Vista
de la calle Reyes en los años sesenta del pasado siglo
La calle de los Reyes es una de las
viejas calles ciudadrealeñas, perteneciente al antiguo barrio de la Virgen, que
tiene su entrada por la calle Postas y salida por la Ronda de Alarcos, siendo
atravesada por las calles Borja, Prado, Azucena, Zarza y Real. Aunque
actualmente la calle de los Reyes, tiene
salida directa a la Ronda de Alarcos, no siempre fue así, ya que esta calle
terminaba en el campo de instrucción de la academia militar que existió en
Ciudad Real, que se encontraba vallada, por lo que para acceder a la Ronda, había
que hacerlo por el Portillo de Barragán. No fue hasta los años cuarenta del pasado
siglo, cuando la calle de los Reyes tuvo salida directa a la Ronda de Alarcos.
Hay muchas teorías porque esta calle
recibió desde sus orígenes el nombre de los Reyes, aunque algunos historiadores
locales comentan que el nombre se debe a que en esta calle, en una casa que
existió esquina con la calle de la Zarza, moraron los reyes Fernando III el
Santo, su esposa doña Juana y su madre doña Berenguela, durante siete semanas
en ella, en la entonces Aldea de Pozuelo de Don Gil en el año 1244.
Vista
del inicio de la calle Reyes, donde podemos ver el antiguo edificio que fue Chancillería,
posteriormente Casa-Palacio del Marqués de Treviño y Escuela de Comercio
En el primer tramo de la calle, es decir
el comprendido entre la calle postas y Prado, donde actualmente se levanta un
bloque de pisos, se estableció en 1494 la Real Audiencia y Chancillería, creada
por los Reyes Católicos, con competencia para administrar justicia al sur del
río Tajo. Chancillería que permaneció en nuestra ciudad hasta el 8 de febrero
de 1505, que fue trasladada a Granada. Este edificio fue propiedad
posteriormente del Marqués de Casa Treviño, y en 1934 se estableció en él la
Escuela de Comercio. Por desgracia la piqueta acabó con el edificio en 1973.
Enfrente de este edificio, donde se
encuentra el Mercado de Abastos, construido en los años cuarenta del pasado
siglo, con anterioridad huerto del Marqués de la Casa Treviño, establecieron los
religiosos hospitalarios de San Juan de Dios su primera residencia, cuando
llegaron a nuestra ciudad en 1644. Lugar que abandonaron posteriormente, para
construir su convento-hospital en la calle Ruiz Morote. Según las crónicas
abandonaron este lugar que en el siglo XVII era conocido como “la
huerta del Pangino”, porque “no
hicieron reparo de que era este sitio lo peor de la ciudad, por la humedad de
las vertientes, que se estancan, y no tienen curso, ni salida, pero conociendo
la destemplanza grande de este sitio, y que era más para que enfermasen más los
enfermos, que para que se sanasen”.
En
la calle de los Reyes establecieron su residencia viejos linajes
ciudadrealeños, y en ella se encuentra la casa natal de Hernán Pérez del Pulgar
En el tramo que se encuentra enfrente de
los jardines del Prado, vivieron hijosdalgos de la nobleza manchega, conservándose
actualmente la casa natal de Hernán Pérez del Pulgar y García Osorio (Ciudad
Real, 27 de julio de 1451-Granada, 11 de agosto de 1531), que fue un capitán
del ejército castellano natural de Ciudad Real (Reino de Castilla) que
sobresalió durante la Guerra de Granada, ganándose el favor de la reina Isabel
la Católica y cobrando gran fama en todo el reino. En vida fue conocido por el
apodo Alcaide de las Hazañas o simplemente El de las Hazañas, y su lema,
forjado sobre la superficie de su escudo, rezaba Quebrar y no Doblar.
Enfrente de la casa de Hernán Pérez del
Pulgar, se encuentra la Puerta de los Reyes de la Catedral, que solo se abre
para las grandes solemnidades catedralicias y que es un resto de la primitiva
iglesia de Santa María del Prado, y es según el historiador Rafael Ramírez de
Arellano, “de las postrimerías del siglo
XIII ó cuando más de principios del siglo XIV”.
En el tramo de calle comprendido entre
la calle Azucena y la Ronda de Alarcos, se estableció en 1914 esquina con
Azucena, la Escuela Normal de Maestros.
También hubo en esta calle una panadería y una bodega. El resto de edificaciones que existieron en
esta calle eran de tipología típica manchega, conservándose aún edificaciones
de dos alturas en un tramo de ella.
La
calle de los Reyes no tuvo salida hasta la Ronda de Alarcos, hasta los años
cuarenta del pasado siglo. La calle terminaba en el campo de instrucción de la
academia militar, que era también lugar de recreo de la Academia General de
Enseñanza
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