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lunes, 1 de septiembre de 2025

CIUDAD REAL: SECRETOS SUBTERRÁNEOS (I)

 

Cuevas del Torreón

 

CONTEXTUALIZACIÓN DE LA INVESTIGACIÓN

El término Patrimonio viene desde hace años ocupando un lugar fundamental en estudios de todo tipo. En cuanto a la arquitectura, es un valor imprescindible a la hora de realizar el estudio de un lugar, el análisis de un edificio histórico, un proyecto de rehabilitación, pero.... ¿Cuál debe ser realmente la definición de Patrimonio? Podríamos resumir que es aquello que refleja la historia, tradición, usos y costumbres de un lugar, en resumen, un valor mucho más allá de lo físico.

En el caso de Ciudad Real, lugar escogido para realizar mi Trabajo Fin de Grado, sus vicisitudes históricas han hecho que el respeto por la conservación, o diría más, la conciencia por preservar este patrimonio haya quedado relegado a un segundo lugar frente a conquistas y reconquistas, y a la propia supervivencia durante la Edad Media.

Desde ese momento hasta nuestros días, la ciudad ha sufrido numerosas modificaciones en todos los aspectos; diferentes culturas que no han respetado sus antecedentes. Así, contienda tras contienda, han generado la desaparición de elementos que forman parte de la memoria histórica, incluyendo edificios, lugares y tradiciones. Los cuatro asedios en la antigüedad y los numerosos bombardeos durante la guerra civil, no hicieron más que acrecentar el deterioro de todo este patrimonio.

No olvidemos que, además, la ciudad se ha visto devastada por fenómenos naturales en diferentes ocasiones: dos inundaciones (la última en 1955) y un terremoto (1755).


Entrada a una de las pocas cuevas de propiedad privada que existe en Ciudad Real


Una vez finalizado el periodo de guerra comienza el dilema real, aquel que pone en evidencia la desaparición de estos restos históricos sin una justificación válida, hasta generar la imagen descontrolada que ofrece la ciudad en la actualidad. Un tramo pequeño de muralla, una única puerta de la misma, una ermita y tres de los ocho monasterios de los que se sabe existieron en los primeros siglos de la ciudad son los únicos restos que podemos disfrutar a día de hoy. Uno de estos últimos, el monasterio de las Concepcionistas Franciscanas, más comúnmente conocido en Ciudad Real como “Las Terreras” se encuentra en peligro de derrumbe, pues las últimas monjas que habitaban en el fueron trasladadas en 2009 a un monasterio en Osuna (Sevilla), por lo que quedó abandonado. Básicamente, la idea era “dejarlo que se hundiera”, a pesar de ser declarado BIC (Bien de Interés Cultural) en el año 1991. Gracias a la actuación de unos vecinos de la zona, que han creado una plataforma llamada “Salvemos las Terreras”, se ha conseguido poner en evidencia la penosa situación en la que se encuentra este edificio del siglo XVI, y buscan que los organismos pertinentes se encarguen de la recuperación de esta obra y que se ofrezca al servicio de la ciudadanía.

Este proyecto nace pues de la necesidad de enfatizar que supone realmente el patrimonio, pues en vista de lo acaecido en Ciudad Real en referencia al poco control sobre el Patrimonio, aún usamos esa expresión sin saber bien qué es lo que implica realmente su uso. Tenemos la obligación de conservar los vestigios de nuestro pasado, que aunque escasos, mantienen su valor a día de hoy, pasando desapercibidos ante los propios habitantes.

Relevancia y oportunidad

Tras el estudio y elección del lugar elegido para este trabajo, se busca realizar un proyecto con una transferencia real: los ciudadanos. Se pretende no realizar actuaciones puntuales ligadas al urbanismo, sino establecer la búsqueda de una solución que mejore la ciudad de manera integral.

Tras comenzar el análisis de la ciudad y conocer la existencia de galerías, túneles, cuevas, etc., mi interés por encontrar una explicación a este mundo subterráneo, hace que éste se convierta en el tema principal de mi trabajo.


Galerías en el antiguo casino


Pero conforme he ido avanzando en la investigación sobre estos elementos subterráneos que han ido apareciendo en paralelo a la ejecución de obras de urbanización en el suelo de la ciudad, he descubierto que su existencia es prácticamente un secreto a voces: siempre han sido conocidas por parte de la población y el que no sea dato público se debe principalmente a la inseguridad de ver afectadas sus propiedades. De esta forma, si he constatado que parte de estas piezas y túneles subterráneos han sido tapiados con muros y rejas, y en caso de obras de nueva planta han sido incluso demolidos y rellenados con el fin de preservar sus viviendas.

Ante esta actitud volvemos nuevamente a la pregunta, ¿tenemos conciencia de lo que es patrimonio?

El presente trabajo ofrece la oportunidad de conocer y situar lo que a día de hoy he podido verificar que existe ó existía, y cuestionar el porqué realmente desaparecieron poniendo en valor la importancia de conservar este patrimonio y la memoria histórica.

Hipótesis y objetivos

El objetivo principal de este trabajo es recoger estos vestigios históricos en un documento que ponga en valor la necesidad de ofrecerlos a la ciudad, antes de que obra tras obra, silencio tras silencio, desaparezcan en su totalidad.

Metodología

Toma de datos in situ, fotografías, croquis, entrevistas, conversaciones, consulta de archivos históricos y búsqueda bibliográfica y documental.




FUENTES

Archivo histórico provincial de Ciudad Real, archivo municipal de Ciudad Real, patrimonio, museo provincial de Ciudad Real, biblioteca del museo provincial de Ciudad Real, Centro de estudios de Castilla-La Mancha, Museo de la merced, turismo, ayuntamiento y gerencia de urbanismo. Hemeroteca digital de Pueblo Manchego, Vida Manchega y Lanza, y artículos de La Tribuna. Testimonios orales, con menos rigor ó credibilidad científica, pero de igual importancia para un trabajo como el presente.

AGRADECIMIENTOS

Gracias a mi familia. A mi Padre, a mi Madre, por apoyarme desde el día en el que se me ocurrió la descabellada idea de iniciar mis estudios de arquitectura. A mi hermana, por darme fuerzas en los momentos más duros de esta carrera. A mis maravillosas abuelas, por enseñarme a amar nuestra ciudad desde pequeña y contarme estas historias de cuevas secretas y túneles que conectan ciudades. A otro abuelo, Lorenzo Selas, antiguo alcalde de Ciudad Real, que fue quien me aclaró que esas historias no eran sólo cuentos infantiles. A los culipardos, por supuesto, por ampliarme mi mapa del tesoro con nuevos descubrimientos gracias a sus historias. A dos grandes profesionales y personas: Doña Pilar Molina, doctora historiadora, y en especial a Don Antonio José Martín de Consuegra, historiador y antropólogo, quien confío en mi, me animó y apoyó desde el primer momento; sin los cuales, sin duda, no podría haber realizado este trabajo.

Agradezco también al museo provincial de Ciudad Real, al museo de la Merced y a la oficina de turismo por abrirme sus puertas sin tapujos.

Por último, gracias a mis profesores, pues sin su dedicación y motivación no hubiese llegado hasta aquí.

CRISTINA GRANDE RIVERO

TRABAJO FIN DE GRADO – ESCUELA TÉCNICA SUPERIOR DE ARQUITECTURA DE SEVILLA GRUPO A – ANA DIANEZ, NIEVES MARTINEZ, TEÓFILO ZAMARREÑO. 

 

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