Todos los hijos de Ciudad Real y devotos
de Nuestra Señora del Prado, sienten cierta emoción cada vez que el himno de la
patrona se canta durante sus cultos y en especial el día de su festividad, el
15 de agosto. Estoy seguro que la mayoría desconoce la historia de este himno
encargado por un beato, escrito por una religiosa en proceso de beatificación y
con música de un ilustre organista y compositor vasco.
Fue el actual Beato, D. Narciso de
Estenaga y Echevarría, séptimo Obispo-Prior de las Órdenes Militares entre 1923
y 1936, año este último en que fue martirizado, quien quiso que la Virgen del
Prado tuviera un himno oficial, y un año después de su llegada a Ciudad Real
encargaba el mismo a la hija de D. Joaquín de Arteaga y Echague, Duque del
Infantado y Marqués de Santillana, Dª. María
Cristina de Arteaga y Falguera. La amistad entre el Duque del Infantado y D.
Narciso, provenía desde los tiempos en que D. Narciso fue Canónigo y después
Deán de la Catedral de Toledo, lugar donde en la capilla de Santiago se
encuentra el mausoleo perteneciente a los duques del Infantado que tienen
debajo de la capilla su propia cripta funeraria. Esta amistad se incrementaría
al ser elegido D. Narciso Obispo-Prior de las Órdenes Militares, ya que D.
Joaquín de Arteaga era en aquellas fechas el Presidente del Real Consejo de las
citadas Órdenes Militares.
Como he dicho por la amistad de D.
Narciso con el Duque del Infantado, este conoce a su hija Dª. María Cristina de Arteaga, una joven nacida el
en Zarautz (Guipúzcoa) el 6 de
septiembre de 1902. Era la cuarta de los nueve hijos que tuvieron los duques
del Infantado, siendo su madrina la Reina María Cristina. En plena juventud se
licenció en Ciencias Históricas en el año 1920 con premio extraordinario y le
concedieron la Gran Cruz de Alfonso XII por su brillante expediente académico. Fue
en esta época cuando Dª. María Cristina
tenía una gran vida social y pública, ya que militó en la Confederación
Católica de Estudiantes y daba con gran éxito mítines y conferencias en Madrid
y en otras provincias al lado de los mejores oradores de la Confederación;
cuando D. Narciso le encarga el himno para la Virgen del Prado, componiéndolo
con seis estrofas que la autora llamó “Cantigas en loor a la Santísima Virgen
del Prado”.
El
Beato D. Narciso de Estenaga y Echevarría, séptimo Obispo-Prior de las Órdenes
Militares, prelado que encargaría la composición del himno
Una vez compuesto el himno, había que
ponerle música al mismo, por lo que D. Narciso se puso en contacto para ello
con el sacerdote D. Julio María Vicente Valdés Goicoechea, al que le unía
amistad, que en aquellos años era un
prestigioso organista en la iglesia de
los Santos Juanes de Bilbao.
Una vez compuesto la letra y música del
himno, este se estrenaría en la Plaza Mayor la tarde del 15 de agosto de 1924, año
histórico para la hermandad de la Virgen del Prado, porque fue en este año
cuando el paso de la Virgen dejaría su itinerario procesional de siglos
alrededor del Prado, para procesionar por las calles de nuestra ciudad. Seria
en esta primera salida procesional de la Virgen del Prado por el centro de la
ciudad, cuando su paso se detuviera en la Plaza Mayor delante del Ayuntamiento,
desde cuyo balcón el prelado, D. Narciso
de Estenaga, pronunciaría una emocionante alocución, leyendo la
consagración a la Santísima Virgen del Prado. Una vez terminada la
consagración, la capilla de la Santa Iglesia Prioral, estrenó y cantó por
primera vez el himno de nuestra querida Patrona.
Años después todos conocen la historia
de D. Narciso, que sería martirizado el día de la Octava de la Virgen del
Prado, el 22 de agosto de 1936. El Papa Benedicto XVI aprobó el Decreto de su
Beatificación el 28 de abril de 2007, realizándose esta en la Plaza de San
Pedro del Vaticano el 28 de octubre de citado año, con otros 498 mártires de la
Guerra Civil Española, siendo su memoria litúrgica el 6 de noviembre, estando
enterrado junto al Beato Julio Melgar Salgado debajo del Altar Mayor de nuestra
catedral.
