder celebrar sus cultos, realizándose estos a lo largo de los primeros años en la actual Catedral, Parroquia de Santiago y Parroquia de San Pedro.


Una de las primeras estampas que editó la Casa Mur del Cristo de Medinaceli



En la peregrinación a Madrid del año 1956, que todos los años organiza la cofradía en el mes de octubre a la Basílica de Jesús de Medinaceli de Madrid, al término de la Santa Misa la delegación ciudarrealeña paso por el panteón de los Duques de Medinaceli, donde se rezó un responso por XVII Duque de Medinaceli, D. Luis Jesús Fernández de Córdoba y Salabert, que había fallecido en el mes de julio, y se le depositó un ramo de flores sobre su sarcófago. En este acto estaba presente la Duquesa viuda de Medinaceli, Dª. María de la Concepción Rey de Pablo Blanco, junto a su hija la Duquesa de Cardona, Dª. Casilda Fernández de Córdoba Rey, y otros familiares, entregando de donativo cinco mil pesetas la duquesa a la cofradía ciudarrealeña, y manteniendo desde entonces vínculos fraternos con la cofradía de Ciudad Real, quien la nombraría Camarera Mayor de Honor en noviembre del referido año de 1956.

Tras el nombramiento de Camarera Mayor a la Duquesa viuda de Medinaceli, la cofradía de Ciudad Real la invitó a los cultos del mes de marzo del año 1957, lo que le obligó a buscar un templo amplio donde poder celebrarlo y acorde a la visita de tan alta noble que comunicó que asistiría. Tras las gestiones de la Junta de Gobierno, con el entonces Deán de la Catedral, D. José Jiménez Manzanares, que formaba parte de la Cofradía de Jesús de Medinaceli al ser su Esclavo de Honor, se acuerda que el triduo se celebre en el templo catedralicio los días 1, 2 y 3 de marzo, que fue oficiado por el capuchino de la residencia de Madrid P. fray Isidoro de Sahagún.


Fotografía publicada en el diario Lanza el 4 de marzo de 1957, donde se ve a la Duquesa de Medinaceli



A la función que se celebró en la catedral, el domingo 3 de marzo de 1957 a las diez y media de la mañana, asistió la Duquesa viuda de Medinaceli, junto a su hija la Duquesa de Cardona. Estas serían recibidas en el paseo del Prado por el alcalde de Ciudad Real, y la Camarera Mayor ciudarrealeña doña Carmen Diéguez, junto a la corte de honor y junta de gobierno de la Cofradía capitalina, pasando posteriormente al templo catedralicio donde fueron recibidas por una representación del Cabildo Catedral. Acto seguido llegó el Obispo-Prior, D. Juan Hervás y Benet, y el gobernador civil; D. José Utrera Molina, y su señora.

La Función fue oficiada por el Arcediano de la Prioral, D. Aurelio Gómez-Rico, auxiliado por los Beneficiados, don Cesar Arriaza y don Narciso Martín de Almagro, ocupando el púlpito el Padre Sahagún. Al terminar la Solemne Función, el señor Jiménez Manzanares, Dean de la Catedral, impuso a los señores de Utrera Molina el escapulario de Esclavos de Honor de la cofradía de Ciudad Real.

 

Aspecto que ofrecía la nave de la Catedral en 1957


Antes de abandonar el templo catedralicio la Duquesa viuda de Medinaceli y su hija, visitaron el camarín de la Virgen del Prado, donde ofreció un ramo de flores a la Virgen, y entregó un donativo de cinco mil pesetas para las arcas de la cofradía del Cristo, marchando posteriormente para Madrid.

Por la tarde a las siete salió la procesión de esclavas desde la Catedral. Abría el cortejo la Banda de Cornetas y Tambores de la Cruz Roja, después marchaban los inválidos civiles en sus carritos y sillas y otros a pié con su estandarte, seguidos por las esclavas con sus escapularios. Acompañaba a la imagen de Jesús la banda de música de la centuria “Federico Ruyra” del Hogar Provincial, siendo escoltada por la escuadra de gastadores del Regimiento de Artillería con uniforme de gala. En la presidencia religiosa don Felipe Lanza, y la civil un concejal en representación municipal, junto a una representación de la Junta Nacional de Inválidos de Madrid y la organización provincial de Inválidos de Ciudad Real, cerrando la comitiva la Banda de Cornetas y Tambores del Regimiento de Artillería de Ciudad Real. El itinerario que realizó la procesión fue saliendo de la Catedral, Prado, Camarín, Rosa, Toledo, María Cristina, Plaza del Generalísimo, General Aguilera, Plaza del Pilar, Ramon y Cajal, General Rey, Mata, Carretera de Carrión a la iglesia de Nuestra Señora del Pilar.


La imagen del Cristo de Medinaceli en la capilla de la Dolorosa de la Catedral hoy sábado, durante su segunda estancia en el templo catedralicio


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