Ayer 15 de agosto, Festividad de la
Asunción de María en Cuerpo y Alma a los cielos. En nuestra Catedral centro de
devoción de Ciudad Real por la presencia de la Santísima Virgen del Prado, el
Obispo-Prior, D. Gerardo Melgar Viciosa, presidió por primera vez el Solemne
Pontifical de la Asunción a las 10:30 horas, concelebrado con los Vicarios
Generales, miembros del Excmo. Cabildo Catedral y sacerdotes que quisieron
sumarse a la celebración.
La parte musical corrió a cargo del
organista, D. Pedro Pablo López Hervás y el Canónigo y Consiliario de las
Hermandades de nuestra Patrona, M. I. Sr. D. Jesús Abad Ramos. Las lecturas
fueron realizadas por el Vicepresidente de la Ilustre Hermandad, D. Jesús González
Adanez, y la Presidenta de la Corte de Honor, Dª. Celia Casado Puentes.
El Obispo-Prior centro la homilía en la
figura de la Virgen María, de la que
habló de su humildad y de las bondades de la reina de los cielos, como ejemplo
y modelo para todos. Centró sus palabras en la necesidad de intentar llevar el
estilo de vida de María. Instó a los presentes a mostrarse pobres y necesitados
de Cristo, para que este sea misericordioso y les otorgue su perdón. Una
misericordia dijo que está reñida con la soberbia, por lo que abogó por la
humildad en todos los ámbitos de la vida.
Nuestro Prelado hizo hincapié en que en
una festividad como la de ayer, era un día oportuno para acercarse a la reina
de la misericordia, faro seguro para acercarse a Cristo. Nuestra mirada a la
Virgen, dijo, debe descubrir los dos grandes amores de María, a Dios y sus
hermanos, ya que su vida fue un cantó al necesitado; además, sirvió a su esposo
e hijo y ayudó a sus prójimos como a su prima Isabel o a los novios de Caná.
D. Gerardo terminó su homilía exhortando
a los creyentes a que sean misericordiosos como María la Madre de Dios lo fue,
para renglón seguido asegurar que la Asunción de María es la luz en la
oscuridad y la respuesta a la fe.
Tras la homilía el Hermano Mayor de la
Ilustre Hermandad, D. José María Romero Cárdenas, realizó la oración de los
fieles, y a continuación la Dulcinea y
sus Damas de Honor junto al Pandorgo, realizaron la ofrenda de productos de la
tierra.
La Catedral se encontraba llena de
fieles y al acto asistieron el Subdelegado del Gobierno, la Alcaldesa de Ciudad
Real con dos Concejales del Equipo de Gobierno, miembros de los grupos
municipales del Partido Popular y Ciudadanos,
el Delegado de la Junta de Comunidades, un representante de la Excma.
Diputación Provincial y representantes del Ejército y de la Guardia Civil.
Al término de la Solemne Función el
Obispo-Prior impartió a los fieles la Bendición Papal, que conlleva Indulgencia
Plenaria y que el prelado de la Diócesis distribuye por expresa delegación
Papal.
Para ganar la indulgencia plenaria, son
necesarias las tres condiciones acostumbradas como son: la confesión
sacramental, la comunión eucarística y la oración por el Romano Pontífice y
siempre con el propósito de rechazar todo pecado.
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