Dª. María Cristina de Arteaga y Falguera, hija de
los Duques del Infantado que en la vida religiosa se le conocería como Sor
Cristina de la Cruz, autora del himno de nuestra patrona
Dª.
María Cristina de Arteaga y Falguera,
años más tarde entraría en la Concepción Jerónima de Madrid el 28 de
octubre de 1934 como Sor Cristina de la Cruz, iniciada la Guerra Civil Española
en 1936, tiene que abandonar el convento y en 1937 pasa a formar parte de la
comunidad jerónima de Santa Paula de Sevilla, donde el 20 de abril de 1944 fue elegida Priora,
cargo que ocupó hasta su muerte. En 1958 sería nombrada Priora General de la
federación de los monasterios de la orden jerónima. Durante los años de
estancia en el monasterio de Santa Paula pronunció innumerables discursos,
escribió numerosos libros y artículos en revistas, lo que le valió fuera
nombrada miembro de diferentes academias. Marcada toda su vida religiosa por
una fuerte espiritualidad contemplativa, murió el 13 de julio de 1984 en el
Monasterio de Santa Paula de Sevilla, estando actualmente en proceso de
beatificación.
En cuanto a D. Julio María Vicente
Valdés Goicoechea, autor de la música del himno, decir que nació el 12 de abril
de 1877 en Vitoria. Sobrino de Vicente Goicoechea, estudió música con él y con
el músico de origen vitoriano José Sainz Basabe. En 1902, una vez finalizados
sus estudios eclesiásticos, siendo ya sacerdote fue nombrado organista de
Elorrio. Tras la reforma de Pío X, su tío le envió en 1909 a la Escuela
Ceciliana de Regensburg (Ratisbona) donde completó su formación con Heller,
Haberl, Renner y Weinmann. En 1918 sustituyó a Jesús Guridi como organista en
los Santos Juanes de Bilbao y en 1940 fue nombrado profesor de armonía del
Seminario Diocesano de Vitoria. Como su tío Vicente Goicoechea, compuso
únicamente música religiosa, dotada de un hondo misticismo y gran perfección
formal. En su catálogo, figuran varias piezas de órgano, misas para coro con
participación popular, motetes eucarísticos, marianos y de Semana Santa, himnos
diversos y distintas obras para la liturgia eucarística o celebraciones
piadosas. Falleció 30 de julio de 1958.
Termino esta pequeña reseña histórica
sobre el himno de nuestra Patrona y los que lo hicieron realidad, reproduciendo
a continuación el mismo.
El
sacerdote D. Julio María Vicente Valdés Goicoechea, autor de la música del
himno
CORO
Santa María del Prado
Reina de Ciudad Real
A quien siempre han invocado
Tus hijos de fe filial;
¡Líbranos de todo mal!
I
Salve Virgen escogida,
Salve bienaventurada,
sin mancilla concebida
por los siglos preservada
Inmaculada
para ser por tu humildad
de la Santa Humanidad
custodia, templo y morada.
II
Siempre casta, siempre pura,
toda hermosa, toda plena
de bondad y de dulzura,
lámpara de gracia llena,
Azucena
que en tu candor mereciste
poner fin a nuestra triste
desventura condena.
III
Fuiste la verga y el tallo
de donde surgió la flor,
alba que no rompió el rayo
nido que abrigó el Amor
Redentor
de nuestra tierra maldita
que te proclamo bendita
lumbrera de su dolor.
IV
Bendita entre las mujeres,
digna de inmensa alabanza,
de canto y de amor, pues eres
la salud y la esperanza
Sin tardanza
que tu hijo nuestra Luz,
en los brazos de la Cruz
nos dejara por fianza.
V
Hija del eterno Padre,
del Santo Espíritu Esposa,
acuérdate que eres Madre,
no sólo de Dios gloriosa
más piadosa
Madre de los pecadores
¡Oh mejor de las mejores
sin igualdad poderosa!
VI
Muéstrate Madre, María,
por la tu virginidad
nos dejes de ser la guía
de toda la cristiandad,
Ten piedad
de nosotros en tal suerte
que nos depare la muerte
la eterna felicidad.
Emilio
Martin Aguirre, Tesorero de la Ilustre Hermandad.
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