Ciudad Real se está poblando poco a
poco con retablos cerámicos que son identificados con una simple mirada. Es el
retablo cerámico una especie de “altar público” con la representación de una
imagen devocional que puede ser contemplada, la mayor parte de las veces, en
las calles y plazas de multitud de ciudades y pueblos, bien en edificios de
carácter religioso (iglesias, conventos o casas de hermandad), instituciones
civiles y militares, o en domicilios particulares (exteriormente en su fachada
o en el interior). El material base es el azulejo plano pintado compuesto a
modo de mosaico, pero generalmente acompañado de piezas modeladas y vidriadas
que proporcionan al conjunto no sólo relieve sino una gran vistosidad. Su
finalidad principal es la evocación de la imagen representada, la sacralización
del espacio, público o privado, o la invocación de protección o patronazgo.
La primera hermandad que puso en
nuestra ciudad un retablo exterior, es decir publico, para promover la devoción
de quien lo contemple y la sacralización del espacio donde está, fue la Hermandad de la Dolorosa de Santiago en
la fachada del convento de las Hermanas de la
Cruz. Fue bendecido mediante un sencillo
acto el 26 de julio de 1990 por el párroco de Santiago en aquellos años y
Consiliario de la hermandad Rvdo. Sr. D. Agustin Sánchez de la Nieta. El retablo es una
obra realizada en Talavera de la
Reina por C. Garrido, reproduce la cara de la Virgen.
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