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domingo, 18 de agosto de 2024

EL SOLEMNE PONTIFICAL DE LA ASUNCIÓN EN HONOR A LA VIRGEN DEL PRADO EN IMÁGENES

 



En la Solemnidad de la Asunción de la Virgen María en cuerpo y alma a los cielos, se celebra en Ciudad Real la festividad de su Patrona, la Santísima Virgen del Prado. Por este motivo la S. I. P. B. Catedral, acogió el 15 de agosto a las 12:00 horas el Solemne Pontifical, que estuvo presidido por el Obispo-Prior D. Gerardo Melgar Viciosa, y en el que concelebraron el Vicario General de la Diócesis, miembros del Excmo. Cabildo Catedral, sacerdotes de la ciudad y diáconos y seminaristas de nuestra diócesis.

 


En el Pontifical estuvieron representadas la junta directiva de la Real e Ilustre Hermandad y Corte de Honor de la Virgen del Prado, miembros de la corporación municipal, encabezada por su Alcalde, representante de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, diputados regionales y nacionales, autoridades militares y de cuerpos de seguridad del estado; así como el Pandorgo y la Dulcinea.




Durante la homilía, después de una lectura del Evangelio según san Lucas, el obispo de Ciudad Real, Gerardo Melgar, instó a los fieles a «vivir desde el ejemplo y el testimonio» de la Virgen María. Comentó, en este sentido, que el triunfo de la Madre de Dios es «el triunfo de toda la humanidad», y que celebrar su victoria «contagiosa» es «celebrar nuestra propia victoria».




Melgar aludió a la doble festividad de este 15 de agosto, día de la Asunción de la Virgen y de la patrona de Ciudad Real, «la mujer sin mancha de pecado, protectora y defensora de sus hijos».




El obispo hizo hincapié en que la Asunción de la Virgen es «una respuesta a los pesimistas y los materialistas», así como «una llamada a vivir la vida con optimismo y esperanza y una invitación a elevar la mirada al cielo, porque es nuestro destino único y auténtico».

 



Al término de la celebración, el obispo, por disposición especial de la Santa Sede, ha impartido la bendición apostólica con indulgencia plenaria. Las condiciones para recibir este perdón es el arrepentimiento de los pecados, haberse confesado quince días antes o después de la bendición y haberse acercado a comulgar. También, rezar el Credo o el Padrenuestro.



































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