La Hermandad de Jesús Nazareno fue fundaba el 6 de enero de 1725 en la sala capitular del Convento dominico de Nuestra Señora del Rosario, tras recibir la aprobación del párroco de San Pedro, en cuya jurisdicción se encontraba el convento de los dominicos en nuestra ciudad, que ocupaba toda la manzana de la actual calle del Compas de Santo Domingo, para dar culto a la imagen de gran devoción en dicho convento de Jesús Nazareno, que se encontraba en la Capilla de Santa Catalina y Santa Rosa, y que procesionaba en aquellos años la comunidad del dominicos la noche del Jueves Santo, y que con anterioridad la había procesionado la extinguida Hermandad de la Vera Cruz.
La comunidad de frailes reunida en
capitulo acuerda ceder la imagen a la hermandad mientras esta existiera, y
cumpliera un total de doce constituciones y ordenanzas que resumidas decían lo
siguiente:
Que la hermandad solo podía tener un total de cincuenta hermanos, que en el momento de entrar a formar parte de esta debían entregar un hacha de cera blanca de cuatro libras, guardándose la cera en un arca con dos llaves de debían tener una el Hermano Mayor y otra el Mayordomo. También tenían obligación de asistir con sus hachas encendidas a la procesión con la Santa Imagen la noche del Jueves Santo, estando al cargo de todos los hermanos la merma de la cera. Desde que se reservaba el Santísimo Sacramento el Jueves Santo en dicho convento debían asistir dos hermanos a velarlo por orden que le fuese avisado, hasta acabada la procesión del Viernes Santo a la cual debían asistir doce hermanos con doce hachas encendidas y la merma de la cera debería ser por cuenta del Hermano Mayor.
El Domingo de Ramos se debía juntar la
hermandad en la casa del Hermano Mayor en forma de cabildo, donde se nombraba
el Hermano mayor entrante y Mayordomo. Todos los años se obligaba la hermandad a
celebrar una fiesta con la Santa Imagen de Jesús Nazareno, con misa, sermón y
procesión por el claustro del convento el quinto domingo de Cuaresma, teniendo
que dar treinta y seis reales por el sermón, dieciocho reales por la asistencia
de misa y procesión, más los gastos de cera y pólvora, que debía correr a costa
del Hermano mayor que fuese.
Los hermanos tenían derecho a ser enterrados en la capilla de Jesús, oficiando la comunidad religiosa una misa, vigilia cantada y oficio de sepultura por el ánima del hermano o su mujer, estando obligada la hermandad a dar a dicha comunidad dieciocho reales por el difunto o su heredero, asistiendo el Hermano Mayor y demás hermanos al entierro con la cera de dicha hermandad y lo mismo si era el de su mujer. A los hijos se les debía asistir tan sólo con seis hachas, corriendo la merma de la cera a cargo del Hermano Mayor. Los hermanos también se obligaban a decir una misa rezada por el ánima del difunto.
A la muerte de un hermano sus hijos tenían preferencia para ser recibidos en la hermandad y la obligación de entregar dos libras de cera.
El mismo día de su fundación, se nombró al Hermano Mayor, cargo que recayó en Francisco Bustillo, Mayordomo cobradores de cera a José Bustillo y Diego Díaz Alejo, y por Muñidor a Juan Pozuelo.
Esta fundación y ordenanzas fueron
aprobadas por el Maestro Fray Pedro de Rueda, Prior Provincial de Andalucía el 12
de febrero de 1725 y ratificados por el Arzobispo de Toledo, Excmo. y Emmo.
Diego de Astorga y Céspedes.
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